¡Ya estamos de campaña!

Los más puristas lo llamarán “precampaña” y algunos dirán que tampoco estamos en esa fase, pero de un modo práctico, estamos en campaña: los partidos y los medios iremos subiendo el tono, y los tuiteros que reciben argumentarios estarán afilando dientes y dedos para hacer el más inútil de los ruidos. Pero también empieza lo bonito: las creatividades, la planificación, la puesta en marcha de webs, espacios en redes sociales digitales, equipos… Nos enfrentamos todos, también como parte de la ciudadanía, a una campaña intensa y breve que, si todo va bien, dará paso, por fin, hasta a dos años sin procesos electorales.

Tantos años equivocados…

Entiendo que periodistas como José Antonio Zarzalejos tienen que estar muy frustrados: llevan años, décadas en su caso, diciéndonos que votamos mal y seguimos sin hacerle caso. También llevan años explicando a los políticos españoles que negocian mal y que llegan a acuerdos con los partidos equivocados. Zarzalejos, ya en el otoño de su carrera, ha cambiado el cuchillo entre los dientes por el empujón en el patio del colegio de los 70: “El PNV abduce y aboba”, escribe en su columna. Solo le falta pintarlo con un espray en la pared a ver si, así, alguien deja de estar equivocado. Ojo, que puede que sea él.

Libertad de expresión no es decir lo que quieras

Hay un error bastante extendido sobre la libertad de expresión, que se confunde con que uno pueda decir lo que quiera. La libertad de expresión ampara a Zarzalejos para llamar “abobados” a los votantes del PNV y me ampara a mí para sugerirle que está equivocado. Pero nadie puede “llamar pederasta a alguien sin pruebas”, como bien explican en Público. Por eso Twitter ha decidido sancionar a Vox, por asegurar por el morro que el PSOE promueve la pederastia. La red social no restituirá su cuenta hasta que los de Abascal retiren el tuit, y estos han iniciado una querella criminal que carece de todo sentido.

Opiniones libres, sí, pero de viejos

Albert Boadella ejerce su libertad de expresión aunque cada acto suyo últimamente se convierta en un autorretrato grotesco, una caricatura de quien fue el azote del nacionalismo y ahora es el bufón de la extrema derecha. Boadella se ha quedado atrás y sus opiniones son de abuelo Cebolleta hasta en lo menos importante: “Veo los niños con su Tablet en el AVE No están pegados a la ventanilla mirando el paisaje real como en nuestra niñez. Su mundo está en la red. Hemos arrebatado la infancia a nuestros pequeños. Mentes informáticas. Carne de cañón para que manipulen los Iglesias y Sánchez del mundo”.

Mamarrachada al poder

Daniel Bernabé ha retratado en Twitter a la nueva “gente guapa” de Madrid, a esos herederos de la “movida”, y lo ha hecho sin piedad: “Instagramers que van al sudeste asiático de viaje autopromocional, gente que tiene profesiones inútiles con nombres en inglés y banda que se toma la noche como si fuera el puto LinkedIn” y que acuden a “discotecas con pinta de ser el prostíbulo de Luis XVI para que sean la pasarela donde el artisteo mire a la cámara lánguido”. Esta es mi parte preferida: “El futuro era cambiar a Kike Túrmix por una especie de Pitita Ridruejo en chándal de táctel”.

“De los que siempre perdíamos”

Es evidente que el gobierno español que se está conformando es el mejor posible, sobre todo si uno piensa en las alternativas, y el más progresista sobre el papel. “Sí se puede” defender a los más humildes desde posiciones acomodadas (de hecho, lo hacen). Pero por mucho que se empeñe, Echenique no es “de la gente humilde y trabajadora” ni “de los que siempre perdíamos”, ni mucho menos “de los excluidos”. Es un investigador que ha vivido de lo público porque se lo habrá ganado. En su tuit lo único cierto es que no se sintió representado por PP y PSOE: por eso fue de Ciudadanos antes de pasar a Podemos.

Y cada vez más, menos

La democracia es cara. La gestión de los recursos se lleva una buena parte de esos recursos. Y por supuesto los políticos tienen que tener buenos sueldos porque tienen mucha responsabilidad, tienen que estar blindados ante las tentaciones y porque tenemos que lograr que los mejores dejen lo que están haciendo para dedicarse a lo de todos. Ahora todo esto lo tendrá que explicar Pablo Iglesias a los suyos, ya que lleva años haciendo discursos en sentido contrario y, sobre todo, en un sentido que se aleja de la realidad mundana, cruda y necesaria: hasta 4 vicepresidentes, con sus cuatro pluses, sumará Sánchez.

La derechita de piel finita

Todavía colean algunos detalles de las jornadas que vivimos en torno a Reyes: Santiago Abascal denunciaba en Twitter que “tras la votación, insultos y gritos contra los diputados de VOX desde la bancada socialista cuando abandonábamos el hemiciclo por no postrarnos ante su líder. Esta es la ira socialista. La ejercerán desde el poder”. ¡Vaya con la derecha que presume de músculo y rango militar! Es la misma derecha que intenta victimizarse ante cualquiera que intente ponerles en su sitio, porque la derecha ultra tiene que volver a la catacumba de la que nunca debió salir. Todo lo demás es colaboracionismo.

Es la misma que la que miente

Por otro lado, si Santiago Abascal dice que desde los escaños socialistas le han insultado lo más probable es que mienta. Básicamente, lo más probable es que mienta o no diga nunca una verdad completa cuando habla. En eso se basa la ideología que le mantiene ahora. Pero la mentira está muy extendida últimamente en la derecha, en general: los vídeos que incluso diputados del PP difundieron en redes de una supuesta manifestación contra el voto de Teruel Existe, con banderas españolas (por supuesto), no son de Teruel, no son recientes y no son por lo que dijeron que eran.

Y por supuesto, clasista

Además de las medias mentiras con las que alimentan el populismo, la extrema derecha se llena de clasismo. Así que hace bien Joan Baldoví en reivindicar su condición de profesor previa a la de diputado electo. No solo no tiene nada de malo, al contrario: una de las grandezas de la democracia es que cualquiera puede ser diputado, ministro y hasta lehendakari. Por cierto, el actual es también profesor, “maestro” como utilizan tanto Baldoví como Urkullu. Una profesión muy digna, mucho más que la de cunero, que es lo que siempre ha sido Abascal por mucho que luzca traje caro y pose altiva.

Otro año de cosas de nazis

Escribo la primera columna de 2020 después de comprobar que no me ha caducado el carné de gilipollas. Al contrario, tengo entendido que lo han renovado con carácter general. Y me temo que el año que estrenamos viene, de serie, con todos los vicios negativos del anterior: en Segovia cerraban 2019 con una esvástica pintada sobre un monumento a las personas de la provincia que habían sufrido en campos de concentración nazi. También arrancaron la placa con sus nombres. Y sospecho en 2020 no vamos a ir a mejor: la extrema derecha se siente empoderada, fuerte y amparada.

Un año con gobierno en España

Si nada se tuerce, en pocos días (una vez más, impidiendo la conciliación de periodistas o trabajadores de los partidos) habrá un gobierno en España que, si nada se tuerce, otra vez, durará por lo menos un año. Tendremos oportunidades para valorarlo en su justa medida y para comprobar cuánto da de sí Pedro Sánchez cuando depende de otros y no es el llanero solitario, pero el arranque, que tendría que haber sido en abril, está siendo una tortura para todos. El fotógrafo Edu Nividhia apuntaba en Twitter: “Ya pueden dar una legislatura de oro. Menuda guerra que están dando”.

En Euskadi habrá elecciones en 2020

Pase lo que pase en España, en Euskadi habrá elecciones en 2020. Simplemente, toca. En el PSE, Idoia Mendia ya ha sido proclamada candidata. En el PNV lo más sorprendente es que hubiera cambio de candidato. En Bildu se desgañitarán para presentarnos una lista con la misma gente de siempre como si fuera una novedad. En Podemos harán lo que diga Pablo Iglesias. Y lo que suceda en el PP a nadie le importa en Euskadi. Solo pido a los dioses de la política, si es que existen, que hagan lo que puedan para que tengamos una campaña corta, limpia y con fotos bonitas, que es lo que buscamos todos.

Y en Bilbao, Eurocopa

Como tuiteaba Aitor Elizegi, no es la Eurocopa que desearíamos muchos, ya que Euskadi no ha podido pelear por un sitio en la fase final que se celebrará, en parte, en Bilbao. Así que la que actuará de local en San Mamés será la selección española. Una selección extranjera a la que deberíamos de tratar como tal mientras recordamos al mundo que aquí hay otra que queremos que sea oficial. A partir de ahí me encantaría que todos diéramos un trato escrupuloso a un equipo y su afición que no sentimos como nuestros. Cualquier acto de violencia sobrará. Y más si es en nombre de Euskadi.

Volveremos a hablar de Uber

Este año volveremos a hablar de tecnología y de propietarios millonarios de empresas que pierden un dineral con sus servicios mientras lo gana con rondas de inversiones. Un modelo artificial que, sin embargo, sigue estando vigente y se mantendrá en 2020 salvo milagro. En materia de inversiones creo que tampoco le ha caducado el carné de gilipollas a nadie. Y si solo hablamos de las que ya conocemos, como Uber o Glovo, suficiente: cuanto más sabemos de la empresa de falsos taxis peor es su imagen por las fiestas millonarias y un jefe latiguero y multimillonario que ahora es el enemigo de todos.

Lo suponíamos y ahora lo sabemos

La del fin de ETA es la historia de una rendición, la de la banda armada; y de una derrota, la de la izquierda abertzale. Se pueden desgañitar en afirmar lo contrario hoy pero solo hay que tener un poco de memoria y ser honesto con uno mismo lo mínimo exigible para verlo. Y si no lo ves es porque formas parte de los derrotados y no quieres. El relato que ha hecho público el Gobierno Vasco pone negro sobre blanco además lo que vislumbramos hace ocho años: que quisieron enredarnos con artesanos y sociedad civil que solo eran otros nombres con los que la izquierda abertzale se rebautizaba a sí misma.

Pero, ¿por qué lo graban?

Me parece radicalmente mal que Pedro Sánchez no coja el teléfono a Quim Torra. También me parece mal que el Govern haya difundido el momento en el que informan al President de que su homólogo en Moncloa no le responde. Desconozco si fue en directo o, peor, lo recrearon para grabar el ya famoso vídeo. Lo que sí sé es que, sin matices, es una idea malísima, y que alguien tenía que haberla parado antes de la grabación, durante la misma, en la edición (porque va subtitulado) o antes de que decidieran publicarlo. Como muestra de que falta de sentido común es bastante elocuente.

Los antifascistas no dan alas a Vox

Los provocadores que buscaron pelea con los asistentes al mitin de Vox en Bilbao no son antifascistas. Si lo fueran no darían alas a los de Abascal. Por cierto, lo que es de fascista es manipular vídeos de aquel día para señalar al enemigo (la Ertzaintza y el PNV, por supuesto, para que quede claro quién montó el tinglado y el altercado). Del mismo modo, no pueden presentarse como antifascistas los que, insistiendo en la violencia callejera en Catalunya, no dejan de dar motivos a los votantes de Vox para volver a elegir su papeleta. Ser antifascista se demuestra a cada paso, no es una etiqueta que te puedas poner.

Dijo el de La Tuerka…

Pablo Iglesias tiene una memoria muy frágil y quiere que los demás la tengamos. Pero satisfacerle es más difícil de lo que parece: sí, tenemos memoria, por eso recordamos que la democracia no empezó con Podemos, y por eso recordamos que él es el responsable de emisiones como Fort Apache en La Tuerka, donde la intoxicación por ideología trasnochada era un dolencia habitual. Ahora, Iglesias, el político, tuitea: “Hace años que la información se subordinó al espectáculo (…) Debemos cuestionar a nuestros medios (…) a construyen una realidad y un ambiente que puede ser explosivo a pie de calle”.

Sí, hemos sido engañados

La crisis en España ha sido una gran oportunidad para algunos, hoy no tenemos duda ya de ello. La “crisis” (entre comillas, sí) inmobiliaria permitió a quien tenía liquidez hacerse con los pisos que hoy alquilan a precios desorbitados y que se venden cada vez más caros. Y como hablamos de los pisos podemos hablar de las empresas adquiridas con una praxis similar, lo que permitió a unos cuantos hacer mucho, pero que mucho dinero, tanto que, como leemos en Público, “el número de millonarios en España se quintuplica en los últimos nueve años”. Justo, en los últimos nueve años. Qué “casualidad”.

La explicación

El Gudari José Moreno tuvo que luchar por su libertad y la de sus conciudadanos en una guerra, ¿qué supondría para él un simple tuit? Nada. Pero el intento de Josu Estarrona de blanquear la nube negra que les cubre no logra pasar de largo: el parlamentario de Bildu comparó a Moreno con el militante de ETA Txabi Etxebarrieta, diciendo que también los de la banda armada eran gudaris. El ejemplo de que no es así es que el propio Moreno pudo haber empuñado un arma de nuevo pero supo distinguir entre un ejército legítimo y una banda de asesinos que nunca lograrán legitimarse.

Se llama Selección de Euskadi

Los mismos que blanquean tienen otra manía: la de toquetear para intentar apropiarse de todo a lo que llegan tarde. Por ejemplo, la selección de Euskadi. Del mismo modo que los gudaris tienen que ser los suyos (que no) porque los Gudaris de la Guerra Civil no lo eran, la verdadera selección vasca tiene que ser la de ahora porque cuando surgió la original ellos ni existían. Pero miren, no: no podemos ser el único país sin nombre porque algunos (minoritarios, por mucho ruido que hagan) no llegaron a tiempo. En octubre Argentina se enfrentará a Euskadi. No a “la selección vasca”. ¿O es que quieren ser como “la roja”?

En el otro extremo

Carlos Salvador quiso hacer una crítica al PNV en Twitter y le salió todo lo contrario. Primero, porque señaló como némesis de UPN a los nacionalistas vascos. Segundo, porque difundió una foto positiva para los jeltzales, la de Urkullu estrechando la mano al Papa Francisco. Tercero, porque sin quererlo puso el foco en el motivo de la visita: una propuesta humanitaria y bien acogida. Y cuarto y último, porque además señaló que esta proximidad a la Iglesia no está reñida con posiciones no enrocadas sobre el aborto y la eutanasia. Parece que Salvador sigue sin admitir la derrota y que eso le ciega. Allá él.

Sánchez, te toca

Una de las mejores crónicas sobre la propuesta humanitaria del lehendakari Urkullu la ha escrito Enric Juliana en La Vanguardia, pero le traigo a esta columna por otro motivo: su hilo estupendo sobre las consecuencias para España de la nueva situación política de Italia. En el país de más allá de los Alpes han logrado formar gobierno sacudiéndose a un Salvini que se queda fuera del foco. Europa respira y centra su atención ahora en España, donde Sánchez tiene la llave para parar unas nuevas elecciones que pueden reforzar a la extrema derecha. No vota Europa, pero los jefes de allí toman nota. ¿Lo hará Sánchez?

Reino, sí. Unido, no

En el Reino Unido la reina ha mandado disolver el parlamento en un momento clave para el Brexit. Ha tomado una decisión que en ninguna democracia realmente moderna podría ser tomada, ha dilapidado el crédito del parlamentarismo inglés, se ha puesto al servicio de un tipo que parece que está loco, como Johnson, y lejos de unir a sus súbditos, ha puesto a toda máquina la centrifugadora. Irlanda del Norte y Escocia están muy atentos para ver si es necesario dar un salto y alejarse, y la ciudadanía (empezando por sus representantes y los periodistas) se ha arremangado para echar un pulso y demostrar quién manda.