Las excusas de la infanta Cristina

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Prepárense para leer los argumentos más irrisorios que puedan imaginar y que son los que pondrá en juego la defensa de la infanta Cristina, según ‘Vozpópuli’, para evitar su imputación en el caso Noos. Si con ellos, se libra, es que la justicia, definitivamente, no es igual para todos. Allá van: “Era madre de cuatro hijos”, “colaboraba con la Casa Real”, “en La Caixa, sin conocimientos de banca”, “licenciada… pero en Ciencias Políticas”, “le hacían la declaración de la renta”, y “la convivencia cotidiana” como excusa final. En resumen, no le importa pasar por tonta. ¿Mejor eso que culpable?

El PP se beneficia a sí mismo

Vamos a ver: si tenía una caja “B”, su tesorero se hizo millonario en el ejercicio de este cargo, y pagó “en negro” la reforma de su sede central, ¿por qué en el PP iban a ruborizarse por proponer una reforma electoral que les beneficia claramente? Es más: Cospedal ya lo ha hecho en Castilla-La Mancha, reduciendo los escaños justo para minimizar a la oposición. El siguiente asalto, el de los municipios, como denuncian en ‘Público’ y donde, con los números en la mano, al PP le iría mejor nombrando alcalde al cabeza de la lista más votada. Y si para eso hay que cambiar la ley, se cambia, que tienen mayoría absoluta.

Guerra sucia

Por suerte, hacía tiempo que no leían esa expresión pero, por desgracia, han vuelto a hacerlo. La “guerra sucia” vuelve, sí, y viaja en Twitter. Esto es lo que publican en ‘La Marea’: “José Manuel Sánchez Fornet, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), la central sindical mayoritaria del cuerpo, afirmó ayer en la red social Twitter que el gobierno de José María Aznar vendió armas a ETA en dos ocasiones”. Y dijo más: “[Rafael Vera] apoyó la guerra sucia. Fue muy tolerante con la tortura. Se quedó con el dinero de fondos reservados, como tantos otros. De lo que yo sé, todo lo que ha dicho hasta ahora Vera es cierto”, “que le pregunten si González y al si rey conocían la guerra sucia del GAL”.

Franquismo y Gallardón

¡Menuda familia le ha tocado en suerte a Gallardón! Primero, el hijo que tiene un accidente de tráfico y corre a refugiarse a casa de su padre, el ministro. Y después (pero también antes) su suegro, el franquista, que ahora defiende con exaltaciones de patriotismo rancio el monumento al fundador de La Falange que hay en Granada. Lo denuncian en ‘Andaluces.es’, donde recogen con cierto asombro el artículo de opinión, con loas expresas a Primo de Rivera, que ha publicado José Utrera Molina, ex ministro de Franco, en el ‘Abc’.

Doble moral

A cuenta de la SICAV de los europarlamentarios, me ha parecido magistral el párrafo que, a modo de resumen, hemos encontrado en ‘Politikon’: “La dignificación del ejercicio de la política, y la asignación de recursos suficientes a los que la ejercen, especialmente en el caso de representantes electos, ha sido una aspiración tradicional de la izquierda. (…) No obstante, desde hace unos años, y ante el comprensible cabreo de buena parte de la ciudadanía por la crisis económica, las deficiencias en la gestión pública y la frecuente falta de ejemplaridad, esta aspiración ha dado paso a una frecuente y transversal demagogia antipolítica. Queremos tener a los políticos más formados y honrados, pero pretendemos escatimarles las condiciones que los atraigan a la política y los alejen de otras ocupaciones o tentaciones. Nos escandalizan las ‘puertas giratorias’, pero también las carreras largas y asegurar el futuro de quienes entran en política”.