Qué

Las cuestiones de Dick Durbin a Mark Zuckerberg son, como muchos han apuntado, la esencia del problema: el senador demócrata preguntó al fundador de Facebook si diría ante la comisión de investigación, el público y las cámaras en qué hotel se ha hospedado y con qué amigos ha chateado esta semana. Zuckerberg respondió que “no” sabedor de lo que venía: ese es el problema, Facebook ha dado información sobre nosotros sin preguntar ni acatar la respuesta.

Quién

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Básicamente por la falta de control. Cuando Zuckerberg y otros crean Facebook en 2004 lo hacen sin modelo de negocio. Empiezan a vender anuncios a marcas en su web para estudiantes de Harvard y, mientras crecen y saltan a otras universidades, descubren la segmentación que les ofrecen los propios usuarios. Nadie les controla y comienzan a vender esos datos a marcas y aplicaciones, sin ocuparse de qué hacen ellas con nuestra información.

Cuándo

Zuckerberg ha reconocido que Facebook ha cometido errores abriendo las puertas de su gran base de datos a otras aplicaciones sin hacer seguimiento de lo que éstas hacían con nuestra información. En esencia, se trata de control. O de descontrol. En la empresa no tuvieron ese control porque el descontrol les hacía muy ricos. Pero la responsabilidad creo que recae también en lo público: los legisladores tenían que haber puesto en aprietos a Zuckerberg mucho antes.

Dónde

Ahora aplaudimos a Dick Durbin y sus colegas que, en general y según cuentan las crónicas, estuvieron acertados contra Zuckerberg. Un punto a favor para las comisiones de investigación del senado estadounidense que hacen sufrir al asistente, todo lo contrario a lo que vemos en las del Congreso o Senado españoles, o la Comunidad de Madrid, recientemente. Pero la loa tiene que ir acompañada de crítica: Facebook se ha beneficiado de un sistema neoliberal que es el que tiene que estar en entredicho.

Cómo

En Xataka han hecho la crónica más completa de la comparecencia de Zuckerberg, destacando frases y, sobre todo, silencios que mostraban dudas o la elusión de una respuesta que todos intuimos pero el fundador de Facebook no puede verbalizar: información que “en general” no se comparte con terceros, información que “debería” eliminarse cuando nos damos de baja de Facebook o información que no se vende… Pero que no desmiente ni confirma que se “alquile”.

Ni víctimas ni sorprendidos

En Facebook no son las víctimas del embrollo que ha generado, otra vez, Donald Trump. Si el actual presidente se apoyó para ganar en los datos que Cambridge Analytica había recabado por un agujero de seguridad en esta red social, y estos se habían obtenido de un modo que comprometía a Facebook con pleno conocimiento de Facebook, la culpa, evidentemente, solo es de Facebook. Ángel Jiménez en Twitter explica muy bien la secuencia, que no se hagan los sorprendidos.

Y Facebook reacciona fatal

Pero el mayor fracaso de la hasta ahora todopoderosa Facebook ha sido su mala reacción cuando se ha publicado lo que, por otro lado, muchos intuíamos. Primero, un silencio cuestionable. Después, una sorpresa que nadie se cree. Y finalmente, como cuenta Manuel Moreno en Trecebits, unas medidas que, simplemente, por novedosas ofenden: el control sobre las aplicaciones de terceros y la información transparente a sus usuarios tenían que estar ya en marcha.

Sabido… ¿y consentido?

Nadie lo admitía. Tampoco nadie lo esperaba. Pero es evidente que Facebook hacía negocio con los datos: no solo se trataba de colocar anuncios en su plataforma con públicos autosegmentados, podía tratarse también de gestionar esa enorme base de datos… O de dejar que la gestionen. En The Guardian continúan el serial: Sandy Parakilas, un ex de la empresa, admite que la “recolección” de datos de otras aplicaciones era algo normal y que Facebook simplemente miraba para otro lado.

Solo es un negocio

Uno de los fundadores de WhatsApp, Brian Acton, que formó parte del reparto de los 19.000 millones de dólares que Facebook pagó por la compañía y trabajó después tres años para Facebook (en WhatsApp, claro), ha tuiteado que tal vez haya llegado la hora de que borremos nuestros perfiles en la red social. No podemos perder de vista que cuando se fue Acton puso en marcha Signal, una plataforma de mensajería parecida a WhatsApp pero más segura. Vaya, qué casualidad.

Pero tetas, no

La mejor frase publicitaria se la escuché a Steve Jobs: “Quien quiera porno que se compre un Android”. Pero hay porno en Twitter, Flickr o Tumblr (que se ofrecen en los iPhone), y no lo hay, es cierto, en Instagram o Facebook (aunque aquí sí que hay grupos para compartir fotos sugerentes de menores). Ambas plataformas, propiedad de Facebook, son especialmente mojigatas, capaces de censurar el cuadro “La Libertad Guiando al Pueblo”… Y permitir luego la recolección de datos.

Inmunes a la mala suerte

Pasarán los años, las décadas y puede que, al final, Facebook desaparezca de Internet. Pero siempre será digno de estudio. No solo porque Zuckerberg inventó las redes sociales digitales tal y como las conocemos: empresarialmente Facebook es perfecto y ha generado un modelo de negocio excepcionalmente rentable con adquisiciones que le permite seguir dominando el mercado. Así, pierde un millón de usuarios en España pero Instagram, de la que Facebook es propietaria, se dispara.

Tebas no necesita una pata de conejo

Y si cree que la necesita se la compra bañada en oro y recubierta de diamantes, si quiere. O como llavero del mando a distancia que abra un deportivo. Todo eso y mucho más podrá permitirse Javier Tebas con los 1,2 millones de euros fijos más variables que cobrará como presidente de la Liga. En El Español recuerdan sus méritos económicos (“Los ingresos de la LFP superan ampliamente los 3.000 millones de euros”) y que en Italia quieren ficharle para que reactive el Calcio.

La mala suerte del principiante

La nueva política nos está permitiendo establecer un axioma: “Si crees que la democracia llegó contigo vas a hacer el ridículo”. En Euskadi lo hemos visto con los nuevos entusiastas de la democracia que antes preferían la lucha armada, y en España, con Podemos o Ciudadanos. Pablo Echenique (que pasó por el segundo para acabar en el primero) defendía la novedad de la portavocía de Irene Montero. En Twitter le recordaron todas las que le precedieron, como Soraya Sáenz de Santamaría.

El mal fario que te buscas

La historia de Sito Miñanco es propia de una peli de mafiosos de Scorsese. El narcotraficante había vuelto a montar su estructura con algunas innovaciones como reunirse con sus colaboradores en sitios bien visibles para decir a la policía que estaba tomando un café con viejos amigos… O llevar una vida austera: compartía piso (con su socio colombiano) y comía normalmente un menú del día o bocadillos. ¿De qué te sirven 15 millones en patrimonio si llevas una vida tan normal?

Afortunado en amores

Mariano Rajoy baila tan mal como yo… Pero es evidente que tiene más éxito con las mujeres. Será la erótica del poder o que, oigan, Rajoy resulta atractivo y yo, no, pero ahí le tienen: dando pasitos con los codos hacia fuera en la pista de baile durante una boda y siendo rodeado de unas cuentas chicas según avanzaba la canción. El vídeo no tiene ni medio pase informativo y el revuelo que ha alcanzado en Twitter no está justificado ni por bizarro. Rajoy tiene derecho a sus bailes.

¿El arrepentimiento se negocia?

Mikel Segovia lo enfoca así en El Independiente: los miembros de ETA que siguen en la cárcel estarían dispuestos a reconocer el daño causado siempre que se genere “un marco adecuado”, y apunta a su deseo de que haya “una sociedad sin presos”. Mientras tanto, van acogiéndose a beneficios que la propia organización les ha vetado durante décadas y, en cualquier caso, cada paso de este largo proceso nos recuerda que el de los presos es un problema pendiente de resolver en la izquierda abertzale.

¿Toca equilibrar algo?

Igual es que yo no estoy en la lista de periodistas influyentes que sí reciben e-mails de la Casa Blanca y por eso no lo entiendo, pero me sorprende lo que leo en El Confidencial: Donald Trump no es tan inútil ni malvado como le gustaría a Michael Wolff, y este periodista, al mismo tiempo, parece que tiene un ego insaciable que le lleva a ser un pelota para conseguir declaraciones que luego tergiversa. No conozco a ninguno de esos personajes, pero Trump se ha retratado él solo en incontables ocasiones.

No todo vale, lo sé

¿Y si Wolff fuera un exagerado en busca de fama y fortuna (ya tiene ambas, por cierto), no tendríamos que saberlo? Sin duda. Pero aunque lo sea (que no lo descarto) y por si acaso lo es lea el libro con las gafas de visión crítica, estoy seguro de que la caricatura se parece al Trump real. Recuerden que soy un firme defensor del “no todo vale”. Por eso celebro que haya sido condenada la mujer que deseó en Facebook que a Inés Arrimada la violen en grupo. Nada justifica eso.

Zuckerberg quiere arreglar Facebook

Lo que más nos sorprende es que el creador de Facebook no quiere arreglar su parte técnica, sino las cuestiones importantes: discursos que fomentan el odio, las noticias falsas que nadie ataja y el uso de los vídeos en directo para transmitir barbaridades o poner en riesgo a menores sin aptitudes digitales son sus preocupaciones. Zuckerbeg lo ha admitido en una publicación en su propio muro, preocupado por que la gente pierda la confianza en la tecnología… Y en su empresa.

Apple y su obsolescencia

Los iPhone y los iPad son unos cacharros increíbles. Prueba de ello es que el resto de empresas se han limitado a copiarlos. También son carísimos simplemente porque dejan un margen de beneficio enorme a Apple, pero lo que resulta imperdonable es que estén programados para funcionar peor cuando pasa el tiempo para generar una nueva compra (en mi caso, me he pasado a Samsung). Francia quiere poner freno a esto y ha logrado que Apple lo reconozca y ahora zozobre.

Facebook reconoce que puede hacerte daño

Vivimos una época curiosa: tenemos herramientas predictivas extraordinarias y un conocimiento exhaustivo de nuestra historia reciente. Pero la irrupción de Internet y sus consecuencias no podemos preverlas. Calculo que dentro de dos generaciones nuestros nietos se sabrán cuánto nos perturbó esta herramienta. Hoy Facebook intenta adelantarse y reconoce que existe una alerta: la sobreexposición en las redes sociales y buscadores puede no ser beneficiosa.

¡Oh, la pureza!

Cuando irrumpe Internet se instalan en su entorno una serie de vendepeines que, después de años intentando colocarnos su mercancía off-line, encuentran en las dudas que genera esta nueva herramienta su gran nicho. Algunos subsisten y otros han logrado el éxito, como Barbijaputa, que lleva su anonimato y sus argumentos facilones hasta el extremo del ridículo: ha entrado como voz en off durante una jornada sobre la visibilización de la mujer. Qué error. Cuánta soberbia.

“Narcoyoutuber”

Estoy más impresionado con la existencia de un “narcoyoutuber” que con el final de su historia: cosido a balazos como todo el que se mete con el narco allá, en México. Al parecer, algunos narcotraficantes, sospecho que de poca monta, han dado un paso más y se han convertido en estrellas de las redes sociales. Si me apuran, es una evolución lógica a partir de aquellos que pagaban para que les compusieran “narcocorridos”. Pero parece que “el Pirata de Culiacán” habló más de la cuenta en su canal.

Nos ponemos serios

Hoy les traigo otra historia para estos días navideños que puede que estén pasando en casa: la de Sony que cuenta muy bien José Luis Antúnez en Twitter. Al parecer, la compañía cambió el modelo de producción en Japón, que hasta su aparición a mediados del siglo XX venía a ser como el de China: componentes tecnológicos a bajo coste. Pero el empeño de Ibuka y Morita lo cambió todo y empezaron a producir con la calidad como argumento. Steve Jobs confesaría décadas después que Sony fue su modelo.

Más cerca del espacio que de la tierra

Me encantan estas historias y creo que estas semanas, en las que algunos habrán aprovechado para coger unos días de asueto, son perfectas para compartirlas: en Magnet han publicado un post sobre los puntos más remotos del planeta. Algunos, más cerca de los humanos de la estación espacial que de los que habitan en la costa más próxima (dense cuenta que en vertical solo nos separan 400 kilómetros del espacio). No es solo un cuento: algunos islotes no forman parte de ninguna ruta marítima.