Si Vox marca la agenda…

Si Vox pretende marcar nuestra agenda, adelante. Así que, hablemos de Vox y de Santiago Abascal: “Tres meses después de haber adquirido un chalé de 185 metros cuadrados con garaje, jardín de 100 metros, localizado en una zona de alto nivel al norte de Madrid y de precio desconocido pero sujeto a una hipoteca de nada menos que 736.000 €, Santiago Abascal sigue sin actualizar su declaración de bienes. El Congreso obliga a los diputados a hacerlo (…). La compra se formalizó ante notario seis días antes de que Abascal anunciase su intención de presentar la moción de censura” (InfoLibre).

La noticia que no lo parece

A estas alturas, no resulta “noticioso” que Vox maneje cuentas falsas o automatizadas en redes sociales. Es lo esperable, es lo que hemos visto o barruntado e incluso tengo la sensación de que lo ha leído antes. Lo grave es el hecho en sí que describe el equipo de César Calderón: que la extrema derecha haya montado una estructura digital para difundir sus mensajes extremistas y populistas, por ejemplo, para calentar una moción de censura que solo busca los focos, porque no busca realmente los votos. No podemos permitirnos que el fascismo coja el micrófono. La historia nos lo ha enseñado.

Iglesias se apunta

Curiosamente, esta moción de censura va a ser más incómoda para el líder del principal partido de la oposición que para el presidente del Gobierno. De hecho, Sánchez estará encantado de enfrentarse, con todas las cámaras enfocándoles, a Santiago Abascal. Tan claros están los beneficios para el gobierno de la maniobra de Vox que se ha apuntado hasta Pablo Iglesias. De este modo, Podemos tendrá doble turno, como el PSOE (la portavocía del grupo parlamentario y el gobierno) y ayudará a alimentar al monstruo con cierta irresponsabilidad. A la extrema derecha, ni agua. Y mucho menos, voz y atención.

Y Casado tiene al enemigo en casa

Haga lo que haga, Pablo Casado va a generarse un problema. Así que solo le queda medir bien y decidirse por el menor de todos. En El Nacional explican que “el diario La Razón se aventura a asegurar categóricamente que el PP votará ‘no’”. Hoy lo sabremos. Pero ese rechazo hará que Vox tense la cuerda (el lunes leíamos en República.com que podría pedir entrar en los gobiernos madrileño y andaluz) y que el partido cruja por la derecha: Cayetana Álvarez de Toledo pedía en su canal en YouTube que el voto no fuese negativo, liderando una corriente que el PP ahora minimiza pero antes impulsó.

Arrimadas, ¿por la moderación?

Voy a ser bueno y voy a pensar que Inés Arrimadas está siendo sincera en sus deseos: a la de Ciudadanos le gustaría ser la centrada y moderada durante la moción de censura, pero su historial indica otra cosa. Arrimadas, como muchos otros en su partido, entendieron la nueva política como la de la puesta en escena de la tensión artificial. Ya sin ETA, la tensión había que crearla acudiendo al desfile del Orgullo después de haberse asociado con un partido homófobo como Vox o montando teatrillos para insultar a compañeras de hemiciclo. La tensión creciente en la política española tiene padres y madres que ahora se esconden.

¿Cómo creían que iba a acabar?

Todavía no ha acabado: la legislatura en la que PP y Ciudadanos decidieron echarse a los brazos de Vox se les puede hacer muy larga a los dos primeros partidos si, como parece, los de extrema derecha les aprietan las tuercas cada día un poco más. “Si el PP vota contra la moción de censura, Vox pedirá entrar en los Gobiernos de Madrid y de Andalucía”, leemos en República.com. ¿Acaso se pensaban Casado y, entonces, Rivera, que los de Abascal iban a ser mansos? ¿No son los fascistas auténticos antisistema a los que no les importa que salten todos los resortes de estabilidad? ¿No han aprendido nada?

No, Sánchez, tú tampoco podrás domarlo

Para mi desgracia, esta semana tendré que leer y escribir sobre la moción de censura promovida por Vox. La fascistada siempre va a lo suyo, a desestabilizar. El gobierno español no parece nervioso: nadie cree que pueda salir, ni siquiera quienes la proponen (lo que muestra qué tipo de políticos son). De hecho, Sánchez parece satisfecho ante la que le ha montado Vox: sabe que enfrentarse a la extrema derecha aprieta sus filas y debilita a Casado, al que se le vuelve a esfumar intención de voto por la derecha. Pero que no se confunda el presidente español: él tampoco podrá domar a la bestia fascista.

Todos muertos salvo Díaz Ayuso

José María Lorenzo es asesor en la consejería de Educación del gobierno de Madrid, y para felicitar a Isabel Díaz Ayuso por su cumpleaños vía Twitter no se le ocurrió una idea mejor que pegar la cara de la presidenta en una pintura en la que únicamente Agustina de Aragón quedaba en pie, rodeada de cadáveres. Por si no fuera poco, al montaje ha añadido como un pegote la bandera de la comunidad de Madrid. Una “ideaza” que, como responde algún tuitero, en la cabeza de Lorenzo sería espectacular, pero que no pasa de ocurrencia, error mayúsculo y lamida de pies vergonzante.

¿Bulos… en una ficción?

Una de las derivadas lógicas de “la nueva política” son “los nuevos sindicatos”. Como los de la Policía, que se sitúan entre la derecha y la pared, y ya han dado muestra de su atrevimiento y, por extensión, su conocimiento de la vida. Sirva como ejemplo uno de sus últimos tuits de Jupol, en el que critican la serie ‘Antidisturbios’ porque, según ellos, está llena de “bulos”. No sé si alguien les ha dicho que se trata de una ficción y que, como tal, los autores pueden tomarse licencias… O reflejar la realidad con más libertad, que igual es lo que temen los del sindicato policial y por eso han lanzado su campaña.

Y el escudo del Athletic

Después de una victoria del Athletic la semana se encara mejor, aunque sea semana de moción de censura en Madrid. Y hasta podemos permitirnos rescatar un tuit del fin de semana que, no podía ser de otra manera, llamó poderosamente nuestra atención: en una serie coreana, Mr. Heart, para público juvenil (el título es bastante elocuente), andaban cortos de creatividad (o presupuesto, que suele ser lo mismo) y encasquetaron el escudo del Athletic a los chándales del instituto o universidad de turno. Lo difundió Crossing Viper en Twitter y, por supuesto, fue una noticia muy comentada… Con el alivio de la victoria.

No se libra nadie

Todos los que han sido señalados como ejemplos de la gestión de la pandemia han ido cayendo: desde Corea a Nueva Zelanda, que es el último estado que, en el rebrote, se ve con el agua al cuello. En el caso oceánico, además, las actuales restricciones a la movilidad impuestas están afectando lógica y negativamente a la economía como no había sucedido hasta ahora: entra en recesión después de once años de crecimiento consecutivos, según La Información. A veces, mirando a lo lejos entendemos mejor lo que pasa cerca: ningún estado se ha librado de la pandemia ni de la crisis. Esto es, de verdad, un problema global.

Tampoco de los problemas

Estamos todos jodidos: si no nos mata el coronavirus tendremos que luchar por salir de una crisis económica sin precedentes. Por si no fuera poco, para evitar el contagio vamos a vivir con medidas asfixiantes, literalmente, y un estrés creciente por los horarios y por saber qué pasará. A esto sumamos un egoísmo individual como nunca hemos visto. ¿No nos damos cuenta de que esto es una pandemia? Como en el párrafo anterior, apelo a la mirada lejana: en Alemania los funcionarios reclaman subidas del 5% en su salario y las administraciones responden que la pandemia les deja sin recursos.

¿Movilizaciones en Madrid?

¿El desastre de la gestión de esta crisis en Madrid merece una respuesta? Por supuesto: para eso están las elecciones, para sacar de los edificios de gobierno a quien la mayoría de la ciudadanía no quiere ahí. Pero igual de desafortunadas que las de los cayetanos resultan ahora las movilizaciones en los barrios que aseguran sufrir medidas más severas en el rebrote por ser pobres. ¿Parece que es así? La verdad es que sí. Pero la concentración de personas y la insurrección no es la respuesta. Lo único que detiene una pandemia mundial es la disciplina individual y colectiva. Y unos gestores eficaces suman, por supuesto.

A él la Legión. Al revés, no

Santiago Abascal puede hacer suyo el título de aquella película fascista: “¡A mí la Legión!”. Lo que no puede ser es al revés, porque el líder de Vox, aunque no repare en gasto de saliva o tuit para exaltar a las fuerzas militares españolas, ni ha sido legionario, ni ha sido militar… Ni siquiera hizo la mili, para lo que pidió varias prórrogas. Pero que no le falten mascarillas con escudos marciales ni proclamas pretenciosas: “¡Legionarios a luchar! ¡Legionarios a morir!”, tuiteaba. Pero ellos, claro, que él está donde ha estado siempre: pisando moqueta. El barro, para los que fueron llamados a filas y cumplieron.

Vivir de promoción

Igual que Javi Vizcaíno, tengo la impresión de que, antes de verla, cada espectador ya sabe si va a gustarle Patria o no. También tengo la impresión, sobre todo atendiendo a sus últimos detalles, de que Fernando Aramburu es un gran vendedor de historias. Y lo digo como un halago, que nadie lo dude. El autor, de hecho, vive en una promoción sin fin: “Mucha gente de pueblos pequeños ha tenido que ir a comprar mi libro a San Sebastián, y se lo han llevado a casa en el fondo de la bolsa, tapado con los puerros”, es el entrecomillado de Aramburu que destaca Juan Antonio Vázquez en Twitter de un reportaje de El País.

«El Burger King»

El título de la foto no es mío (y lo lamento, porque es brillante), es del popular tuitero Sr. Jimvill. Y lo clava: en la revista Paris Match hemos visto la foto de Juan Carlos I preparando una barbacoa junto al hijo de Corinna Larsen (antes conocida como Corinna zu Sayn-Wittgenstein), con la gorra hacia atrás, unas buenas ojeras, un bañador amarillo fosoforito, la camisa abierta y unos náuticos. Lo que viene a ser un tío enrollado que intenta ganarse al hijo de la mujer a la que se camela con un buen fajo de billetes saudíes en el bolsillo. Ojo, no seré yo el que le llame viejo verde. Vamos a dejarlo en campechano, lo que ha sido siempre.

No se pagó ni la contadora de billetes

Hace solo unos días que hablábamos de que, que la familia real careciera de propiedades tenía que entenderse como que nosotros les pagamos cada residencia y despacho. Las y los de todos, hermanas y madre de Felipe VI, incluidas, por supuesto. Ahora sabemos que entre 2009 y 2015 la Casa Real compró una contadora de billetes y tres cajas fuertes. O lo que es lo mismo: se lo compramos nosotros para que Juan Carlos I, entre barbacoa y barbacoa, contabilizara y guardara el dinero saudí que ni siquiera declaró. No es un detalle: es la muestra de la desvergüenza y de cómo el Jefe de Estado trataba a España.

Gol de Sánchez

No de Hugo, sino de Pedro: el presidente español ha marcado un gol a Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado, y de paso, al PP y a Ciudadanos, ofreciéndose para mediar en la gravísima crisis sanitaria madrileña y accediendo a hacerlo en la sede del gobierno de la Comunidad de Madrid. La foto de Sánchez entrando a las dependencias de Díaz Ayuso puede ser letal para la presidenta que se ve sobrepasada y necesitada de que el socialista ponga orden en su caos. Esa va a ser la foto. Y Sánchez tiene todo el derecho del mundo a rentabilizar su ayuda igual que el PP, irresponsablemente, ha intentado rentabilizar la pandemia.

Y gol de Hugo

Esta vez es Silva, y no Sánchez, el que remata: el actor ha pegado un corte merecido y certero a Santiago Abascal en Twitter. Uno no sabe si imaginarse al propio Hugo Silva o al personaje de Paccino respondiendo: “No me consta” a un tuit del de Vox mezclando El Ministerio del Tiempo, Stalin y el coronavirus. Una chorrada como un templo, propia del cuñado que solo le OK Diario, que obtuvo una respuesta a la altura en forma de compromiso contra el fascismo… Y las tonterías. Llevo tiempo advirtiendo de que Silva no está suficientemente valorado como actor y persona. Ahora estoy más seguro de ello.

Goool… De los de siempre

He empezado la columna hablando del patrón del Bribón, he usado símiles futbolísticos y ahora la termino juntando las dos cosas: el beneficio de algunos (unos pocos) que saben aprovecharse de la inflación que existe en el mundo del fútbol. Un 25% de cada traspaso va para los representantes, según leemos en Magnet. Y el célebre Jorge Mendes es el máximo exponente pero no el único de este modelo de negocio: la oficina de representación ahora es global y ofrece asesoría también de inversión del dinero al jugador o de imagen, además de gestionar todos los contratos deportivos o publicitarios.

Ayuso inventa el nacionalismo madrileño

No sé si Isabel Díaz Ayuso es muy lista o es todo lo contrario pero sabe aprovechar nuestro momento de duda entre si sus ideas son disparatadas o parte de una estrategia. Algunas de sus declaraciones y justificaciones son para enmarcarlas y exponerlas en el museo de la Comunicación, en la sala de lo que no se debe de hacer. Por ejemplo, inventarse esto: “Ser madrileño es una forma de ser, es una actitud. Aquí se es madrileño desde el primer día. Por eso somos la capital de España”. Y con eso y un bizcocho, a correr. ¿Todas las desgracias de una mala gestión parecen menos si eres la capital porque molas?

Abascal, por España

El giro hacia el colaboracionismo que está dando Vozpópuli resulta preocupante. No tanto por el digital, que tiene todo el derecho del mundo a elegir el poste contra el que estrellarse. Sino porque no hay explicación evidente y esos fenómenos hay que controlarlos cuando se trata de fascismo. Pues bien, fruto de ese giro, Santiago Abascal les ha concedido la entrevista en la que casi confirma que será el candidato de su moción de censura y que sabe que no tiene recorrido, incluso que puede reforzar a Sánchez, pero que se trata de “devolver la voz al pueblo español”. Ni con el jabón de Vozpópuli deja de parecer un friki.

No podemos tratarles como si fueran idiotas

La política y el periodismo tienen una base común: no puedes tratar ni a las y los votantes ni a las y los lectores como si fueran idiotas. A partir de ahí, es lícito armar un discurso y tratar de hacerlo valer. Pero siempre con esa premisa, con la de que quien elige una papeleta o una cabecera es una persona adulta que maneja su vida con el mismo esfuerzo que las y los demás, y para eso hace falta un mínimo de inteligencia y experiencia. Justo lo contrario a lo que ha hecho esta semana La Razón en su web, preguntando si “¿cree que la ‘Operación Kitchen’ es una maniobra de Moncloa para desgastar al PP?”.

No hay vida en Venus

Parece que es lo que le falta a este 2020 tan sorprendente: la noticia de que hay vida extraterrestre… Y que su intención es aniquilarnos. De momento, son muchos los medios que han buscado clics a su web (una vez más, como si fuéramos idiotas) anunciando el descubrimiento de vida en Venus, pero no es cierto. Todos los divulgadores coinciden: la presencia de fosfano lleva aparejada, por lo general, la existencia de microrganismos, pero en las condiciones de Venus este gas puede generarse de otra manera. Eso, sí: ahora Venus es el principal candidato para que encontremos esa vida extraterrestre.

“Propicios días”

Los aficionados a la ciencia ficción reconocerán el saludo de Demolition Man, una película tan bruta y burda que resultaba cómica, y en la que el futuro solo era la excusa para que Sylvester Stallone y Wesley Snipes lucieran músculos. Pero el guion también dejó una serie de expresiones célebres sobre un “mañana” sin contacto humano directo y muy cursi, con esa expresión como emblema: “Propicios días”. El genial Jon Cortazar recuperaba en Twitter ayer el saludo sin tocarse las palmas que podíamos ver también en la cinta y que hoy resulta premonitorio de lo que nos acabará recomendando la OMS.