Dos asesinatos más

Mientras Andrés Manuel López Obrador se dedicaba a alabar la dictadura cubana, dos periodistas eran asesinadas en Veracruz. Yessenia Mollined, directora del periódico Veraz, y Johana García, cámara, eran acribilladas a tiros dentro de un coche, en el aparcamiento de un supermercado, solo unos días después de que perdiera la vida Luis Enrique Ramírez también por ser periodista en México. La masacre continúa, la inacción de las autoridades se mantiene y la impunidad se normaliza en un país que no merece lo que le está sucediendo. ¿Qué presente y qué futuro se puede construir donde callan a la prensa a balazos?

¿Pero Pablo manda o no manda?

La metedura de pata de Podemos en Andalucía está a la altura del ego de unas cuantas y unos cuantos que han pasado o se mantienen en ese partido. Se han quedado fuera de la candidatura por jugar su habitual juego de tronos y ahora toca buscar culpables en la propia izquierda (para alegría de la derecha andaluza): IU ha volado los puentes y Yolanda Díaz empieza con mal pie. Todo vale mientras nada sea responsabilidad de Podemos (primer punto en sus argumentarios). Por supuesto, quien lidera la opinión es Pablo Iglesias, que ya no sabemos si ordena, manda y ningunea a Belarra y Montero, o se queda en simple mesías.

Yolanda Díaz ni pasaba por allí

Dice Yolanda Díaz que lo que ha pasado en Andalucía es solo otra muestra de que los partidos están demodé y que ya no sirven para articular la política. Lo hace perteneciendo a uno y siendo designada por otro como ministra y vicepresidenta, no es por nada. Pero a lo que vamos: a ella, que lidera un “frente amplio”, esto no le ha sucedido… Ni le volverá a suceder, como en el chiste. Andalucía nos pilla lejos, pero desde aquí también podemos ver que las y los de Podemos la señalan mientras ella intenta escabullirse: su propuesta apartidista empieza cuando acabe aquella campaña. O después si surge algún otro problema.

Una vasca que se va muy, pero que muy lejos

Kat Echazarreta es una estadounidense nacida en México y de claros orígenes vascos que ha sido elegida para ir al espacio como miembro del programa “Espace for Humanity”. El hito para un pequeño país como este es magnífico, y más en una semana en la que mentes aún más pequeñas vuelven a afirmar que cuando alguien habla del euskera como algo intrínseco a todos los vascos y todas las vascas (quienes viven aquí, allí y hasta quienes llevarán al espacio un apellido euskaldun) está siendo excluyente. A mí no se me ocurre mejor ejemplo de lo que significa y supone “euskaldun” que ese apellido en un traje espacial.

Un nuevo orden mundial

Erling Haaland, uno de los mejores delanteros del mundo, ya ha anunciado dónde jugará la próxima temporada: en el Manchester City. Ha dado así calabazas a otros grandes de Europa que le pretendían, como el Real Madrid (lo del Barça, sugiriendo que estaban estudiando la operación, no pasaba del chiste), y ha confirmado el nuevo orden en el mundo del fútbol. Los grandes equipos ahora son negocios de relaciones públicas impulsados por oligarcas de países represores o estados dictatoriales. Y les funciona: ¿nos preguntamos de dónde salen los 350 millones de la operación o nos ocupamos de que el show no decaiga?

Otra compañera

Si hay una profesión poco valorada incluso por quien la paga es la de periodista. Por desgracia, de vez en cuando recibimos mazazos que nos recuerdan que algunas compañeras y algunos compañeros siguen haciendo una labor importante y muy incómoda para quien ejerce el poder, legal o ilegalmente: “Matan a tiros a una periodista mexicana en Tijuana, la tercera asesinada en lo que va de año” (Público). La realidad de aquellas compañeras y compañeros es muy dura, y como en Tijuana, en muchas partes del mundo. Hasta hace poco, en Euskadi, ETA también atentaba contra los periodistas. Ojalá no perdamos nunca de vista esto.

¡Claro que no lo somos!

En El Blog Salmón han dado un buen repaso al plan del gobierno más progresista de la historia para que las y los trabajadores autónomos paguemos la fiesta que otros colectivos mejor organizados sindicalmente montan. El problema, según el ministerio, es que “el 85% de los autónomos cotiza por la base mínima” pero es que “esta supone más que lo que pagan nuestros vecinos europeos” y “con menos protección social”. Porque el de los autónomos es un colectivo de menor derecho: sin vacaciones, sin facilidad alguna para una baja por enfermedad o sin indemnizaciones. Y la subida no recoge una mejora en nada de esto.

Son nazis porque hacen cosas de nazis

Esta semana que Santiago Abascal ha hecho de anfitrión de los principales partidos de extrema derecha de toda Europa es una de las mejores para compartir el titular en Eldiario.es: “El Supremo recuerda a Vox que compararles con los nazis no es un delito de odio”. Así que llamarles por su nombre ya pasa a ser una obligación. No hay excusa para que ningún periodista, contertulio o político sea taimado con los más xenófobos, machistas y clasistas del panorama. A menos, claro está, que quien sea templado con la ultraderecha lo haga porque forma parte de ella o por colaboracionismo. Y ante eso, tomaremos nota.

Nunca se ha ido

Pablo Iglesias no se ha ido, no se ha retirado de la política: sigue haciéndola. Ahora, desde los púlpitos de los medios de comunicación que le ceden un micrófono y tiempo, en vez de desde la tribuna del Congreso o un atril de su partido. Sigue ahí, marcando la agenda y los enfoques de Podemos, eclipsando a Ione Belarra y Yolanda Díaz. Y por supuesto, preparado para regresar a la arena del circo: “Podemos otea la vuelta de Iglesias a la política si la plataforma de Díaz fracasa. El sentir de algunas fuentes moradas de peso y de gran parte de la militancia es que el exlíder ‘se ha ido, pero no’” (Vozpópuli).

Brakamendi, eup!

Cuando el Athletic está en una mala posición liguera su filosofía salta al debate público. Cuando el Athletic se convierte en una piedra en el camino (el de la Federación para mandar a Arabia Saudí al Real Madrid, en este caso), su filosofía se convierte en herramienta de desestabilización. Esta semana hemos sido otra vez un club en el que los niños del mundo no pueden aspirar a jugar. En esta situación, el boliviano Iñaki Brakamendi ha dejado claro lo que sí somos: “Una de la razones por la que amo este club es su filosofía. ¡Somos únicos en este fútbol moderno y trucho! ¡Y ojo! Cuando mi hijo nazca en Euskadi jugará en el Athletic”.