La City londinenses, ese espacio particular en el que aterrizaban grandes bancos y empresas, tiembla desde el “sí” al Brexit. Al mismo tiempo, otros estados o regiones pugnan por convertirse en esos nuevos espacios atractivos, y De Guindos habría ofrecido privilegios impositivos a los bancos que cambien Londres por Madrid. ¿Está bien eso, atraer capitales a cambio de bajos impuestos? ¿Es mejor mantener tus niveles fiscales aunque sean otros los que se lleven el gato al agua? ¿Qué nos parecería si nuestros territorios lo hicieran?
Trump, ¿enviado del Diablo?
Nadav Kander ha sacado una foto estupenda de Donald Trump: el nuevo presidente de EE.UU. es el hombre del año para la revista Time que ha publicado en su portada, como es normal, ese retrato. Peeerooo… en el diseño final de la primera plana la “M” forma unos curiosos cuernos sobre la cabeza de Trump, algo en lo que han reparado, entre otros, en Photolari. ¿Hay intencionalidad? Me cuesta creer que en una revista como Time se les haya pasado ese “detalle”, sinceramente.
Estar allí para contarlo
Sigo con historias de fotógrafos: “Battaglia cuenta que para su trabajo siempre utilizaba lentes grandes angulares, ‘lo que significa que para tomar una buena foto tenías que estar muy, muy cerca’. A veces, demasiado cerca”. Estas líneas de Julian Miglierini sobre Letizia Battaglia, “la autora de algunas de las fotografías más conocidas del aumento de la violencia mafiosa en Sicilia entre la década de 1970 y la de 1990”, creo que son las que mejor definen un trabajo tan valiente como extraordinario.
¡Necesito reconciliarme!
Tengo muy claro cuándo empezó la deriva del fútbol moderno: cuando Florentino Pérez fichó a Luis Figo después de ganar unas elecciones. Hay un antes y un después de aquella traición urdida por un hombre de negocios que arribaba a un mundo dispuesto a ser vaciado, empezando por un agente que, entre el honor y el dinero, lo segundo fue primero. Hoy, las historias de abusos sexuales, partidos amañados por apuestas y despachos que hacen ingeniería fiscal, vuelven a asquearnos. Relatos como el de Esto es Premier, sobre el fútbol en Londres, nos ayudan a reconciliarnos con el deporte.
¿Mi nombre o un nombre comercial?
Yo mismo me enfrenté a esta duda y abusé de mi amistad con uno de los mejores publicistas de Euskadi para resolverla: cuando me di de alta como autónomo, ¿tenía que potenciar mi marca personal o crear una comercial? Y sé que muchos trabajadores por su propia cuenta se han enfrentado al dilema. Laura López, en su muy recomendable blog para freelances ha puesto en una balanza las dos opciones. Imprescindible para quien esté en esta eterna duda.