Y salió Bea Fanjul

Por si la campaña del PP no había sido suficientemente disparatada, en la recta final decidieron poner detrás de un atril a Bea Fanjul, cuyo discurso está ya en la historia de las campañas desastrosas: llamar “malo conocido” a la candidata y pedir que a Ángel Carromero que no la matase, cuando el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso está condenado a cuatro años de prisión en Cuba por homicidio involuntario, es una bestialidad. Una bestialidad y el resultado de elegir a representantes (Fanjul es diputada por Bizkaia y presidenta de Nuevas Generaciones) cuyo único discurso consiste en ser joven, alocada y de derechas.

¿Lo bueno por conocer?

Si Isabel Díaz Ayuso es lo “malo conocido”, según Bea Fanjul, ¿quién es lo “bueno por conocer”? Mónica García, la candidata de Más Madrid, partía en desventaja por alcanzar menos notoriedad que la del PP, Iglesias, Gabilondo o Monasterio. Pero ha acabado por hacerse un hueco como alternativa a Díaz Ayuso. Alternativa en todos los aspectos: profesional de la medicina, madre, progresista y centrada, frente a las salidas incomprensibles de la actual presidenta. Más Madrid puede ser hoy la primera opción de la izquierda madrileña, y Errejón puede coger aire y liderar una nueva izquierda española.

La campaña del postureo

Pablo Iglesias se equivocó de ola y, claro, se ha caído de la tabla antes de ponerse de pie sobre ella: cambió su vicepresidencia por ser cabeza de lista de su partido en Madrid, mostrando lo desnortado que estaba, y su campaña se ha basado en competir por ser el más belicoso con Isabel Díaz Ayuso y el tándem Monasterio-Abascal. Lo más probable es que su partido sea hoy la quinta fuerza, la última en el Parlamento, y que su radicalidad haya asegurado el gobierno de derechas. El frentismo de su campaña solo ha sido comparable al postureo: las fotos que lo endiosaban lo alejaban de la realidad. Así ha sido su política siempre.

Despedirse citando a Hegel

Diaz Ayuso sabía que pillaba a casi todos desprevenidos cuando convocó las elecciones: solo Podemos supo recomponerse con un autogolpe. Pero el PSOE no supo o no quiso montar una alternativa a Ángel Gabilondo. Así que el veterano político ha sido el cabeza de cartel a su pesar, o eso transmitía. Su despedida de la campaña en Twitter, citando a Hegel, (“Nada se ha hecho sin una gran pasión”) es solo el último ejemplo de lo extraño que ha sido todo en el PSOE. Un PSOE del que solo espero que no se deje convencer por el PP de que estas elecciones autonómicas tienen que ver con el gobierno de Pedro Sánchez.

España

Tengo la sensación de que todos, empezando por mí, hemos escrito demasiado sobre la extrema derecha española. Es evidente que lo son y quien no lo vea es más tonto de lo que cree o es un colaboracionista. ¿Qué campaña han hecho Monasterio y su jefe de la misma, Abascal? La que esperábamos: señalar a emigrantes, hablar de falsas libertades, beneficiarse de cuentas falsas en redes sociales para colocar mentiras y sacar la bandera a cada paso. No hace falta decir nada: ellos solos se definen. Tampoco hace falta mencionar a Edmundo Val ni a Ciudadanos que, como UPYD, se disuelven en la insignificancia. Que voten de una vez.

El cambio de marco

Isabel Díaz Ayuso inauguró la precampaña con un “socialismo o libertad” que, en cuanto saltó Pablo Iglesias a la arena electoral, se convirtió en un “comunismo o libertad”. Todo el mundo sabe que en el PP son muy buenos aceptando regalos. Evidentemente, la presidenta de la comunidad de Madrid se basa en trazo grueso y populismo baratujo. Así que en cuanto las cosas se han puesto serias, su lema no solo no ha aguantado, sino que se le ha girado: la campaña madrileña, a una semana de su final, se ha abierto, y “fascismo o democracia”, como indican en El Plural, se presenta como una disyuntiva real.

No quieren que votes

Se autodenomina “Junta Democrática de España” e intentan que la gente no vote desde su cuenta en Twitter. Tan chorra como suena. Más que un cambio de marco o un giro es una bobada, lo sé, y sus caras de seriedad mientras rompen papeletas dan para una parodia. Pero ahí están, haciendo ruido con Rubén Gisbert a la cabeza del ridículo y el intento de engaño. Este liberal ha grabado un vídeo mirando a la cámara como si su honestidad estuviera a prueba de pistola de pompas de jabón. Se toman tan en serio Rubén y su clac a sí mismos en su intento de que quienes dudan se queden en casa, que no hay espacio ni para la caricatura.

Un girito en los acontecimientos

En El Independiente confirman lo que muchos barruntábamos: “Albert Rivera facilitó a Casado la incorporación de Toni Cantó al PP”. No me refiero solo a la intervención de Rivera en el fichaje de Cantó por el PP, sino al modo en el que el antiguo líder de Ciudadanos se ha entregado a los de Génova 13 (hasta que vendan la sede). Según el relato en el digital, Rivera adelantó vía telefónica a Pablo Casado las intenciones del actor, así que los acontecimientos solo tuvieron que sucederse. A Ciudadanos ya no le queda nada para el hundimiento total y quienes puedan saltarán a los salvavidas del PP… Si queda alguno libre.

Ni siquiera es noticia

Lo que no es ni noticia es que Fernando Savater se haya entregado también a la derecha. Tampoco lo fue la foto de Ayuso con Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros. Ninguno de los tres llega a la figura de jarrón chino que nadie sabe dónde poner porque tienen patas y los tres han elegido la caspa, el populismo y el colaboracionismo que vendrá cuando Ayuso tenga que negociar con Vox su investidura. En ex de UPYD adelanta motu proprio su intención de arreglarse con la extrema derecha y aceptar sus votos “para librarnos de Sánchez”. Tiene tan perdido el norte que le da igual usar esa referencia durante unas autonómicas.

Notoriedad por la derecha

No podemos decir de Pablo Casado que no esté intentando ensanchar la posición del PP en la derecha: de Albert Rivera a Redondo Terreros pasando por Toni Cantó, Leguina, Savater y hasta Gorka Maneiro. “Soy de izquierdas pero siempre preferiré una derecha democrática que una izquierda antidemocrática”. Y he aquí la equidistancia colaboracionista. Porque la izquierda que se presenta a las elecciones madrileñas, nos guste o no, es democrática. Y si hay un partido que quiere reventar la democracia con balas y navajas es el que está a la extrema derecha. Para saberlo solo hay que distinguirse una mano de la otra.

Iglesias dice la verdad

Pablo Iglesias dice la verdad cuando afirma, como hizo en una entrevista en la SER después de abandonar el debate ante la desfachatez de Rocío Monasterio, que “el fascismo forma parte del proyecto Ayuso” (El Nacional), porque la del PP tiene claro, como lo tenemos todos, que pretende sacar los votos que le faltan para la mayoría absoluta y ser investida presidenta de los escaños de Vox. Y todos sabemos, como lo sabe también Ayuso, que la extrema derecha no regala nada. Así que en el programa de gobierno del próximo ejecutivo de Ayuso si sale elegida entrarán propuestas y apuestas de Vox, las disfrace como suyas o no.

Son lo que son

El pasado fin de semana un texto en El País de Juan José Millás sobre Rocío Monasterio fue muy comentado en Twitter por la finura con la que el escritor trazaba a la candidata, y por cómo escoció a los fachas y sus colaboracionistas. En Twitter, César Rendueles también definió muy bien quiénes son estos nuevos fascistas a los que hacemos frente: “Hay quien cree que exageramos con Vox, que esto es una pelea entre radicales. No: simplemente los conocemos. Son los skins que daban palizas, los pagafantas pijos que les animaban, los franquistas de comisaría, los ultras de estadio, los homófobos y machistas militantes”.

Ni equidistancia ni gaitas

Eric Alterman en The Nation nos regaló en su día un titular que resume muy bien la batalla que libramos en este mundo hiperconectado: “You don’t have to publish both sides when one side is fascism” (“No tienes que publicar las dos versiones cuando una es la del fascismo”). El texto, de 2020, va sobre Trump y los grandes medios, pero su esencia está hoy plenamente vigente. Enrique Lavigne fue quien recuperó el artículo en Tiwtter hace un par de días. Ayer, la ministra Maroto recibió una carta con una navaja manchada de lo que podría ser sangre. Karl Popper tenía claro cómo tratar a los nazis. Sigamos su ejemplo.

Hay que dejarlo claro. También aquí

Ricardo J. G. dejaba claro también en Twitter una sentencia que todos tenemos que grabar en nuestros cerebros: “Pues claro que somos moralmente superiores a ti, amigo de los nazis. Faltaría más”. Una sentencia que, además, es perfectamente aplicable en Euskadi, donde hemos tenido que convivir con una banda fascistas que mataba a quien pensaba diferente y, ahora, tenemos que convivir con quienes quieren que lo olvidemos y quienes, a cambio de un escaño, se pasan el día con la lejía, a ver si blanquean algo. Pero, no, en todos los sitios hay dos bandos muy claros: la escoria fascista y las personas.

No, no ayudó

Nos enfrentamos en el mundo a la extrema derecha de verdad, la heredera de los nazis que cometieron las mayores barbaridades, la heredera del franquismo que siempre estuvo ahí pero ahora se muestra empoderado y orgulloso. Y parece que a algunos les cuesta distinguirla. Sin duda, en nada ha ayudado que durante años el término “fascista” o “facha” se usara con despreocupación y abundancia. En ocasiones hasta por quienes ejercían o defendían un verdadero fascismo en Euskadi. Lo que tuvimos que aguantar. Pero la culpa sigue siendo de quienes no distinguen un fascista de un demócrata. Allí y, una vez más, aquí.

Hasta las gallinejas

Empieza a ser agotador lo que Miguel Aizpuru define en Twitter como “Madridcentrismo en prime-time”. Ya sé que entre todos alimentamos al monstruo centralistas, y que yo mismo he contado cosas de la campaña madrileña, ¡cómo no hacerlo si tenemos la campaña más populista a tan pocos kilómetros! Pero hacernos partícipes a todas y todos, con debates en la televisión nacional, es o un exceso o una paletada. Así de claro. Por si fuera poco, Florentino Pérez insiste en aparecer y explicar su idea exclusivista que, pese al desastre, algunos se la siguen comprando haciéndose un autorretrato de los de guardar.

Fascismo o todo lo demás

Vamos por partes. Vi el debate entre las candidatas y candidatos a presidente de la Comunidad de Madrid en LaSexta unos 10 minutos. En la primera ronda completa que pude observar aprecié que nada iba a sorprenderme y ese formato, en Madrid y en Euskadi, es muy poco atractivo para cualquier espectador. Además, opino como Ícaro Moyano: “Monasterio ha sacado el cartel de los menores no acompañados con orgullo desafiante. Con la altanería ofensiva de los fascistas. Estos son los socios del PP. Con estos va a gobernar Ayuso. Y ya está, todo lo demás es humo”. Sí, a veces la política es así de fácil.

Para que quede claro

El cartel al que hace referencia Ícaro Moyano, que evita difundirlo acertadamente, busca señalar a los menores que llegan a Madrid (o a Euskadi) solos, huyendo de la ruina, y quieren integrarse en esta sociedad. Jordi Nieva-Fenoll recuperó en Twitter el mismo miércoles, en medio de la refriega, un cartel de la propaganda nazi que “explicaba que con los 5,50 marcos que costaba diariamente al Estado una persona con una enfermedad hereditaria, podía vivir una familia sana durante un día”. Por si le quedaba alguna duda a alguien de contra quién batallamos políticamente o, peor, está dispuesta a pactar.

Superliga. Escena 5. Toma 2

Hemos asistido al anuncio de la Superliga, a su justificación, a su tambaleo, a su destrucción y, ahora, estamos asistiendo a la quinta escena: su defensa pese a las evidencias. En directo estuvo de nuevo Florentino Pérez, esta vez en un programa de radio que no se llama “El Chiringuito”, para no dar tantas pistas, justificando otra vez lo injustificable: el acceso al olimpo deportivo vía gasto y no vía esfuerzo. “No puede ser lo de la Liga española, que los de equipos arriba perdamos dinero y los demás ganen dinero”, dijo el empresario a Manu Carreño. Lo que no puede ser es que quienes despilfarran señalen a quien ahorra.

El Atlético, como la Infanta Cristina

El Atlético de Madrid ha tenido que elegir y ha optado por la vía que inauguró la infanta Cristina: entre ser responsable y no enterarse de nada, optan por lo segundo. Rubén Uría ha desgranado en Twitter la carta que ha enviado a su afición el club “colchonero” y es una de las mejores colecciones de excusas que he visto esta semana. Solo ha faltado la de que el perro se comió el contrato: les engañaron con los clubes implicados, les engañaron con que se iba a negociar con la UEFA, y ahora los gestores piden perdón y aseguran que no volverá a suceder. Solo les falta posar con unas muletas.

El fin de la comedia

He estado viendo estos días la serie de Ignatius Farray y he descubierto a un humorista inteligente, un guion atrevido y una ficción muy cuidada. En paralelo, Telecinco ha ido emitiendo una entrevista a Rocío Carrasco, muy troceada y comentada por sus habituales. Ha pretendido generar una catarsis mascando el chicle de siempre: ha sustituido el reinado televisivo de Antonio David Flores por el de su exmujer. Y aunque hablar de malos tratos en público pueda ayudar a mujeres maltratadas, la desvergüenza del canal es mayúscula, porque participó en el maltrato dando voz, cobijo y dinero a quien ahora señala.

España les roba

¿A cuánta gente roba España? La CAV paga más lo que le corresponde en el Cupo tanto por PIB como por población. En Catalunya, la inexistencia de un concierto al estilo vasco fue el desencadenante del movimiento independentista. Y ahora la presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del PP “reclama a Sánchez 1.720 millones de IVA y fondos que corresponderían a Madrid” (Fernando Valls, en Twitter). Ya sé que estamos en campaña y que Díaz Ayuso hace causa de ser el ariete contra el gobierno de España, pero el “España nos roba” en versión castiza y cínica no lo vi venir. Me cuesta creer que alguien tenga tanto morro.

Ahí no va

Ya sé que la milonga dice que “en campaña todo vale”, pero no es cierto: los espacios electorales, los plazos para la publicidad y el límite de gasto están muy medidos. Otra cosa es que te los pases por el forro. En Euskadi lo conocemos bien: algunos creen que la calle es suya, como hizo Fraga. Y en Madrid, Podemos, también: la diputada de IU en la Asamblea, Vanesa Lillo, mostraba con orgullo en Twitter un cartel puesto fuera de los espacios electorales. A eso hay que sumar los posts promocionados en Facebook incumpliendo el calendario de inserciones publicitarias. Es cuestión de estilos y el suyo está muy claro.

¿Y los socios qué opinan?

Aunque creo que los socios del Real Madrid y del FC Barcelona estarán a favor de que sus clubes funden la Superliga y se instalen en ese olimpo industrial, me resulta significativo que los presidentes de ambos clubes (en el caso catalán, dos directivas, además) hayan actuado a espaldas de todos, incluida su masa social. No me he caído de ningún guindo: me parece criticable que una parte del futuro del fútbol la hayan decidido una docena de hombres en grandes hoteles y despachos, alejados de las bases. ¿Cuánto tiempo más van a mentir con que los aficionados chinos e indios mantendrán el valor de sus clubes y sociedades?

Siempre conmigo

Este mes de abril ha sido menos duro que el de 2020. Pero en lo futbolístico ninguno habrá sido peor para el Athletic en toda su historia. Marcelino García resbaló con sus propias excusas después de la segunda final no competida y perdida en 15 días. De él y de los jugadores espero a partir de ahora que hablen solo en el campo. Pero si algo he aprendido estos días es que no hay “beti zurekin”, sino “beti nirekin”. El Athletic es parte de mí y además, lo abrazo, con todo lo que conlleva. Salvo por eso, estoy más de acuerdo con Lander Otaola que con otros derrotistas en Twitter. Hoy toca animar contra el Betis. Aupa Athletic!