Hay que tomárselo en serio

Los ejecutivos de DC han forzado la eliminación de una secuencia en una serie de dibujos animados para adultos (repito: para adultos) en la que Batman practicaba sexo oral a Catwoman. “Si Batman es de los que lame ahí abajo va a ser difícil vender sus muñecos”. Este fue el argumento de la empresa propietaria de los derechos, según Esther Miguel en Magnet. Y como ella yo también creo que hay que tomar este tema en serio: ¿Batman puede partir extremidades y matar (repito: matar) pero no puede comerle la cosita a quien le plazca? ¿Qué mierda de show-business hemos financiado? ¿El sexo está mal pero la violencia está bien?

No nos infantilicen, por favor

Puede tener algo de mérito haber convertido una información potencialmente negativa en una positiva. No es menos cierto que es más fácil que demos por buena la información si la marca que lo hace es Telefónica, que pone mucha tela en publicidad al año. Pero “lo cierto es que esto encaja en el plan de Telefónica de reducir sus costes”, según El Blog Salmón, donde, visto el éxito del argumento, se preguntan: “¿Estamos ante algo que se podría generalizar en otras empresas?”. La empresa se ahorra un pico y ataja un problema, el del regreso del teletrabajo. Y el empleado paga un precio que se ahorra la empresa.

El Bitcoin es negro

Se suele representar al Bitcoin con una especie de moneda dorada y brillante, sin manosear porque es virtual y nadie la toca. Pero por lo que publican en El Boletín, su color real podría ser el del negro carbón chino, vinculado directamente con la producción de las cadenas de código necesarias para generar esta moneda. La red de proveedores de esta fantasía “emite hoy unos 60 millones de toneladas de CO2, lo mismo que Grecia”. Pero también es tirando a negro que algunos proveedores estén relacionados con “blanqueo de dinero, la corrupción, el soborno, el fraude y la violación de la privacidad de los datos”.

Como el alma de algunos

No podía ser de otra manera: los nostálgicos del “todo es ETA” se sitúan ahora en torno a Vox. No es menos cierto que la última vez que lo habíamos oído fue cuando 35 conocidos miembros de la izquierda abertzale reconocieron que todo era ETA para pactar dos años de cárcel por cabeza y librarse de entrar en prisión. Hasta esta semana, en la que un concejal del partido de Abascal clamaba contra el presidente de la CEOE por no oponerse a los indultos: “Se pone del lado de los etarras”. Tanto han machacado los de aquí que los suyos son presos políticos como los de ERC y Junts que algunos hasta se lo han creído.

Esta me la guardo

Sin que sirva de precedente, me voy a guardar esta sentencia de Pedro Vallín en Twitter: “Un ‘constitucionalista’ es un catedrático de derecho constitucional, usted solo es facha”. Y me vale para los descerebrados de Vox que aplauden los eructos de Rocío Monasterio como para los que van de necesariamente hostiles en el PP vasco contra todos. Mientras algunos nos esforzábamos por ser políticamente correctos y por buscar términos inclusivos en los que la mayor cantidad de perfiles políticos pudieran sentirse cómodos, los populistas y fascistoides han aprovechado el hueco. Ya es hora de devolverles al margen del camino.

El “mataor” del 15-M se ha cortado la coleta

Ha sido una de las noticias de la semana: la exclusiva de Pedro Vallín en La Vanguardia sobre el corte de pelo de Pablo Iglesias, con foto de Dani Gago, el fotógrafo de Podemos al que le gusta endiosar al exlíder morado. Para completar el pasteleo, Iglesias aparece leyendo el libro de Vallín en los posados. Así cumple diez años el 15-M: despidiendo a su matador, su cortaorejas, su machote que marca coquilla y pelazo. Lo que no han faltado, antes y después de esta anécdota elevada a noticia, son las lecciones de progresismo, victimismo, periodismo y ética que les sale por las orejas. Porque puedes abandonarlo todo, menos el púlpito.

Mucho ruido y pocas nueces

En el haber de los fundadores de Podemos estará siempre que, cuando desde el PP y el PSOE les decían: “Pues montad un partido”, lo hicieron. Diez años después, sin el líder mesiánico y más allá de pasteleos y odas verticales (“Podemos traslada a sus bases que Iglesias siempre será un ‘referente’ tras una ‘trayectoria sin parangón’”, según República.com), vemos que “la nueva política” ha hecho mucho ruido pero ha traído pocas nueces: Iglesias no ha culminado sus proyectos como europarlamentario, diputado, vicepresidente ni parlamentario en Madrid. Y ha dedicado más tiempo a purgar su partido que a hacerlo crecer.

¿El 15-M ha muerto? ¿Viva el 15-M?

La esencia de la izquierda española se puede apreciar observando cómo están tratando a Íñigo Errejón los que reparten carnés de progresista. Si triunfa es porque es blando con los fuertes. ¿Pragmatismo? Mejor idealismo barnizado con las pinturas de todas las batallas. Y si los medios vemos en Errejón a un socialdemócrata sensato, es que no tenemos ni idea y él es un vendido. ¿No lo era Iglesias cuando era una estrella de rock en todas las teles? Para colmo, Errejón da por “muerto” el 15-M para situarse en un escenario posterior: ese Podemos que no ha dejado de caer es el partido de aquel movimiento, Más País es lo nuevo.

La juventud de hoy es diferente

Esto que tuiteó Isaac Rosa va en la línea de lo que ha detectado Errejón y me parece muy interesante: “Mi hija de 17 años, muy activa en convocatorias feministas y Fridays For Future, y que se informa vía redes sociales de gente de su edad, no sabe qué es el 15M ni había oído hablar de ello. Pensábamos que 15-M tenía brecha con generación anterior, y me da que más con la siguiente”. En efecto: aquel movimiento culminaba la acción de quienes nos precedieron, pero no tenía nada de nuevo (sí tuvo algo de disruptivo). La juventud de hoy está tan alejada de aquello como lo está de televisión: es cosa de viejos.

Los pies, lejos del suelo

Durante estos diez años el 15-M ha sido más manoseado que observado. Y eso es bastante significativo. Hoy se declaran herederos de aquel movimiento todo tipo de personajes de izquierdas (menos Errejón, que pretende superarlo, y por algo será), muchos de ellos muy alejados de la realidad, como Eduardo Garzón, que tuiteaba: “¿Meritoqué? Más del 95 % del patrimonio de las clases medias proviene de herencias”. Repito una parte del tuit: “Clases medias”. ¿Qué cree Garzón que es él, un temporero? ¿Quién cree que le vota? ¿Quién cree que forma la clase media y piensa en qué dejará a sus hijos?

La guerra que tiene que ser una palanca

Los bombardeos entre israelíes y palestinos serán los más difundidos en la sangrienta historia de estos dos estados: un territorio tan tecnologizado y lleno de periodistas está generando imágenes atroces. Imágenes que siempre se daban, que los cámaras grabaron durante décadas, que los cronistas relataban y que televisión, prensa y radio emitían. Pero esta guerra es distinta por la calidad de imagen de las grabaciones y la velocidad de su difusión: en Twitter hemos visto cómo los israelíes derriban un edificio civil palestino por el morro. Si esto no hace palanca y provoca un cambio el ser humano tendrá que cambiar de nombre.

La caverna bien iluminada

Empecé en esto del periodismo sobre cuestiones políticas sufriendo a la caverna mediática española en su momento dorado: ocupaban la mayoría de los micrófonos, fotos y titulares, con su enfoque, claro. Las opiniones se machacaban y el pensamiento único se imponía. Hoy eso es imposible y la caverna, bien iluminada, es vista como lo que es: el hábitat de un montón de casposos que añoran tiempos de orden predemocrático. Lo que hoy es posible es que Patricia Borinaga, una concejala socialista en Soraluze, desnude la visión cavernaria, “miserable” y “mentirosa” del PP sobre la transferencia de Prisiones a la CAV.

A la justicia se le ha rasgado el velo

En esta época en la que es tan difícil guardar las vergüenzas me temo que lo van a pasar especialmente mal las juezas y los jueces. El hilo de Pedro Vallín de noticias protagonizadas por “la justicia” y con evidentes contradicciones (sobre todo ante el estado de alarma) o de difícil explicación, es para tenerlo a mano y sacarlo cuando algunos pidan confianza en el sistema español de administrar justicia. Si Llarena marcó más profundo el surco de los jueces a seguir, antes llamados “jueces estrella”, otros como Luis Ángel Garrido lo han desviado pero, esta vez, para centrar la atención sobre ellos. Bienvenida sea esta novedad.

Mentes muy cortas

Por ejemplo: Iñaki Subijana, como nuevo presidente del TSJPV, deberá explicar por qué la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de su tribunal considera “discriminatorio el requisito de saber euskera para ser policía local en Irún” (Nius Diario). Quien ha dictado esa sentencia es un juez, sí, pero también un funcionario que no entiende que hablar euskera con una persona a la que pagamos vía impuestos es un derecho del ciudadano, y no del agente o del juez. No se trata de beneficiar a unos candidatos sobre otros, sino de no perjudicar a una población sobre otra. Y es de primero de convivencia.

Por desgracia, también estamos viendo esto

Los mismos canales de comunicación que el independentismo activó para dar a conocer su causa internacionalmente sirven hoy para que veamos el naufragio de la política en esa nación. Estar a estas alturas de la pandemia, la crisis y el conflicto catalán (con presos y exiliados) sin gobierno es muy difícil de creer y de justificar. Y el entramado de dependencias y condiciones que han generado todas las partes que tienen que sentarse a negociar es, directamente, incomprensible en este momento y en ese lugar. A los numerosos dramas personales pendientes de resolver se suma, además, la diversión sádica de la caverna española.

Casi no hablamos de Madrid

Mi intención hoy era evitar Madrid como tema e iba a empezar por este tuit de Pedro Vallín: “Pero vamos a ver, los que reclaman que en España se haga ‘política-de-verdad-como-la-de-Biden’, ¿piensan que somos todos imbéciles o qué carajo les pasa? ¿Cuándo nos perdieron el respeto de esta manera?”, pero hemos visto hacer esa reclamación a periodistas en Madrid de grandes medios españoles, y el propio Vallín puede estar pensando en Pablo Iglesias como versión española de las reclamaciones de Biden. Nada más lejos: EE.UU. tiene mucho camino hacia el estado de bienestar que Europa recorrió mientras Iglesias era youtuber.

Me voy alejando

No hablo de Madrid pero también me acerco al recuperar este tuit de Niporwifi: “Espero que no tenga la conciencia tranquila quien asesoró tan mal a esta mujer que ha acabado condenada por un delito de sustracción de menores”. El célebre tuitero se refería a Juana Rivas, que finalmente ha visto rebajada su condena pero no su castigo. La referencia a quien le asesoró no es gratuita: Rivas fue la protagonista de una campaña que más bien fue un entretenimiento en redes sociales durante unas semanas. “Está en mi casa” llegaron a expresar algunos políticos animados por un clamor popular equivocado.

Saltamos a Catalunya

“Yo soy la tormenta, pero que me vacunen antes que a los abuelos”, tuiteaba Oriol de Balanzó en clara referencia a aquel épico mensaje que publicaron desde una cuenta relacionada con la Guardia Civil en torno al 1 de octubre 2017, y que sugería que sus agentes eran la tempestad personificada… Y a la actual reclamación de los cuerpos de seguridad del Estado en Catalunya para que sean vacunados contra el coronavirus cuanto antes. Y el que tenga que esperar, que lo haga. Está bien que alguien hable así de claro, porque en Euskadi estamos hartos de los sindicatos que pedían vacunas para los suyos… Y que los demás esperen.

Los unicornios no existen

Ya sé que es obvio, pero hay quien sigue buscando unicornios, y lo hace con la cartera llena para invertir en este tipo de empresas innovadoras, que consiguen mover millonadas y en cuya propiedad es fácil entrar todavía. Será que soy mayor, o será que no tengo ni idea y nunca me haré rico, pero yo no creo en los unicornios. Y un gran ejemplo para mí de falacia unicornica es Tesla: “Un fondo de inversión en créditos fiscales y bitcoin disfrazado de empresa automovilística con un valor en bolsa completamente desproporcionado a la solidez de su modelo de negocio”, como lo definía Roger Senserrich en Twitter.

Justo lo contrario

Lejos de precipitar los acontecimientos, los precursores de la Superliga han conseguido fortalecer el modelo al que querían desplazar: la Champions tal y como la conocemos, con acceso vía méritos deportivos, únicamente, ha mejorado repentinamente su salud. Tanto que la camiseta del Leeds, el primer equipo que se enfrentó a uno de los equipos que iban a jugar esa liga de superricos, y en la que leímos que “el fútbol es para los aficionados”, se exhibirá en el museo del fútbol que está en Manchester, una ciudad que aportaba dos equipos a la competición en la que se mantienen ridículamente Real Madrid y Barcelona.

Lo confirma él

Estaba dispuesto a creer que Santiago Abascal seguía un manual de trumpismo para dummies, que unos días antes de la jornada electoral empezaba a arrojar dudas torpemente sobre el proceso y que, para provocar el caos, se le había ocurrido sugerir que quien ha votado por correo podía personarse en el colegio electoral para ejercer su voto presencialmente y anular el enviado previamente. Pero me equivoqué: el propio Abascal envió un tuit en el que aclaraba que desconocía lo más básico del proceso… Pese a llevar toda la vida viviendo de la política y ser el jefe de campaña de Vox en Madrid.

Ignorantes, pero muy organizados

Esta semana en Twitter hemos visto varios ejemplos de cómo “alguien” utiliza cuentas falsas en Twitter para colocar exactamente el mismo mensaje. Entre los mensajes que replicaban, uno precisamente era de un supuesto trabajador de Correos y votante del PSOE que alertaba de las irregularidades que advertía en el voto por correo. Un mensaje que coincide con la intención de Vox de arrojar todas las dudas que pueda sobre el proceso electoral… El mismo que Abascal ha reconocido desconocer. Así funciona esto ahora: desinformación por un tubo e ignorantes a paladas. La esencia de la extrema derecha.

Y arropados

Durante las crisis sanitaria y económica hemos perdido, por momentos, ese respeto excesivo a los jueces. Luis Ángel Garrido ya es uno de los conocidos en Euskadi por su decisión de mantener abiertos los bares, que debemos tener siempre en cuenta para explicar los números de la pandemia en la CAV. Sobre las elecciones madrileñas deberemos recordar el juzgado de instrucción número 53 de Madrid que ha considerado que el cartel de Vox que señalaba a un menor no acompañado no constituye delito de odio. “Ahora ya sabéis con quién no vamos a poder contar para la contención del nazismo”, comentaba en Twitter Pedro Vallín.

También, acompañados

Abascal es un responsable de campaña que no sabe cómo funciona el voto por correo, al que beneficia un grupo numeroso de falsos tuiteros y algunos jueces con sus decisiones. Menos mal que tienen esa ayuda externa porque la cabeza de lista de Vox, Rocío Monasterio, llega muy desgastada al final, como una caricatura de sí misma que se ha desdibujado durante los momentos en los que necesitaba marcar el trazo. Algunos tuits suenan como sentencias: “Monasterio diciendo que no se cree lo de las cartas con balas mientras un primo de su marido ha enviado una navaja a una ministra. Si es que te tienes que reír…”.

¿Qué hay enfrente?

A ver quién se salva cuando la historia haga un análisis sobre quién estuvo al lado y quién estuvo frente a la extrema derecha en este resurgir. Xavier Colás tuiteaba: “Antifascista es una persona que lucha frente al fascismo. No una persona que llama fascista a todo el que tiene en frente”, y acertaba. Muchos cantan el Bella Ciao pero pocos son dignos de hacerlo porque la mayoría de esos antifascistas de ocasión tiene en su debe el apoyo o la justificación de algún tipo de fascismo. Algunos son conscientes de su cinismo, otros son incapaces de distinguir un fascista aunque lo tengan delante soltándoles un mitin.