“La cárcel acoge a tantos acusados por delitos económicos (Sandro Rosell, Jordi Pujol Jr., Ignacio González, Gerardo Díaz Ferrán…) que están comenzando a juntarse para montar nuevos negocios”, leemos en El Confidencial con asombro. El tiempo libre que pasan juntos estos urdidores de tramas les habría llevado, casi sin querer, a montar un último business entre rejas. Todo lo que necesitan lo tienen dentro: oportunidad, dinero y abogados que van y vienen.
Imperdonables
No digo que los anteriores no lo sean, digo que estos también lo son. Y visto lo visto es recomendable recordar de vez en cuando que las estrellas del fútbol cuando defraudan merecen todo nuestro desprecio. También las de nuestro equipo. También a las que admiramos. Valoro a Messi como futbolista, respeto a Cristiano y, vaya, Mourinho me caía hasta bien. Pero perderá todo mi respeto si se confirma que defraudó más de 3 millones de euros.
Intolerable
Ya les he hablado del usuario de Twitter llamado Eterno Primavera. Bajo su anonimato logra reunir a más de 50.000 seguidores que reciben mensajes con la realidad retorcida. Jorge Matías no duda en llamarle “hijo de la gran puta” después de que Eterno sugiriera en un tuit que las víctimas del incendio de Portugal son de segunda porque no son yihadistas (según él, el terrorismo es algo parecido a un montaje). Otro usuario, Lordo, le recordaba que habían sido portada de todos los periódicos.
Incomprensible
También en Twitter algunos han recordado la masacre de ETA en Hipercor poniendo en duda la versión oficial. El rapero Pablo Hasel aseguraba que el atentado reforzaba la necesidad de la guerra sucia y que había indicios para pensar que las autoridades dejaron que sucediera. Más cerca de casa podíamos leer también: “Nadie nos quitará nunca la sospecha de que Felipe González impidió el desalojo de Hipercor para dar justificación moral a la guerra sucia”. No, no todas las dudas son razonables.
Impropio
Alberto Ortega tuiteaba esta frase que atribuía a José Ramón de la Morena: “A lo mejor el casting lo hace Pipi Estrada”, cuando se refería “entre risas” al equipo femenino del Real Madrid. Un comentario impropio de un hombre de fútbol, de un periodista que ha hecho de este deporte su modo de vida (y por lo que dicen, una vida muy buena). ¿O no se trata de fútbol sino de machos jugando, machos ganando, machos comentando y machos mandando?