Continúo el relato del viaje realizado a tierras andaluzas del 17 al 28 de marzo, que dejaba la pasada semana en el Museo de Julio Romero de Torres de Córdoba. Tras una intensa mañana en la que visitamos buena parte de las cosas más importantes, dedicamos la tarde a patear el resto de Córdoba, visitando de paso algunas de las Iglesias Fernandinas, 11 iglesias que Fernando III el Santo mandó construir entre mediados del siglo XIII y principios del XIV, no muchas pues cierran a las 6 de la tarde. Como la teníamos cerca, la primera de ellas fue la de San Francisco y San Eulogio de la Axerquía, que cuenta con un claustro exterior y una decoración muy barroca. Como dije, la entrada está incluida con la de la Mezquita-Catedral.

Seguimos pateando la ciudad, observando algunos patios de las casas del centro histórico, desplazándonos hasta lo que queda del único templo romano de Córdoba. A unos pasos se encuentra el Ayuntamiento y, frente a él, otra Iglesia Fernandina, la de San Pablo, construida entre los siglos XIII y XIV pero con importantes reformas del siglo XVIII. Destacan en su interior el retablo mayor y el artesonado con decoración mudéjar.

Deshacemos parte de lo andado para acercarnos a un cercano lugar bastante escondido del centro histórico y poco habitual en Andalucía, la plaza de la Corredera, pues está en gran parte porticada al estilo de las plazas castellanas. Cuenta con abundante hostelería y un edificio diferente que alberga el Mercado de la Corredera. Parece ser que en su día estuvo aquí el Circo Romano, pues se descubrieron los fabulosos mosaicos que vimos en el Alcázar. Cerca de la plaza tenemos los Jardines Huerto de Orive, donde contemplamos varios murales, como el de Clara Gómez Campos en homenaje a Julio Romero de Torres.

Todavía visitamos dos Iglesias Fernandinas más, siendo la primera de ellas, la de San Andrés Apóstol, en cuya portada principal, del siglo XVII, luce el escudo del obispo Siuri. Destaca en su interior un hermoso retablo de estilo barroco churrigueresco, obra de Pedro Duque Cornejo. La siguiente, la de Santa Marina, ocupa un edificio con aires de fortaleza. Cuenta en su interior con varias capillas barrocas muchas de ellas dedicadas a la figura de Jesucristo. Enfrente, en la plaza del Conde de Priego, se encuentra el monumento a Manolete, un conjunto escultórico dedicado al torero Manuel Laureano Rodríguez Sánchez obra del escultor Manuel Álvarez Laviada.

La siguiente cita la tuvimos en un lugar que tenía anotado para visitar, el Palacio de Viana, construido en el siglo XV pero ampliado con el paso de los siglos. Entre otras cosas visitamos el Salón de Tobías, que recibe este nombre por unos murales anónimos del siglo XVIII que describen el relato bíblico del Libro de Tobías, donde aparece el arcángel San Rafael. Lo primero que visitamos nada más acceder a su interior fue una hermosa y colorista exposición del pintor Rafael Martín Toril, nacido en Córdoba el 2 de septiembre de 1948, con el que pudimos conversar.

Sin embargo, lo más interesante de este palacio son sus hermosos doce patios cordobeses, unidos entre sí por galerías, que cuenta con gran variedad de plantas, sobre todo en primavera. Presumen de ser los mejores de Córdoba, llevando por nombre, Patio de Recibo, que se convirtió en la entrada del palacio a finales del siglo XVI, de los Gatos, de los Naranjos, de las Rejas, de la Madama, de las Columnas, de la Alberca, del Pozo, de los Jardineros, de la Capilla, del Archivo y de la Cancela. Cuenta también con un enorme jardín. La entrada cuesta 14 €.

Nuestro recorrido está tocando a su final acercándonos a continuación a la iglesia de Ntra Sra de la Paz, más conocida como iglesia de San Basilio, que fue fundada en el año 1590. Casi al lado tenemos la plaza de Capuchinos a la que se asoman el convento Santo Ángel y el Santuario de Ntra Sra de los Dolores, que guarda una de las imágenes más veneradas de la ciudad. En el centro de la plaza se levanta una de las imágenes más singulares de Córdoba, el Cristo de los Faroles. Durante nuestro recorrido pasamos junto a la Real Colegiata de San Hipólito y la iglesia de San Nicolás de la Villa, reedificada en el siglo XV en estilo gótico-mudéjar. Posee una de las torres más bellas de las Iglesias Fernandinas, de forma poligonal y realizada sobre un alminar.

Concluidas las visitas nos acercamos a tomar un vino al Mercado Victoria, el primer mercado gastronómico de Andalucía, inaugurado en mayo de 2013. Ocupa la antigua Caseta del Círculo de la Amistad, edificio histórico de hierro forjado que data de finales del siglo XIX, donde se celebraba antiguamente la Feria de Córdoba. Cuenta con 30 puestos con diferentes bares temáticos y de venta de productos frescos y preparados para degustar. Estamos en el Paseo de la Victoria, muy cerca de nuestro Hotel Eurostars Palace, al que llegamos tras una intensa jornada en Córdoba en el que hemos recorrido a pie casi 15 km. Tras visitar posteriormente Granada y Málaga, Córdoba es la ciudad que más nos ha gustado, además de ser la más amable para sus moradores y el visitante.

Concluye de esta forma nuestra jornada del 18 de marzo, pero todavía nos queda algo muy interesante por visitar en Córdoba, pero de ello espero hablar la próxima semana. El viaje continúa.