Con la entrada de medio govern catalán y dos líderes sociales en prisión preventiva hemos sentido un escalofrío recreando qué es lo que les esperaba. Hoy hace un año que unos jóvenes de Altsasu están viviendo el mismo horror mientras a los Guardia Civiles que participaron en la misma pelea han sido condecorados. No hace falta mucha sensibilidad para darse cuenta del enorme error que cometieron todos los que intervinieron en aquella trifulca, pero la diferencia de consecuencias es manifiestamente injusta.
Supremacistas y ricos
Creo que el usuario @llimoo (42.700 seguidores) está siendo irónico con su tuit: “La burguesía catalana alumbrando con la linterna de sus iPhone X”, como respuesta a la cantidad de estupideces, fruto de una propaganda burda, que hemos leído sobre los nacionalistas catalanes, definidos ahora como un grupo de pijos después de ser señalados como supremacistas. ¿De verdad cuela en España que los 750.000 asistentes a la manifestación del sábado eran los ricos de Catalunya?
Hablando de millonarios
Sí que son ricos, sí que son clasistas (porque forman un oligopolio) y sí que desprecian a sus semejantes quienes están en el ajo de organizar un sistema de consumo eléctrico que solo beneficia a las grandes empresas: en InfoLibre denuncian que las eléctricas cada vez ganan más porque, lógicamente, los usuarios cada vez pagamos más. Y este gobierno del PP ya se ha encargado de laminar las fuentes alternativas de energía para generar más competencia. ¡Qué estafa!
No me gustaba pero…
Nunca me gustó Chiquito de la Calzada, y no tenía pensado escribir sobre él en la columna, pero tengo que rendirme a la evidencia: en redes sociales su fallecimiento ha sido un tema muy comentado e incluso lamentado, los vídeos de sus actuaciones han proliferado y hemos leído hagiografías en digitales realmente deliciosas. Vaya, era un cómico querido y hasta los más sarcásticos, como @esenfacha, se han rendido en España: “Está el país como para perder humor”.
Que no se nos olvide Nokia
David Cano nos recordaba en Twitter que solo han pasado 10 años de la portada de Forbes en la que se preguntaban si alguien iba a ser capaz de desbancar al entonces líder de la telefonía móvil: Nokia. Hoy la marca es casi un recuerdo y Apple o Samsung son los nuevos reyes. Hoy nos parecen imbatibles, como Facebook o Twitter, pero no olvidemos al gigante sueco: ¿caerán Facebook o Apple? ¿Puede alguien ser capaz de sustituir a Google? ¿Y qué vendrá después?