Estoy de acuerdo con Pablo Iglesias en que “la disponibilidad de EH Bildu para votar sí a los PGE es una buena noticia”. Pero cualquiera que tenga un poco de memoria no puede estar de acuerdo en la última parte de su tuit: “El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección de Estado”. Bildu se abstuvo en la investidura a Pedro Sánchez, y se enrola ahora al barco de los PGE que contienen subidas a los funcionarios españoles, policía, gobierno y asignación a la Casa Real. Y la dirección de un Estado no se decide con sumas estratégicas, sino con aportaciones. Eso es de primero de política.
La realidad a medida
Cuando un partido político vira en un sentido que ha despreciado durante 40 años no lo puede hacer con soberbia y sí debe hacerlo dando muchas y muy claras explicaciones sobre por qué y cómo ha llegado a la conclusión de que llevaba tanto tiempo equivocado. Sobre todo, no lo puede hacer insultando a los partidos que le llevan esos 40 años de ventaja. A menos, claro está, que el líder de ese partido se empeñe en dibujar una realidad paralela, como Arkaitz Rodríguez. Pero Rodríguez sabe muy bien para quién habla: para quien ha justificado tantas barbaridades que esta, únicamente política, le parece menor.
Y que no nos tomen el pelo
En cualquier caso, la decisión de Bildu no solo es un movimiento táctico: implica una serie de responsabilidades. La izquierda abertzale ha decidido votar sí a los incrementos salariales ya citados en el párrafo anterior, a la compra de armamento para el ejército español, a la equiparación salarial de la Guardia Civil, al uso de los fondos europeos y a otras subidas impositivas que, ya lo hemos avisado en esta columna, recaerán en la clase media. Lo de siempre, pero ahora también avalado por ellos. Un aval que ha extendido al gobierno que ha mentido sobre el IVA de las mascarillas para seguir haciendo caja.
Por fin, justicia
La decisión del Govern de restituir a Josep Lluís Trapero al frente de la policía catalana es una decisión justa. Y como tal hay que celebrarla. La política, en su variante ejecutiva, es muy dura, muy difícil y muy ingrata, salvo para quien se la toma únicamente como un modo de enriquecerse. Por lo que sabemos, el Mayor Trapero ha demostrado que es de los que asumen responsabilidades: lo hizo durante el ataque yihadista y lo hizo en el ya histórico 1 de Octubre catalán. Y lo hizo, además, bien: sin indicios de delito por acción u omisión. Así que su restitución es justa, necesaria, de ley… Y muestra el camino.
Quiero emocionarme igual
La clasificación de la selección escocesa de fútbol para la próxima Eurocopa es una noticia estupenda para los vascos, porque la “Tartan Army” servirá de recordatorio de que la selección de Euskadi también podría disputar la clasificación, y quién sabe si la fase final, si hubiese voluntad política. Que no nos den más explicaciones, empezando por los progres que dan la bienvenida a Bildu a la dirección del Estado español, porque ya no cuelan. Yo quiero emocionarme como Sturgeon. Para empezar, el lunes le toca a nuestro equipo demostrar que es competitivo sin dinosaurios en la punta de la lanza.