Selección natural, ¿no?

Me hago viejo y protestón, y no me dan ninguna pena ni los empleos que se pierden tras el cierre de Mundo Crypto, ni quienes tienen una sensación de “pringados” después de haber pagado por acudir a sus eventos y formaciones. El aire a superioridad moral, las amenazas a la prensa, el desprecio por el trabajo y el esfuerzo, de los que presumían Mani Thawani y su cohorte, no merecen otro final: arrollados por el hundimiento de las criptomonedas y señalados como vendepeines por cualquiera con dos dedos de frente. Y todavía quedan algunos criptobros que nos llamaban vendidos mientras los que vendían humo eran ellos.

Otra a la que pagamos el alquiler

Dicen que Victoria Federica de Marichalar, nieta de El Campechano y sobrina de El Preparado, gana seis mil euros por cada evento al que acude. Esta sí que es lista y se lo ha montado bien. Pues ni con esas nos libramos de pagarle el alquiler: “Se muda a la Zarzuela para vivir con la reina Sofía, al lado de Felipe y Letizia” (Nius). El motivo podría ser que ha discutido con su madre. Cuando lo hacen los pobres, se fastidian y, con suerte, se quedan en su habitación a solas. Cuando lo hace alguien de la familia real española, se va a un palacio a gastos pagados. ¿Por qué seguimos abonando esos gastos? ¿Por qué no dejamos de hacerlo?

Más “movimientos en la izquierda”

Me parece bien que Alberto Rodríguez quiera presentarse a presidente de Canarias en las próximas elecciones. Me parece bien que lo haga con el parabién de IU y Yolanda Díaz, de momento, un partido en sí misma. Me parece bien que surja este movimiento de izquierda, uno más, y todos los que tengan que venir. Pero también da la medida de cómo se hacen las cosas en ese espectro de la política: Alberto Rodríguez se presentará contra Podemos, uno más, y parece que a ninguno de los actores implicados les preocupa la sensación de división, egoísmo e inacción de la izquierda, que prefiere neutralizarse, para asombro del resto.

El tren es la solución

Cualquiera que tenga contacto con alguien que tenga que viajar entre Madrid y Euskadi regularmente, y no son pocos ni pocas, habrá oído decir eso de: “¡A ver cuándo ponen el TAV y lo conectan con Madrid!”. El tren es la solución. Lo saben en Europa. No lo saben o no quieren saberlo en Bildu. Tanto es así que en el estado al norte de Iparralde han celebrado una pequeña gran victoria: “Francia acaba de recibir un respaldo clave para vetar sus vuelos cortos en favor del tren”. Es mucho más ecológico, más eficaz y hasta más rápido (porque los trenes suelen llegar al centro de las ciudades). Ojalá Europa impulse la medida en todo el territorio.

Qué grandes somos

El final de nuestra civilización (estamos abocados a fracasar si no terminamos antes con los ultrarricos) por lo menos estará salpicada por momentos brillantes. Me aferro a eso. Algunos, a ras de suelo, otros, a mucha más altura: la imagen de la nave Orión, la Luna y la Tierra, al fondo, que Alejandro Polanco ha difundido en Twitter, es una de las fotos más bonitas de este 2022 de mierda. También sirve para recordarnos que hemos hecho muchas cosas muy mal, pero algunas sí las hemos hecho bien, y que hasta hemos tenido momentos en los que hemos podido detenernos y disfrutar de la belleza.

A tope con el gas ruso

El primer gobierno español de coalición ha funcionado objetivamente mal. Ha logrado cosas, es indiscutible: la subida del SMI y algunas leyes que nos afectan positivamente como consumidores. Pero también es innegable que ha negociado mal entre los partidos que lo forman, los que lo sustentan y otros gobiernos de dentro y de fuera: “España eleva la compra de gas a Rusia y ve recortado el suministro desde Argelia”, leo atónito en La Información. Atónito porque es difícil hacer peor las cosas que Pedro Sánchez con Argelia, Marruecos y el pueblo saharaui, por mucho que Putin ande enredando por detrás.

Otro

Lo que está haciendo Podemos como parte del gobierno español tiene mérito: es muy difícil estar gobernando, con toda tu fuerza humana ocupada en sacar un país adelante, y abrir a la vez tantos frentes internos tan graves. Después del esperpento en Andalucía llega la tragedia en Canarias: “Alberto Rodríguez busca matar a Podemos en Canarias. El exsecretario de organización morado quiere liderar la integración con Yolanda Díaz de la izquierda en las siete islas”. En la pieza de Vozpópuli plantean que la traición del tinerfeño se gestaba desde antes incluso de que tuviera que abandonar su escaño.

La Andalucía de Macarena Olona

Sin Vox, Macarena Olona no habría tenido ninguna oportunidad de dedicarse a la política. Ni mucho menos, de ser cabeza de cartel. Olona es una persona siniestra que ha demostrado nula empatía y demasiada desvergüenza. Está dispuesta a todo, desde bailar a decir barbaridades, con tal de que las cámaras le enfoquen. Porque le gusta que lo hagan. Y ella se deja con frases y con poses que, en la campaña andaluza, transmiten lo que bien describe Isabel Serrano: “La exotización de nuestras tradiciones como si fuésemos pueblo de charanga y pandereta. Es, simplemente, la visión extranjera y estereotipada de nuestra identidad”.

Una emergencia nacional

Tiene razón Manuel Oliver, cuyo hijo de 17 años fue una de las víctimas mortales del tiroteo masivo en un instituto de Parkland, Florida, en 2018, cuando exclama que: “Si matan a 19 niños en una escuela y les desfiguran el rostro, sería una emergencia en cualquier país” (BBC). Esta víctima de las armas de fuego en EE.UU. se refiere, evidentemente, al tiroteo reciente en Uvalde, Texas. La entrevista es estremecedora: habla de lo que sucedió a su familia y de lo que sucede en el país con una frialdad heladora, y eso que ha hecho del activismo contra las armas, por medio del arte, su causa en la vida: “Es mi obligación como padre”.

Lo peor de Internet

Desde que lo descubrí, durante el confinamiento, como muchas y muchos, he definido a Tiktok como una especie de “lo peor de YouTube, pero concentrado”. Kike García de la Riva va más allá: “Lo que está ocurriendo con TikTok en los últimos meses es lo mismo que está ocurriendo con las redes sociales en los últimos 10 años… solo que muchísimo peor”. Para el consumidor, es una trampa que devora su tiempo. Para el creador, una lotería que no asegura que un contenido exitoso vaya a abrir las puertas a más. Y lo más peligroso: “Ninguna red social había influido tanto creativamente en lo que se generaba fuera de la misma”.

Drogas, no

El anuncio del ministro Garzón de regular los impactos publicitarios de chocolatinas y otros dulces a las y los menores de edad es una buena noticia. Solo lo será en menor medida para los medios de comunicación que siguen viendo recortada la lista de posibles anunciantes, pero el bien común merece el esfuerzo. Si tu planteamiento es justo el inverso y crees que las empresas de ultraprocesados azucarados no son peligrosas, el bien común no es tu objetivo. Algo especialmente grave en el caso de una presidenta: el “drogas, sí; dulces, no” que tuiteaba Isabel Díaz Ayuso es un insulto a la inteligencia, empezando por la suya.

Está todo fatal…

Quien siga los plenos de control en el Parlamento Vasco puede acabar con cierta sensación de envidia hacia lo que sucede en el Congreso, donde PP y Vox se muestran como una oposición sistemática y, en muchas ocasiones, sin razones, y hay otros grupos que dan y quitan, según lo que suceda. Eso no pasa en Euskadi donde la oposición en bloque transmite que todo va fatal… Y provoca por su negatividad sistémica que brillen aún más simples tuits como este del departamento vasco de Desarrollo: “Euskadi supera la media de la Unión Europea de los 27 y se coloca en el grupo de países europeos ‘innovadores fuertes’ en 2021”.

La semana nacional de acordarse de Juan Mari Atutxa

La decisión de Meritxell Batet de quitar el escaño al diputado de Podemos, Alberto Rodríguez, ha hecho que muchas y muchos, como Ana Pardo de Vera en Público, nos acordemos esta semana de Juan Mari Atutxa, Kontxi Bilbao y Gorka Knörr, que fueron acusados y condenados, hasta que Europa les dio la razón, por mantener en sus escaños a las y los representantes de Socialista Abertzaleak. Entonces, Iturgaiz (superviviente en el PP y el Parlamento), llamó a Atutxa “delincuente” y dijo de él, contra el que ETA intentó atentar hasta en la boda de su hija, que “no estaba en condiciones psicológicas” para presidir la cámara.

¡Claro que es activismo!

En Magnet recogen el estudio de Michael Bang Petersen y Alexander Bos, de la Universidad de Aarhus, en el que ha analizado “las motivaciones psicológicas de más de 2.500 usuarios estadounidenses en Twitter, todos ellos vinculados a 500.000 historias o noticias viralizadas” para llegar a la conclusión de que “quienes comparten noticias falsas no son más tontos o están peor informados. Sólo están más radicalizados”. En efecto, es una cuestión de activismo y no de ignorancia. Lo que me flipa es que el resultado de la investigación, que confirma científicamente una intuición, lo que se espera en Ciencias Sociales, pueda sorprender.

Sí, se nos está yendo de las manos

Andaba dando forma a la idea en mi cabeza cuando me encontré con el texto Juan Ignacio Pérez sobre cómo consumimos, por lo general, de un modo poco racional y, sobre todo, en exceso. Consumimos productos o servicios y consumimos recursos naturales que son de todas y todos. Lo hacemos individual y colectivamente, y lo hacemos contradiciéndonos a nosotros mismos, dejando una mayor huella cuando nuestro objetivo declarado es reducirla. En una palabra (una palabra mía, no de Iñako): despilfarramos. Despilfarramos dinero y recursos sin muchos miramientos mientras nos justificamos y engañamos.

Apaga la luz. Y el móvil

“El precio de la luz no da tregua y vuelve a subir este lunes hasta los 225,36 euros/MWh”, titulaban en InfoLibre entre otros medios (cada vez, menos, porque la noticia que sucede a diario deja de ser noticia), y yo vuelvo a preguntarme: ¿qué podemos hacer? Reducir nuestro consumo, está claro. Y sobre todo, dejar de engañarnos con que un mayor gasto energético mejora nuestra calidad de vida. Sin renunciar a ningún imprescindible o básico, sí podemos abandonar lo accesorio y dejar de consumir electricidad viendo chorradas en el móvil u ocupando varias habitaciones a la vez.

No lo entiendo

Entiendo perfectamente que Alberto Rodríguez mantenga su inocencia y, por ello, se vea absolutamente agraviado por la pérdida de su escaño en el Congreso después de la sentencia del Supremo que ratificó que había agredido a un policía durante una manifestación. Y entiendo perfectamente que busque fórmulas para que quede clara esa inocencia. Pero ni en su caso ni en ningún otro entiendo que una o un representante abandone la política e incluso la militancia cuando le toca entregar un acta. Hay mucha política más allá del cargo. Muchísima. Y quien solo ve el asiento también deja ver mucho.

¿Cuántas partes tiene el gobierno español?

Sigo pensando que en Podemos y Yolanda Díaz, la nueva estrella del rock en la izquierda, se equivocan cuando intentan trasladar a la sociedad que el gobierno español está partido para dejar claras sus posiciones. No es bueno este “sálvese quien pueda” o “a mí que no me miren”, no es bueno que exista esa división, menos lo es que la denuncie una parte del propio gobierno, no es bueno que la ciudadanía perciba que la coalición no funciona, ni lo es que ese mensaje se traslade también a los grupos que tienen que sumar sus votos porque a los de los partidos del gobierno (partido) no son suficientes.

Juan Carlos I podría volver a Estoril

“La Casa Real, el Gobierno y el Emérito consideran que la localidad portuguesa puede ser una solución ‘a corto plazo’ para la marcha del exmonarca de Abu Dabi”, leo con sorpresa en Vozpópuli. Sorpresa, primero, porque la localidad rememora el destierro que la familia real española vivió con Franco, y segundo, porque no sé qué pinta el exjefe de Estado opinando junto a la Casa Real y el gobierno español sobre su acercamiento a España. ¿Cuál es el rol de Juan Carlos I hoy? ¿Para qué más se le tiene en cuenta? ¿La implicación de la Casa Real parte de Felipe VI? ¿Quién sigue pagando esta larga fiesta?

Dos años de aquel “viva Franco”

Dos años después de que el gobierno español más progresista de la historia, según quienes lo integran, posibilitasen que la televisión pública emitiera en directo un “viva Franco” durante el traslado con no pocos honores (helicóptero del ejército, incluido) del dictador, Francisco Franco descansa en paz. Según El Plural, demasiado en paz: “Ni romerías de ultras, ni flores, ni simbología franquista”, leemos, pero en la pieza que ilustra la noticia sí se ve a “un franquista durante el homenaje a Franco en Mingorrubio el 20-N” y la entrada al mausoleo llena de banderas no solo de España. Y así nos intentan colar otra campañita.

Aznar en estado puro

El resumen de Jesús Cintora de la última entrevista a Aznar resulta perfecto para dibujar al ex presidente: “El PSOE de Pedro Sánchez no es una fuerza constitucional. Podemos no oculta sus tendencias con Venezuela e Irán y quieren terminar con el sistema político. Vox quiere reformarlo, no terminar con él”. Sus declaraciones realmente no aportan nada nuevo, pero la situación política actual, que permite poner nombres de partidos a sus obsesiones, sí: quien no piense como él es un antisistema, y la extrema derecha está formada por reformistas que a él le valen.

Patriotismo es pagar

No hay mejor manera de ser patriota que pagar en tu país, por supuesto los impuestos, pero también todo lo que corresponda. Así que, sí, tienen doble delito quienes lucen la bandera de su país (el que sea) y luego les da igual lo que pase con su economía a pequeña o gran escala. Víctor González Coello, vicepresidente de Vox, ha sido inhabilitado por incurrir en irregularidades contables relevantes al quebrar la empresa que administraba, dejar 4 millones de euros en deudas y despedir a 60 trabajadores. Pero como bien tuitea Serralvo lleno de sarcasmo: la bandera de España, en los tirantes.

Y no cobrar

Soy de los que opina que todos los votan a Vox no son de extrema derecha: desencantados, indignados que no han sido atendidos por Podemos, y antisistema de muchos tipos se suman a los fascistas genuinos. Lo que me sorprende es que ninguno de ellos haya reparado en que Santiago Abascal, su líder, como bien recuerda Antonio Maestre, concentra justamente todo lo que combaten: “Habla de oligarquía el que nunca ha tenido más sueldo que el dinero que venía de las administraciones gobernadas del PP mediante carguitos, subvenciones y chiringuitos”.

Sí, indignados

Desde que conocimos los datos de voto en Andalucía no solo creo que la mayoría que optó por Vox la forman personas de lo más normales, es que estoy convencido de que votantes de Podemos han pasado a la extrema derecha con facilidad: los indignados no han encontrado cobijo y siguen buscando quien les defienda, por extremo que parezca. Además, los morados no ponen difícil la elección: “Errejón besando la bandera de España y Pablo Iglesias diciendo que Venezuela está en la mierda. Bienvenidos al team facha, hijos de puta”, tuitea Punta con su conocida acidez.

Sobre ser buena persona

Celebro comprobar que no estoy solo y que José María Albert también se ha dado cuenta de lo feo (por no decir algo peor) que ha sido el aparentemente bienintencionado gesto de Alberto Rodríguez con Alfonso Candón. El primero, diputado de Podemos, se ha despedido del segundo, del PP, diciéndole: “Jamás habría creído que llegaría a decir de una persona del PP que es una buena persona”. Muchos rieron y la prensa hasta aplaudió. Pero como sugiere Albert, démosle la vuelta a ver si tiene gracia: “Jamás habría creído que llegaría a decir de una persona de Podemos que es una buena persona”.