Así son

Agentes manifestándose con la máscara de Guy Fawkes en contra de una ley que amordaza a la ciudadanía y jaleados por sindicatos policiales que nacieron al calor de Ciudadanos y engordaron con los anabolizantes de Vox (como tantas otras cosas). Sí, amigos, en estos tiempos tan extraños lo estamos viendo todo. También en Euskadi, por cierto. El genial Mauro Entrialgo lo tuiteaba así: “Es fascinante cómo los policías españoles ultras se manifiestan con caretas que representan la cara de un terrorista. La reapropiación irreflexiva de terminología y símbolos ajenos por la ultraderecha lleva a estos disparates afterpop”.

Y así hizo el día

Toni Cantó ha tenido una semana de esas que a todas y todos nos gusta tener en el trabajo: una tarea sencilla pero relevante, de las que lucen. En un tuit ha justificado su sueldo: “Cataluña: si quieres español, paga. Vaya, lo que hacen las élites nacionalistas y de izquierdas con sus hijos. Los demás, los que no se lo puedan permitir, a tragar”. Lo escribía después de la sentencia que obliga a Catalunya a formalizar una educación en castellano y de que Colau plantease que fuera la privada la que completara la oferta. ¿Serían concertados esos centros? ¿No son las élites de derechas las que eligen esos centros privados en español?

Nos lo traerán los reyes

Entre distopías materializadas a golpe de porra y tuits desde Madrid a precio de oro, menos mal que podemos contar siempre con titulares como este de Vozpópuli: “La Infanta Elena transmite al Rey el deseo del Emérito de pasar las Navidades en España”. ¿Vendrá? ¿No vendrá? Si viene, ¿dónde dormirá? ¿Celebrará la Nochebuena con sus hijos y su nuera? ¿Irá Urdangarín? ¿Y Elena de Grecia? ¿Cuántos cubatitas se tomará Froilán? ¿A qué hora empezarán a pimplar? ¿Irá el novio de Victoria Federica a conocer al abuelito? ¿Pondrá música después de cenar? ¿Qué regalos traerá? ¿Y cuánto nos costará el convite?

¿Qué sabían en Bildu?

Me sorprendió muchísimo la posición de Bildu cuando el Gobierno Vasco anunció su idea de implementar el pasaporte COVID: la defensa de los derechos de las personas no vacunadas que hizo Maddalen Iriarte me sonó muy extraña porque si algo no me esperaba era esa pesca en un caladero tan minúsculo y revuelto. Esta semana leíamos en Eldiario.es “el perfil de los no vacunados, según el CIS: jóvenes, de Vox o abstencionistas”. Voxeros aparte, que están ya radicalizados, lo de los abstencionistas no lo vi venir, pero sí lo hicieron, está claro, en de Bildu. Nadie les negará el olfato. Tampoco el mal olor.

Hoy es Black Friday

Hoy es el Black Friday, pero también puede ser el día del tocomocho: “Un estudio español revela que el precio del 73% de los productos vendidos online es incrementado antes del Black Friday para ofrecer un mayor descuento” (Cagencia.es). No solo sucede eso, que lo hemos visto casi todos: es que el Black Friday es una máquina de asfixiar al pequeño comercio. Un invento no solo americano, que eso no es malo en sí mismo, sino a la americana: las grandes empresas son las que compiten entre sí, las de las grandes cadenas de distribución que acaban con el cartón y el planeta, y lo local sufre por sumarse sin apenas retorno positivo.

No olvidaremos lo que pasa con la luz

Nunca olvidaremos cómo vivimos la pandemia, pero tendremos que esforzarnos en recordar también lo que pasó después: una escalada en los precios de la electricidad difícilmente justificable mientras asistimos a vaciados de embalses, chantajes de las eléctricas, tonos elevados de sus máximos representantes y exhibiciones de poder como el fichaje de políticos de los partidos que forman el gobierno de coalición para demostrar que quienes toman las decisiones hacen lo que quieren, cuando quieren y con quien quieren. Lo que sucede es simplemente inaceptable y deberíamos de actuar en consecuencia.

No olvidaremos, José Luis

El community manager, quien tiene que dar luz verde a lo que tuitean y quien lo firma, el alcalde de Madrid y portavoz del PP, José Luis Martínez-Almeida (lleve o no su cuenta personalmente, tome o no la decisión sobre lo que se publica en su nombre) son responsables de la respuesta indignante por grave a Más Madrid desde su cuenta oficial. Una institución y la primera línea de un partido político no pueden asegurar que no va a cumplir una ley, la de Vivienda y, además, regodearse en mantener desprotegida a una parte de la sociedad. Con ese desprecio, el PP también demuestra que hace política para los suyos.

Tampoco lo tuyo, Toni

Aunque sea obvio y parezca irrelevante después de exponer el mayor atraco permitido y la chanza ante la posibilidad de aplicar medidas que protejan a parte de la sociedad, tampoco podemos olvidar que hay quien considera que el dinero público está para pagar los arribismos electorales de personajes como Toni Cantó, convertido en director de la Oficina del Español de la Comunidad de Madrid. Sin que conozcamos qué trabajo desempeña le hemos visto demostrar una ignorancia manifiesta defendiendo la conquista violenta de América por parte de los españoles e intentando reescribir la historia sin sonrojarse.

No olvidamos pero da igual

¿De qué nos sirve acordarnos de los atracos y la prepotencia de las eléctricas? ¿Para qué nos vale que recordemos al alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP regodearse desprotegiendo a parte de la sociedad a la que representa? ¿Qué nos aporta recordar el atrevimiento de Toni Cantó y quien le contrata? ¿Por qué hago el esfuerzo de acordarme de escándalos anteriores si ya sabemos que en el siguiente sucederá lo que tuitea David: “Yo ya he vivido la lista Falciani, los papeles de Panamá y los de Pandora. Lo que no he vivido es consecuencias”? Solo sé que mejor sería para todos ellos que lo olvidásemos.

No podemos dejar de tenerlo presente

Lo he escrito en varias columnas durante estos once años, la última vez, hace solo unos días: WhatsApp, Instagram, Facebook, Twitter, YouTube, etc., no son herramientas perversas, lo que hacen es amplificar lo peor de nosotras y nosotros. Marcelino Madrigal, a cuenta de cómo Facebook supuestamente permitía contenidos de odio porque se viralizaban mejor, recordaba lo que no debemos dejar de tener presente cuando apretamos el botón que nos da acceso a una red social o, casi, a cualquier rincón de Internet: “Un algoritmo no es peligroso. Lo que es peligroso es el consejo de administración que decide aplicarlo”.

Liderazgo, ¿de qué?

Albert Rivera puede montar un máster sobre liderazgo político y puede incluir en él a Toni Cantó como profesor. Lo lógico sería que nadie pagase por esas clases: ¿qué van a enseñar el dúo Rivera-Cantó, a cómo huir de barcos que se hunden, a colaborar en el hundimiento, a saltar de un partido a otro cuando la cosa se pone fea, a vivir de las declaraciones pero nunca de la gestión, a sostenerse en chiringuitos cuando el escaño lo ocupa otro? Es hora ya de exigir un poco de cordura y de demostrar que no vale todo, que quienes no supieron tomar decisiones más que para su propio beneficio no pueden enseñar a tomarlas como líderes.

Comunicación, ¿cuál?

Otro ex de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, ha sido fichado también como profesor, en este caso, de Comunicación en el Instituto Superior de Sociología, Economía y Política. ¿En serio a alguien le parece que tiene algo que enseñar? ¿A qué, a ser un parlamentario que solo sabe llamar la atención por sus exabruptos, igual que hace en Twitter, y es incapaz de mantenerse en silencio cuando hablan quienes piensan de un modo diferente a él? ¿Acaso Ciudadanos supo comunicar sus decisiones o pareció una simple muleta del PP que acabó con su crédito político a una velocidad de vértigo? ¿Por qué intentan engañarnos?

¿Contertulio o líder en la sombra?

El planteamiento de Francisco Carrión en El Independiente sobre el nuevo papel de Pablo Iglesias resulta bastante interesante: “El regreso de Pablo Iglesias, con una cada vez más abultada lista de colaboraciones mediáticas, amenaza con marcar la agenda de la dirección que encarna Ione Belarra y Yolanda Díaz”. Evidentemente, sus artículos de opinión dejarán escritas directrices e intenciones, lo que no sabemos es si serán consensuadas con la nueva dirección, si esta se lo mandará a Iglesias o si el propio Pablo querrá liderar el proyecto desde las bambalinas, pero parece que ningún partido se libra de tener un jarrón chino.

¿Abrimos el debate?

La propuesta de Desigual de reducir la semana laboral a cuatro días (uno de ellos, además, de teletrabajo) y, por extensión, el salario (un 13%) merece una reflexión. ¿Es lo que queremos? ¿Compensa? ¿Podemos llegar a fin de mes con más tiempo libre y menos capacidad de gasto? ¿Abrimos la puerta a que lo hagan otras empresas y, al mismo tiempo, a que se abra una brecha entre quien sí puede permitírselo y quien no? ¿Debemos dejar que sean algunas empresas las que tomen esta decisión o es necesario regularlo y homogenizarlo? No tengo ni idea de las respuestas pero sí sé que soy el menos indicado para aventurarlas.

Hay que airear Internet

De lo que no tengo ninguna duda es de que hay que airear Internet y, después, regularlo. Estoy bastante de acuerdo con Charles Randell, el regulador financiero de Reino Unido, que ha criticado un anuncio sobre criptomonedas de Kim Kardashian en Instagram: “La promoción financiera con mayor audiencia de la historia” (Vozpópuli). Al respecto, ha hecho este símil: “Los establos de Augías no se habían limpiado durante 30 años cuando a Hércules se le asignó la tarea de limpiarlos. (…). Al igual que los establos de Augías, en los últimos 30 años Internet se ha llenado de una gran cantidad de… bueno, llamémoslo ‘contenido problemático’”.

Permach se hace mayor

Muy lejos quedan los tiempos en los que Joseba Permach era el tipo duro de la izquierda abertzale, el portavoz capaz de no cambiar el gesto ante atrocidades recién sucedidas en una rueda de prensa cargada de rabia contenida entre los periodistas. Hoy, Permach es el tuitero trilero, el que todo lo mezcla (una crisis de componentes mundial, una subida de la luz que solo puede contener el gobierno español y que la CAV no depende del empleo estacional en agosto) para seguir dando argumentos que justifiquen el vandalismo etílico juvenil en esta semana en la que tantos nos hemos preguntado qué es ser miserable.

Cuando crees que todo es un servicio

El que fuera vicepresidente de la comunidad de Madrid se preguntaba y respondía esta semana en Twitter: “Los padres volvemos al trabajo y nuestros hijos siguen de vacaciones. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Con quién les dejamos? Los coles deberían terminar el 30 de junio y empezar el 1 de septiembre”. Qué suerte tiene Ignacio Aguado, que cuenta con dos meses de vacaciones, y qué manera de vivir, en la que para él todo es un servicio, también la educación de sus hijos. Lo que no muestra Aguado es empatía: ¿acaso las y los docentes no tienen hijas e hijos? ¿Acaso no están en su puesto de trabajo tras su mes de vacaciones?

Nos toman el pelo

Quiero creer que si yo me he enterado por diversas vías de que Isabel Díaz Ayuso ha intentado apuntarse un tanto con una eliminación de impuestos que no es para tanto, casi todas las personas habrán podido saberlo por, al menos, una fuente de las muchas con las que contamos: del periódico a Twitter pasando por WhatsApp y el Teleberri. Lo cierto es que pasada por tamiz que separa las noticias del populismo, el anuncio cambia un chorro: el paraíso neoliberal de Díaz Ayuso no es más que un microcosmos capcioso en el que si no estás atento quien debe preservar tus intereses te la mete doblada por los suyos propios.

¿La oficina del español o de “lo español”?

No salgo de Madrid pero me lleno de dudas: ¿seguro que a Toni Cantó le han explicado claramente que su oficina del Español es sobre el idioma y no la situación de “lo español”? Porque después de echar un ojo a su cuenta en Twitter, en la que se presenta como “director de la Oficina del Español en la Comunidad de Madrid”, queda claro que opina como un contertulio de derechas sobre los temas de actualidad política pero poco o nada hay sobre su labor o sobre la situación del idioma por el que le pagan. Y da igual que sea agosto que septiembre, ni varía el ritmo, ni el tono, ni los temas.

Descansa en paz, Olatz

Olatz Vázquez tenía más de 50.000 seguidores en Twitter. Su cuenta se disparó cuando hizo público que padecía cáncer y cómo el coronavirus retrasó su diagnóstico y tratamiento. Después de eso, esta fotógrafa decidió hacer un ejercicio valiente: retratarse mientras la enfermedad avanzaba y ella iba sometiéndose a los tratamientos. Su deterioro progresivo, a la vista de todos, resultaba muy duro (yo no fui capaz de seguirlo día a día, pero sí me asomaba de vez en cuando, a la espera de buenas noticias). Ayer conocimos su fallecimiento con solo 27 años: nos deja muy tristes y una obra fotográfica de arte difícil de igualar.

Sí existe pero no lo reconoce

Eslovenia y Kosovo se autodeterminaron con éxito. Escocia y Quebec tuvieron derecho a votar y decidieron permanecer. Lo mismo Gibraltar, que se autodeterminó en este siglo para seguir siendo una colonia británica. Así que cuando “Sánchez insiste en que no habrá referéndum: ‘El derecho a la autodeterminación no existe’” (El Independiente) solo intenta negar algo que con Google y un minuto libre cualquiera es capaz de contradecir fácilmente. La negación sistemática de algo tan evidente, además, es lo contrario a la política, que consiste en ceder para acercar posturas y mejorar la vida de la ciudadanía respondiendo a sus necesidades.

¡Y tanto!

No es muy normal encontrar a políticos que digan la verdad de un modo tan descarnado como el ministro José Luis Escrivá, que fue claro y directo cuando explicó que la próxima generación tendrá que trabajar más para cobrar su pensión, y que traslada otra verdad cuando, en un intento de suavizar sus palabras reconoce: “Hablé de algo que aún está por definir” (La Información). ¡Y tanto! Porque el ajuste no es solo para los del baby-boom: los siguientes tendremos que seguir apretándonos el cinturón si es que queda cinturón que ponerse. Es una cuestión aritmética sencilla: pocos no podremos sostener lo de muchos si la caja está vacía entes de empezar.

O más

Acaba la semana con “la factura de la luz más cara de la historia: el precio medio se dispara hasta los 87€ en junio, un 65% más” (20 Minutos). Y en julio, ya veremos. Las medidas del gobierno español solo son parches porque el país realmente no ha hecho la reforma energética que necesita: una península soleada, con ríos y pantanos, e incluso con gas en su subsuelo, necesita importar energía porque no se ha culminado (en muchos casos, no se ha empezado) un debate honesto ni sobre las nucleares ni sobre las energías limpias. Se ha intentado contentar a todos y solo se ha hecho feliz a las empresas que mercadean.

Por fin es lunes

Se nota que hoy es un lunes especial, Toni Cantó vuelve al trabajo, a una oficina que el propio interesado definía así: “El chiringuito soy yo”. Hoy el español es un idioma más libre porque hay una persona que, por encargo y a cargo de la Comunidad de Madrid, va a pasar su jornada laboral pensando en él. Una labor ingrata ya desde el primer día: “El actor parece disgustado por que se haya informado sobre los 150.000 euros brutos que cobrará”, leemos en El Plural, donde nos cuentan que Cantó ha dejado de seguir en Twitter a Sueldos Públicos, la cuenta que ha hecho pública la cifra. Que se jodan, eh, Toni. Así, en castellano llano.

Y ahora, ¿qué?

Este tuit de Javier Urias no ha pasado desapercibido pero, ¿a quién importa eso? “El Tribunal Supremo quería prohibir los lazos amarillos y las banderas indepes. Cómo era contra los catalanes, todos los juristas mucho españoles aplaudieron esa interpretación. Ahora se nos aplica al resto. Nos han recortado derechos y se lo han tragado”. Se refería este profesor de Derecho Constitucional y exletrado del TC a la medida cautelar que ordenó un juez y que obligaba al ayuntamiento de Sevilla a quitar una bandera arcoíris “al considerar que se infringía el principio de neutralidad”, a petición de Abogados Cristianos.