Que se vayan

Agosto, como quienes vandalizan y saquean las ciudades vascas, puede irse con el viento fresco que nos ha regalado todo el verano. También pueden escurrirse con la fina lluvia quienes hacen oposición carroñera, aprovechando el cansancio por el coronavirus de ciudadanía y gobiernos (cuyos integrantes están muy desgastados en lo político y en lo personal). Y no puedo olvidarme de desear que se disipen, como las nubes sobre nuestras cabezas, los irresponsables, los quejicas y quienes señalan, con evidente intención política casi siempre, a quienes intentan minimizar riesgos.

El cuñado

Hablando de “aprobetxategis” que solo van al río con la caña cuando se revuelve, Joseba Permach se ha lucido como “cuñado del verano”: primero fueron su viaje a Dinamarca (él no hace turismo, hace observación participante) y sus lecciones para compaginar coronavirus y botellón. Después, su defensa del payaso Porrotx porque, hay que ver, qué sensibilidad. Y ahora, cómo señala a Urkullu por la crisis mundial de componentes tecnológicos en todos los sectores que, evidentemente, afecta a la Mercedes de Gasteiz. Solo le falta hablar de “plandemia”. Si cree que da votos, lo hará.

De la mano

La izquierda abertzale lleva toda la vida ofreciendo cursos políticos de alta tensión, otoños calientes y veranos movidos. En España, sus homólogos como principal partido de la oposición y heredero del fascismo, anuncian que aplicarán también esa estrategia: “Casado abre un curso político de alta tensión para ‘reformar’ España” (La Información). Aquí, como allí, hay que mirar a los compañeros de viaje, porque esa “alta tensión” y esa “reforma” Casado solo puede hacerla de la mano de Vox, con todo lo que ello supone y vemos a diario en Madrid (donde acaban de poner una calle a Millán-Astray) o Andalucía.

Hasta la ruina final

Ayer el megavatio-hora batió un nuevo récord en España y, con esta subida, “el precio se multiplica por tres en comparación con el 31 de agosto de 2020” (InfoLibre). Una vez más, nadie nos explica los motivos, así que solo nos quedan las comparativas: “Supone una subida del 24,76% respecto al registrado hace una semana, el lunes 23 de agosto”. Y los recordatorios: “Pulveriza así los 122,76 euros/MWh del jueves 26 de agosto, que lideraba la serie histórico hasta ahora”. Seguimos pagando, seguimos indignándonos y seguimos asistiendo a las peleas sin resultado entre PSOE y Podemos.

Esto no ha acabado

“El gas se dispara y anticipa un inverno de tensión energética para millones de hogares”, anunciaban a primera hora de ayer en el Twitter y la portada de El Confidencial, y avisaban de que lo peor está por llegar: el sistema eléctrico se aprovecha del precio más caro para obtener un margen de beneficio sangrante y a nuestra costa, pero lo que ese escándalo oculta es realmente angustioso porque, efectivamente, se encarecen las materias primas con las que producen la energía como el gas, lo que afecta directa y nuevamente a todas las familias. Urge que alguien haga algo. Y cada día será más urgente.

Intolerable

¿Qué clase de orangutanes con dinero dirige el fútbol europeo? ¿Cómo podemos mantenernos como si nada ante la UEFA, que no permite iluminar un estadio con la bandera arcoíris? ¿Qué tomadura de pelo pretende el organismo cuando explica que para ser “neutral” prohíbe una adhesión al colectivo LGTBI en Alemania porque puede molestar en Hungría, gobernada por un sosias de Abascal? Ya dejaron una pista sobre su cavernicolismo Čeferin y compañía cuando abrieron una investigación a Neuer porque su brazalete de capitán era de los colores del Orgullo. ¿Y ahora, esto? La última palabra tiene que ser nuestra.

Inaceptable

Podría aceptar como parte del juego político que Díaz Ayuso, como hizo Martínez Almeida, pretendiesen colarnos que pueden hacer algo desde sus despachos en Madrid contra los indultos a los presos políticos catalanes. Me parece un insulto a la inteligencia de la ciudadanía, pero de su crédito gastan. Lo que me parece en todo punto inaceptable es que la presidenta de una comunidad difunda contenidos de un medio de comunicación reconocido por extender bulos sistemáticamente. La mención a OK Diario, con la cantidad de medios que recogían la noticia, no es casual, pero debería de ser delito.

Irresponsable

Caldear el ambiente señalando a unos políticos concretos y unas aspiraciones nacionales legítimas como el enemigo a batir (enchironándolo) es una irresponsabilidad. Una irresponsabilidad que comete el líder del principal partido de la oposición en España (irrelevante en Catalunya y la CAV, por otro lado) cuando “ordena ‘apretar’ con los indultos y alarga sine die la campaña de firmas” (El Independiente). Y si la tensión crece y nadie puede detener la escalada, ¿mirará para otro lado? Y si el monstruo de la extrema derecha engorda y coge fuerzas, ¿se preguntará cómo ha podido pasar?

Inexplicable

“La factura del gas afronta una subida del 4% desde el 1 de julio en pleno récord de luz y gasolina”. Ese es el titular de El Confidencial que resulta lapidario para la economía del pagador medio. ¿Cómo puede ser esto posible? ¿Cómo podemos estar abonando cada vez más por lo mismo sin que nadie pueda regularlo ni remediarlo? No es el mercado, amigo, como decía Rato (y qué bien lo aprovechó): es el mercado enemigo que enriquece a los más ricos y aprieta a la clase media, la que también sufre en mayor medida los impuestos. ¿Qué podemos hacer como consumidores? ¿Y los gobiernos?

Imbéciles, somos imbéciles

El español, el vasco y el catalán son como el toro de lidia: si no se le torea se extingue. Así nos llevan mareando, enseñando el trapo rojo y metiéndonos la pica, las banderillas, alguna vez el estoque, pero nunca el descabello, para desangrarnos sin matarnos porque alguien tiene que seguir pagando la fiesta. “Don Juan Carlos sacó 100.000 euros mensuales en efectivo durante cuatro años”. Lo desternillante es que el titular de El Economista empiece con un “Don”. El nuevo dato forma parte de la investigación al emérito y “este dinero procedería de la famosa ‘donación’ de los 100 millones de dólares de Arabia Saudí”.

El horror

La noticia del asesinato de dos niñas a manos de su padre en Tenerife es de esas que impactan y también de esas que algunos medios van a retorcer para exprimir hasta la última gota: del descubrimiento de los cadáveres al tanatorio, del ahí, al funeral. Y del funeral, al infierno televisivo y humano. Un humorista, Ángel Martin, advertía en su informativo mañanero, entre lo divertido y lo serio, de que son solo dos niñas y de que los periodistas teníamos que enfocar el hecho como si se tratara de las nuestras. Pero el problema ya no es solo de los medios: en miles de tuits o grupos de WhatsApp va a ganar el morbo y perder la sensibilidad.

El facherío ilustrado

A quienes creen que un buen libro es mejor que la televisión, el fenómeno que señalan en El Confidencial les puede trastocar un poco su teoría: los volúmenes que exhiben y refuerzan un pensamiento de derecha española son muchos, variados… Y muy vendidos. La izquierda ha perdido las librerías y no solo porque las empresas de distribución favorezcan a una opción política sobre la otra: ahora es la derecha la que lee más, novela (de derechas) pero también ensayo (bien rancio), mientras la izquierda se ha pasado al pensamiento efímero de las redes sociales, donde pueden lograr con una agitación rápida pero poco duradera.

Europa, sin manual…

Con muchos libros, de derechas y de izquierdas, pero sin manual de instrucciones: si algo llevamos contando mal durante décadas es el proyecto europeo. Y ojalá me estuviese refiriendo a la Eurocopa. Según Magnet, que cita el último informe del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, “los europeos ya no creen en la Unión: la mitad de ellos piensa que el proyecto está “roto’”. Y todo esto sucede después de una pandemia, durante la vacunación y a puertas de un plan de recuperación económica que nos tiene que recordar, pese a todo, que formamos parte del territorio del mundo con más derechos y garantías para su ciudadanía.

Mal contado, mal hecho

De esta Europa no emociona ni su torneo de naciones más icónico. Y la selección española, menos. Además, por lo menos uno de sus jugadores se ha contagiado, ha trastocado todos los planes de entrenamiento y concentración, y ha abierto un nuevo conflicto, el de las vacunas. Sigo pensando que los futbolistas no deben ser vacunados, pero también creo que el gobierno español no ha andado muy vivo para evitar el debate sobre con qué vacuna. Ha fallado todo en la semana en la que empieza la Eurocopa: los hechos y la comunicación, y por eso vemos más chistes como los de El Mundo Today que información sobre los rivales.

Cómo contar una buena noticia

Hace muchos años que acabé la carrera pero yo creo que en Periodismo no nos enseñaron a contar las buenas noticias. Así que no sé muy bien cómo tratar la que daba el alcalde de Bilbao en primera persona en sus redes sociales: después de sustraer la Eurocopa y mandarla a Sevilla, la UEFA indemnizará a Bilbao con 1,3 millones de euros, y llevará a San Mamés una final de Champions femenina y una de Europa League masculina. No estoy acostumbrado a tratar con buenas noticias, pero esta, desde luego, lo es: la ciudad ha sido compensada y podremos vivir el fútbol postpandémico con la intensidad que merece.

La escalada continúa

Llevamos tiempo advirtiéndolo: la izquierda abertzale está permitiendo que su entorno se engorile y se crezca principalmente porque sabe que le justificarán sus actos. Ya no son pintadas en los batzokis o el señalamiento a la Ertzaintza, que por sistemáticas son más graves de lo que nos quieren hacer creer: hemos llegado a la agresión a un miembro del PP en Álava solo por serlo. Se persigue a objetivos, se les acosa y, encima, se organizan ruedas de prensa para poner excusas que encuentran el amparo de sus mayores. El ataque a Iñaki García Calvo es intolerable, y quien no distinga al fascista es parte del problema.

Sí, la justificación es agresión

Andoni Serrano describe en su Twitter con una frialdad asombrosa sus reflexiones después de verse señalado repetidamente en el municipio en el que es concejal por GeroaBai, Zizur Nagusia. Su nombre ha aparecido varias veces en pintadas y pancartas. Su propio entorno le anima con que no es como antes, que ya no se juega la vida, pero él mismo matiza algo muy importante: “Lo están legitimando sus padres. Eso sí, los padres de un muy bajo porcentaje de jóvenes”. Quien justifica esta escalada real de violencia ya directa (y que se lo pregunten a Iñaki García) también es agresor y como tal hay que tratarlo.

¿Libertad de expresión?

La libertad de expresión de quien pinta un nombre en una pared o en una pancarta para señalarle por pensar diferente es similar a la libertad de expresión que reivindica quien celebra el criterio del CGPJ cuando advierte que la ley de Memoria Histórica vulnera, precisamente, este derecho: “La apología del franquismo (…) constituye la expresión de ideas que, aunque contrarias a los valores proclamados por la Constitución, están amparadas por la libertad de expresión” (El Confidencial). Esta es la España en la que nos jugamos el futuro. Y no es peor que esta Euskadi que en la que te agreden en una terraza.

Negacionismo

Un rasgo del fascismo es el negacionismo: quien ve la realidad con la mente abierta y las bases democráticas claras jamás se aproximará a la visión fascista. Por supuesto, en el fascismo negacionista también hay niveles: muchos negarán que las víctimas lo son, la mayoría negará que es fascista, y algunos trasladarán su negacionismo a otras áreas de la vida como el progreso o las vacunas. La diputada de Vox en la Asamblea de Madrid, Alicia Rubio, que ha compartido el vídeo de gente pegándose, supuestamente, tenedores en el área donde le han puesto la vacuna para demostrar que esta imanta.

Y pulsismo

La política no es una sucesión de pulsos. Así se la tomaba siempre Pablo Iglesias y ha salido trasquilado, y no por las cloacas o por la presión mediática, sino por su manera de creer y de crecer en política: agresiva, tensionante, más destructiva que constructiva, en resumen. Y eso es justo lo que está haciendo Bildu en Azpeitia: ante la dificultad de mantener y explicar un conflicto de empleo e industria, ha elevado el tono hasta el conflicto político (gracias a los medios que le han ayudado) y, una vez hemos visto todos el plan de la nueva empresa, ha empezado con los pulsos, como el de este fin de semana. Eso no es política.

Qué desfachatez

No sabía si realmente titular este párrafo con una de estas palabras: “Desvergüenza”, “desmemoria” o “desastre”. Al final, que Felipe González dijera en El Hormiguero que “la deslealtad a las reglas de juego se paga” creo que es una desfachatez. Porque quien proyecta una sombra en forma de “x” no puede hablar en esos términos de nada y menos de indultos cuando dos miembros de su propio gobierno, Barrionuevo y Vera, fueron indultados por Aznar después de haber sido condenados por una acción del GAL. Ya sé que González, si algo ha mostrado siempre, es que no es de los que se sonrojan cuando hablan.

Balones, fuera

O Arkaitz Rodríguez no distingue entre un fascista y una castaña o sabe muy bien que con su tuit, en el que compara al PNV y a Vox porque la Ertzaintza se ha hartado de ser el pimpampún de Ernai, intenta desviar la atención hacia un enemigo común todavía mayor. Ojo, que el tema no es menor, porque de un señalamiento pasa a otro más amplio, porque evidencia que la violencia para las filas que lidera es un método de resolución de conflictos propis y un modo de aliviar tensiones internas, y porque habla del supuesto fascismo de otros para tapar prácticas fascistas tan evidentes como ese tuit y todo lo que lleva implícito.

Por ejemplo

Igual me he excedido en mi anterior párrafo y Arkaitz Rodríguez desconoce por completo lo que es un fascista. Voy a darle una pista, esto también lo es: “Vox pide que el himno de España suene todas las mañanas en los colegios de Murcia. El grupo municipal del Ayuntamiento de Murcia reclama en una moción que cada centro educativo tenga una bandera nacional en la entrada y una foto de Felipe VI en cada clase” (La Opinión de Murcia). No tengo nada en contra del himno español, pero que el partido que recibe los votos de quienes añoran el anterior régimen proponga adoraciones patrióticas tan parecidas a aquel no es una casualidad.

Y por cierto

La intervención de Miguel Ángel Leal, el responsable de la empresa que quería abrir Corrugados Azpeitia, no solo era esperada: cambia el papel del ayuntamiento en un asunto que trata de centenares de personas que podrían encontrar o mejorar su empleo. Bildu sigue adelante intentando desviar la atención (otra vez) hacia la política de partidos cuando esto va de gestión y voluntad: si el proyecto es correcto, ¿por qué no se lleva a término? Si no lo es, ¿por qué (o por quién) la alcaldesa se ve obligada a mentir? Bildu ha convertido este tema en una vía de agua en su propio casco, y en vez de taponarla, ahonda en ella.

Era una campaña… Y también me sorprende

El supuesto equipo de eSports que había presentado Celia Villalobos, prestándose además a ser su imagen, al final, ha resultado ser parte de una campaña para una cadena de ópticas. Los que nos pasamos el día mirando pantallas sabemos muy bien cuál es el vínculo. Y el atrevimiento de Villalobos para poner en marcha un equipo de gamers o para ponerse en manos de una agencia de publicidad y una empresa, en este caso, de gafas, me sigue sorprendiendo y desconcertando. Ya sé que los políticos son personas, con curiosidad y necesidad de ganarse la vida, pero si me dan a elegir, me quedo con los videojuegos.