Qué majo el Rey, que vuela cuando y como quiere

Si algo me sorprende de España es que sigue siendo un país de cortesanos aunque los borbones hayan dado buenas muestras de incapacidad para lo de todos y demasiada capacidad para lo suyo. Y no hablo de remontarnos siglos atrás: con ver cómo actúan Juan Carlos I y Felipe VI, y otros miembros de la familia real, para mí, ya hay motivos de sobra para montar una República. Pero ahí siguen: ellos, volando, y los cortesanos, asintiendo. En La Información han tratado el gasto infame que genera de Juan Carlos I en sus desplazamientos aéreos de jubilado hasta con cariño, en vez de denunciar lo que nos supone.

Un partido madrileño

Las campañas con muy útiles, sobre todo cuando sus protagonistas nos dejan los mensajes tan claros: Pablo Iglesias se centrará en Madrid y en la campaña de las europeas. Así se hace si lo que quieres es dejar claro que tu partido es madrileño no solo porque la mayoría de los líderes lo sean o porque hasta impostes el acento en las apariciones públicas, también porque demuestras que lo que te importa es esa batalla, cruenta porque tus “compas” se han dedicado a lacerar con puñales antes de desenvainar las espadas. Si te importa Madrid y te dedicas a Madrid, a ver cómo remontas eso fuera de Madrid.

Los bandazos alejan al votante

En las Elecciones Generales los votantes del PP huyeron horrorizados por el discurso de extrema derecha de Pablo Casado, y ahora, el líder espera que un derrape y un giro repentino hagan que regresen. Yo creo que Pablo Casado nos está dejando pistas muy claras de que este chico no sabe nada de política. En El Confidencial adelantan que su plan pasa por meter a Aznar en el cajón y sacar a Rajoy de paseo, con todo lo que ello supone. Yo al plan le veo un fallo de base: necesitas que el votante sea desmemoriado y, básicamente, idiota… O que esté desesperado (imposible hoy con tantas opciones, incluida la de Vox).

Nos hacemos mayores…

No llevo bien la crisis de los 40. Tengo la sensación de que, en un pestañeo, he pasado de tomar cervezas con mis amigos en la Calle Santa María de Portugalete a leer atónito que esta semana se han cumplido 15 años del último capítulo de Friends. Episodio que, por cierto, todavía no he visto (y miren que he tenido tiempo) después de tragarme todos los demás incluso en diferentes reposiciones. Supongo que, pese a mis treinta y muchos aún no he superado el disgusto del último capítulo de David el Gnomo (de eso han pasado dos pestañeos) y eso me impide llegar al final de las series.

Nos toca

Hacerme mayor sí me ha servido para darme cuenta de lo importante que son los reconocimientos, sobre todo los que se hacen a tiempo. Esta tarde nos toca llenar San Mamés no por la posibilidad remota de entrar en Europa, sino por la certeza compartida por propios y extraños (salvo algún imbécil) de que Markel Susaeta se merece una gran despedida por parte de la afición. David Zurutuza lo tiene claro: él tampoco entiende cómo ni por qué hemos llegado a esta situación. Pero tenemos que afrontarla con lo mejor que nos da el fútbol: con emoción y con gratitud al que ha defendido nuestro escudo en el campo.

Cuando Twitter molaba…

Hacía años que no leía un tuit de Ricardo Royo-Villanova, uno de esos tuiteros que tenían su personaje, a veces divertido, otras no tanto. Y ayer volvió a mi timeline para despedirse: dice que está cansado de este Twitter y de las jaurías que se lo han apropiado. Y no le falta razón: hubo un tiempo muy lejano (hace diez años) en el que en Twitter nos conocíamos casi todos y, cada uno con su careta, iba de frente… Más o menos. No quiero ponerme nostálgico, abuelete ni clasista, solo dejar claro que otro Twitter, mucho más interesante y mucho más disfrutable, es posible porque lo hicimos.

A esto me refiero

En Twitter, en YouTube, en Internet y en la calle cabe todo el mundo. Nadie sobra salvo los fascistas… Y quien humilla a otro por divertimento. Ayer Javi (un usuario poco conocido pero muy interesante) comentaba en Twitter la noticia sobre Reset, el youtuber que dio galletas con pasta de dientes a un indigente y, luego, unos euros de limosna. Estos días, el joven declara ante el juez cosas como esta: que dejó el instituto por YouTube y los periodistas le hemos chafado el negocio o que el juez se toma muy en serio la ley y él solo quería gastar una broma. No suelo ser alarmista, pero en esto nos estamos convirtiendo.

Empezar mal la campaña

Ya sé que estamos en campaña y que me tocaría hablar de lo que hacen los candidatos, pero no he podido ni he querido poner por delante lo que es hoy Twitter e Internet: el reflejo de nuestra sociedad. Y cuando sigo estirando el chicle y pensando que los políticos responden a lo que es la sociedad a veces me asusto: después de una torta como un piano en el PP, Díaz Ayuso, la candidata a la presidencia de Madrid arranca su campaña discutiendo la idea de Vox de llevar a El Retiro el desfile del Orgullo Gay. ¿Qué más quiere la extrema derecha que eso, que el PP le compre el “frame”, como dicen los expertos?

Lo mismo le da

Mientras en el PP no se quitan ni queriendo el pringue de Vox, en Ciudadanos tienen cada vez más difícil ocultar que si no hubiera surgido la formación de extrema derecha ellos hubieran capitalizado el voto ultra: “Miguel Carmona Priego se coló en las listas de las dos formaciones en Berga y Manresa y tras la denuncia del PSC a la Junta Electoral se ha quedado fuera de ambas”. Desde luego, a Miguel Carmona le da lo mismo uno que otro aunque en Vox era el 12 en Manresa y en Ciudadanos, el 16 en Berga. A los de Abascal, desde luego, les caía mejor. Lo que está claro es que algunos arrastran un suspenso en democracia.

No, no somos los mejores

Si ayer les hablaba de lo acertado que estaba José Manuel Monje cuando reclamaba tanto apoyo para Susaeta sobre el césped como lo estaba teniendo ahora, tras anunciar su adiós, hoy les traslado otra verdad incómoda sobre nuestro Athletic, la que tuiteaba el periodista Iker Fernández: “Tengo 37 años y creo que al único jugador que no he visto salir por la puerta de atrás es a Iraola. Históricamente, la capacidad de este club de librarse de sus leyendas ha sido increíble. Ocurrió con Larrazabal, con Julen… Y no aprendemos. Y esto no lo arregla ningún homenaje”. Se olvida de Etxeberria, pero acierta en lo esencial.

Este Athletic, sí

Markel Susaeta representa al Athletic que queremos, incluso en su despedida, que Iñaki Williams ha calificado de la mejor manera posible: “Ejemplo”. Ejemplo de entrega y ejemplo de sabiduría: Susaeta conoce cuál es su rol, el de jugador, y qué es lo importante, el Club. Porque sin el Athletic tal y como lo conocemos no habrá más Susaetas. Una vez más comprobamos que el mayor enemigo del Athletic somos los la de la grada, los de los despachos y los que viven del negocio, que podemos provocar que cambiemos demasiado, hasta dejar de reconocernos como un club singular y empecemos a vernos como un club más.

¿De verdad no tiene sitio?

Sí, hay que mirar al futuro. Sí, el Athletic no debe nada a un jugador al que ha pagado cada euro del sueldo. Sí, el futbol cambia muy deprisa (al ritmo que marcan los representantes) y, sí, cada verano tenemos que renovarnos y hasta reinventarnos, pero los datos que ofrece la Adurizpedia sobre Susaeta son difíciles de mejorar: máximo asistente de los últimos 20 años, el único que ha marcado y asistido en las doce últimas temporadas junto a Messi, más de 20 partidos por temporada y titular en todos los partidos de la temporada buena de Bielsa. ¿De verdad que este jugador no tiene cabida en la plantilla?

Empecemos por nosotros

Acierta José Manuel Monje cuando tuitea: “¡Qué pena no haber escuchado en San Mamés el apoyo que estoy viendo por aquí a Susaeta!”. Markel Susaeta, hoy admirado por todos, siempre fue un jugador que contó con detractores por por poco ambicioso. Pero contó para todos sus entrenadores y así ha sumado más de 500 partidos en el Athletic y esta semana hablamos tanto de él en los medios, en Twitter y en los bares, oficinas o casas. Creo que esta situación también debe obligarnos a mirar al espejo: si nuestro club es singular tenemos que mantenernos como una afición diferente. Y me temo que no lo estamos haciendo.

Esto es fútbol

Mientras en Bilbao estamos penando por cómo juega el Athletic (aunque todos hubiéramos firmado en Navidad estar hoy como estamos) y lamentando que un jugador como Markel Susaeta haya desestimado renovar con el Club, en Liverpool esta semana están de fiesta futbolística. ¿Por qué? Porque han logrado reunir todo lo que nos gusta del fútbol: un equipo histórico, una afición admirable, una gesta, la victoria sobre el más fuerte, una goleada con protagonismo de canteranos, la superación a las adversidades, un entrenador optimista y con personalidad y una victoria ganándonos a todos.

Los hooligans, fuera de los medios

Ya les he deslizado lo que no menos me gusta del fútbol en esta columna y en otras anteriores: ese mogollón de gente que vive (y muy bien, por cierto) de quienes pagamos la cuota anual, el merchandising caro y lo que nos imputan los patrocinadores a los clientes. Esos representantes que quieren que las plantillas se renueven cada año, esos periodistas que coleguean con los jugadores, y esos opinadores como Cristóbal Soria, al que conocí ayer gracias a un vídeo en el que se le ve perdiendo los papeles por la derrota del Barcelona. Gritos e ira en un plató que no aportan nada salvo un show deleznable y un reparto de euros que solo les toca a ellos.

Alfonso Alonso condena al PP vasco

En política la ola se surfea. Y el que no lo haga no vale para este trabajo. El PP vasco, evidentemente, no está en la ola, pero Alfonso Alonso acaba de dar un manotazo a los que, en su partido, querían echarse al mar a ver si pillaban alguna. El PNV sí está en la ola: si Izaskun Bilbao revalida su escaño y gana en los tres territorios y las tres capitales de la CAV, lo normal sería que el lehendakari convocase elecciones para afrontar una legislatura tranquila, sobre todo después de los últimos movimientos de Alonso, que en vez de ganar tiempo da a Urkullu motivos para disolver el parlamento y convertir al PP en un recuerdo.

Podemos Andalucía pasa de Madrid

Creo que la opción de Podemos Andalucía es la correcta: sostener al gobierno español sin entrar en Moncloa y presionar a Sánchez para condicionarle la agenda. Pero el daño que hace a la formación en su conjunto, ya bastante débil después de la clara derrota en las Generales, no sé si compensa el acierto en el planteamiento: una resolución por escrito del Consejo de Coordinación de Podemos en Andalucía desautoriza la estrategia de Pablo Iglesias pensando, claramente, en las próximas municipales y forales en la autonomía del Sur, pero no en el beneficio general del Partido. Y eso resta más que suma.

El retrato de Felipe VI

Soy consciente de que no voy a escribir nada mejor que lo que ha tuiteado Javier Durán sobre el cuadro de Felipe VI que hemos visto esta semana, así que se lo sirvo tal cual: “Nos ha costado a escote 80.000 euros, pero hay que reconocer que el cuadro refleja perfectamente nuestra Monarquía: un tío ahí sentado, sin hacer nada”. Con una buena foto, que podía haber salido, en el más caro de los casos, 10 veces más barata, yo creo que habría bastado. Pero Euskadi sigue de momento en una monarquía parlamentaria donde el Rey se limita a amenazar a los catalanes, felicitarnos la Navidad y posar a cargo de todos.

Los liberales españoles

La irrupción de Vox y Podemos ha llevado al PP a escorarse ideológicamente y provocando la huida de sus votantes, pero también en lo económico: el liberalismo más salvaje se empieza a hacer notar en las conversaciones, sobre todo en las de las redes sociales, con ideas sin sentido como lo malo que es pagar impuestos y por qué la Sanidad pública española es tan cara si un seguro privado de 46 € ya incluye todo, según el liberal de turno que defienda la sandez. Como si esos 46 € incluyeran una quimioterapia o un parto con complicaciones. Si los indeseables no lo hacen, nosotros defenderemos lo nuestro y lo de todos.

El medio es el mensaje

Urtzi Jauregibeitia también escribe mucho mejor de lo que yo seré capaz lo que ha pasado con Markel Susaeta: “El problema no es la no renovación de un futbolista, el problema son las formas hacia una persona que representa todos y cada uno de los elementos diferenciales de nuestro club. Si quieres ser diferente, no puedes actuar igual”. Sin conocer los detalles, lo que me preocupa es que los Remiro o Arrizabalaga hoy tengan más razón que el lunes: ¿por qué no van a irse a las primeras de cambio si ven cómo los que se quedan no son tratados como se supone que debe hacerlo un club de cantera?