Continúo el relato del viaje realizado por tierras andaluzas del 17 al 28 de marzo, que dejaba la pasada semana tras recorrer la ciudad de Córdoba. El 19 de marzo en el Hotel Eurostars Palace nos dejaron amablemente prorrogar un par de horas nuestra salida del hotel, así que pudimos acercarnos a Madinat Al-Zahra (Medina Azahara), la misteriosa ciudad que Abd-al Rahman III mandó construir a los pies de Sierra Morena, que se encuentra a unos 8 km de Córdoba y desde el año 2018 forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Junto al aparcamiento se encuentra el museo y el auditorio en el que se proyecta el interesante audiovisual “Madinat al-Zahra la ciudad brillante”, que nosotros vimos tras la visita, pues de repente llegaron tres grandes grupos, así que nos dirigimos al aparcamiento para tomar el único medio de acceso a la antigua ciudad, un autobús que cobra 3 € ida y vuelta. La entrada es gratis, pero hace falta para tomar el autobús. Con tanta lluvia caída, Córdoba está verde.

De esta forma pudimos visitar en solitario esta antigua ciudad. La tradición indica que Abd al-Rahman III se autoproclamó califa en el año 929 y tras ocho años de reinado decidió edificar una ciudad palatina en honor a su favorita, Azahara. La ciudad se dispone en tres terrazas rodeadas por una muralla, ubicándose el Alcázar en la parte superior, no escatimando medios y materiales en su construcción, convirtiéndose en el buque insignia del Califato. La terrazas inferiores, situadas fuera de la muralla, fueron dedicadas a viviendas y a la mezquita.

Tras visitar la antigua ciudad volvimos al hotel para recoger el equipaje e iniciar la ruta a nuestro nuevo destino en la provincia de Jaén, del que nos separaban 214 km, deteniéndonos a comer un gigantesco bocadillo de chorizo nada más abandonar la autovía A-32, en la estación de servicio Euroil-La Recta, cerca de Torreperogil. Luego hicimos dos breves paradas para contemplar la población de Cazorla, con el castillo situado sobre ella, y en el mirador del Puerto de las Palomas, desde donde tuvimos una amplia panorámica de las sierras de Cazorla y Segura, con la localidad de Arroyo Frío a sus pies.

Concluyó esta jornada en el Parador de Cazorla ****, al que creo que le sobra alguna estrella, ubicado en medio de la nada, en el corazón del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. En él pasamos dos noches disfrutando de su gastronomía y de una zona muy tranquila, tanto que animales salvajes se acercan a él, incluso saltando la valla que rodea su amplio jardín, donde se encuentra la piscina. Un día vimos, casi pegado a la valla, un enorme macho de cabra montés.

El objetivo de nuestro viaje a esta zona de la provincia de Jaén fue realizar la Ruta del Río Borosa, que al completo tiene unos 22 km entre ida y vuelta. Para ello el 20 de marzo nos desplazamos a Torre del Vinagre, distante unos 25 km del Parador, de donde sale una estrecha carretera de 1,7 km hasta el amplio aparcamiento situado al comienzo de la ruta, que en temporada alta se llena, cerrándose el acceso. La primera parte del recorrido se realiza por una amplia pista que bordea el impetuoso río, que cuenta con varios rápidos y pequeñas cascadas.

Nuestro recorrido fue mucho más corto, poco más de 9 km entre ida y vuelta, pues nos fijamos como meta la llamada Cerrada de Elías. Para ello hay que abandonar la pista para caminar por un sendero, muy bien señalizado por cierto, que discurre rodeado de vegetación y paralelo al río Borosa hasta llegar al puente de los Caracolillos, donde cruzamos el río. Enseguida el camino se estrecha entrando en la zona más hermosa de la ruta pues discurre por un angosto cañón, la Cerrada de Elías, realizando el último tramo caminando por unas pasarelas de madera, emblema de la ruta. Desde allí tuvimos que desandar el camino para regresar al punto de partida.

Concluido nuestro recorrido por la Ruta del Río Borosa, tuvimos la suerte de que se encontrara abierto el Restaurante Los Monteros, situado a un centenar de metros de la salida, donde compartimos dos platos tradicionales de la zona, Rin tan, muy bueno por cierto, y lomo en orza, bastante seco. Previamente a realizar la ruta nos adentramos en el Centro de Visitantes Torre del Vinagre, que me pareció bastante básico. Frente a él hay un jardín botánico. Después recorrimos en coche una parte del parque natural, fotografiando las cumbres con algo de nieve y una pequeña cascada.

Situado en el nordeste de la provincia de Jaén, el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas cuenta con una extensión de 214.336 ha, lo que lo convierte en el mayor espacio protegido de España y el segundo de Europa. En 1983 fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Recorriendo el parque pudimos contemplar su variada y abundante fauna, aunque no resulta fácil de fotografiar, pues en cuanto detienes el coche salen corriendo. Pese a ello primero fotografié un grupo de gamos, luego un par de ciervos que descansaban tranquilamente y, muy cerca del Parador, unos muflones, que nos dijeron que eran difíciles de ver, pero que no se asustaron cuando salí del coche. También vimos el río Guadalquivir al poco de nacer.

El 21 de marzo abandonamos el Parador de Cazorla para recorrer los 178 km que nos separaban de nuestro siguiente destino, Granada. Por una carretera plagada de curvas, conduje despacio por si veía algún otro animal y ¡premio!, pues poco antes de llegar a La Iruela apareció casi al borde de la carretera una cabra montés, que no se asustó cuando detuve el coche e incluso posó para la cámara, abandonando más tarde el lugar de forma pausada. Sobre este pueblo se alzan las ruinas de castillo que dominan los interminables campos de olivos. Como telón de fondo tuvimos la nevada Sierra Mágina.

Todavía nos quedaba mucho viaje por delante, primero Granada y luego la provincia de Málaga, pero de ello espero hablar la próxima semana. El viaje continúa.