Hoy es una jornada para la reflexión. Lo dice la ley. Y la primera reflexión propia que deseo compartir es esta: ¿cómo de complejo es el tema del terrorismo dentro de la izquierda abertzale como para que el candidato de Bildu, que ha dicho casi todo lo que la gente quiere oír, sea incapaz de decir que lo que hizo ETA es terrorismo, que estuvo mal y que fue profundamente injusto? ¿Cuánta gente opina igual que Pello Otxandiano dentro de Bildu como para no querer enfadar a ese núcleo duro, durísimo? Y los representantes de Bildu incomodados antes estas evidencias, ¿cuándo van a reflexionar sobre su continuidad en Bildu?
Una reflexión periodística
Me pongo el primero para recibir la colleja, pero es evidente que en la prensa vasca tenemos que reflexionar: después de varias entrevistas en radio, televisión y prensa, un periodista vasco en una cadena española, y otro de un programa de actualidad social, no política, de una televisión local, son los que han hecho a Pello Otxandiano las preguntas que había que hacerle, y no por cálculo electoral, sino por deber moral y profesional. Aimar Bretos y Joseba Solozabal han dejado, ya de paso, las vergüenzas al aire de un periodismo vasco tirando a autocomplaciente y siempre a favor del “mood” social que debe, sobre todo, autocorregirse.
Una reflexión improrrogable
No voy a poner ningún ejemplo concreto, pero todos los conocemos: periodistas que tuitean, anónimos en X que esconden a periodistas, e influencers de una corriente política, todos ellos (uso el masculino porque los trolls son, por lo general, hombres) incentivados por un partido político concreto, han generado muchísima desinformación que las y los tontos, y las y los despiadados, han difundido, como tras el ataque a Imanol Pradales. Mientras tanto (y nos pongo otro deber como periodistas), ninguna pieza informativa en ningún medio vasco ha alertado, explicado o simplemente expuesto tanta manipulación.
Una reflexión política
Lo que hemos visto esta semana también merece una reflexión política. Para empezar, yo me haría las preguntas que Lourdes Pérez hizo en X con acierto: “¿Qué incentivo tiene Bildu para condenar el pasado etarra si no existe una política de Estado de memoria, compartida, que se lo exija? ¿Si sostiene la gobernabilidad de España? ¿Si su cosecha electoral va al alza?”. Después de que Pablo Iglesias intercediera por Bildu para activar su cambio sin propósito, Bildu es uno de los sostenedores del gobierno español, y lo seguirá siendo porque Sánchez solo entiende la política de una manera: para su beneficio.
Una reflexión profesional
Es evidente que Bildu ha hecho una campaña destacada y muy profesionalizada: ha cambiado el vestuario y los discursos, se ha adaptado a todo, ha dicho lo que la gente quería oír y hablaba de elevar el discurso mientras en Twitter, Instagram y WhatsApp quienes hacían campaña por Bildu insultaban y embarraban. Pero, ¿todo vale? ¿Es buena campaña una en la que todo es de cartón-piedra cuando te acercas? Antonio Agredano lanzaba en The Objective dos reflexiones aplicables a Euskadi: “¿Qué es lo más difícil de gobernar? Los acontecimientos”. “La criptonita del gurú siempre es la realidad, tan áspera, tan honesta, tan ingobernable”.