Sin explicación ni humanidad

El Tribunal Constitucional ha decidido “meter en un cajón”, como gráficamente expresan en Eldiario.es, la petición del abogado de Oriol Junqueras de excarcelación de su cliente, después de que Estrasburgo exigiera a Turquía la salida de la cárcel de un líder kurdo. La petición y la denegación, para no influir en el juicio posterior, sirven para poner de manifiesto lo que ya sabemos: que en España la justicia toma decisiones políticas que afectan gravemente a quien las sufre. Junqueras, igual que el resto de presos políticos, están en la cárcel de modo preventivo, sin sentencia. Es necesario recordarlo cada día.

Mientras tanto, la Crida

En esta situación de manifiesta injusticia toca hacer política, y los partidos y representantes catalanes la hacen, pero de un modo egoísta: ERC quiere mostrar, por fin, su liderazgo; PDeCat, hacer recuento de votos y puestos de trabajo; Puigdemont crea la “Crida” con la misma visión mesiánica que ha hecho todo lo demás; y Jordi Graupera intenta cuadrar el círculo presentándose como alternativa electoral a un problema que solo puede resolverse con vías políticas. Agustí Colomines en El Nacional se declara favorable a esta Crida, pero desliza una crítica severa al modo de hacer del President.

Vox les desmelena

Tengo bastante claro que Vox ha dado libertad a PP y Ciudadanos para poner en marcha ciertas políticas y soltar ciertos discursos: la extrema derecha ha empoderado a la derecha que no compite por el relato ni los votantes, simplemente dice lo que siempre ha pensado y hace lo que ha querido hacer desde el principio pero la batalla por el centro no ha permitido. Por ejemplo, este “breve” en El Español: “Moreno Bonilla: ‘El problema del paro en Andalucía es por la presión fiscal’”. Y gracias al pacto con Vox, PP y Ciudadanos podrán bajar los impuestos y dejar sin recursos a la Junta en favor de los más ricos.

Podemos sigue dando vueltas

Mientras la derecha avanza, liberada, la izquierda sigue con su batalla interna, estudiando el modo de hacer una sarracina dentro de la propia izquierda y que parezca todo lo contrario: Irene Montero anuncia ahora que estudiarán la manera de colaborar con Errejón. En concreto, proponen hacer una candidatura de Podemos e integrar ambas mientras, según Montero, Podemos se retira de la campaña para la alcaldía. No me creo nada. Y lo peor es que espero a Pablo Iglesias corrigiendo (porque en realidad no saben qué hacer y no quieren perder su bastión, Madrid) a su número dos y su pareja, al mismo tiempo.

Censuro que un taxista opine

Estoy a favor de los taxistas como estoy a favor de las empresas de reparto frente a Glovo o a favor de los hoteles frente a Airbnb: en definitiva, estoy en contra de la precarización de los servicios en nombre de la tecnología. Pero no puedo posicionarme a favor de tipos como Peseto Loco o Tito Álvarez, que ha mandado un WhatsApp a la prensa cuestionando que el ministro de Interior mande a la Policía intervenir contra el bloqueo de los taxistas porque es gay y le ha nombrado un presidente socialista. La crisis de reputación de los taxistas la agravan portavoces y mensajes como estos.