La consecuencia lógica

“Podemos asume que la guerra en el PP pone en bandeja a Sánchez un adelanto electoral” (Vozpópuli), y yo, también. En cuanto en el PSOE tengan un sondeo electoral fiable y mínimamente favorable, Sánchez disuelve el gobierno español, convoca elecciones y, luego, busca la excusa para hacerlo. En este orden. Las leyes que decaigan, los fondos europeos, el cierre de la pandemia con cierta seguridad y la recuperación económica y anímica de la ciudadanía se mantendrán en el segundo plano en el que el presidente español pone todo cuando de ganar para mantenerse en el poder se trata.

Isabel: “Me han robado”

Tengo muy claro que si para algo no puede servir esta crisis en el PP es para criminalizar a las personas que trabajan con la administración pública, sean o no familiares o amigos de políticos y políticas. Lo que hay que señalar siempre es la cara dura, por ejemplo, para estar en medio, lo que logra constantemente Tomás Díaz Ayuso. O para victimizarse, lo que intenta en todo momento Isabel, la hermana del anterior y presidenta de la Comunidad de Madrid: “Me han robado la presunción de inocencia, a mi familia el anonimato y a mi equipo tantas horas de trabajo honrado y serio”, tuiteaba ayer sin que sepamos si se reía mientras lo hacía.

¡Por supuesto!

Menos mal que Felipe VI ha vuelto ya al trabajo presencial porque se ha notado su ausencia: en el tiempo que se ha visto obligado a teletrabajar por el covid, ha ardido el PP y Rusia y EE.UU. han montado una guerra en Ucrania que va a afectar a Europa. Así que, bienvenido sea el regreso del rey de España a su trabajo sin cortapisas víricas. Evidentemente, he tirado de sarcasmo, como muchas y muchos usuarios en Twitter y otras redes sociales: “Cachondeo con la ‘vuelta al trabajo’ de Felipe VI”, titulaban en Público antes de poner varios ejemplos de chanzas y bromas que, con más o menos acierto, han pululado por las redes estos días.

Lleva años batallando

Si Felipe VI no lo impide con su regreso a la actividad presencial, vamos a ver en directo otra guerra, como la que masacre de Israel sobre Palestina de hace unos meses. Una guerra que me preocupa, no lo oculto porque la frontera entre Ucrania y Rusia está muy cerca, y a Putin y a Biden les importa un pimiento Europa. Temores autoinfundados aparte, que tengo claro que esta guerra va a ser diferente: va a ser, en parte, digital. Y Rusia lleva años preparándose para ella, por ejemplo, convirtiéndose en refugio de casi todo el dinero estafado con el secuestro de información en el resto del mundo, como hemos sabido, casualmente, esta semana.

Qué cara más dura

Podemos contabilizar como respuestas a este tuit de la Federación española de fútbol: “Por la tolerancia, el respeto y la inclusión. La RFEF muestra su rechazo a la LGTBIfobia, en el deporte y en cualquier ámbito de la vida. Stop LGTBIfobia”, las que hemos visto (insultos, imágenes de gente vomitando, etc.), por ejemplo, en la cuenta de Instagram del FC Barcelona durante la misma campaña. Tanto Federación como clubes muy ricos hacen el agosto cogiendo el dinero del petróleo y el recorte de Derechos Humanos sin problemas, luego, ponen un tuit con la banderita arcoíris, y a correr. Pues no, no vale. Y tampoco vale a los que pagan.

Mujeres y tremendamente valientes

Afganistán sigue siendo gobernado por los talibanes que recortan los pocos derechos que le quedan a la ciudadanía y son especialmente beligerantes contra las mujeres a las que, directamente, quieren anular por medio de una especie de goteo de limitaciones. En sí misma, esa es una forma de tortura. Aún así, solas, aisladas y en riesgo, las mujeres se revelan, como hemos visto esta semana en la cuenta en Twitter del periodista Hizbullah Khan, que también se la juega por trabajar en el país y mostrarnos lo que sucede. Si no fuera por los millones de gilipollas que la ocupan, realmente esta red podría ser muy útil.

Albert Luque, el cuñado

El Athletic de Bilbao puede dar un disgusto enorme a Albert Luque, a la RFEF y a los jeques árabes, eliminando a Barcelona y Real Madrid. El exjugador esta semana ha dejado entrever que el resto de clubes son extras invitados a la película que han escrito para mayor gloria y enriquecimiento de Real Madrid y Barcelona, ha despreciado a las aficiones de Athletic y Atlético, y especialmente a todas las aficionadas a este deporte y justificó el blanqueo a Arabia Saudí. Todo esto en solo dos respuestas a EFE que Javier Gallego destacó en su programa y Twitter. Una película que once leones y 45.000 aficionadas y aficionados le podemos chafar.

Rey, campechano y mago

Juan Carlos I, además de campechano, es muy buen mago, lo que pasa es que no nos habíamos enterado hasta ahora. Primero, usaría algún tipo de conjuro o hechicería para lograr que las instituciones españolas adquiriesen para él con un Rolls-Royce descapotable de más de medio millón de euros y, después, en un hábil juego de manos, logró vendérselo por más de 200.000 a un amigo suyo, Juan Miguel Villar-Mir, haciendo desaparecer el dinero, en un último destello de su prestidigitación. Porque, según leemos en Vozpópuli, nadie sabe ni cómo ese bien de la Casa Real pudo ser puesto a nombre de alguien ni dónde está la pasta.

Valiente pero irresponsable

Poco a poco vamos conociendo la hoja de ruta que ha diseñado el equipo de Pablo Casado para llegar con fuerza a las elecciones generales que busca con ahínco: “Arrollar en Castilla y León, Andalucía y Murcia como antesala al ‘asalto’ a la Moncloa” (República.com). Son cuatro procesos electorales, por lo menos, los que quiere activar con el coronavirus y sus consecuencias económicas golpeando. Más que valiente, su plan es osado y, sobre todo, irresponsable. Pero como ya he escrito en la columna: lo sorprendente es que la demoscopia lo avala y que hayamos normalizado que todo esto lo hará con Vox o no será posible.

También hay que serlo para cerrar

Ciudadanos no hizo nada para aprovechar su momento. De hecho, parece que sus líderes se empeñaron en despreciar el viento de cola que tuvieron, como si nunca fuera a terminarse. Ahora, de aquel instante de grandeza en el que Rivera rechazó ser vicepresidente de Sánchez solo queda un recuerdo lejano y borroso. Por no quedar, no quedan ni sobras en la mesa y, directamente, tienen que vender el mobiliario: “Ciudadanos cerrará en 2022 la mayoría de sus sedes locales y provinciales para recortar gastos”, leemos en El Independiente. Una situación triste en cualquier caso pero que pocas veces es tan merecida por cómo gestionaron su éxito.

El Athletic de siempre

La imagen de lo que es el Athletic, de lo que es jugar con los de casa, es la de la foto en Twitter de la madre de Iñaki y Nico Williams celebrando con sus hijos el pase a la final y el protagonismo del pequeño de estos dos hermanos que ya han hecho historia. Y que esa imagen sea la de una familia inmigrante, acogida en Bilbao como tantas otras e integrada en la sociedad vasca como una más, además de un motivo de orgullo, es un sopapo a quienes han acusado al Athletic de un clasismo que ellos mismos adolecen. Los Williams reparten goles, emoción y ejemplo de lo que podemos y debemos ser.

Hacemos historia

Pase lo que pase hoy seguiremos haciendo historia: somos un equipo único en el mundo que, además, pasa por un momento muy ilusionante: las estrellas del presente y el futuro son made in Lezama. Empezando por los hermanos Williams y el capitán, Iker Muniain, y siguiendo por Yeray, Villalibre, Vencedor, Simón, Vivian, Zarraga, Serrano… Y los que descubriremos en los próximos años. Este equipo, formado por apellidos que podrían ser los de nuestros compañeros de colegio, compite contra los mejores de la liga española y contra el mundo entero, empeñado en buscar atajos para globalizar el mercado y el negocio.

Y somos los campeones

Hoy el Athletic sale a defender el título de la Supercopa contra el Real Madrid. No se ha clasificado ganando solo un partido: lo ha hecho llegando a la final de Copa, la segunda consecutiva, además. Así que Aduriz hizo bien en rectificar el tuit de Movistar, que tiene la responsabilidad de emitir los partidos, después de la semifinal, y en recordar que “el vigente campeón vuelve a plantarse en la final. Así mejor”. Es lo que somos: un equipo campeón. Lo hemos demostrado durante más de 120 años, el año pasado ganando al Barcelona con todo merecimiento, el miércoles remontando al Atlético, y lo volveremos a hacer.

No todo es dinero

El fútbol es un deporte precioso, un fenómeno social único, una caja de resonancia de sentimientos y un negocio del que se ha apropiado una banda de canallas que solo piensa en generar cantidades infames de dinero para quedarse con una parte del pastel. Esta Supercopa que se celebra en Riad es indignante y debería de ser intolerable: alguien debería de controlar a quienes mueven los millones. Pero lo peor, sin duda, es el recochineo de Rubiales y la Federación que hablaba de celebrar con “los tuyos” la clasificación para la final. Como bien les recordaban desde la revista Líbero: “Los suyos están a 7.000 km.”.

Al servicio de los ricos

Todo está mal en esta Supercopa, empezando por lo importante, la operación de blanqueo que ha comprado el régimen de Arabia Saudí, y siguiendo por el hecho incontestable de que la RFEF ha diseñado una copa y una supercopa a la medida de Real Madrid, Atlético y Barcelona. A la medida deportiva y económica: por el morro, porque sí, por el nombre y no los méritos, estas entidades se llevarán más dinero que el pobre invitado a la mesa, que es lo que parece el actual campeón. Es obligación de la familia rojiblanca, desde Nico Williams al socio más reciente, como la resistencia que somos, fastidiarles el plan. Aupa, Athletic!

«24.000 millones»

En Menéame han puesto de nuevo de actualidad la entrevista de Jordi Évole a la periodista Carmen Monforte, que explicaba el gran problema de la factura de la luz que pagamos: no es el precio de la electricidad, sino los famosos peajes que abonamos a las empresas para que hagan su trabajo, como buscar nuevas fuentes de energía, o la compensación por las nucleares no terminadas. Pero la madre del cordero es el “déficit tarifario”, que es lo que apoquinamos como cuota fija para compensar los 24.000 millones, más intereses, que debemos a las compañías. Ese montante hará, según Monforte en 2012, que la factura suba siempre.

“41%”

Como vasco independentista la cifra que hizo público el Sociómetro del Gobierno Vasco el miércoles me preocupa: “El 21% de los vascos apoya la independencia de Euskadi frente al 41% que la rechaza”, resumen en República.com. En la anterior encuesta el rechazo era del 34%. No creo que haya aumentado la simpatía por España, pero sí se ha afianzado el marco español y, sobre todo, la vía catalana ha sido un estupendo repelente para quienes podían aproximarse al sentimiento independentista. Pero voy a ser optimista: creo que cuaja la idea de que para autónomo dentro de Europa no hay que salirse de ningún sitio.

“2 millones de euros”

Ya solo nos acordamos de la aplicación “Radar Covid” los muy cafeteros, los que hemos estado encima de estos temas desde el principio de la pandemia. Pero sigue activa para arrojar un resultado paupérrimo: “Apenas ha registrado en su base de datos el 0,8% de los casos totales en España” (El Independiente). Y eso que su desarrollo costó dos millones de euros, no estuvo lista hasta agosto y fue utilizada por los más jacobinos para señalar a quienes defendemos que el acceso en euskera a lo que esté desarrollado con dinero público es un derecho y no un capricho. Otro desastre pandémico que nadie asumirá.

“320 millones garantizados”

Tapado por el tema de la vacunación a los integrantes de “la roja” la Federación Española de Fútbol nos ha metido otro gol: la Supercopa, ya sin restricciones por el Coronavirus, se celebrará en Arabia Saudí hasta 2029. El nuevo plazo le reportará a la dueña del torneo hasta 320 millones de euros garantizados por esta dictadura asentada sobre pozos de petróleo. De momento, la próxima edición la jugará de nuevo el Athletic, como finalista, otra vez, y además defenderá el título. Por supuesto que el Club tiene que acudir a la cita, somos quienes lo contemos los que tenemos que estar atentos para que no nos cuelen el blanqueo.

“30 millones de pinchazos”

Termino con una cifra estupenda, la que destaca Ícaro Moyano sobre las vacunaciones en España: 30 millones de pinchazos (11, con la pauta ya completa) y “se cumplen los hitos previstos”. Esta es solo una buena noticia. Igual que lo es la del millón de vacunados en la CAV con, al menos, una dosis. Y no me voy a cansar ni de retuitear ni de comentar estos tuits, porque si lo hemos hecho con las malas noticias y con los argumentos de la oposición cuando venían mal dadas, ahora nos toca celebrar las buenas nuevas y el silencio de quien ya no sabe que decir y por eso busca y difunde la estadística más negativa que sea capaz de encontrar.

Seguimos creyendo en los unicornios

Si los unicornios económicos existen es porque nos empeñamos en que así sea. Igual que cuando hablamos de “start-ups”: solo con decir que las creamos ya existen, no hace falta que demuestren un inicio sorprendente. Si empezamos por ahí es fácil que después hablemos de una inflación de empresas que valen más de 1.000 millones de dólares (los unicornios). Sí, es fácil, por lo menos mucho más que antes, porque cada vez hay más inversores que persiguen su unicornio montados sobre caballos que se llaman dinero rápido y dinero fácil. Todos creen haber dado con el nuevo Google pero, ¿qué sucede a medio plazo?

Pues esto

Deliveroo, Globo o Just Eat eran empresas de esas que iban como un cohete: sus fundadores daban entrevistas, hablaban de nuevos modelos de negocio, de innovación y de cambios de paradigma, y el dinero empezaba a llover. Alguien elucubraba sobre su valor y las rondas de inversión acababan siendo rondas de champán. Hasta que llega la realidad, el estatuto de los trabajadores y el juez que dice que por los currelas hay que cotizar, que no son “riders”, que son personas. Entonces, el modelo no es viable y el problema es de esa cosa llamada Hacienda y de los impuestos. No eran unicornios, siempre fueron burros.

Una concentración lisérgica

Cuando leí que “50 empresas representan ya el 28% de la economía mundial” me pareció aterrador. Sin embargo, parece que la mayoría lleva muy bien esta concentración supranacional que nadie va a poder contener. En El Cuervo Ingenuo han hecho una radiografía estupenda sobre este nuevo sector, el del acaparamiento: empresas grandes que tienen que ver con la tecnología, varias de ellas son chinas (y por extensión, con participación estatal), eluden muchos impuestos y, sobre todo, buscan aumentar la brecha y ser cada vez más grandes ahogando a los pequeños. No alimentar a los monstruos es labor de todos.

Otro ejemplo

¿Cuál es el negocio de Amazon hoy? La venta on-line de libros seguro que no. Ni siquiera la venta on-line de todo lo demás. Amazon es el propietario de los servidores que otros comercializan como “la nube”. Pero el instinto cazador de Bezos y su equipo no tiene límite: acaban de comprar Metro Goldwyn Mayer por 8.450 millones de dólares. ¿Para qué? Para competir con Disney o Netflix, claramente. Su oferta hoy puede ser la mejor en calidad-precio (está incluido en el servicio de Prime de la tienda), lo que invita a pensar que, en el fondo, es deficitario. Pero ahora tiene más sentido: ya tiene una base de clientes.

Y uno más

¿Quieres dar a tus productos un toque tecnológico, hablar en el idioma en el que hablan los más enterados hoy y, además, ganar algo de dinero? Puedes hacerlo con un partner turco que comercializa bitcoins y, sobre todo, si no tienes vergüenza: la selección española ha entrado en el negocio del “blockchain”. ¿Cómo? Vendiendo una especie de “cromos digitales” de sus jugadores. Unas creaciones únicas gracias a esta tecnología que flipará a los más cuñadetes. A tope con el eso que Alejandro Izaguirre define así en Twitter: “Blockchain como detector de cretinos. Todo el mundo buscándole una aplicación y la teníamos delante”.