Viaje a Andalucía (3): De Córdoba a las sierras de Cazorla y Segura

Continúo el relato del viaje realizado por tierras andaluzas del 17 al 28 de marzo, que dejaba la pasada semana tras recorrer la ciudad de Córdoba. El 19 de marzo en el Hotel Eurostars Palace nos dejaron amablemente prorrogar un par de horas nuestra salida del hotel, así que pudimos acercarnos a Madinat Al-Zahra (Medina Azahara), la misteriosa ciudad que Abd-al Rahman III mandó construir a los pies de Sierra Morena, que se encuentra a unos 8 km de Córdoba y desde el año 2018 forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Junto al aparcamiento se encuentra el museo y el auditorio en el que se proyecta el interesante audiovisual “Madinat al-Zahra la ciudad brillante”, que nosotros vimos tras la visita, pues de repente llegaron tres grandes grupos, así que nos dirigimos al aparcamiento para tomar el único medio de acceso a la antigua ciudad, un autobús que cobra 3 € ida y vuelta. La entrada es gratis, pero hace falta para tomar el autobús. Con tanta lluvia caída, Córdoba está verde.

De esta forma pudimos visitar en solitario esta antigua ciudad. La tradición indica que Abd al-Rahman III se autoproclamó califa en el año 929 y tras ocho años de reinado decidió edificar una ciudad palatina en honor a su favorita, Azahara. La ciudad se dispone en tres terrazas rodeadas por una muralla, ubicándose el Alcázar en la parte superior, no escatimando medios y materiales en su construcción, convirtiéndose en el buque insignia del Califato. La terrazas inferiores, situadas fuera de la muralla, fueron dedicadas a viviendas y a la mezquita.

Tras visitar la antigua ciudad volvimos al hotel para recoger el equipaje e iniciar la ruta a nuestro nuevo destino en la provincia de Jaén, del que nos separaban 214 km, deteniéndonos a comer un gigantesco bocadillo de chorizo nada más abandonar la autovía A-32, en la estación de servicio Euroil-La Recta, cerca de Torreperogil. Luego hicimos dos breves paradas para contemplar la población de Cazorla, con el castillo situado sobre ella, y en el mirador del Puerto de las Palomas, desde donde tuvimos una amplia panorámica de las sierras de Cazorla y Segura, con la localidad de Arroyo Frío a sus pies.

Concluyó esta jornada en el Parador de Cazorla ****, al que creo que le sobra alguna estrella, ubicado en medio de la nada, en el corazón del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. En él pasamos dos noches disfrutando de su gastronomía y de una zona muy tranquila, tanto que animales salvajes se acercan a él, incluso saltando la valla que rodea su amplio jardín, donde se encuentra la piscina. Un día vimos, casi pegado a la valla, un enorme macho de cabra montés.

El objetivo de nuestro viaje a esta zona de la provincia de Jaén fue realizar la Ruta del Río Borosa, que al completo tiene unos 22 km entre ida y vuelta. Para ello el 20 de marzo nos desplazamos a Torre del Vinagre, distante unos 25 km del Parador, de donde sale una estrecha carretera de 1,7 km hasta el amplio aparcamiento situado al comienzo de la ruta, que en temporada alta se llena, cerrándose el acceso. La primera parte del recorrido se realiza por una amplia pista que bordea el impetuoso río, que cuenta con varios rápidos y pequeñas cascadas.

Nuestro recorrido fue mucho más corto, poco más de 9 km entre ida y vuelta, pues nos fijamos como meta la llamada Cerrada de Elías. Para ello hay que abandonar la pista para caminar por un sendero, muy bien señalizado por cierto, que discurre rodeado de vegetación y paralelo al río Borosa hasta llegar al puente de los Caracolillos, donde cruzamos el río. Enseguida el camino se estrecha entrando en la zona más hermosa de la ruta pues discurre por un angosto cañón, la Cerrada de Elías, realizando el último tramo caminando por unas pasarelas de madera, emblema de la ruta. Desde allí tuvimos que desandar el camino para regresar al punto de partida.

Concluido nuestro recorrido por la Ruta del Río Borosa, tuvimos la suerte de que se encontrara abierto el Restaurante Los Monteros, situado a un centenar de metros de la salida, donde compartimos dos platos tradicionales de la zona, Rin tan, muy bueno por cierto, y lomo en orza, bastante seco. Previamente a realizar la ruta nos adentramos en el Centro de Visitantes Torre del Vinagre, que me pareció bastante básico. Frente a él hay un jardín botánico. Después recorrimos en coche una parte del parque natural, fotografiando las cumbres con algo de nieve y una pequeña cascada.

Situado en el nordeste de la provincia de Jaén, el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas cuenta con una extensión de 214.336 ha, lo que lo convierte en el mayor espacio protegido de España y el segundo de Europa. En 1983 fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Recorriendo el parque pudimos contemplar su variada y abundante fauna, aunque no resulta fácil de fotografiar, pues en cuanto detienes el coche salen corriendo. Pese a ello primero fotografié un grupo de gamos, luego un par de ciervos que descansaban tranquilamente y, muy cerca del Parador, unos muflones, que nos dijeron que eran difíciles de ver, pero que no se asustaron cuando salí del coche. También vimos el río Guadalquivir al poco de nacer.

El 21 de marzo abandonamos el Parador de Cazorla para recorrer los 178 km que nos separaban de nuestro siguiente destino, Granada. Por una carretera plagada de curvas, conduje despacio por si veía algún otro animal y ¡premio!, pues poco antes de llegar a La Iruela apareció casi al borde de la carretera una cabra montés, que no se asustó cuando detuve el coche e incluso posó para la cámara, abandonando más tarde el lugar de forma pausada. Sobre este pueblo se alzan las ruinas de castillo que dominan los interminables campos de olivos. Como telón de fondo tuvimos la nevada Sierra Mágina.

Todavía nos quedaba mucho viaje por delante, primero Granada y luego la provincia de Málaga, pero de ello espero hablar la próxima semana. El viaje continúa.

Viaje a Andalucía (2): CÓRDOBA (2ª parte)

Continúo el relato del viaje realizado a tierras andaluzas del 17 al 28 de marzo, que dejaba la pasada semana en el Museo de Julio Romero de Torres de Córdoba. Tras una intensa mañana en la que visitamos buena parte de las cosas más importantes, dedicamos la tarde a patear el resto de Córdoba, visitando de paso algunas de las Iglesias Fernandinas, 11 iglesias que Fernando III el Santo mandó construir entre mediados del siglo XIII y principios del XIV, no muchas pues cierran a las 6 de la tarde. Como la teníamos cerca, la primera de ellas fue la de San Francisco y San Eulogio de la Axerquía, que cuenta con un claustro exterior y una decoración muy barroca. Como dije, la entrada está incluida con la de la Mezquita-Catedral.

Seguimos pateando la ciudad, observando algunos patios de las casas del centro histórico, desplazándonos hasta lo que queda del único templo romano de Córdoba. A unos pasos se encuentra el Ayuntamiento y, frente a él, otra Iglesia Fernandina, la de San Pablo, construida entre los siglos XIII y XIV pero con importantes reformas del siglo XVIII. Destacan en su interior el retablo mayor y el artesonado con decoración mudéjar.

Deshacemos parte de lo andado para acercarnos a un cercano lugar bastante escondido del centro histórico y poco habitual en Andalucía, la plaza de la Corredera, pues está en gran parte porticada al estilo de las plazas castellanas. Cuenta con abundante hostelería y un edificio diferente que alberga el Mercado de la Corredera. Parece ser que en su día estuvo aquí el Circo Romano, pues se descubrieron los fabulosos mosaicos que vimos en el Alcázar. Cerca de la plaza tenemos los Jardines Huerto de Orive, donde contemplamos varios murales, como el de Clara Gómez Campos en homenaje a Julio Romero de Torres.

Todavía visitamos dos Iglesias Fernandinas más, siendo la primera de ellas, la de San Andrés Apóstol, en cuya portada principal, del siglo XVII, luce el escudo del obispo Siuri. Destaca en su interior un hermoso retablo de estilo barroco churrigueresco, obra de Pedro Duque Cornejo. La siguiente, la de Santa Marina, ocupa un edificio con aires de fortaleza. Cuenta en su interior con varias capillas barrocas muchas de ellas dedicadas a la figura de Jesucristo. Enfrente, en la plaza del Conde de Priego, se encuentra el monumento a Manolete, un conjunto escultórico dedicado al torero Manuel Laureano Rodríguez Sánchez obra del escultor Manuel Álvarez Laviada.

La siguiente cita la tuvimos en un lugar que tenía anotado para visitar, el Palacio de Viana, construido en el siglo XV pero ampliado con el paso de los siglos. Entre otras cosas visitamos el Salón de Tobías, que  recibe este nombre por unos murales anónimos del siglo XVIII que describen el relato bíblico del Libro de Tobías, donde aparece el arcángel San Rafael. Lo primero que visitamos nada más acceder a su interior fue una hermosa y colorista exposición del pintor Rafael Martín Toril, nacido en Córdoba el 2 de septiembre de 1948, con el que pudimos conversar.

Sin embargo, lo más interesante de este palacio son sus hermosos doce patios cordobeses, unidos entre sí por galerías, que cuenta con gran variedad de plantas, sobre todo en primavera. Presumen de ser los mejores de Córdoba, llevando por nombre, Patio de Recibo, que se convirtió en la entrada del palacio a finales del siglo XVI, de los Gatos, de los Naranjos, de las Rejas, de la Madama, de las Columnas, de la Alberca, del Pozo, de los Jardineros, de la Capilla, del Archivo y de la Cancela. Cuenta también con un enorme jardín. La entrada cuesta 14 €.

Nuestro recorrido está tocando a su final acercándonos a continuación a la iglesia de Ntra Sra de la Paz, más conocida como iglesia de San Basilio, que fue fundada en el año 1590. Casi al lado tenemos la plaza de Capuchinos a la que se asoman el convento Santo Ángel y el Santuario de Ntra Sra de los Dolores, que guarda una de las imágenes más veneradas de la ciudad. En el centro de la plaza se levanta una de las imágenes más singulares de Córdoba, el Cristo de los Faroles. Durante nuestro recorrido pasamos junto a la Real Colegiata de San Hipólito y la iglesia de San Nicolás de la Villa, reedificada en el siglo XV en estilo gótico-mudéjar. Posee una de las torres más bellas de las Iglesias Fernandinas, de forma poligonal y realizada sobre un alminar.

Concluidas las visitas nos acercamos a tomar un vino al Mercado Victoria, el primer mercado gastronómico de Andalucía, inaugurado en mayo de 2013. Ocupa la antigua Caseta del Círculo de la Amistad, edificio histórico de hierro forjado que data de finales del siglo XIX, donde se celebraba antiguamente la Feria de Córdoba. Cuenta con 30 puestos con diferentes bares temáticos y de venta de productos frescos y preparados para degustar. Estamos en el Paseo de la Victoria, muy cerca de nuestro Hotel Eurostars Palace, al que llegamos tras una intensa jornada en Córdoba en el que hemos recorrido a pie casi 15 km. Tras visitar posteriormente Granada y Málaga, Córdoba es la ciudad que más nos ha gustado, además de ser la más amable para sus moradores y el visitante.

Concluye de esta forma nuestra jornada del 18 de marzo, pero todavía nos queda algo muy interesante por visitar en Córdoba, pero de ello espero hablar la próxima semana. El viaje continúa.

Viaje a Andalucía (1): CÓRDOBA, Patrimonio de la Humanidad

Con cierto retraso, comienzo el relato del segundo viaje de este año, realizado a tierras andaluzas del 17 al 28 de marzo. Volamos de Bilbao a Málaga desde donde nos desplazamos a Córdoba, ciudad en la que pasamos dos noches, al igual que en el Parador de Cazorla y Granada, nuestros siguientes destinos, para concluir el viaje recorriendo la provincia de Málaga, pasando las cinco últimas noches en su capital. En total hemos realizado en coche algo más de 1.300 km, a los que hay que añadir los 134 que hicimos caminando.

A media mañana del 17 de marzo cogimos en Loiu el avión de Volotea con destino al aeropuerto Málaga-Costa del Sol, a donde llegamos tras hora y cuarto de vuelo. Salimos con un día extraordinario y llegamos lloviendo a cántaros. Con este vuelo suman ya 28 los destinos diferentes a los que he volado directamente desde Bilbao, acercándome a los 31 realizados desde Barajas y muy por delante de los 11 a los que he volado desde Frankfurt y Ammán. En el aeropuerto malagueño recogí en OK Mobility un coche muy superior al que tenía reservado, un Link&Co, híbrido, de cuya marca no había oído hablar pero que resultó magnífico, lo mismo que sucedió con el Hotel Eusrostars Palace *****, también superior al contratado, pues la misma cadena nos lo cambió el día anterior por la tarde por inundación de algunas habitaciones.

Diluviaba cuando llegamos a Córdoba y las calles empezaban a encharcarse, así que sentimos un gran alivio al llegar al aparcamiento del hotel. Pronto la lluvia empezó a amainar así que, como la previsión era de lluvia para todos los días del viaje, nos animamos a salir, pues el hotel estaba situado en el paseo de la Victoria, frente a la Puerta del Almodóvar de la antigua muralla, junto a la que se encuentra la estatua de Séneca. Recorrimos la Judería, bordeamos la mezquita y nos acercamos a la Puerta del Puente, que da acceso al puente romano que cruza el río Guadalquivir desbordado hasta la Torre de la Calahorra. Ya con el paraguas cerrado regresamos al entorno de la mezquita para tomar un pote en el típico bar Santos, antes de regresar a cenar, muy bien por cierto, al hotel.

Córdoba cuenta con 4 inscripciones en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO: La Mezquita-Catedral (1984), el centro histórico que la rodea (1994), la Fiesta de Los Patios (2012) y Medina Azahara (2018). El 18 de marzo, tras 18 días de lluvia cesó de 11over a las 08:30 h así que, aunque paseamos el paraguas, no tuvimos que volver a usarlo. Para las 10 h teníamos la entrada para el principal monumento de Córdoba, la espectacular Mezquita-Catedral, obra maestra de los omeyas hace más de mil años. Aunque había cola para entrar la pudimos disfrutar casi solos. La entrada cuesta 13 €, 10 € para los mayores de 65 años, pudiendo acceder con ella a las iglesias fernandinas.

Es una lástima que este grandioso edificio que llegó a ser la segunda mayor mezquita del mundo, fuera transformada en los siglos XVI-XVII, destruyendo una buena parte, para instalar en su interior la Catedral de Ntra Sra de la Asunción, en la que destaca su capilla mayor y el coro, aunque particularmente me encantó la capilla del Sagrario, sólo abierta para el culto en algunas horas, no permitiendo sacar fotos en su interior, aunque logré tomar algunas desde fuera. También me agradó el retablo de la capilla de Santa María Magdalena y Asunción de Nuestra Señora.

De nuevo volvimos a la Judería para acercarnos a uno de los lugares más emblemáticos de Córdoba, la Calleja de las Flores, al objeto de repetir la típica foto que saqué hace más de veinte años con la torre de la Mezquita-Catedral al fondo. Muy cerca tenemos otro hermoso rincón, la Calleja de los Ángeles, con la fachada del Restaurante Patio de la Judería profusamente adornada con tiestos azules. Pasamos ante el Conservatorio Superior de Música y la plaza de Judá Levi, junto a la que se encuentra el Centro de Arte Rafael Botí, que visitamos antes de fotografiar el Monumento a los Enamorados.

Abandonamos la Judería para dirigirnos al Alcázar de los Reyes Cristianos, pues habíamos comprado la entrada para las 12 h. Esta gran fortaleza cuenta con cuatro torres defensivas, la de los Leones, la del Homenaje, la de la Inquisición y la de las Palomas, además de unos preciosos jardines. Nada más acceder a su interior se pasa a la Sala de los Mosaicos, en el que destacan los dedicados a Polifemo y Galatea y a Medusa, de origen romano de los siglos II/III. Desde el alto de la Torre de los Leones (siglo XIII) se tiene una espectacular vista. La entrada cuesta 6,71 €, 3,56 € para los mayores de 65 años.

De nuevo nos acercamos a la orilla del río Guadalquivir que cuenta con un agradable paseo que lo bordea, pudiendo contemplar el río desbordado por las intensas lluvias. De hecho comentan que hacía muchos años que el agua no pasaba bajo todos los ojos del puente romano, originario del siglo I aC, frente al que se encuentra la Puerta del Puente, que formaba parte de la muralla. Antes de llegar a ella nos detenemos ante el Molino de la Albolafia, situado junto a la orilla.

Bordeando el río Guadalquivir nos acercamos a la plaza del Potro, un coqueto rincón con una fuente en su centro, realizada en el año 1577, a la que un siglo después se le añadió el potro que la corona, motivo por el que probablemente la plaza recibe este nombre. Es una plaza en la que existen varios restaurantes en la que aprovechamos para comer el típico flamenquín, no muy bien preparado por cierto. De la plaza se accede también a la especie de patio al que se asoma el Museo de Bellas Artes y nuestro siguiente destino.

La siguiente cita la tenemos junto a la plaza del Potro, frente al Museo de Bellas Artes. Se trata del Museo de Julio Romero de Torres, creado en el año 1931, un año después de su fallecimiento, aunque ha sido reformado en tres ocasiones, siendo la última de ellas en 2012. Ocupa un hermoso espacio que nos permite hacer un recorrido por la vida del pintor cordobés, recogiendo sus conocidas obras, como La Chiquita Piconera, Naranjas y Limones, Cante Hondo o Poema a Córdoba. Le entrada cuesta 5 €, 2,50 € los mayores de 65 años.

Hemos tenido una mañana muy intensa recorriendo Córdoba y todavía faltan muchas cosas por ver durante la tarde, pero de ello espero hablar la próxima semana. El viaje continúa.

Canarias (y 3): Los Gigantes, Anaga y Buenavista del Norte (Tenerife)

Continúo el relato del viaje a Canarias, realizado del 9 al 20 de febrero, que dejaba la pasada semana, en la Playa de las Américas, donde nos alojamos las siete últimas noches. Como para el 16 de febrero la previsión climatológica era buena, reservamos excursión en Los Gigantes pero, como nuestro barco no zarpaba hasta las 14:30 h, decidimos buscar una alternativa para pasar la mañana y la vimos desde la autovía al pasar a la altura de Puerto de Santiago, perteneciente al municipio de Santiago del Teide. Vimos un camino que recorría un tramo de costa prácticamente virgen y allí nos dirigimos, pudiendo caminar durante unos 3 km y otros tantos de vuelta, bordeando en ocasiones plataneras mientras contemplábamos el oleaje. Partimos del Paseo Punta Blanca, para luego pasar por la playa Punta Blanca y concluir en la playa La Jaquita, donde existe un kiosko en el que pudimos tomar un vino. Al pagar descubrimos que pertenecía al lujoso Hotel Gran Meliá Palacio de Isora, así que nos pegaron un buen sablazo.

Nuestro destino final se encontraba en Los Gigantes, localidad turística situada a los pies del acantilado del mismo nombre, de 600 metros de altura, que visitamos por tercera vez. Desde que nos acercamos a esta población nos resultó imposible aparcar, así que continuamos en descenso hasta el puerto hasta llegar a una barrera que marcaba el inicio de un aparcamiento de pago, casi repleto, en el que conseguimos dejar el coche (casi 11 €) y comer, antes de embarcar en el Flipper Uno, barco de apariencia pirata en el que realizamos la excursión de avistamiento de delfines y ballenas al precio de 30 € dos horas. Estuvo bien, pudiendo contemplar el acantilado de cerca y unos calderones, también conocidos como ballenas piloto. Eso si, lo que hemos visto en ocasiones anteriores, los delfines, han emigrado de la zona.

El 17 de febrero fue el único día en el que no había previsión de lluvia en el nordeste de Tenerife, así que modificamos los planes y nos desplazamos 86 km hasta el Centro de Interpretación del Parque Rural de Anaga, con objeto de recorrer, a lo largo de 4,8 km y 233 metros de desnivel acumulado, el Sendero Interpretativo Autoguiado Circular Bosque de Los Enigmas que parte de la Cruz del Carmen y pasa por el Mirador de Zapata, caminando por un hermoso bosque de laurisilva, perfectamente acondicionado. Lo malo fue llegar a este lugar, pues estuvimos atascados en la carretera y en el aparcamiento. Menos mal que, como sucediera en Candelaria, cuando estábamos a punto de marchar, salió un coche que se encontraba a nuestra altura.

Tras casi dos horas de marcha regresamos al punto de partida en la Cruz del Carmen, donde existe una ermita y un restaurante, en el que aprovechamos para comer. Estamos en el sitio que presume de ser el lugar con mayor biodiversidad por kilómetro cuadrado de Europa, del que se puede disfrutar en un corto recorrido por el llamado Sendero de los Sentidos. Como la tarde estaba soleada, antes de regresar al hotel decidimos hacer un alto en el camino al contemplar un faro desde la autovía. Se trata del ubicado en Punta Abona, destacando también en el pueblo la ermita de Ntra Sra de las Mercedes.

El 18 de febrero, como en el sur de la isla estaba muy bueno, nos dirigimos a un lugar bastante cercano, Playa San Juan, perteneciente al municipio de Guía de Isora, que resultó para nosotros como un oasis de paz, por lo tranquilo que era y por lo bien que por fin pudimos aparcar. Cuenta además con un buen paseo marítimo que parte del monumento “No hay barreras”, de Juan Antonio Hernández, pudiendo disfrutar de las olas mientras caminábamos hacia la playa, el puerto pesquero y el horno de cal, para luego subir una empinada cuesta hasta la escultura Alcarván, descendiendo luego a la playa de Aguadulce. Aprovechamos para comer aquí y continuar luego caminando en la dirección opuesta.

Antes de regresar al hotel decidimos hacer un alto en una localidad que visitamos hace muchísimos años en la fiesta de la Virgen, aprovechando para tomar el café en su centro histórico, presidido por la iglesia de Santa Úrsula y el antiguo convento franciscano de Ntra Sra de Guadalupe y San Pablo. El resto carece de interés pues está lleno de nuevas construcciones. También nos acercamos al punto de partida de su principal atracción, el Barranco del Infierno, que no recorrimos debido a las inclemencias meteorológicas.

Para el día 19 de octubre buscamos realizar una actividad en el extremo noroeste de la isla, pensando en principio en la Punta de Teno, pero como está prohibido llegar a ella en coche privado, teniendo que hacerlo en autobús desde Buenavista del Norte, decidimos desplazarnos a esta localidad pasando por un pequeño núcleo de población perteneciente al municipio de Los Silos. Su nombre nos resultó curioso, Tierra del Trigo. De allí parte una carretera que desciende casi verticalmente 500 metros de desnivel hasta la costa. Un cartel indicaba que era peligrosa, así que decidimos acercarnos a preguntar a un bar, situado frente a la ermita de Ntra Sra de Lourdes. Allí nos tranquilizaron y nos dijeron que era la mejor ruta.

Finalmente llegamos a nuestro destino, Buenavista del Norte, coqueto pueblo situado en el extremo noroeste de Tenerife, aparcando el coche en el casco histórico muy cerca de la plaza de los Remedios, centro neurálgico de la población, a la que se asoma la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios. En la coqueta plaza existe un kiosko con bar y otro bar al que luego regresamos para picar algo. Cuenta este municipio con el campo Buenavista Golf y un elegante hotel a él anexo, el Meliá Hacienda del Conde.

En la citada plaza está también la oficina de turismo, donde nos indicaron que al final de la plaza veríamos las indicaciones para seguir el sendero que se dirige a la playa Las Arenas, a la que se llega tras recorrer 2,7 km, pasando sucesivamente por los antiguos lavaderos y la ermita de la Visitación, para luego bordear el campo de golf, continuando por el Sendero de las Salinas, que nos lleva a la ermita de Ntra Sra del Carmen, situada junto al Mirador Playa de los Barqueros. Luego bordeamos una platanera por un hermoso sendero situado a orillas del mar hasta la playa Las Arenas, donde existe un restaurante, El Burgado, en el que no pudimos comer por estar a tope, regresando al pueblo por un paseo que bordea el campo de golf.

El viaje estaba tocando a su final, así que por última vez vimos la puesta de sol desde nuestro hotel Gara Suites. El 20 de febrero nos tocó madrugar, pues antes de las 08:30 h teníamos que devolver el coche en el aeropuerto de Tenerife Sur, situado a tan solo 17 km del hotel. A las 09:40 h salió el vuelo de Volotea que aterrizó en Loiu tres horas después, poniendo final al primer viaje del año.

Cuando estas líneas salgan publicadas esperamos haber concluido la segunda escapada del año con destino a Andalucía, con unas previsiones de bastante lluvia. Veremos lo que sucede, pero de ello espero hablar en una próxima entrega dentro de dos semanas.