Puede que, al final, Rajoy haya acertado en su estrategia de dejar pasar y dejar hacer en Catalunya. Sí, su partido se ha pegado el gran tortazo allí, pero parece que la ola independentista ya ha llegado a la playa. Y ahora, ¿qué? Pues ahora es cuando sale Aznar (‘Vozpópuli’) a afear a un Rajoy cada vez más solo. Únicamente Moragas, Arriola, puede que Sáenz de Santamaría y Cospedal (que no se aguantan entre ellas), forman su guardia pretoriana. ¿Hasta cuándo?
No lo entiendo
Entiendo perfectamente que la CUP imponga la condición de quitar a Artur Mas de la ecuación para apoyar a Junt Pel Sí. Una negociación política es así. No entiendo, sin embargo, que no les importe una Catalunya fuera de la UE. Pero lo que menos capto es que renuncien a la declaración unilateral de independencia porque los votos a las opciones independentistas no han alcanzado el 50,01%. Un país no se rompe por la línea de puntos, eso no es querer el país que se quiere construir.
La revolución son los hoteles de Gaspar
Al final, la dictadura cubana disfrazada vilmente de revolución termina como leemos en ‘El Confidencial Digital’: “El ministro de Industria y Turismo, José Manuel Soria, viajó a Cuba, a principios de julio, al frente de una delegación de 75 empresarios españoles. Seat, Sacyr, Balearia y Gamesa fueron, en aquel momento, las primeras (…) A través de fuentes de la cúpula económica del Gobierno, nuevas compañías se han interesado recientemente por invertir en Cuba (…) Se citan los casos de Husa, Roca y Pullmantur”.
Estar en contra, ¿de qué?
En Londres abrieron una cafetería especializada en cereales con leche. ¿Extraño? Sí. ¿Criticable? No veo por qué si hay gente dispuesta a consumir un producto tan sencillo. Sin embargo, sí, recibieron críticas que, ahora, han ido más allá con ataques contra la “gentrificación” de zonas como Brick Lane. Zonas que algunos negocios (algunos un tanto peregrinos, es cierto) han reactivado, lo que no gusta a grupos anarquistas que, curiosamente, levantan cierta simpatía como si alguien se hubiera preocupado de Brick Lane sin estos nuevos negocios.
Nuevos empresarios normales
Ángeles Caballero resume en pocos párrafos lo que muchos pensamos: ni los empresarios son esos señorones que cuentan billetes y despiden felizmente, ni el cuento de los emprendedores da para mucho más ya. No pasa nada porque algunos jóvenes empresarios se reconozcan como tal, con su formación y sus ideas, sin tener que parecerse a suflés como Jenaro García, Dídac Sánchez o Pep Gómez. “Ni puros ni Converse” se titula su post, realmente recomendable.