Por la boca muere el pez

C-5, uno de los tuiteros que más tiempo llevo siguiendo por sus sarcasmos sobre las cosas del día a día, incluidas las compañías eléctricas, publicaba ayer: “Menos mal que ahora tenemos un ministro de consumo para que la luz no suba en plena ola de frío”. ¿Y qué tuiteaba el ministro Garzón? Sus críticas a la extrema derecha en EE.UU., que no deja de ser importante para un secretario general de IU, pero que no es lo que debía de ocuparle: cuando gobernaba Rajoy, Pablo Iglesias tuiteó que si la luz subía en plena ola de frío el gobierno español era cómplice, y en campaña, Podemos anunció que pararía este atraco.

Gobernar es tomar decisiones difíciles

Alfredo García, operador nuclear y divulgador científico, recuperaba precisamente el tuit en el que el hoy vicepresidente español acusaba al gobierno de Rajoy de ser cómplice por la subida de la luz durante una ola de frío en enero de 2017. A estas alturas de la legislatura, Iglesias, Garzón y Sánchez ya deberían de saber que gobernar consiste en tomar decisiones difíciles como la que sugería García en su tuit: “Sin las centrales nucleares, el aumento de precio y emisiones sería mayor y habitual. Si las cierran por ideología, ustedes serán cómplices”. Pero más fáciles tuitear, y en el gobierno lo hacen mucho.

Volvemos a EE.UU.

Me temo que va a ser inevitable hablar estos días de lo que sucedió el miércoles en EE.UU. porque Twitter y los digitales, básicamente, están centrados en tres temas: el que acabo de mencionar, las nevadas y la vacunación. Sobre el primero, me ha resultado muy interesante este tuit de Begoña Beristain, a la que no se le ha congelado el olfato para atrapar noticias e historias: “Facebook suspende la cuenta de Trump hasta que termine su mandato. Sube 2 puntos en bolsa. Twitter le devuelve mañana su cuenta en pro de la libertad de expresión. Baja 1.9”. Ser antifascista cotiza al alza: buena noticia.

¿Por qué?

En el extremo más opuesto posible a Beristain encontramos a Elena Berberana, que se ha convertido en el mejor ejemplo de periodista trumpista en España. ¿Por qué? ¿Cómo llega alguien a erigirse en máxima defensora de un tipo que gobierna a miles de kilómetros, que ha recibido un varapalo en las urnas y que ha empujado a una banda de frikis a tomar un parlamento con el resultado de cinco personas muertas? Me gustaría que algún día Berberana explicase los motivos. Y ser un verso suelto no cuenta: negar lo que hoy es innegable y apelar a conspiraciones tiene que pagarse muy bien.

Ricos por lo que no cuentan

Echo de menos aquellos años en los que la persona más rica del mundo era Bill Gates, el hombre que nos colocó un PC en cada casa con un sistema de licencias de software que disparó sus ingresos. Hoy, el que más dinero gana es Elon Musk, el fundador de una marca de coches eléctricos deficitaria, y sustituye a Jeff Bezos, el fundador de una empresa de comercio electrónico que sigue declarando pérdidas. Entonces, ¿de dónde sacan la pasta? De los inversores que sueñan con rentabilidad y de los negocios rentables que no cuentan: Musk vende sus cuotas de contaminación y Bezos, servidores virtuales.

La (buena) noticia del año

2020 nos está regalando muchas malas noticias. Pero también alguna buena: el camino que ha emprendido la Federación Vasca de Fútbol de la mano del Gobierno de la CAV hacia la oficialidad es necesario porque responde a una demanda y a un sentimiento muy importantes, difícil y, sin duda, precioso, en un sentido estricto. El proceso va a estar lleno de trabas, sobre todo, políticas, que serán útiles para que se retraten y nos retratemos: también quienes quieren dejar sin nombre a la selección de Euskadi porque no pudieron manipularlo cuando nació (no estaban allí) ni cuando se recuperó (estaban a otras cosas).

Periodismo ridículo

No creo en el periodismo objetivo. Nunca lo he hecho. Creo en un periodismo riguroso y honesto que se practica desde posiciones políticas legítimas. Pero una cosa es hacer las crónicas y las columnas de opinión desde un punto de partida, y otra es insistir en el ridículo, que es lo que hacen quienes se empeñan en explicarnos no ya que Trump todavía tiene opciones, sino que su batalla legal por retener la presidencia va bien. Podríamos decir que de lo suyo gastan pero luego nos encontramos a los que se dedican a molestar en Twitter con esos argumentos inverosímiles, haciéndonos perder el tiempo a los demás.

Vascos contra fachas

Si hablamos de vascos que logran cosas, por un lado, y por el otro de fachas populistas, es lógico que terminemos hablando de Aitor Esteban, que daba la vuelta a un tuit que intentaba destacar la actitud de Macarena Olona. El diputado abertzale respondía así: “A mí me encanta la foto. EAJ-PNV enfrentando de cara al facherío”. No solo a ellos: el PNV parece ahora el enemigo a vencer, por supuesto para Vox, UPN y Bildu, pero también para Podemos, que intenta dejarle fuera de la suma, e incluso desde algunos escaños del propio PSOE, como si la negociación fuera rendición. Pues que exploren las alternativas.

Y el gobierno español, contra sí mismo

He vuelto a leer con cierta fidelidad las columnas de Fernando González Urbaneja porque creo que sus análisis son eso, análisis, y no simples elucubraciones: para él, la subida del SMI es lógica, más que la que han asignado a los funcionarios, pero no por ello deja de ser un caballo de batalla más de Iglesias. “Se trata de proponer objetivos que confronten con la posición de Calviño para luego someter el dilema a la mediación o decisión del presidente Sánchez”, escribe en República.com, donde también apunta que el problema de fondo no lo ataja tampoco este gobierno: los bajos sueldos en España.

Pero no tanto con “la gente”

De Pablo Iglesias me gusta, sobre todo, que para él el medio es importante. Los fines son las consecuencias de su estrategia, sus pulsos y su capacidad para resistir. No me gustan sus métodos pero respeto esa devoción por hacer el camino. Los que nos obsesionamos con ello, por desgracia, no sabemos disfrutar de los logros. Pero el camino de Iglesias tiene curvas porque su gobierno, el de “la gente”, el del juego de tronos sin fin, es el que plantea subir hasta los últimos 35 años trabajados para calcular la pensión de cada trabajador, ahorrando una pasta al erario quitándosela al currela. Así de claro.

Volvemos a empezar

La primera tanda electoral de este maratón ya está resuelta. Solo nos queda el partido de vuelta, que empieza en solo diez días. En Madrid, de aquí a finales de mayo se espera muy poco movimiento: independiente del resultado, ¿quién va a querer posicionarse marcadamente antes de otras elecciones en las que hay tanto en juego: eurodiputados, alcaldes, concejales, diputados generales, la presidenta foral y, en España, también presidentes autonómicos? Así que lo que se quedó sin resolver así se mantendrá, como las casi 300.000 familias con todos sus miembros en paro solo en Andalucía.

Les toca

El rumor de las próximas elecciones ya se oye, como si fuera un ejército medieval que se aproxima al castillo a través del bosque con caballos y pesados carruajes. Todos pensamos en los ayuntamientos, algo menos en las diputaciones (las grandes olvidadas pese a su importancia en nuestro país), y los menos, en Bruselas y Estrasburgo. Pero allí, en esos parlamentos tan relevantes, mucho más de lo que creemos, hay políticos y políticas de mucha altura profesional y humana. Los tuits de reconocimiento mutuo que se cruzaron Izaskun Bilbao (PNV) y Eider Gardiazabal (PSE) son buena prueba de ello.

No, la política no es cuestión de fuerza

La política es el arte de encontrar y explorar el espacio común para pactar hasta las desavenencias y, así, poder avanzar como gobierno y sociedad. Si algo no es la política es la demostración del músculo y la fuerza: al vídeo de Vox en el que Abascal era presentado como el aliado para repeler un ataque en tu propia casa, ahora podemos sumar el tuit de la periodista de Libertad Digital (lo segundo limita a lo primero), Elena Berberana, que presentaba a la culturista que forma parte de la candidatura de ese partido en Leganés, preguntando qué independentista iba a meterse con ella por sus músculos.

Que la próxima sea diferente, por favor

El investigador Guillem Vidal se preguntaba en Twitter durante la recta final de la semana pasada: “¿Soy yo o en esta campaña no se está hablando de nada en absoluto?”. Por supuesto, apenas se habló de algo interesante: ¿con qué ideas sobre Cultura, Educación o Sanidad se presentaron a las elecciones los partidos españoles? Ni idea. Todo se resumía a una cuestión de paradigmas: España rota o España entera pero de extrema derecha. Así, es normal que en Catalunya o Euskadi las opciones nacionalistas hayan servido como refugio ante la nada con bandera grande o más grande.

Un poco de no-política

Necesito descomprimir, no puedo negarlo. Necesito una novela ligera, una botella de vino blanco con un pescado que no quepa en la brasa, y gritar cuatro goles del Athletic en San Mamés. Así que, en la medida que pueda, esta semana les hablaré de cualquier cosa menos de política. Pero me temo que podré hacerlo poco aunque, como hoy, lo intente: “El fundador de SoftBank, Masayoshi Son, perdió 130 millones de dólares en Bitcoin”. Así introducía el siempre interesante Ángel Jiménez la noticia sobre cómo uno de los principales inversores en monedas electrónicas ha perdido ya parte de su millonario gasto.