La peor noticia para Bildu

El partido nacionalista con más voto español prestado es, sin duda, Bildu: su crecimiento en los últimos años viene solo de lo que va perdiendo Podemos desde su extraordinaria irrupción. De la misma manera, exactamente de la misma, la aparición de Sumar es su amenaza para que esa y ese votante español que se tiene por tan progresista que es capaz de votar a Bildu, encuentre otro refugio: Yolanda Díaz, la misma que “hará campaña con Podemos en Euskadi, Extremadura y Navarra para el 28-M. También lo hará en Cataluña o Galicia” (El Confidencial). Sumar, en Euskadi, será restar, por lo menos, para la estructura de Podemos y el voto a Bildu.

La gran hipocresía

Me parece muy acertado este titular en El Blog Salmón: “Las eólicas son las nuevas nucleares: turbinas sí, pero no en mi pueblo”. Pone de manifiesto la gran hipocresía (otra) que gastan algunos en el debate de las fuentes energéticas: no quieren combustibles fósiles pero las maneras de generar energías alternativas que se las coman otros, que a ellos les fastidian el paisaje. Así, aerogeneradores o placas solares son despreciadas por su impacto. Las quieren pero lejos. Igual que el gas: el fracking, en otros suelos, lejos de su patio trasero. ¿Y si hay desperdicio de recursos en el traslado? ¿De eso nunca hablamos?

Vamos a viajar menos

Voy a decir algo impopular: viajar está sobrevalorado. Es cierto que he tenido la enorme suerte de vivir en tres estados y dos continentes. Pero las vacaciones a sitios turísticos, reconozcámoslo, nos aportan poco. Así que no me va a dar mucha pena que los vuelos se pongan por las nubes y que coger un avión vuelva a ser solo para ricos y ricas. Será que estoy cansado, pero también creo que lo importante es generar oportunidades a nuestras hijas e hijos en su país. En el Diario del Viajero ponen fecha: “Las nuevas medidas para conseguir la neutralidad climática en 2050” pueden suponer el fin definitivo del “low cost”.

Viajarán hasta donde quieran

Estamos muy cerca de que solo puedan viajar en avión quienes más tienen, lo veo claro. Pero también veo claro que lo harán hasta donde ellas y ellos quieran, el espacio, incluido. Si de algo tenemos que darnos cuenta después de que un cohete de Elon Musk haya explotado, chistes, aparte, es de cómo los vuelos fuera de la órbita se han privatizado hasta el punto de que “la NASA también está bajo la presión de que el Starship siga adelante porque el por ahora único aterrizador lunar del programa Artemisa está basado en él” (Microsiervos). Esa empresa de Musk sí funciona: solo en 2022 hizo 62 lanzamientos para diferentes clientes.

Así, como si nada

Me parece sorprendente el poco revuelo que ha generado esta noticia: “Laporta abre el debate de vender el Barça tras disparar la cuota de los socios. El club lanza una encuesta a su masa social con la pregunta sobre la conveniencia o no de la conversión en SAD horas después de una subida de la cuota del 30% tras endeudarse en 1.450 millones por el Camp Nou” (Vozpópuli). El cambio a sociedad de un club como el Barcelona, como el Athletic, es un tema muy serio, muy grave. Y que sea esta la consecuencia de una gestión nefasta debería de ser punible para los presidentes que inflacionaron la plantilla.

Les presento mis dudas

Un millonario lanza la campaña de promoción más cara que soy capaz de recordar de dos marcas comerciales propias y en Twitter y los blogs de tecnología casi todo el mundo pierde la cabeza buscando las mayores alabanzas, incluidos muchos usuarios cuyo nivel intelectual reconozco como muy superior al mío y a los que respeto. Pero yo no lo entiendo: la maniobra de Elon Musk, que ha puesto en órbita un coche de más de cien mil dólares me genera más dudas que emoción.

¡Lo que nos gusta un nombre anglosajón!

Y no les está hablando uno de esos que se preguntan airadamente por qué no dedicar a fines sociales los recursos que se lleva la investigación aeroespacial. Ni mucho menos. Precisamente por porque conozco su importancia me sorprende el poco margen para la crítica y la autocrítica. Si en vez de Elon Musk y Tesla hablásemos del proyecto megalómano y puramente comercial de Amancio Ortega, el de Zara, estoy seguro de que la mayoría lo repudiaría. Claro que Elon Musk también tuitea.

Anda que una mala idea…

A los periodistas por lo menos también nos gustan las malas ideas. Por ejemplo, la noticia de que Cristiano Ronaldo va a construir un hotel de lujo y un ático para sí mismo en la Gran Vía de Madrid, en el edificio que albergaba La Casa del Libro, ha rebotado de un medio a otro, y en Twitter se ha movido un montón. Lo que ha tenido mucho menos recorrido es el desmentido de la propia cadena de librerías, que niega que un futbolista vaya a cargarse su emblemático local para dedicarlo al lujo.

Pues no te metas

El martes se “celebró” el día contra la mutilación genital femenina, esa práctica salvaje contra niñas que debemos ayudar a erradicar. No fueron pocos los políticos y, sobre todo, las políticas o artistas que se sumaron a la denuncia en Twitter. Tampoco faltaron las de la piel hipersensible poniendo su preocupación por delante del sufrimiento de millones de niñas: “Es una transfobada innecesaria cuando podrían defender ‘Stop Mutilación’”. Yo propongo: stop llamar la atención.

Sí, son de chiste

Todos estos usuarios y usuarias que se apuntan a protagonizar luchas contra el sufrimiento de casi cualquier colectivo sin acercarse realmente al padecimiento de quienes lo componen, merecen ser carnaza de chiste. Hace bien, por lo tanto, la web satírica El Mundo Today en inventarse que “un niño dice su primera palabra y ofende a varios colectivos”. La necesidad de atención de muchos usuarios que se erigen en defensores de causas que van encontrándose ha empeorado las redes sociales.