El amor a tus hijas y tus hijos

Si hay algo que me parte el corazón desde que soy aita es ver a otro aita u ama corriendo con su hijo o hija en brazos, pidiendo ayuda. Ayer lo volvimos a ver: Óscar Mijallo mostraba el vídeo de un medio palestino que difundía en X esas imágenes para denunciar “que los intensos bombardeos israelíes sobre Rafah están causando una matanza de civiles. Entre ellos habría muchos menores”. ¿A qué espera el mundo para frenar en seco el abuso militar y humanitario de Israel sobre la población palestina? ¿Qué más vamos a permitir a Benjamín Netanyahu y por qué motivo vamos a seguir haciéndolo?

Quererse a uno mismo

En El Mundo Today, por supuesto, han aprovechado el tiro en el pie que, aparentemente, se ha pegado el PP en plena campaña de las elecciones gallegas, y han estirado la realidad a su sagaz manera: “Feijóo se lía y admite que estaría dispuesto a exiliarse en Bélgica para facilitar un gobierno de Puigdemont”, titulan una de sus falsas noticias. Lo cierto es que lo del PP es algo extraño, pero soy de los que cree que podía haber sido peor: la difusión de la noticia de que el PP valoró la amnistía, a varios medios y de la manera que sucedió, puede ser un intento de voladura controlada de un tema que iba a abrir periódicos y telediarios.

Adular al presidente

El debate sobre la presencia de Inés Hernand en la alfombra roja de los Goya me parece de lo más interesante: su supuesta “frescura” (que se traduce en que se tira “eructos” y se hace “pis”) y su “tono adulador hacia un presidente del Gobierno”, ¿es lo nuevo y lo moderno, lo que conecta con el público más joven? Lo del “tono adulador” está sacado del comunicado del Consejo de Informativos de Medios Interactivos de RTVE. ¿Este defiende la calidad de la comunicación o la presencia de periodistas al uso del ente? Otra pregunta, y porque no me caben más: ¿busca esto la juventud o estamos infantilizándola?

Quiéreme menos y acompáñame más (o no)

La extrema derecha tiene que trabajar más sus convocatorias de huelga. De momento, copia la estrategia de la izquierda que tradicionalmente se ha autoproclamado soberanista, pero le falta su capacidad de convocatoria y éxito: “Plataforma desconvoca su paro del transporte tras el nulo seguimiento” (Ruta del Transporte), al parecer, por su nula repercusión. En el mismo medio recuerdan que “la movilización de agricultores y ganaderos sí que sigue activa, aunque con menos fuerza que la semana pasada”. Parar un país no es fácil, pero parece que si lo consigues no dejas de hacerlo. Y a las noticias del día me remito.

El amor a la verdad

¿Y si esto que denuncia Ucrania es cierto? “La Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania confirma el uso de los sistemas de comunicación por satélite Starlink por parte de los ocupantes rusos en el frente” (Diario Red). La empresa se defiende: “SpaceX ha asegurado que nunca ha vendido ni comercializado Starlink en Rusia, ni ha enviado equipos a ubicaciones en Rusia”. La denuncia hacia el sistema de cobertura de Elon Musk viene por una conversación que Ucrania habría captado de la primera línea de combate de los de Putin: “Starlink funciona, hay Internet”. Cuatro palabras (traducidas) muy elocuentes.

Puta inmediatez

Puta inmediatez, o puta idiotez: a Nicole Zedeck le hemos conocido muchos más de los que le conocían por hacer mal su trabajo. Dio una noticia grave (que Hamás había decapitado a 40 bebés) porque se lo había dicho un soldado. No lo comprobó ni fue a ver lo que le habían dicho. La noticia, por su espectacularidad, corrió. Corrió tanto que se tropezaron periodistas, consultores y políticos como Borja Sémper a Isabel Díaz Ayuso, a los que debemos exigir un poco más de rigor. Hoy nadie ha podido confirmar que lo que Zedeck lanzó sin cuidado es cierto, y ella misma se excusa. ¿Lo harán quienes le siguieron?

Periodismo

Zedeck ha cometido un error. Pero por muy grave que haya sido, tenemos que relativizarlo. Lo peor de nuestra profesión es que llevamos a la primera página nuestras meteduras de pata y las firmamos con nombre y apellido. Solo la repetición de los errores, la insistencia en las equivocaciones, deberían de acabar con las reputaciones. Pero lo que está claro es que esta guerra, como la de Ucrania, y como todas, necesitan periodistas valientes que vayan, vean y lo cuenten. Como Zedeck (sí, ella también), como Miguel de la Fuente (que volverá a hacer equipo con Óscar Mijallo) o como Mikel Ayestaran.

Malo

Por definición, una guerra no la gana nadie. Siempre hay víctimas, destrucción, odio… Ningún resultado de la invasión rusa sobre Ucrania o la respuesta militar aplastante de Israel sobre Palestina después del injustificable ataque de Hamás será positivo. Y si algún país o alguna empresa obtiene algo positivo de la guerra, ese tiene que ser nuestro enemigo. Aaron Pilkington lo señala con claridad en The Conversation: Irán será el “vencedor” del cruento enfrentamiento que estamos viendo. Según el investigador, cumpliría los objetivos antisemitas y yihadistas que el régimen se marcó.

Siempre lo estuvo

Me parece bien que “el jefe de Derechos Humanos de la ONU” recuerde “que el ‘asedio’ de Gaza está ‘prohibido’ por el Derecho Internacional” (Europa Press). Porque ese asedio de Israel sobre territorios palestinos, hoy militar y por medio de una violencia directa, siempre ha estado ahí, de manera estructural. Volker Türk, como el resto de dirigentes internacionales, pueden y deben plantar cara a Israel hoy más que nunca. El ataque de Hamás, coorganizado por Irán o no, conocido por el Mossad o no, puede servir para articular una respuesta internacional y medida, o puede ser la excusa de Israel para masacrar a quien ya asediaba.

Correcto

Con el paso de los años me he aprendido a relativizar, a ser menos visceral, pero también me he vuelto más crítico con lo que me parece mal. En resumen: me parecen mal menos cosas pero las que creo que lo están me parecen muy graves. Por ejemplo: no entiendo por mucho que me lo expliquen hasta con marionetas por qué un funcionario público vasco puede compaginar su función (mejor pagada que en una empresa) con el mismo negocio pero en la privada, como hacen algunas y algunos médicos. Leo en The Objective que en Nafarroa y Asturias son penalizados y, a diferencia de a la redactora de la pieza, me parece bien.

La milonga del marinero y el capitán

Está claro que Pablo Iglesias se pide ser el marinero porque el capitán, oh, capitán, mi capitán, para él es Jaume Roures. Su columna en Público es pastosa y en ella omite, porque lo sabe, cómo su líder empresarial mando a FOGASA a trabajadoras y trabajadores de Público, ese diario que él podía “comprar en Madrid” (el resto somos de provincias). El texto de Iglesias es previo a su ingreso en la Complutense que, además de perfectamente lógico, espero que le calme, y también a que haya alcanzado 100.000 euros en unas horas para su canal de televisión, que huele desde ya y desde aquí a Fox cutre con una altura moral estratosférica.

Periodismo de “ir allí y contarlo”

Después del pasteleo gratuito (o no tanto) de Iglesias con Roures, caí en el tuit de Miguel de la Fuente, el cámara de RTVE que ha vuelto a Ucrania, en el que mostraba una cena de periodistas en Odesa junto a Óscar Mijallo, Gervasio Sánchez o Mikel Ayestarán, entre otros y otras. Personalmente, prefiero ese periodismo de “ir allí y contarlo”, que el metaperiodismo de Pablo Iglesias, que no deja de reflexionar sobre qué es, qué debería de ser, quién lo hace mal (básicamente, todos menos él) y la excelencia que han alcanzado en La Base él y sus compañeras y compañeros (elegidos por él).

Alex Scott, en mi equipo

Cada torta que caiga sobre la FIFA y Qatar durante este Mundial están bien dadas. La desvergüenza de Infantino y la soberbia de los emires merecen un buen equilibrio y, para lograrlo, nos necesitamos todas y todos. Por ejemplo, necesitamos a la exfutbolista Alex Scott, que comenta partidos para la BBC y que apareció en una previa con uno de los brazaletes que eran motivo de amonestación solo por llevar los colores del arco iris. La indecencia de quien los ha prohibido, insisto, necesita contrapesos como el de Scott y como todas las críticas que, además, son muchas gracias a una prensa que no se está cortando.

Irán va ganando

No en fútbol pero sí en dignidad Irán va ganando: la negativa de los jugadores a cantar su himno nacional como símbolo de solidaridad a su pueblo, reprimido por el régimen, ha sido un gesto muy significativo e importante. De momento, ningún capitán de una gran selección se ha expuesto a recibir una tarjeta por portar el brazalete arco iris, pero un equipo humilde sí se ha jugado mucho más que una amonestación. Por suerte, hay periodistas en Qatar, por suerte, el boicot (promovido por quienes no iban a ver el Mundial de ninguna manera) no ha impedido que veamos este valiente gesto que esperamos que no sea el último.

Pues a mí no me gusta

No resto ni un ápice de mérito ni talento a Annie Leibovitz que, como escriben en Photolari, ha conseguido que casi cada foto suya sea una noticia en sí misma. Pero tengo que confesar que la que ha hecho a Leo Messi y Cristiano Ronaldo para una campaña de Louis Vuitton no me gusta. El cuadro, la composición y la luz son impecables, pero la imagen no transmite nada: es fría (una crítica que no es solo mía) y es forzada. Ponerles a jugar al ajedrez no me parece una buena idea cuando sus talentos son, evidentemente, otros, y competir en un juego de mente no es sacarles de contexto, es no tener ni idea de qué van el fútbol y la competición.

Esto va de informar pase lo que pase

El momento en el que, en pleno directo desde Kiev, Óscar Mijallo se pone el chaleco antibalas de manos de Hugo Úbeda-Romero y Miguel de la Fuente, mientras suenan las sirenas avisando de un ataque, y pide tranquilidad a Xabier Fortes, al que explica que ellos no van a acudir a un refugio porque su trabajo es buscar dónde caerán los misiles, pone la piel de gallina. Y tiene que servir para recordarnos a todas y todos los compañeros que nada, absolutamente nada debe limitar el derecho a la información. Y quien lo cercene, con el argumento que sea, no está nunca a favor del periodismo ni de informar.

Es Klopp y somos todos

El fútbol me apasiona porque muchas veces sirve para explicarnos: la respuesta de Jürgen Klopp a un periodista británico sobre la posible venta del Chelsea, hasta ahora en manos de un oligarca ruso afincado en Londres, no va solo de fútbol. El entrenador alemán recuerda al periodista que todos sabíamos lo que pasaba, de dónde viene el dinero, quién lo posee y qué hace con él. Y nos vale para hablar de fútbol y de clubes manejados por turbios millonarios, pero también para hablar de lo que cedemos cuando compramos a China, a Rusia, a Arabia Saudí, en un modelo consumista innecesario e injustificable.

Pues Valtònyc tiene razón

No me gusta Valtònyc ni me gustan sus letras, de la misma manera que no me gusta que le hayan condenado por sus provocaciones, ni que estas hayan sido jaleadas por líderes políticos que ahora abrazan un pacifismo onírico, ni que haya sido elevado, casi, a la categoría de mártir por la libertad de expresión. Pero este tuit me ha parecido claramente acertado: “A algunos nos persiguen en España y nos acogen por toda Europa. A otras les expulsan de Europa y gozan de impunidad en España”. El rapero se refiere a cómo Alemania no ha permitido la entrada al país de Isabel Peralta, española y neonazi declarada.

Una invasión, una ocupación

Tengo mis dudas sobre que sea legal requisar esos yates que resultan indignantes por ostentosos y que son sustraídos a los oligarcas rusos por ser rusos y oligarcas. No sé de qué se les puede acusar salvo de haberse enriquecido por nuestra comodidad y de gastarse cantidades indecentes en un barco de recreo. Y nada de eso me parece ilegal. Tampoco es legal ocupar las casas de las familiares directas de Vladímir Putin (su hija y su exmujer, por lo que parece) en Iparralde, pero sí parece justo en este momento que nos toca vivir, tiempos de guerra, con todas sus consecuencias, y como defensa propia vasca, básicamente.

Ojalá

Pablo Iglesias dice muchas cosas a lo largo de la semana entre su colaboración en la SER, las páginas web en las que escribe, su programa en Público y Twitter, y en algunas ocasiones está verdaderamente desacertado, como cuando puso de ejemplo pacifista a la hinchada del Estrella Roja. Pero en otras ocasiones debo sumarme a sus palabras: “Hermann Tertsch ha sido condenado por llamar asesino a mi padre. Hizo lo mismo que Cayetana Álvarez de Toledo. Ojalá se siga haciendo justicia con estos cobardes que, para hacerme daño a mí y a mi partido, atacaron a mi familia”. En la vuelta a la mesura, precisamente, todos tenemos algo que decir.