Un tuit para enmarcar

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“A ver cuándo se enteran los partidos políticos que las coñitas en Tuiter las hacemos nosotros y que ellos tienen que hacer su puto trabajo”. La verdad es no sé muy bien qué más añadir al tuit de Albert P. Elías que, creo, clava lo que pensamos muchos y que en esta misma columna han leído con anterioridad: no es serio que los políticos se tuiteen con emoticonos. Es más, estoy bastante seguro de que muchos de los que han votado al Pablo Iglesias de le televisión no lo hubieran hecho si viesen lo que hace en Twitter y en YouTube.

Patxi López, protagonista

Solo una pincelada más sobre las jornadas en el Congreso de los Diputados que hemos vivido esta semana y sus consecuencias en Twitter: uno de los protagonistas, visto con un poco de perspectiva, fue Patxi López, que abrió la puerta a jardines en los que, después, entró con alegría: “La presidencia del Congreso de Patxi López va camino de ser tan exitosa como su fase de lehendakari. Un crack”, “Patxi López maldiciendo el día que dejó la universidad…”, “Patxi, saca el saxofón”, fueron algunos de los muy divertidos tuits que pudimos leer.

La política es hacer

Llevamos varios días hablando de lo que dicen los políticos, los que ya estaban y los que han entrado en el Congreso… pero también estaban en parlamentos autonómicos y, sobre todo, platós de televisión. Pero es necesario hablar de lo que hacen y recordar constantemente que eso es lo importante. Lo que hacen… y lo que no hacen: la dirección del metro de Barcelona “canceló ocho reuniones con el personal antes de la huelga del Mobile” (Crónica Global). Y eso que, según Colau, ellos habían hecho todo lo que estaba en sus manos.

Ni las formas

Vamos saliendo de la política para hablar de una institución impuesta: la corona. En concreto, vamos a hablar de la Infanta Cristina, que aunque se ha sentado en el banquillo sigue sin ser igual ante la ley. Y no me refiero a la fiscalía defendiéndola o reuniéndose con su séquito de abogados, me refiero a las formas más básicas: “Es la única asistente al juicio que no pasa por el detector de metales” según OK Diario. ¿Por qué? ¿Qué aporta, salvo una nueva distinción basada en el linaje?

Kiko Rivera, youtuber

Si sigue esta columna sabrá que el fenómeno de los youtubers me interesa porque se trata de jóvenes que, de un modo intuitivo, alcanzan audiencias que anhelamos quienes nos dedicamos profesionalmente a esto de comunicar. Y porque respeto su mérito no puedo hacer otra cosa que reírme cuando veo que se incorpora a esta práctica Kiko Rivera y lo hace con un vídeo vertical que, para que nos entendamos, es como si yo les escribo sin atender a la gramática más básica.

El día empezó así

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Fernando González Urbaneja resumió muy bien en un tuit cómo empezaba la jornada en el Congreso de los Diputados: “Rajoy vive en otro mundo, su intervención ha sido patética. Los aplausos de los suyos deprimentes. Restan y restan”. Añado: se lo puso fácil a quienes quieren enfrentarse a la nueva política abanderando la nueva (en nombres, pero no en ideas, visto lo de ayer), con expresiones antiguas, posiciones esperables y un discurso bronco pero sin brillantez.

La estrella de la mañana fue Iglesias

Lo esperábamos todos: a Sánchez le puede el discurso y las maneras de libro, Rajoy está absolutamente agotado y caducado, el de Rivera fue un discurso de salón (el que esperábamos todos) pero sin entrar en el barro. Pablo Iglesias era el candidato de todos para alegrarnos la mañana repartiendo estopa, por lo menos, con más frescura que Rajoy (pero con la misma falta de brillantez): “Tú eres como un jefe de centuria y tú del partido de la cal viva. Pactamos o qué”, leíamos en Twitter.

La foto, ¿buscada o casual?

El beso entre Pablo Iglesias y Xavier Domènech cuando el catalán regresaba a su escaño es, sin duda, una de las fotos de la jornada. Pero la imagen, no sabemos si buscada o encontrada, no puede tapar un mecanismo un tanto perverso en el reparto de tiempos que se ha inventado Podemos: Iglesias pisó el tiempo de Domènech antes de su beso, y Domènech pisó sin que le importase el de la gallega Alexandra Fernández. Y en el turno de réplica, por cierto, ninguno tuvo oportunidad: solo habló Pablo.

Y Rivera habló bien pero no dijo nada

Roberto García empezó contando las veces que Albert Rivera dijo “clase media trabajadora”. La muletilla era solo una muestra de la cantidad de tópicos y lugares comunes que usó el de Ciudadanos durante su discurso. Una intervención cuidada en las formas y hueca en los contenidos que invitaba a pensar que los únicos que ayer mostraron un acuerdo fueron los políticos con menos fondos y la telegenia más cuidada. Una circunstancia significativa

¡Malditos móviles!

Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez echarán la culpa a su móvil, pero ahí estaba también la socialista Amparo Rubiales, que no necesitaba Smartphone alguno y su mano le ofrecía un entretenimiento mayor que lo que sucedía en el hemiciclo. La foto de la desidia, sacada el martes, ha corrido por Twitter junto a mensajes de indignación durante las dos jornadas de la votación, sobre todo después del ascenso del paro en España, que conocíamos ayer.

La banalización de la política

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Acercar la política a la ciudadanía es necesario, en eso estamos empeñados algunos desde hace tiempo. Este es un buen momento: el interés de los votantes es mayor y la situación, novedosa y, por lo tanto, excitante. Pero también es fácil percibir una banalización nada recomendable de la política: shows televisivos que juegan a sustituir mesas de negociación, e intercambios de tuits fuera de lugar. El periodista Ángel Calleja lo resumía así: “Cómo le explico a la gente que la política es importante si uno le monta un gobierno al otro y el otro le ofrece pactos por Twitter…”.

Iglesias y Rivera discuten por Otegi

En este ambiente de precampaña chusca en España, por supuesto, unos y otros quisieron utilizar a Otegi, el protagonista de la mañana (el de la tarde fue Pedro Sánchez). Pablo Iglesias quiso meter los codos a Bildu, pensando en las elecciones vascas, probablemente, y calificó de “buena noticia” la salida. Albert Rivera, seguramente pensando en las elecciones españolas, le respondió mencionando a Leopoldo López quien, según el de Ciudadanos, sí está detenido por sus ideas.

Otegi entra en campaña… ¿hasta el final?

La banalización de la política y la entrada de Otegi en las campañas vasca (por voluntad propia) y española (por voluntad de todos los partidos españoles) se resume muy bien en el tuit de Albert P. Elías (muy conocido en esta red social): “Ojalá Otegi en El Hormiguero bailando el ‘Uptown Funk’ con Pablo Motos”. Otro usuario le respondía: “¿Qué me dices de Otegi con Bertín Osborne cocinando un bacalao a la vizcaína?”. Aún no hemos resuelto lo de Madrid y en Euskadi ya ha empezado la campaña.

Los negocios del hijo del fiscal

Con una historia como la que hemos leído en Libertad Digital, Martin Scorsese hace una película de gánsters: “Cándido Conde-Pumpido Valera, hijo del que fuera fiscal general del Estado y actualmente magistrado del Tribunal Supremo, Cándido Conde-Pumpido Tourón, blanqueó más de un millón de euros de un grupo criminal dedicado a la prostitución y que fue desarticulado el pasado verano (…) Conde-Pumpido hijo habría puesto a disposición del grupo de delincuentes una sociedad propia, a una de cuyas cuentas entraban directamente los pagos realizados en los terminales de puntos de venta en los que se pagaba con tarjetas de crédito (…) El abogado se quedó con una comisión de 125.715 euros, un 12% del total de lo recaudado durante los meses de julio y agosto de 2015”.

Un modelo de negocio en dos fotos

Marcelino Madrigal ha publicado en su cuenta de Twitter dos sencillas fotos en la que se ve el modelo de negocio de algunos: comprar a China consumos en redes sociales digitales o de Apps para engordar las cifras. Más seguidores, más favoritos, más “clics”, más descargas… se consiguen con un trabajador chino, de bajo coste, delante de varias pantallas de ordenador y un montón de smartphones enganchados a la pared. La cruz de la moneda de algunos éxitos forzados.

Nos vamos a elecciones

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Lo pongo por escrito porque deseo equivocarme una vez más en mis vaticinios: creo sinceramente que nos vamos a unas nuevas elecciones generales. Pedro Sánchez y Albert Rivera han firmado un pacto que no va a fructificar pensando solo en posicionarse de cara a una nueva campaña: “Eh, nosotros lo intentamos”, dirán a sus electores. Podemos sigue creyendo que las ganaría y confía en la falta de vergüenza de su amado líder, y solo el PP, que sabe que puede ser castigado por la corrupción puede “salvarnos” de un nuevo proceso agotador.

El PP solo puede ser castigado

Insisto en mi último argumento del párrafo anterior: solo nos salva de unas nuevas elecciones que el PP no quiera llegar a una jornada de voto en la que los españoles podrán mostrar su hastío por la corrupción. Esta evidencia es apreciable incluso en el Reino Unido: en The Guardian han publicado un reportaje lacerante en el que concluyen, ya en el titular, que la ciudadanía española “no puede soportar el hedor a corrupción” del PP, y que a Rajoy no le quieren ocho de cada diez de sus votantes.

Si tu icono es Francisco Camps tienes un problema

En La Información hablan de los cinco clichés que, durante su irrisoria rueda de prensa, Francisco Camps utilizó y que son los que laminan al PP: (1) “El nuevo marxismo (Podemos) quiere acabar con la derecha”, (2) “debemos ser más agresivos con el adversario”, (3) “España se encuentra una situación límite”, (4) “la Justicia ha demostrado mi inocencia” y (5) “el partido me necesita”. No me digan que no lo han oído antes en boca de Rajoy, Aguirre e incluso Arantza Quiroga antes de irse.

En Valencia seguirían los enchufes también sin Rita Barberá

Si se confirma lo que leemos en OK Diario, lo que sucede en Valencia daría para obra de Berlanga: del afectado Camps a la contundente Barberá. De ellos, a la fundación pública del ayuntamiento en el que se amortizan seis plazas (con seis despidos), se crean otras tantas nuevas y, sin la transparencia debida, después de recibir 650 solicitudes, tres caen en personas relacionadas a Esquerra Unida y otras tres a personas vinculadas a Podemos en Valencia.

Tebas quiere un Le Pen

El presidente de la Liga de Fútbol Profesional ha dado una nueva muestra de dónde se sitúa políticamente lamentándose de que en España no haya un Le Pen que ponga un poco en orden todo este desmadre. Para Javier Tebas, ni Rajoy con ni su séquito (Morenés, Gallardón, Fernández Díaz, Oyarzábal), ni Rivera con su agresivo Secretario de Comunicación, Fernando del Páramo, se sitúan suficientemente a la derecha. Con su afirmación, Tebas retrata a esta España en la que parece que el poder y los millones los manejan los mismos desde 1936.

Ruido de sables en Podemos

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Lo que le ha pasado al alcalde de Cádiz es justo a lo que nos referimos cuando decimos que no es lo mismo predicar que dar trigo: según El Confidencial Digital, “Kichi” habría soliviantado a sus compañeros antimilitaristas por dar el plácet a que en Cádiz se construyan varias goletas corbetas para el ejército. 3.000 millones de euros es lo que cuestan sus principios. En El Español, por su parte, describen cómo Ada Colau estaría apartando a la teniente de alcalde de ICV de las tareas de más responsabilidad, progresivamente, para evitar el equilibrio de fuerzas.

Un historiador cuyo trabajo conozco y admiro desde hace tiempo me ha mandado el siguiente mensaje: «No son goletas sino corbetas. No hay goletas en ninguna armada desde hace siglos. Aparte del bar ‘La Goleta’ de Bilbao donde vendían cava, precisamente, junto a la Comandancia de Marina». Algunos reconocerán a este historiador cuando lean el siguiente mensaje, que también me ha mandado, en el que florece la punzante ironía que le caracteriza: «Aparte, las corbetas son para Arabia Saudita. Una minucia ya que, al final, es un reino hermano». Da gusto tener lectores así. Eskerrik asko, Luis!

De esto también tendrían que ocuparse

Sería recomendable que cundiese el ejemplo de Francia, que ha reclamado, por medio de su propio ministerio de Finanzas, que Google abone los 1.600 millones de euros que calculan que ha dejado de aportar a la hacienda gala gracias a su ingeniería fiscal mundial. En el Reino Unido, la empresa del buscador y el gobierno llegaron a un acuerdo, pero en Francia descartan de saque esa opción porque su cálculo es de mayor cuantía y piensan pelear hasta el último euro de los franceses.

El Estado Islámico señala a Facebook y Twitter

No resulta extraño que quien tiene un problema en su escala de valores de tal magnitud que considera que grabar y difundir asesinatos atroces es una buena idea, no se dé cuenta de que Facebook y Twitter son dos empresas privadas que solo están al servicio de su cuenta de resultados. Pero así es. Y si es malo para los accionistas que los terroristas campen a sus anchas, se eliminan sus espacios, y punto. Ahora el Estado Islámico amenaza a los creadores de las plataformas con “fotografías de Zuckerberg y Dorsey envueltas en llamas o marcadas con agujeros de bala”.

Que Apple se enfrente al FBI no es la cuestión

En las secciones de tecnología de los digitales y, por supuesto, en los blogs, estamos leyendo muchos textos sobre la negativa de Apple de ceder al FBI el acceso a sus iPhone (es decir, a la información de los usuarios), y de cómo este servicio federal no habría logrado vulnerarlo y por eso se ve en la tesitura de pedir permiso (y de que trascienda). Pero esto no es lo importante: a mi juicio, lo capital es que podemos recordar de nuevo que ese acceso existe y que Apple controla todo lo que hacemos con sus carísimos aparatos.

Hamburgo limita las cápsulas de café

El gobierno de Hamburgo ha prohibido el uso en sus dependencias de cafeteras de cápsulas por los residuos que generan. Puede que, dada la moda de este tipo de productos, sea la limitación más llamativa, pero hay alguna más, todas recomendables: “Agua embotellada, los platos desechables o los productos de limpieza que contienen cloro. De paso, la administración cederá bicicletas a los funcionarios y ofrecerá suscripciones al transporte público” (Magnet).