Todo fue propio de un esperpento en el Congreso de los Diputados la tarde del jueves: el transfuguismo de los de UPN, el error en la votación del diputado del PP, Alberto Casero, y el inicial de Meritxell Batet al contabilizar y anunciar el resultado. Podemos llamarlo esperpento, sainete o entremés: la política española ha demostrado una flexibilidad inesperada para retorcerse innecesariamente porque, al final, todo termina como siempre. Nada nos sorprende en las formas y los fondos de UPN, en las trampas del PP ni en su abrazo con Vox, ni nos sorprende ya la suerte de Pedro Sánchez, el más iconoclasta saliéndose con la suya.
Nada
Jaume Asens no ha entendido nada y lo peor es el motivo: porque no quiere entenderlo. “Esta tarde por unos segundos ha ganado el ‘no’ pero solo se han levantado a aplaudir PP y VOX. ¿Por qué los demás partidos que han votado contra la reforma no han celebrado su victoria?”, tuiteaba el de Podemos. Y seguro que sigue creyendo que su pregunta es pertinente, como si quien celebraba algo no celebrase un cambalache injustificable, como si no hubiese oído los discursos de Esteban o Rufián, o como si el Congreso fuese un circo. Es difícil mostrar una mirada tan corta en solo un tuit, pero Asens lo ha logrado holgadamente.
El PSN, mal
Anda Endeko Andueza dejando recados a Andoni Ortuzar y al lehendakari, como si su partido fuese el PSOE y este no tuviera nada que ver con el PSE… O con el PSN, que fue el que accedió a un trato con UPN a cambio de unos votos que, para colmo, no se dieron. Ramón Alorriz explicaba en Twitter que ellos sí habían “cumplido” con los de Navarra Suma, a lo que Xabier Lapitz respondía con acierto: “Pues hablar claro es de agradecer. Lo del intercambio es un cambalache que dice muy poco de PSN y de UPN. De hecho contribuye al descrédito de la política”. Efectivamente, de esto último es de lo que hablamos.
UPN, peor
Javier Vizcaíno también tuiteaba con una claridad indiscutible: “Adanero es un vividor. Tipo simpático, sin duda, pero un jeta del quince. Espero que hoy sea el principio del fin de su carrera. Y a ver de qué vive. Lo de Sayas es peor. Mala persona sin matices. Lo peor de lo peor de la política”. Ambos demostraron de qué madera estaban hechos mintiendo a su partido, dando la espalda a un acuerdo, sorprendiendo en la votación y volviendo después a sus despachos. No puedo ni imaginarme la situación ni la cara dura que hay que tener para provocarla. Si algo aprendes en política es que el camino es más largo que ancho.
Va de esto
La jugada del PP, de la mano de Vox, con la colaboración necesaria de UPN y la sorpresa desagradable de Alberto Casero, es una jugada perdedora. Y el resultado de la votación es lo de menos. En este caso, en el medio elegido va el mensaje: destruirlo todo como sea. “Entre lo de ayer del Congreso y lo de Lorca hay más en común de lo que parece. Hay partidos que están intentando derrocar a los gobiernos de izquierdas a golpe de deslegitimar la democracia y sus instrucciones. Jugar al descrédito y a la legitimación del todo vale por obtener el poder”, tuiteaba Verónica Fumanal. Jugadas que se suman a las anteriores.