Lo de la extrema derecha va en serio

Hace años que lo tengo claro: si mi hija o mi hijo deciden dedicarse a la política tendrán enfrente a la extrema derecha europea. Y desde que empecé a vislumbrarlo no he encontrado ningún indicio que me lleve a pensar lo contrario. En España, Vox ya es una realidad y los discursos de sus socios cada vez se parecen más a los de Abascal, y no al revés. En Euskadi, los fascistas de siempre no van a menos. Y en Europa la amenaza es muy seria en Hungría, Polonia… O Alemania, donde ya han dejado de hablar de casos aislados para referirse a la violencia directa de los neonazis, según El Confidencial.

Una reina de su tiempo

Ya no vemos a Ana Obregón metiendo tripa en la orilla de alguna playa delante de los fotógrafos, ni a Marc Ostarcevic de blanco para resaltar su moreno, ni programan en Telecinco alguna gala desde Murcia, pero lo que no falla cada agosto es la foto de la familia real española, que se vestirán con la modernidad que quiera, pero se lleva toda la caspa que tenían los Obregón, Ostarcevic o Vasile. Mandanga veraniega de la buena es la que nos quieren colar los medios cortesanos, incluso cuando describen como si estuviera bien del look de 3.500 € que lucía Letizia Ortiz (Vozpópuli).

Harto de “lo colaborativo”

Desde el principio me pareció una milonga lo de “lo colaborativo” y, al final, ni AirBnb, ni Uber, ni ninguna plataforma que nacía con la excusa de usar la tecnología entre todos ha generado ningún beneficio a nadie salvo (1) a los empresarios y sus grandes accionistas, o (2) a quienes se han ahorrado alguna migaja mirando por otro lado ante el fraude fiscal o laboral. Glovo, que nacía para que pequeños emprendedores pudieran enriquecerse haciendo de “riders” (más bonito así que hablar de esclavismo en el siglo XXI) ya va recibiendo lo suyo: un juzgado de Asturias reconoce la existencia de una relación laboral.

Sí, estas son las cifras

Esta temporada empezaré a hablarles de algo que viene: los eSports o los videojuegos emitidos en directo y narrados, donde hay auténticas estrellas. Estrellas que ganan más de 3 millones de dólares por un campeonato de Fortnite con 16 años, como Kyle Giesdorf, alias “Bugha”, o como Tyler “Ninja” Blevins, que habría fichado por la plataforma de Microsoft, Mixer, por 80 millones de dólares. No son cifras de juguete, los “streamers” no son simples “matamarcianos” ni tampoco cualquier jugador es de esta élite igual que no todos los chavales que pegan patadas a un balón son futbolistas.

Y China, al acecho

La dictadura China ha sido muy hábil: ha sabido blanquear su imagen en el mundo cuando era proveedor de tecnología a grandes empresas del planeta, y ahora se aprovecha de ese lavado de cara para vendernos su tecnología. Tecnología que es más de lo que aparenta: Huawei o Xiaomi no son solo alternativas a Apple o Samsung, como sugieren en Xataka, son terminales que permiten a una potencia ubicarse para desarrollar preferentemente el 4G y a una dictadura controlarlo todo en un mundo en el que, convénzanse, todo lo que imaginemos es ya posible por medio de satélites, cables y smartphones.

Los juegos de tronos en la vida real

Mirar tanto tiempo Twitter tiene consecuencias negativas: al final, como leyendo constantemente prensa española, acabo hablando demasiado de Madrid. Y sinceramente, los problemas de gobernabilidad de la ciudad me deberían de ocupar tanto como los de París. No es menos cierto que Podemos ha tenido la mala habilidad de poner el foco sobre los líos que los suyos generan. Hasta Cayo Lara se ha rendido a la evidencia y ha dado en Twitter su opinión: “Los juegos de tronos, en la vida real, tienen consecuencias”, concluye después de mostrar su asombro porque el PP vaya a gobernar con Vox y Ciudadanos.

No, no hay pucherazos

Las noticias que se han acumulado sobre fallos en el sistema de recuento el día de las elecciones son eso: noticias sobre fallos. Desarrollar una teoría sobre la conspiración o los pucherazos indica, sobre todo, desconocimiento del sistema electoral. Mencionar el “blockchain” o el sistema de voto electrónico como alternativas más fiables, ya, es de un atrevimiento inaudito. Al final, como bien explican en El Confidencial, es el recuento de actas y votos de la Junta Electoral el que fija los resultados y hace que se detecten estos errores. El proceso es garantista, y quienes hemos chupado mesa lo sabemos.

Quien invierte y quien gasta

El modelo de negocio de Glovo, que no gusta a muchos, se acabaría si quienes usan la aplicación dejasen de hacerlo y quienes invierten en su desarrollo comercial dejaran de hacerlo igualmente. En resumen: el problema de Glovo es su sostenibilidad económica basada en arrancar 115 millones en una ronda de financiación, pagar 3 € por trayecto y 23.000 de indemnización a la familia del mensajero que ha fallecido, que no estaba ni siquiera como autónomo (y aun así tenía acceso al sistema, a ver cómo lo justifica Glovo). Pedimos responsabilidad social a las instituciones que no tenemos como consumidores.

China se la devuelve a EE.UU.

Tiene su lógica: si EE.UU. ha argumentado para justificar su bloqueo a Huawei que con esos dispositivos el gobierno chino les está espiando… El gobierno chino bloquea ahora el uso de Microfost porque con ese software EE.UU. puede estar espiándoles. ¿Pueden hacerlo? Sí, no veo ningún impedimento técnico para realizar un espionaje incluso pasmosamente sencillo. Pero la jugada comercial tiene su miga: a Trump le asusta que la empresa de telefonía esté desarrollando el 5G con los beneficios que obtiene (también de EE.UU.), y China tapona ahora la renovación de millones de licencias. Que espíen es lo de menos.

La televisión española se inmola

El programador al que sorprenda el dato… Mal programador es: el retraso del prime-time coincide con un descenso del número de espectadores en la televisión generalista, un aumento en el consumo de contenidos de las plataformas y el traslado del minuto de oro publicitario (el spot más caro del día) a los access al prime-time en vez de a la producción más cara de la cadena. Insisto en que muchos lo veíamos venir, no ya como periodistas, sino como consumidores de televisión generalista: esperar a las 23:00 para ver una película, serie o programa es una tortura innecesaria con la oferta alternativa que existe.

Lo que ha dicho Bolsonaro

Cuando decimos que ha ganado la extrema derecha en Brasil, evidentemente, lo hacemos porque leemos las crónicas y, gracias a Internet, porque podemos acceder a vídeos y, lo que es más importante, a personas que están informadas y nos informan: McShine ha elaborado un hilo estupendo con vídeos de declaraciones de Bolsonaro a favor de la tortura, en contra de las minorías culturales o políticas, en contra también de los derechos indígenas, declaraciones homófobas, racistas, sexistas o defendiendo a dictadores como Pinochet. A eso tenemos que enfrentarnos.

Europa también es esto

Hace solo un par de días les mostraba mi estupefacción por la desvergüenza de la Fundación Francisco Franco, que ha vuelto a sacar participaciones de lotería de Navidad (con donativo, claro) finalizadas en 36 y 39. No solo por eso, evidentemente (aunque ya es suficientemente escandaloso), el Parlamento Europeo ha pedido al gobierno español que ilegalice a la citada fundación, pero también a Falange y otras asociaciones o agrupaciones fascistas. Porque el auge del fascismo hoy, lo acabamos de ver en Brasil, tiene mucho que ver con todo lo que se ha permitido.

Lo que más se parece a uno de derechas…

Hace solo unos días de la coincidencia de dos tuits muy parecidos: Pablo Iglesias y Donald Trump tuiteaban con apenas unas horas de diferencia sobre su preocupación ante las fake news que afectan negativamente a su ideología (cada uno a la suya, claro) y a la calidad de la democracia. Y yo coincido con ellos, claro. Pero tiene tanta gracia que Trump se queje de la proliferación de noticias falsas como que lo haga Pablo Iglesias de mensajes que afectan negativamente a una opción política. Ambos han crecido beneficiándose precisamente de lo que ahora critican.

Microsoft regala Windows y gana

Hace ya tiempo que aviso de que una de las más firmes señales de la verdadera revolución digital es que Microsoft ya no cobra por el uso de su sistema operativo, Windows. Desde que no lo hace, además, no ha parado de crecer (también su reputación) y hoy es una de las tecnológicas más importantes y que más dinero gana. ¿Cómo? Gracias a su Office y, sobre todo, gracias a sus hábiles inversiones: ha acabado participando en muchos desarrollos y cuando ha tocado repartir dividendos ahí estaban los de Microsoft, con las dos manos haciendo la forma del cuenquito.

El gol de Cristiano Ronaldo

Después de un comienzo difícil, Cristiano Ronaldo ya empieza a ser el mismo de siempre ahora en la liga italiana: marca goles a pares, bate registros (es el debutante más goleador de la historia de la Juve) y su popularidad se dispara. Una muestra de ello es que es el más seguido en Instagram. Igual que conquistó la Premier, la Liga y ahora el Calcio, ha ido conquistando las redes sociales y ahora barre en la que más crece (y posiblemente la que más dinero mueve para sus estrellas). Solo falta que se aclare el caso de violencia sexual que tiene pendiente para que sea alguien admirable.

Revelaciones de un marciano

El relato se construye solo: José Antonio Campoy dirige una revista en la afirma que el cáncer se desarrolla por motivos temperamentales, que la quimioterapia no es efectiva o que el ébola no es una enfermedad real. Esa revista, según El Español, llega a facturar 500.000 euros anuales difundiendo semejante contenido, sugerido, y aquí viene lo más interesante, por las revelaciones que en los años 90 sufrió Campoy en sus repetidos encuentros con los extraterrestres. Él lo cuenta, él se lo cree, él se lo guisa y se lo come gracias a quienes coleccionan sus mentiras.

Vox crece

Veremos si finalmente materializan alguno de esos escaños o concejales que diferentes fuentes dan al partido de Abascal, pero es evidente que Vox crece en número de afiliaciones y donaciones: de 3.000 afiliados que tenía en julio de 2017 habría pasado a 11.000 actualmente, según El Plural. Y en lo que vamos de año habría ingresado un millón de euros en donaciones para, entre otras cosas, cambiar su sede a una mucho mayor. Cómo ha logrado llegar hasta aquí, fracaso electoral tras fracaso electoral, es un misterio. Pero el contexto europeo les ayuda a seguir creciendo.

Pérez-Reverte es la valentía

Arturo Pérez-Reverte empieza a convertirse en un personaje delirante, un tipo duro que ha visto más horrores que nadie y que ha estudiado más guerras cruentas que ninguno. Un hombre de acero, como las espadas y las bayonetas de sus personajes de novela. Un tipo capaz de despreciar a Picasso porque, entre otros motivos, nunca estuvo en una guerra. Dejando a un lado el talento para lo suyo del pintor y el escritor, no me parece muy inteligente desacreditar a Picasso como persona que hizo frente a una dictadura creando una obra icónica y convirtiéndose en un modelo cultural.

Otra burbuja

Ahora que ha pasado el verano esos pisos de alquiler ocasional de los que tanto hemos hablado tienen mucha menos actividad y, por lo tanto, generan menos ingresos (y problemas). Ahora, en definitiva, el cuento de la lechera cambia y podemos echar un ojo a otro tipo de cálculos más conservadores: en El Confidencial leemos que solo dos de cada diez pisos que se ofertan en Airbnb generan más ingresos que si estas viviendas tuvieran un alquiler tradicional. Pero el daño ya está hecho y el negocio, para los de la App y otras empresas, generado y ganado.

Una inmensa burbuja

Bill Gates está teniendo una madurez muy interesante: después de reinventar el negocio del software y manejar casi un monopolio informático, se ha asentado como un interesante filántropo y un empresario que supo definir el negocio de los intangibles y hacer mucho, muchísimo dinero con ello. Tanto que ha sido el más rico del mundo… Hasta este año, que le ha desbancado Jeff Bezos. La fortuna de este último no tiene nada que ver: está basada en la especulación (la promesa de lo que Amazon será), el abaratamiento constante de costes y un marketing gigantesco.

Atutxa, Knorr y Bilbao hicieron lo correcto

La primera que compartió la noticia en Twitter fue Izaskun Bilbao, la sucesora de Juan Mari Atutxa en la presidencia del parlamento vasco: según Estrasburgo, el ex consejero de Interior, Knörr y Bilbao no tuvieron un juicio justo cuando fueron condenados por no disolver el grupo parlamentario Sozialista Abertzaleak tras la ilegalización de Batasuna. Y aunque no creo ya que nadie se sonroje en la justicia española, por lo menos, los tres han recibido su reparación moral. Bienvenida sea.

Euskadi, hiperconectado

Es la noticia del territorio en los periódicos de hoy: un cable va a conectar Sopela con Virginia Beach en un proyecto de Microsoft y Facebook para que los usuarios de sus herramientas en el sur de Europa puedan hacerlo en mejores condiciones técnicas. La historia es estupenda para quienes seguimos dejándonos sorprender por la tecnología, pero esta no es una anécdota ni una noticia “friki”: es importante reconocer los pasos adelante, darlos y acompañar a quien prepara el camino.

El nivel

El debate sobre la moción de censura de Pablo Iglesias, para Pablo Iglesias y por Pablo Iglesias me aburrió ayer sobremanera. Irene Montero empezó haciendo bueno a Rajoy (y si Ramón Espinar no ha escuchado otros discursos en el Congreso el problema es suyo), e Iglesias terminó haciendo de sí mismo la versión extendida del cuñado de izquierdas. Hasta los tuits fueron a menos con el paso de las horas y las ideas machacadas. Un ejercicio de autoescucha absolutamente prescindible.

Ánimo, Yeray

La noticia de que Yeray Álvarez va a tener que someterse a quimioterapia para seguir tratándose de su cáncer sacudió ayer al mundo del fútbol, del deporte, y, por supuesto, a Bilbao. Las muestras de afecto y apoyo llegaron desde orillas cercanas como la Real Sociedad a otras más lejanas (Sevilla, Alcorcón…). Pero los más emocionantes, sin duda, fueron los mensajes de sus propios compañeros, como Iñaki Williams, cuyo carisma se percibe incluso a través de Twitter.

Un sueldo más que digno

Siempre que puedo insisto en que uno de los colectivos profesionales más infravalorados en Euskadi es el de los fotógrafos. En los periódicos, revistas, estudios e incluso en las galerías de arte hay personas que hacen maravillas con sus cámaras y un ordenador (o cubetas y ampliadoras), y muchos de ellos pasarán razonable envidia con los sueldos que leemos en Photolari: 650 dólares por jornada en la CNN o National Geographic, o 450 en The New York Times, entre otros.