«Todos los atestados»

Este largo subtítulo de Público es imprescindible para entender cómo se toma el estado español el procés: “El auto del Supremo que da por concluida la instrucción plantea la identidad secreta en Twitter, desenmascarada por Público, del jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil, teniente coronel Daniel Baena, quien firma todos los atestados en los que se basan las acusaciones de rebelión contra los líderes independentistas. La evidente politización de esas investigaciones por un instructor policial que contaminó la instrucción pondrá en cuestión las imputaciones de la Fiscalía”.

La sartén, por el mango

Dadas las circunstancias policiales y judiciales, los catalanes tienen la necesidad inevitable de tomarse muy en serio a sí mismos y a su procés. Y no lo hacen, de ningún modo, cuando desde el Govern impulsan consejos asesores que incluso podrían ofrecer borradores de posibles constituciones, que forman Beatriz Talegón, Antonio Baños o Albano-Dante Fachin, entre otros. Un consell en el que sus integrantes no están elegidos por sus conocimientos pese a que tratarán temas relevantes, sino por decir lo que quieren oír los más cegados, curiosamente, por el mesianismo de Puigdemont.

Rato, a la cárcel

El paseíllo hasta el interior de la cárcel que ha hecho Rodrigo Rato esta semana y que Víctor Lerena, de EFE, ha fotografiado estupendamente mostrando la soledad del ídolo abatido, es una de las imágenes del año. Rato cae por fin y por el empeño de muchos, como la plataforma “15MpaRato”, y se reunirá en la trena con otros compañeros de partido y días de gloria cuando el PP de Aznar se comía el mundo empezando por España y su dinero público. Dicho todo esto, buen apunte de Manuel García en Twitter: Rato es un político preso y Junqueras, un preso político. No son lo mismo.

Maroto, a la radio

En Euskadi hemos aguantado a muchos políticos de medio pelo que en la prensa española, de izquierdas (también) y de derechas, han sido valorados con excesivo cariño. Por ejemplo, Javier Maroto… Hasta el día que su coqueteo con la xenofobia le cerró la puerta de la alcaldía de Gasteiz y tuvo que dedicarse, de lleno, a la política en Madrid, donde a muchos se les ven las costuras: una parte importante de Twitter reaccionó ayer con virulencia a la entrevista del vitoriano con Pepa Bueno, entre otras cosas, por su lamento porque los golpes de Estado no se den ya con tanques en la calle.

Un ciudadano que no es de Ciudadanos

Hace solo unos días comentábamos el incidente de Albert Rivera, sus escoltas y el trabajador de la seguridad del aeropuerto de El Prat al que los agentes de la Policía Nacional impidieron hacer un control aleatorio al político y, además, acabaron denunciando. Al respecto, en El Plural han rescatado con acierto un tuit de Jon Inarritu en el que explicaba cómo había pasado por segunda vez en una semana el mismo control que Rivera se saltó. Es decir, el senador de Bildu fue un ciudadano más (con mala suerte en la cola del aeropuerto), lo que no fue el de Ciudadanos, curiosamente.

Otegi se equivocó

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Bildu está haciendo una campaña magnífica, para guardar en los manuales de comunicación política. Ha sabido volver a poner de actualidad a un candidato amortizado y ha acertado incorporando a una periodista como alternativa, una cara ya conocida, contando con una ilegalización calculada que le permite competir con Podemos por el voto-protesta. Pero Arnaldo Otegi es humano, no divino, y se equivocó con la comparación de su caso con el de las mujeres que son violadas por cómo van vestidas.

Iglesias, también

Cada vez que a Pablo Iglesias no le gusta una pregunta intenta matar al mensajero. Tenemos varios casos, uno de los más célebres, el del abrigo de piel. Y el último, el ataque a Pepa Bueno, presentándola como una simple portavoz de Juan Luis Cebrián. Por supuesto, no faltan los que hablan del “zasca” del político a la periodista, pero Iglesias y sus fans esta vez se equivocan: es el periodismo el que controla al político, y no al revés. Y si algunos estarían más contentos invirtiendo los roles, que se lo hagan mirar.

Rivera, en caída libre

Si el PSOE no da su brazo a torcer y, finalmente, hay terceras elecciones generales en España, Ciudadanos tiene todas las de perder: se disolverá como un azucarillo y sus votantes volverán al PP (total, Rajoy cuenta ya con los votos de los de Rivera). Los menos, cambiarán de acera hacia Podemos (como hizo el mismísimo Pablo Echenique) o el PSOE. Pero el naranja es un partido con las opciones menguantes. El afán de Rivera, incluso, en perder la credibilidad, les ha laminado.

Sánchez, bajo la presión

Uno de los protagonistas de la primera sesión de investidura de ayer, antes incluso de que arrancase el discurso de Rajoy, fue Guillermo Fernández Vara, que en rueda de prensa soltó: “España necesita tener un gobierno y si tú no puedes hacerlo, tienes que dejar que alguien lo haga”. Recadito para Pedro Sánchez, que quiere soportar la presión un mes más para no pegarse un batacazo aún mayor en Galiza y en Euskadi (donde yo creo que resistirán mejor de lo que esperan algunos).

¿Son muchos euros 13.000 millones?

A mí sí me lo parecen, incluso para Apple, que tendrá que abonar esa cantidad en concepto de devolución de ayudas. Cuando lo plantee así en Twitter, buenos amigos me corrigieron rápidamente: la empresa había presentado beneficios del triple solo un año antes, y su cotización es de 245.000 millones. Aún así, la multa no me parece irrelevante, sobre todo, porque es un aviso a navegantes en toda regla: se tiene que acabar que estas empresas, con tantos beneficios, puedan acogerse a todo tipo de medidas para ganar aún más.

Mandar al chófer oficial a recoger las mordidas

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En el mar de la corrupción las supuestas comisiones que habría percibido la directora de La Ciudad de la Luz, en Valencia, suponen solo unas gotas. Son las formas que relata su ex novio a OK Diario las que nos llaman poderosamente la atención: Elsa Martínez habría enviado al chófer de su coche oficial a recoger sobres con comisiones por obras adjudicadas, entre 2009 y 2011. Para colmo: “La Comisión Europea condenó en 2012 a la Generalitat a devolver los 265 millones de euros públicos invertidos en el complejo (tanto en su construcción, como en subvenciones directas para captar rodajes). El Ejecutivo de Ximo Puig ha puesto a la venta las instalaciones por 94 millones de euros, pero la subasta ha quedado desierta”.

Patxi López no repetirá

Ahora que se han disuelto las cortes de Madrid es más fácil pensar que, en el fondo, en el PSOE sabían que las elecciones se repetirían, y eso explicaría que maniobraran para que Patxi López acabara presidiendo el Congreso lo que dura un suspiro. La elección del ex lehendakari sorprendió hasta a algunos socialistas porque desconocía por completo el mecanismo de una cámara compleja. Lo que parece claro es que en la siguiente legislatura, la que parece que irá en serio, no será impulsado por el PSOE hasta el cargo.

Garzón e IU, en manos de Podemos

Intentarán venderlo de la mejor manera posible, es lógico, pero la absorción que ha hecho Podemos a IU es de libro. En Euskadi tenemos un poco más de experiencia al respecto, por ejemplo, con la conformación de Bildu. Lo que no me esperaba es que los de Iglesias tuvieran tan poco tacto: la próxima semana sus bases tendrán que votar por el acuerdo, después de que las de IU pasaran por el aro y con el pacto (por no decir el partido) entregado a su voluntad.

Un icono tristemente necesario

Es una auténtica lástima que a estas alturas tengamos un nuevo icono de la lucha contra el racismo. La imagen de este siglo (y esperemos que la última) será la de Tess Asplund con el puño en alto haciendo frente a 300 manifestantes de extrema derecha en Suecia. Como Rosa Parks, que en 1955 fue la primera mujer negra que se negó a ceder su asiento a un hombre blanco en un autobús. Sesenta años después, en el norte de Europa, modélico para algunos, ha sido necesario otro gesto de dignidad.

Pepa Bueno hizo lo más normal

Cierro la columna y la semana con el “linchamiento” a Pepa Bueno, a la que tengo en alta estima profesional. Han sido muchas, muchísimas, las quejas en las redes sociales digitales por que no pusiera en un aprieto a Juan Luis Cebrián cuando le entrevistó por el aniversario de El País. ¿Cuántos de quienes han hecho esa crítica se enfrentan a sus jefes más altos cuando éstos se sientan al lado en una reunión, o en la cena de la empresa? La ira contra Pepa Bueno no es más que la frustración de quienes callan cuando les toca y hablan cuando les toca a los demás.