Que no se quejen

No me sorprendió que Pedro Duque accediera a hacer un reportaje fotográfico para su entrevista en El Mundo con un traje espacial y su cartera de ministro, sonriente, casi como un niño. De hecho, lo estaba esperando: después de aquellas fotos de Isabel Díaz Ayuso que acertadamente recuerda Egoitz Moreno en Twitter, que cayese otro político en la sobreactuación, en estos tiempos tan exagerados, era solo cuestión de tiempo. El reportaje es un despropósito, no fotográfico (al contrario) sino del jefe de prensa que no paró unas fotos marcianas e inapropiadas en este espacio y tiempo.

No son marcianos pero casi

Los primeros turistas alemanes llegaron a Baleares ayer, y a partir del 21 podrán visitar España y Euskadi los de otros países. ¿Es adecuado? El peso económico del turismo es innegable, y quien lo discuta es un inconsciente y un populista. El reto está en hacerlo posible manteniendo las medidas necesarias de precaución pero, ¿qué podemos pedir a un alemán o un francés si no lo cumple la mitad de los vascos? Salir hoy a la calle es desesperanzador: ni mascarillas, ni distancia de seguridad. Parece que a la gente le da igual contagiarse y que está satisfecha con poder echar la culpa de los rebrotes a las instituciones.

Las fotos y los toros

Isabel Díaz Ayuso pedía a Pedro Sánchez que para recuperar la salud y la economía rebaje el IVA de la tauromaquia casi al mismo tiempo que Rocío Monasterio posaba para los fotógrafos en una concentración en Las Ventas para apoyar al sector taurino. Diría que es difícil encontrar a dos tías más jóvenes y más rancias, pero cualquier pareja de cayetanas que comparten estudios de ADE en una universidad privada de Madrid les alcanza rápidamente. El problema es que este modelo está fuertemente instalado, el de la España rancia que posa de maravilla ante las cámaras y que lo hace todo por el postureo con la bandera.

Sus gurús económicos

Durante el fin de semana pasado circuló con alegría un tuit en el que mostraban un pantallazo de otro tuit anterior de Wall Street Wolverine, un flipado que tiene un canal en YouTube sobre finanzas y sin embargo vive con sus padres en su habitación de adolescente. Eso es lo que más me llamó la atención, como a otros tuiteros. Porque, repito en esta columna en la que parezco un descreído, no me sorprendió: los gurús económicos de los neoliberales y la extrema derecha son chavales con mucha labia pero poca enjundia y menos experiencia real. No es una exageración, es la muestra de que viven muy alejados de la realidad.

Y va a ser peor

Entiendo que la industria del fútbol no se puede parar pero no me gusta esta Liga sin público, con pausas y cinco cambios. Las tres novedades benefician a Barça, Madrid, Atlético, Sevilla o Valencia, que visitan campos sin la presión del público local, que rompen el ritmo de partidos trabados y que tienen más banquillo. Para muestra, el botón de Gorka Posada: “Los cinco repuestos del Athletic: De Marcos, Sancet, Núñez, Vesga y Kodro. Los cinco repuestos del Atlético: Correa, Arias, Lemar, Herrera y Morata. No hace falta decir a qué equipos beneficia esta medida a pesar de que algunos crean que es al revés”.

Mal ocaso… de los monárquicos

La monarquía española está acabada. Juan Carlos I recuperó el trono para los borbones y sus excesos han deslegitimado por completo la institución. No hay futuro para ellos, da igual lo que haga Felipe, que es considerado un Rey atrapado entre los caprichos de su padre y los de su mujer. En el ABC, cómo no, filosofan sobre el mal ocaso del que, dicen, fue un buen rey (y yo soy Batman, no te jode). Pero el ocaso sobre el que hay que empezar a pensar es el de los monárquicos españoles, que cada vez son menos, más viejos, más interesados y menos comprensibles. Todos hemos pasado página. Solo falta dejar de pagarles.

Otro sobre el que atardece

Mucho ha tardado El Mundo en deshacerse de Javier Negre y muy discutible es su motivo: que ha hecho competencia desleal. ¿Acaso lo que querían es que el periodista contara sus ocurrencias en su web y su periódico? Negre se queja, porque forma parte de su argumentario y modo de vida, entre la derecha y la pared. Pero el problema es solo suyo: se le ha hecho rápidamente de noche. Vox cae en las encuestas y de la vaca ultra ya toman leche unos cuantos. Demasiados para todos los que se han puesto al servicio del colaboracionismo con las vacas gordas. Así que lo que está por venir es lo más divertido.

Un ejemplo

Van con trajes nuevos y tienen Twitter, pero son los que llevaban camisas pardas en el siglo pasado: Iván Espinosa de los Monteros celebraba el aniversario del desembarco sobre Normandía y lamentaba, al mismo tiempo (porque las comparaciones imposibles son típicas del populismo ultra) que el bloque comunista no conociese la libertad después del día “D”. Mr. Insustancial aportaba el contexto: “El abuelo de Espinosa de los Monteros fue embajador de Franco en el Berlín nazi y acompañó al dictador a su encuentro con Hitler en Hendaya. Gracias a gente como él no supimos lo que era la democracia hasta 1976”.

O relativizamos, o nos vamos

Precisamente la estatua de un personaje que tuvo que ver con aquel desembarco sobre Normandía, Winston Chuchill, ha sido atacada esta semana durante las manifestaciones por la violencia policial contra la población negra. El británico era acusado de “racista” por un manifestante con un espray. Ya sabemos en Euskadi que, por lo general, el que usa el espray no es el más listo. Pero Churchill precisamente se enfrentó a un supremacista. ¿Quien no sabe eso? Y cuidado con empezar a juzgar todo lo pasado con los ojos de 2020, teñido de hipercorrección política, a ver si van a acabar ganando los tiranos.

Salimos igual

Tengo pocas dudas de que, en cuanto haya vacuna contra el coronavirus y dejemos de ver las mascarillas en la calle, todo volverá a ser como antes. También tengo pocas dudas de que el estrés acumulado por los ERTE, cuando no despidos, el teletrabajo, las teleclases y las medidas de precaución nos está pasando factura, y de que eso agrava nuestro gilipollismo. En La Información ya nos cuentan que en los hospitales de Madrid los sanitarios vuelven a sufrir el desprecio y maltrato de algunos pacientes. ¿Hace solo unas semanas les aplaudíamos y ahora no nos importan? Pues nos importan a los mismo que nos importaban antes.

«Las reglas de juego democráticas»

El mismo día que se cumplía el vigésimo aniversario del asesinato del periodista José Luis López de Lacalle, Arnaldo Otegi, que entonces explicaba el atentado con que ETA ponía encima de la mesa el papel de los medios de comunicación, decía: “Los problemas se resuelven aceptando las reglas de juego democráticas”, según la cuenta en Twitter de la coalición que lidera, Bildu. Los cambios ideológicos son aceptables, sobre todo cuando avanzan hacia la paz, pero el recochineo político de quien, en el pasado, aceptaba y encajaba lógicas militares, no es permisible. Y a quien mira para otro lado también se le ve.

Facha nivel Ussía

Paso del fascismo de aquí al fascismo de allí, el que representaba Billy El Niño, al que se ha llevado al infierno el coronavirus. Alfonso Ussía, que hace tiempo que ha pasado de ser un ultra que escribía bien a ser, simplemente, un ultra exacerbado, le despedía en Twitter de esta manera: “Cumplió en momentos difíciles con su deber. Los otros no eran hermanos de la caridad”. Todos estos ancianos, como Antonio González Pacheco, sus secuaces (hubo muchos más policías torturadores) y Alfonso Ussía, serán viejos, pero siguen siendo fascistas. Y, si hay que tratarlos de alguna manera, que sea como lo segundo.

Manifestaciones contra el confinamiento

Sí, los responsables de este requiebro son los de Vox. Solo a ultraderechistas que se autojustificas se les podía ocurrir semejante jaimitada. La noticia, no obstante, la comentaba un usuario de Twitter mucho mejor de lo que yo sería capaz: “Sigo maravillado por ver cómo manejan la disonancia cognitiva entre criticar que no se cancelase el 8-M cuando había 520 contagios y organizar manifestaciones cuando hay 220.000”. Insisto: solo los ultraderechistas que se autojustifican serán capaces de encontrar lógica a la contradicción e incluso de explicarla en público (haciendo el ridículo, como siempre).

Ni periodismo a la contra, ni clickbait

Lo que hizo El Mundo con las declaraciones de Pedro Simón, que quiso explicar con un ejemplo que científicamente se descartan motivos para los fallecimientos, no es periodismo a la contra (que me parece bien cuando es coherente) ni tampoco clickbait, porque cualquiera que viese el vídeo del propio tuit se daba cuenta de que el titular del mismo no tenía que ver con el contenido, así que nada invitaba a seguir el enlace. Lo que hizo El Mundo, insisto, y teniendo en cuenta los meses precedentes, no tiene nombre. Los directores eligen los caminos de los medios libremente, pero nadie les aparta si los llevan al precipicio.

Schuster, el perfecto gilipollas

Hacía mucho tiempo que no leía una noticia sobre Bernd Schuster. Como jugador no tengo recuerdo de él. Como entrenador ha pasado desapercibido. Como gilipollas, esta semana, se ha coronado. A Schuster, como a muchos que no lo dicen pero lo piensan, les parece mal que Athletic y Real Sociedad hayan llegado a la final de la Copa. Sus declaraciones han provocando una serie de reacciones lógicas, como estas líneas. Ibai Gómez tiraba de sarcasmo en Twitter: “A partir de ahora se contratará un ‘experto’ alemán para decidir quién juega la final de Copa. ¿No hay mascarillas con cerrojo labial?”.

Del autorretrato a la caricatura

Desconfío de los medios y, sobre todo, de los periodistas que hacen gala de su objetividad. Prefiero mil veces a un compañero de oficio que es honesto y, como todos, parcial por principios (o por bolsillo). Pero los peores son, sin duda, los medios que publican caricaturas de sí mismos. Este tuit de El Mundo es tan triste para la profesión como real, por desgracia: “El Rey debe firmar los decretos que el Gobierno aprueba de urgencia sin cesar. España no está preparada para que el Monarca se viera impedido en una crisis como ésta. España debe cruzar los dedos para que Don Felipe mantenga su buen estado de salud”.

Hay que contar la verdad

En estos momentos es importantísimo contener el torrente informativo para que la desinformación no lo contamine y, sobre todo, contar la verdad. José Antonio Pérez acierta cuando, en un par de líneas, sentencia: “Si te molesta que los científicos hoy digan una cosa y mañana otra, ve y búscate un cura; ellos siempre han dicho, dicen y dirán lo mismo”. Se refería, probablemente, al cambio de criterio de la OMS y los gobiernos sobre el uso de las mascarillas. Lo que no hay que hacer es, como algunos políticos (y periodistas) irresponsables, extender bulos aunque sea a modo de reflexiones al aire.

La mejor definición

Ante la noticia de que los médicos de la sanidad pública madrileña han empezado a organizarse entre ellos sin esperar a las propuestas de la Comunidad, un conocido tuitero, Margaret Castor, escribió: “Madrid es una comunidad autónoma fallida. Esto es escandaloso”. Más allá del escándalo, la definición de “comunidad autónoma fallida” es la mejor que he leído sobre Madrid. Coronavirus aparte, Madrid está construido sobre su capitalidad, atrayendo sedes sociales y talento que roba de otras comunidades, con la colaboración de los principales partidos españoles. Y al final, para que todo sean agujeros.

El camino de Andalucía

El PP más liberal ha ejercido en Madrid esas políticas que no podía poner en marcha en el resto del Estado, insisto, apoyado en la capitalidad y con representantes regionales del PP colaborando en el vaciado de la periferia. Liderado por el PP y apoyado en Ciudadanos y Vox, Andalucía pretende seguir esa estela liberal, y en plena crisis sanitaria, como cuentan en El Confidencial, han colado una serie de medidas que “sienta las bases para la liberalización de la economía andaluza”, como más libertad a los centros comerciales, los apartamentos turísticos, o los promotores de campos de golf, que podrán volver a construir.

El mejor González Pons

Creo que ya lo he visto todo en política: una pandemia en los tiempos de WhatsApp, el PSOE compartiendo el gobierno de España, una moción de censura que prosperó, dos repeticiones electorales, el despacho de Abascal, el dormitorio de Rosa Díez y un tuit razonable de Esteban González Pons. Este: “Aviso a los jefes, teletrabajar no significa trabajar sin horario ni fines de semana. Que el personal teletrabaje no significa que se pueda disponer de su tiempo 24 horas los 7 días. Puesto que el futuro es esto, los jefes deben aprender también a teledirigir. Vamos a respetarnos”. Yo no lo habría escrito mejor.

Siempre son los mismos

La oportunidad de tener un espacio en el que hacerlo y tiempo hace que muchos no repriman sus ganas de tuitear gilipolleces. Con todas las letras. Pero de vez en cuando aparecen expresiones genuinas como esta: “Lo de los muertos. A mí todo el que utiliza los muertos para llevarse el agua a su molino y más si son periodistas o políticos me parecen una panda de miserables. Y siempre son los mismos…”. En efecto, siempre son los mismos los que han contado muertos, los que han hablado del sufrimiento como si fuera suyo hasta la náusea, los que han querido apropiarse de los dramas… Y lo siguen haciendo.

No, no es posible

Para variar, estoy de acuerdo con Elisa Beni que aplaude “al magistrado Antonio Seoane, que ha dictado hoy un pedazo de auto desestimando una petición sindical de exigencia inmediata de equipos de protección”. El juez considera la petición irreal y “para que determinados sindicatos den satisfacción a su electorado real o posible, para utilizarlos como arma propagandística”. Si fuera posible hacerlo, los gobiernos los proporcionarían, pero estamos en una crisis sanitaria mundial que, por desgracia, consiste en eso, en la falta global de recursos. Pese a la desgracia que eso supone, algunos siguen mintiendo.

La miseria de algunos…

Hay dos maneras de buscar un beneficio electoral de este drama: la de esos sindicatos y partidos que mienten cuando dicen que ha faltado previsión o formación (si son capaces de expresarlo sin sonrojarse es que tienen la cara durísima), que los recursos para mascarillas se han desviado al TAV (esto se lo he leído a un representante público, se lo juro) o que aseguran que hay que elegir entre salud pública y empleo. Y luego está el estilo Vox, capaz de acusar, como Alvise Pérez (cebado por Ciudadanos), a Manuela Carmena de tener un respirador en su casa. La propia Carmena lo ha desmentido pero el bulo ya ha sido lanzado.

…Solo está al alcance de unos pocos

Al respecto, el periodista Javier Negre también se ha posicionado: el Adjunto a la Dirección Audiovisual de Unidad Editorial (El Mundo o Marca) y contertulio de Telecinco o Telemadrid dice que él cree a su “amigo” Alvise Pérez. Estos días también hemos visto a Negre en tertulias con otros elementos del entorno de Vox y Bea Fanjul. La caverna del 2020: más jóvenes, más guapos pero más casposos y reaccionarios, incluso, que aquella de la primera década del 2000. Suelo decir de los errores en mi periódico que la cabecera nos cubre a todos para bien y para mal. Pues lo mismo en El Mundo. Ellos sabrán.

Por suerte, Vox se está retratando

Por suerte, como bien tuitea Antonio Maestre, “a Vox la crisis sanitaria le está pasando por encima. No tienen capacidad para meter sus mensajes y sus líderes están desaparecidos. Por eso han aumentado la agresividad en redes y buscan relevancia. Ni caso a Abascal. Están perdidos”. Ni caso a Abascal, ni a Alvise Pérez, ni a los periodistas que buscan su hueco entre la derecha y la pared. Están perdidos. En esta crisis ha quedado claro lo que es inútil, como la extrema derecha, el reiki, los antivacunas, la mayoría de youtubers, el sueldo de muchos jugadores de fútbol o la mermelada de ciruela.