El fondo

Las y los políticos hablan de migración en los medios, y las y los periodistas y contertulios amplifican los argumentos porque el tema importa a la ciudadanía y a las instituciones. Así de sencillo. Sin ir más lejos, en El Blog Salmón hablan de “el récord de inmigración recibida” en España y, por extensión, en Euskadi (y Europa, claro). También hablan de “la necesidad de una política migratoria estratégica”. Es decir, ante un récord migratorio necesitamos respuestas: cómo acogemos a todos esos seres humanos y cómo gestionamos a las personas que no quieren integrarse en la sociedad para seguir recibiendo a las que sí.

O hablamos nosotros o lo hacen ellos

O hablamos de modelos de acogida con naturalidad y honestidad o lo harán los mismos que suelen llenar las redes sociales y los grupos de WhatsApp de ruido y bulos: “La red de desinformación Pravda disparó un 150% sus publicaciones en español el día del apagón” (Newtral). Si eso pasó durante en un evento imprevisible, ¿qué pueden hacer los intoxicadores  con la seguridad de las personas migrantes que vienen a Euskadi a trabajar e integrarse? Deberemos debatir sin desviar la atención cuando toca hablar del macrocentro de Gasteiz ni juegos de palabras para escurrir olvidar que ya has dicho que puede venir cualquiera.

¿Otra?

Hace no tanto tiempo, los representantes del BNG que venían a Euskadi lo hacían a Sabino Arana Fundazioa. Esa era la época en la que, según el relato en El Debate, despachos vinculados a esa opción política, querían poner en marcha proyectos de energías renovables en Galiza. Pero el BNG ha virado, hoy se presenta a las elecciones con Bildu y aquellos “ecologistas gallegos vinculados al BNG” que “fueron promotores de los eólicos” son ahora “los encargados de impulsar la ofensiva judicial contra la Xunta y los parques actuales”. Porque entre la coherencia y el ecologismo lo más fácil es elegir el populismo. Pero no lo mejor.

A Sánchez se le acaba el flow

Se acumulan las señales que invitan a pensar que esta será la última legislatura de Pedro Sánchez. Esa certeza tiene que generar un vértigo especial en el seno del PSOE, donde saben que la ausencia de alternativas puede lastrar al partido durante muchísimo tiempo. El propio Sánchez se ha ocupado de laminar cualquier alternativa, enviando a sus ministras y ministros, los otros socialistas medianamente visibles, a las autonómicas de sus respectivas comunidades autónomas. Pero la jugada no está saliendo como esperaban: “Los ministros candidatos del PSOE no logran comer terreno al PP pese a volcarse en sus territorios” (El Periódico).

A Musk, también

Donald Trump sigue defendiendo los intereses de Elon Musk, al menos, los que comparten, como sus inversiones en Sudáfrica (cuestión de fondo en la encerrona del presidente estadounidense a Cyril Ramaphosa), pero el dueño de X, SpaceX y Tesla ya no tiene sitio en la Casa Blanca ni en el corazón de Trump (me pongo moñas, sí, y sarcástico), ni siquiera virtualmente: “Trump borra a Elon Musk de Truth Social mientras en el Partido Republicano lo consideran ‘fuera del juego’” (Independent). El republicano ha pasado de mencionar a Musk “unas cuatro veces por semana” durante febrero y marzo a ignorarlo por completo.

Un beneficio del pacto PSOE-Podemos

Esperaremos a que se conforme el nuevo gobierno español y a ver qué pasos da para saber si es bueno o no para Euskadi. Pero no podemos negar que el rápido entendimiento entre Sánchez e Iglesias, 200 millones de euros después, sirve como detector de fachas. Y los que se había destapado, como Hermann Tertsch, van lanzados: “Muchos países europeos habrían sacado ya al ejército ya para imponer el orden constitucional de tener una situación similar a la que se da hoy en España. Aquí el gobierno tiene atadas de manos a policía y Guardia Civil para consumar planes del gobierno con sus socios golpistas”.

Antifascistas que no lo son

Muchos se toman lo de “antifascista” como una etiqueta que deciden ponerse, y listo. Pero antifascista se es y se demuestra en todo. No puede uno declarase antifascista y no ser beligerante contra ETA, por ejemplo, ni abrazar el antifascismo y pedir el cierre de medios de comunicación como acaba de hacer Albano-Dante Fachín en Twitter para El País. El motivo, que no le ha gustado la opinión de uno de los periodistas de este medio. Vaya. Malos tiempos para la lírica estos en los que todos aseguran ser los paladines de la libertad mientras intentan callar a los que no les reconocen como tal.

La importancia de lo local

Dani Álvarez tuiteaba: “Un escano para @obloque e falamos máis de Galicia en tres días que en oito anos”, mientras muchos nos preguntamos sobre las posiciones de partida de Teruel Existe y la caverna española se rasga las vestiduras ante la posibilidad de que los partidos nacionalistas vascos y catalanes puedan decidir sobre el próximo gobierno español (algo que por cierto lleva pasando desde el siglo pasado). Todo esto solo refuerza una certeza: lo importante que es que haya partidos y políticos que defiendan lo local. Pero no solo las obsesiones de cada uno, sino lo de todos.

Guaidó sí reconoce a Áñez

El tuit de Juan Guaidó parece un chiste pero no lo es: “Desde el Gobierno legítimo de Venezuela reconocemos a Jeanine Áñez como Presidenta interina de Bolivia, en su misión de guiar una transición constitucional hacia una elección presidencial. Son una inspiración para nuestro país, tenemos la convicción que lograremos la libertad”. El venezolano, que desde que se autoproclamó presidente de su país ha ido perdiendo fuelle da la bienvenida a su paraíso de presidentes designados por sí mismos, la gracia de Dios y algún apoyo externo… Pero que no logran ocupar lo que pretenden. Y esa es una buena noticia.

A ver si ha sido un golpe de estado…

Javier Solana, que no arriesga nada nunca, ha tuiteado: “Evo Morales se asila en Méjico. Bolivia ha sufrido un golpe de estado por el ejército” (sic). No ha podido ser más preciso, y si hasta él lo reconoce es que podemos hablar de golpe de estado en Bolivia. Tal vez Morales no actuara de la manera más transparente para mantenerse en el poder, pero la consecuencia no puede ser una sustitución por la fuerza del jefe del gobierno. Internet sí ha sido positivo para esto: ¿cuántas autoproclamaciones de falsos presidentes nos han colado en la historia? Hoy, la opinión pública mundial vigila y no perdona.

Una buena noticia del 20-D

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Normalmente no me alegro de las derrotas electorales porque puedo imaginar las sensaciones negativas de los equipos de campaña y de los simpatizantes, y no es agradable. Pero cuando un partido ha basado su acción en acusar y señalar, y sus propios candidatos no tienen más mérito que hacer la pelota mejor que los otros a la fundadora del partido, sí, me alegro de que la formación desaparezca de los parlamentos: hasta el Partido Animalista ha doblado en votos a UPyD. Y esa es, sin duda, una buena noticia.

Y las malas noticias (para algunos)

La considerable bajada en escaños de los partidos españoles mayoritarios ha supuesto que se hayan quedado fuera del Congreso algunos nombres de esos que siempre están en la pomada política. Nombres como los de Durán i Lleida (que ha desintegrado su propio partido); en el PSOE, Eduardo Madina, Ciprià Císcar; Borja Sémper en el PP; o el fichaje estrella militar de Podemos, Julio Rodríguez. También echaremos de menos algunas siglas como las de GeroaBai o BNG.

Tampoco Lomana

Desde el primer momento me gustó la idea de que Carmen Lomana fuera senadora. La llegada de alguien como ella, ajena por completo al mundo de la política pero muy presente en el del papel couché, la tele barata y las fiestas caras, iba a significar un recordatorio permanente de que cualquier persona puede ser elegida. Hasta Carmen Lomana, que pasa de todo, que quiere cerrar el Senado (yo también), y para la que la democracia es solo otro divertimento.

Somos una sociedad enferma

Ya lo dijo Aznar, y ahora lo dice el obispo de Donostia (seguro que a él le gusta más “San Sebastián”), José Ignacio Munilla: somos una sociedad enferma. En concreto, lo dijo así (‘InfoLibre’): “Estos resultados reflejan una profunda crisis. Son el retrato de una sociedad enferma pero siempre existe una oportunidad para regenerarse y esa oportunidad se llama bien común, una palabra que ha ido desapareciendo del vocabulario político. Si el término bien común volviese a ser rescatado, bienvenida sea esta crisis”.

El silencio de quien más ruido ha hecho

Maurizio Carlotti es, sin duda, el gran triunfador de estas elecciones. Su papel en ‘Atresmedia’ ha podido ser definitivo para definir el escenario político actual, con su apuesta por políticos mediáticos y una confrontación incluso entre sus dos cadenas. Confrontación que se diluía en televisión cuando convenía, con programación compartida, y que el propio Carlotti instigaba en Twitter, donde tiene casi 7.000 seguidores y responde con soltura.