¿De dónde sacan ellos el dinero?

¿De dónde sacan en el PP el dinero? ¿Igual se piensan que toda España se puede gobernar como Madrid, a golpe de asalto a las sedes sociales y el talento de la periferia? Porque Casado, antes incluso de la sesión en el Congreso de ayer, presentó en Twitter una batería de medidas económicas para hacer frente a la crisis provocada por el coronavirus, y todas pasaban por una rebaja sustancial de impuestos. Si no se recauda, ¿qué se gasta? ¿Se emite deuda como si no costara? ¿Esa es su idea de gestión para España? Y esa deuda, ¿cómo la devuelve su Estado? No está el horno para hostias, Pablo.

Nunca hubo plan

Estoy seguro de pocas cosas en esta crisis, una de ellas era que sabían que íbamos a pasar una auténtica cuarentena… Pero nos la han ido colando quincena a quincena. Y a este paso pasamos el verano como los de “Aupa, Etxebeste”. También tengo claro que el gobierno español carece de hoja de ruta. Es cierto que nadie estaba preparado para una pandemia así. Pero no es menos cierto que algún “experto” podría aportar algo de previsión. Orden y contraorden: desorden. Como dicen en Vozpópuli, la salida de niñas y niños está siendo el ejemplo más claro de que en Moncloa no hay plan.

Si esto es lo que les importa…

Me da igual si Pedro Sánchez ha comprado seguidores en Twitter, como sugieren en el Abc, o si lo ha hecho el ministerio de Sanidad en Facebook y ahora quiere que cargue con el muerto otro. Me da igual si Abascal, Casado o los dos están echando mano de “bots”, o si tienen a un puñado de prescriptores y una legión de acrítcos dispuestos a todo. Todo esto sirve para hacer ruido, no para ganar la batalla del relato, como dicen ahora. Si el problema de Moncloa es que no hay plan, como he expresado en el párrafo anterior, el de la política española es que construyen las realidades con artificios, no con hechos.

Dijo lo que hay

La batalla por lo que dicen en las redes, sea verdad o mentira (la mayoría), útil o absolutamente inútil (también, la mayoría), está ocupando demasiado tiempo en la gestión de la crisis. Tanto que en España hay una tercera vertiente: a la sanitaria y la económica, añaden la comunicativa. Insisto: qué mal están. Hasta los uniformados con galones hablan de ello en las ruedas de prensa y algunos, como José Manuel Santiago, meten la pata… Porque dicen la verdad: pasan los días y las pruebas confirman que lo que admitió en rueda de prensa es cierto, que su labor es minimizar las críticas on-line al gobierno español.

Lo manda Marlaska

David Bravo ha hecho una preocupante enumeración de antecedentes del ministro Marlaska, el responsable de mayor rango de ese dispositivo para cazar bulos y, de paso, opiniones negativas a la gestión del gobierno en el que lleva la cartera de Interior: una sentencia condenatoria suya por quemar fotos del Rey fue anulada por Estrasburgo, que lo consideró libertad de expresión, después emitió un voto particular en otra absolución precisamente porque consideraba excesiva esa libertad de expresión, otro voto particular contra una sentencia que amparaba la libertad de manifestación, etc.

Casado, da ejemplo

Me sorprende la capacidad que tiene Pablo Casado de escupir hacia arriba una y otra vez para ver si alguna no le cae. En esta ocasión, el líder del principal partido de la oposición en España, del que se espera algo más que lo que ofrece, dice que va a pedir a Sánchez que reduzca el número de ministerios para que siga habiendo diálogo entre ellos sobre el coronavirus. Ni es momento para los chantajes ni para vetar conversaciones. Pero si para él es verdaderamente importante, que dé ejemplo y adelgace los gobiernos que el PP comparte con Ciudadanos y el apoyo de Vox. Si no lo hace, ¿qué es?

Y dejad de hacer el ridículo

Da la causalidad de que tanto en España como en Euskadi, todos los que vieron venir esta pandemia y hoy saben exactamente qué hay que hacer están en la oposición. Y en ambos gobiernos, según la oposición y sus medios, están justo los que actuaron tarde y en todo momento hacen mal las cosas. Pero la realidad es tozuda: estos días se ha viralizado una pregunta en el Congreso de varios diputados del PP que demostraban no tener ni idea de cómo funciona Twitter… Ni de lo que es una búsqueda en Google o la vergüencita. La pregunta corresponde a febrero. A eso estaba él PP entonces.

Este es el nivel

El humorista gráfico Juarma López está aprovechando muy bien el confinamiento, por lo que se aprecia en Twitter: es un tío coherente cuyos comentarios sobre la actualidad son igual de salvajes y certeros que antes. El pasado fin de semana tuiteaba: “Los hashtags de la derecha parecen títulos de canciones de una banda punki kalimotxera de un Viñarock: Trampa de la Moncloa, Gobierno Criminal, Prohibido Olvidar, Sánchez El Sepulturero, Bulos Gubernamentales, Medios Vendidos, Gobierno de Inútiles”. No, no son exageraciones. E incluso se ha dejado alguno fuera como “Paguita”.

Ojalá no vuelva a suceder

Si el PP está haciendo un papelón durante esta crisis, con un comportamiento irresponsable e infantil (como otra oposición más próxima), el jefe de Estado español está haciendo el papel de su vida: nunca antes había quedado tan claro lo prescindible que es esa figura y, por extensión, su dotación y gastos. El Peláez, otro tuitero recomendable en esta crisis, daba la puntilla: “No. No hay ahora una ‘campaña mediática antimonárquica’. Lo que hubo fue una ‘campaña mediática promonárquica’ durante muchísimos años. La imagen actual de la institución es ni más ni menos el resultado de la ausencia de esa campaña”.

Otra semana de teletrabajo

Para mí, el sonido del teletrabajo es el de los dibujos animados de fondo. El guionista portugalujo Raúl Díaz, mucho más certero que yo, definía la conciliación durante el confinamiento de esta manera: “Si trabajo mis hijos se pasan todo el día pegados a una pantalla. Y si no se pasan todo el día pegados a una pantalla no puedo trabajar”. A raíz de su tuit, varios comentaron su realidad… Que es la de todos: jornadas interminables, videoconferencias y peticiones como si todo el tiempo en casa estuvieras a disponible o la imposibilidad de comprar papeles y pinturillas.

Lo que está mal

No está mal que el fundador de Twitter done mil millones de dólares a la lucha contra el coronavirus. Según él mismo, eso supone el 28% de su fortuna, aproximadamente. Tampoco está mal que haga pública esa donación en la red social que creó. Lo que creo que está mal es que Dorsey haya ganado alrededor de 4.000 millones de dólares con una red social que es deficitaria. Esa acumulación de riqueza sin rentabilidad, esa virtualidad basada en la bolsa, las expectativas y “la tecnología” es lo que está mal, ese exceso en las cifras de lo que manejan unos pocos es lo que es injusto y es el enorme error del sistema.

Lo que es Vox

Esta crisis del coronavirus está dejando fuera de juego a la extrema derecha, tanto que está intentando llamar la atención de manera cada vez más exagerada y acaba mostrando lo que es: el montaje de cientos de ataudes en la Gran Vía de Madrid sobre una foto de Ignacio Pereira que mostraba la capital vacía es la mejor muestra de lo que aporta Vox. No hace falta ni calificar el tuit porque la imagen generada (que no es un trabajo de aficionado, por cierto) y el modo en el que la han presentado (“Los españoles están haciendo muchas imágenes de manera espontánea”) les retrata. Y al que les apoya, también.

Tampoco se podía antes

El montaje de Vox es grave porque es falso, por el modo capcioso en el que lo ha difundido y porque lo hace un partido político. Al mismo tiempo, creo que la portada de El Mundo con los ataúdes en el Palacio de Hielo de Hortaleza no está tan mal. Es intencionada, sí, pero es inevitable y es la realidad. No obstante, lo que me parece fuera de lugar es este titular de Vozpópuli (un medio que también se está retratando… Como tantos otros, por desgracia): “España pone un veto a la tragedia y restringe el acceso de los fotoperiodistas a morgues y hospitales”. Simplemente, nunca han podido entrar.

A rebufo y equivocadamente

La decisión del PP de enviar al Congreso a sus diputados para hacer visible a la oposición muestra, primero, que van a rebufo de Vox, que avanzó días antes que sus 55 diputados estarían en sus escaños. Segundo, que se saltan el confinamiento porque la derecha española siempre cree que las normas son para los demás, y que les da igual el riesgo al que expondrán a otros diputados pero también ujieres u otros trabajadores. Tercero, que están inhabilitados para medir bien sus actos. Cuarto, que Álvarez de Toledo es capaz de decir que los diputados del PP tienen más responsabilidad que los médicos durante una pandemia.

Esto es lo que son

Y por si había alguna duda de lo que es este PP renovado, el de Casado, Iturgaiz, García-Egea y Álvarez de Toledo, su líder ayuda a dejarlo claro: durante una entrevista en Telecinco no fue capaz de decir que “sí” ante la pregunta de que habría que dotar de más recursos a la sanidad pública. Lejos de eso, aseguró que es la sanidad privada la que ayuda a financiar a la primera. Ese liberalismo, esos recortes continuados en lo más básico (que los ha hecho el PP en sus comunidades, aunque algunos extiendan ese delito a la comunidad propia por sus intereses electorales), eso es el PP. No lo olvidemos.

La «generosidad» de Vox

Cada vez que Vox hace un anuncio inventa un material más duro que el anterior para recubrir cara. Muchos se dieron cuenta de que sonaba raro que Abascal diese a conocer que su partido iba a donar a las “asociaciones víctimas del coronavirus” la asignación a su grupo parlamentario en el Congreso. Resulta que la única que hay constituida es próxima a Vox y ha anunciado acciones judiciales contra el gobierno español. Todo queda en casa menos el populismo, que lo exportan. Por cierto, los diputados de Vox no ceden un euro, “donan” a su asociación lo que podría corresponder a sus trabajadores en el Grupo.

Los amigos del PP

Cuesta encontrar noticias no relacionadas con el coronairus o el confinamiento, y cuando las vemos es porque son graves: después de que Viktor Orbán neutralizara al parlamento húngaro asumiendo el poder sin control, con la excusa de la pandemia, los miembros del PP europeo se han movido para alejar de su seno a este mandatario más próximo a la extrema derecha. Pero no han actuado al unísono, precisamente: Pablo Casado no se ha sumado a la petición de expulsión de Orbán del PP europeo y, como recuerdan acertadamente en Público, no es la primera vez que se desmarca y apoya al húngaro.

No nos van a colar este blanqueo

Muchos están usando el coronavirus como excusa: Orban, para estar a un paso de convertirse en el primer dictador de la Unión Europea; Vox, para colarnos sus mierdas de siempre; y otros, mucho más cerca, para hacer precampaña en un proceso de voxización preocupante. Y luego está el ejército y el gobierno español, que nos está intentando colar un blanqueamiento por el morro. No niego la labor que los militares pueden estar haciendo, pero sí me parecen un exceso las comparecencias de uniformados con sus medallas o la presencia en la calle, a modo de patrullas, de los soldados. ¿De verdad son útiles así? ¿Para qué?

Ya nos cuelan este tuiteo…

Los emoticonos hay que usarlos con cuentagotas. Sirven para llamar la atención, en Twitter tienen una utilidad específica cuando un tuit empieza por una mención, y son muy prácticos para aclarar que el tuit que acabas de poner no es precisamente serio. Pero un uso excesivo en instituciones y partidos empobrecen la comunicación. Rafa Cabaleira lo explica mejor que yo y con su estupenda retranca gallega: “Partidos de gobierno tuiteando como adolescentes no, por favor. Prefiero adolescentes tuiteando como si se creyeran alternativa real de gobierno y sí, estoy pensando en Teodoro García Egea”.

Yo también soy pesimista

Los más aventurados aseguran que esta crisis supondrá el fin del capitalismo. Muchos están convencidos de que algo cambiará en nuestro modo de relacionarnos o consumir. Yo soy de los que opina que modificaremos poco o nada. En Twitter, Bimbolles lo resumía perfectamente en pocas palabras: “De todo esto aprenderemos una gran lección que olvidaremos en dos días”. Volverán a colar recortes en la sanidad española, volverán a intentar colarnos las bondades del liberalismo, muchos políticos dirán justo lo contrario a lo que están asegurando ahora, y volveremos a olvidarnos del teletrabajo y de conciliar.

Los buenos futbolistas piden la pelota

El símil se lo leí a César Calderón ayer en Twitter. Él no se refería al lehendakari, pero me vale para este caso porque Iñigo Urkullu ha pedido el balón contra el coronavirus: ha dado las ruedas de prensa necesarias, asume el mando único de la crisis (y con él, la responsabilidad) y ha convocado a los partidos el lunes para resolver qué hacer con las elecciones (el jueves Otegi recibió esa convocatoria privada por la mañana y por la tarde dio una rueda de prensa pública pidiendo lo que ya estaba en marcha). El liderazgo se tiene, como también lo han mostrado Merkel o Macron, o no se tiene y se hacen trampas.

Nos toca

Podemos sumarnos al reto que, entre otros, nos proponen los bomberos de Bizkaia: “Yo me quedo en casa”. Y sobre todo, vamos a poder jugar mucho en casa con nuestras hijas e hijos, y entre nosotros (hay unos juegos estupendos para adultos y las videoconsolas hace tiempo que no son solo para las y los más jóvenes). Pero lo más importante es que juguemos a ser responsables… Y que ganemos. Además, nos van a ayudar el mal tiempo, perfiles en Twitter como los de los bomberos, e incluso las y los políticos que en vez de afear a quien gobierna llaman a la calma y la precaución.

Por ejemplo…

En Euskadi algunos intentan hacerse pasar por estadistas responsables… Pero solo les creen quienes comparten pasado lejano y reciente con ellos. En España, como siempre, la situación es menos trágica y más de pandereta: Pablo Casado cree que Pedro Sánchez “se está parapetando en la ciencia”. Podemos discutir si el presidente español está o no a la altura del desafío y si tardó mucho o muchísimo en salir y tomar el mando. Pero un político que quiere parecer serio no puede poner como excusa que nadie se “parapete” en explicaciones científicas, médicas o técnicas. Es de primero de sentido común.

Corolario

Termino el bloque sobre el coronavirus, que ocupa casi todas nuestras conversaciones, espacio en redes sociales y portadas del periódico, con esta reflexión de Gerardo Tecé: “Con Ortega Smith jodido por el virus, han abundado las risas y los chistes. Con Ana Pastor han abundado los mensajes de ánimo, votes lo que votes. La diferencia es que Ana Pastor no vive de perseguir a quien está jodido y Ortega Smith ha montado un chiringuito en torno a eso”. Y como todo puede empeorar: Cuatro difundió unas imágenes de Ortega Smith acompañando a su madre a un centro de salud cuando debería de estar en su casa.

Fue injusto. Sin matices

El jueves falleció Miguel Blanco, el aita de Miguel Ángel Blanco. Un hombre que, en vida, sufrió injustamente una inmensa angustia de tres jornadas y una pena no más pequeña el resto de sus días. Insisto: de manera injusta. Y quien no sea capaz de reconocerlo no debería de tener sitio en la sociedad vasca que quiere mirar al futuro sin perder de vista el pasado. Y quien colabora con quien no es capaz de reconocer esa injusticia, blanqueando un fascismo de manual, también debería de ser consciente de lo que hace. Por mucho que a algunos les guste pisar moqueta, calentar escaño y subir al estrado.