Por un 2017 sin petardos ni petardas

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Además de clamar una vez más por el fin del nexo entre ocio y ruido que algunos mantienen, mi intención es protestar contra la bola de idiotez que se ha generado estos días y que ha obligado a Steve Martin a borrar un tuit suyo en el que se despedía de su amiga Carrie Fisher, a la que definía como guapa y lista. No han sido tuiteros: columnistas, entre otros del New York Magazine, se han quejado airadamente por el recurso a la belleza de Fisher que hace Martin, y han lanzado una campaña contra él.

Las cosas, por su nombre

Sigo: creo que el mejor favor que podemos hacernos todos, empezando por quienes tenemos la responsabilidad de trasladarles lo que sucede, es admitir que lo “políticamente correcto” se nos ha ido de las manos y lo hemos confundido con “lo que no moleste a nadie en ningún momento ni lugar”. Eso es imposible. Por ejemplo: ¿Cristina Pedroche es guapa? Para mí, sí. ¿Es necesario que presente las campanadas en bañador y gasa? No. ¿Es machismo? Posiblemente, pero sobre todo es una expresión de mal gusto que hay que castigar cambiado de canal.

Tonterías, las justas

Lo que ha sucedido con Steve Martin y la legión de defensores y críticos de la libertad de Cristina Pedroche, ha hecho que empiece el año con tanta mala leche que voy a hacer algo muy atípico: recuperar un post de 2013 porque es el más fiable (aunque no el más reciente) que he encontrado sobre la opresión machista que se identifica con el consumo de lácteos. No me lo invento: existe una corriente que defiende que oprimimos a las vacas de un modo machista porque les extraemos y consumimos su leche. Valga como ejemplo de la tontería reinante.

El terrorismo no es justificable

Si lo que acaban de leer les ha sorprendido, supongo que no lo hará saber que, cuando conocemos la noticia de un acto terrorista como el de Estambul en Año Nuevo, además de la ración de condenas, hay quien intenta dar explicación y hasta justificación a quien lo perpetra. No es nuevo, lo sé, en Euskadi hemos visto hacerlo hasta a cargos de representación. Pero que se replique con facilidad apabullante en una red social es un síntoma de que algo no va bien.

Sin paños calientes

¡Cómo no voy a empezar el año de un modo pesimista si veo que en el terreno de juego en el que me gano las alubias tienen una presencia desproporcionada quienes se dedican a señalar, indignarse por tonterías y justificar lo que es serio de verdad! Por suerte, hay quien llama a las cosas por su nombre y no rehúye las malas noticias: Ortuzar mostraba en Twitter las gradas de San Mamés vacías durante el partido de Euskadi, mientras Otegi, por ejemplo, guardaba silencio. Esta metodología ya no vale para un fin que sigue estando vigente. Estoy seguro.

¿Qué importan seis ceros más?

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No me cuesta imaginar a Maurizio Carlotti divirtiéndose en Twitter con las ocurrencias de quienes le escriben y quienes tuitean, directamente, barbaridades. Me refiero esta vez al tuit de Iñigo Errejón en el que habla de 1.100 “billones”, con “b”, de deuda. El productor le recuerda que el dato es erróneo, ya que esa cifra equivale a 65 veces el PIB de USA. Pero Errejón mantiene el tuit pese a su voluminoso error. ¿Importa más el tuit que la realidad? En Euskadi veremos que sí.

¿Caducará el argumento?

Pongámonos en lo peor: Pedro Sánchez aguanta el pulso a Mariano Rajoy y éste se ve incapaz de formar gobierno, así que volvemos a ser convocados a las urnas el 25 de diciembre. ¿Podrá el PP estirar el argumento de que la culpa de que votemos en Navidad es del PSOE cuatro meses más? Tengo mis dudas, sinceramente. Igual que no tengo ni idea de cuál sería el comportamiento de la ciudadanía, después de que a todos nos colaran el “sorpasso” de Podemos.

El equipo del candidato

Estas cosas me fascinan, quienes me conocen ya lo saben: Donald Trump ya ha elegido al equipo que le acompañará en la recta final de la campaña por la presidencia estadounidense. Destacan la incorporación de Stephen Bannon, del digital conservador Breibart News, y el cambio en la jefatura de la campaña, que pasa a una analista de encuestas con la que lleva tiempo colaborando, Kellyanne Conway. En Estados Unidos este tipo de cosas se las toman muy en serio, los equipos son conocidos y el fracaso o el éxito tienen nombre y apellido.

Si la NSA ha sido hackeada…

Me ponía sobre la pista un compañero informático que me daba hasta el titular: si la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense ha sido hackeada… Y tenía toda la razón. No hay sistema invulnerable y, como me comentaba un experto en seguridad en una ocasión precedente, hoy es posible acceder a cualquier sitio, literalmente, a cualquier sitio que esté conectado a alguna red. Después de que la NSA admitiese el ataque, Cisco, una de las principales proveedoras de software de la Agencia, ha reconocido que también la vulnerabilidad del sistema.

La polémica con el público de Río

Ha sido una constante en las conversaciones en Facebook y Twitter sobre los Juegos Olímpicos que hoy terminan: la afición brasileña que asistía a los eventos deportivos no tenía un comportamiento “olímpico”, precisamente. Los deportistas que eran abucheados si superaban a un competidor brasileño han mostrado repetidamente su asombro, y el asunto se ha agravado con reportajes como el de la BBC al respecto. Río 2016 ha dejado ver también la peor cara de Brasil.

Una buena noticia del 20-D

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Normalmente no me alegro de las derrotas electorales porque puedo imaginar las sensaciones negativas de los equipos de campaña y de los simpatizantes, y no es agradable. Pero cuando un partido ha basado su acción en acusar y señalar, y sus propios candidatos no tienen más mérito que hacer la pelota mejor que los otros a la fundadora del partido, sí, me alegro de que la formación desaparezca de los parlamentos: hasta el Partido Animalista ha doblado en votos a UPyD. Y esa es, sin duda, una buena noticia.

Y las malas noticias (para algunos)

La considerable bajada en escaños de los partidos españoles mayoritarios ha supuesto que se hayan quedado fuera del Congreso algunos nombres de esos que siempre están en la pomada política. Nombres como los de Durán i Lleida (que ha desintegrado su propio partido); en el PSOE, Eduardo Madina, Ciprià Císcar; Borja Sémper en el PP; o el fichaje estrella militar de Podemos, Julio Rodríguez. También echaremos de menos algunas siglas como las de GeroaBai o BNG.

Tampoco Lomana

Desde el primer momento me gustó la idea de que Carmen Lomana fuera senadora. La llegada de alguien como ella, ajena por completo al mundo de la política pero muy presente en el del papel couché, la tele barata y las fiestas caras, iba a significar un recordatorio permanente de que cualquier persona puede ser elegida. Hasta Carmen Lomana, que pasa de todo, que quiere cerrar el Senado (yo también), y para la que la democracia es solo otro divertimento.

Somos una sociedad enferma

Ya lo dijo Aznar, y ahora lo dice el obispo de Donostia (seguro que a él le gusta más “San Sebastián”), José Ignacio Munilla: somos una sociedad enferma. En concreto, lo dijo así (‘InfoLibre’): “Estos resultados reflejan una profunda crisis. Son el retrato de una sociedad enferma pero siempre existe una oportunidad para regenerarse y esa oportunidad se llama bien común, una palabra que ha ido desapareciendo del vocabulario político. Si el término bien común volviese a ser rescatado, bienvenida sea esta crisis”.

El silencio de quien más ruido ha hecho

Maurizio Carlotti es, sin duda, el gran triunfador de estas elecciones. Su papel en ‘Atresmedia’ ha podido ser definitivo para definir el escenario político actual, con su apuesta por políticos mediáticos y una confrontación incluso entre sus dos cadenas. Confrontación que se diluía en televisión cuando convenía, con programación compartida, y que el propio Carlotti instigaba en Twitter, donde tiene casi 7.000 seguidores y responde con soltura.