Permach se hace mayor

Muy lejos quedan los tiempos en los que Joseba Permach era el tipo duro de la izquierda abertzale, el portavoz capaz de no cambiar el gesto ante atrocidades recién sucedidas en una rueda de prensa cargada de rabia contenida entre los periodistas. Hoy, Permach es el tuitero trilero, el que todo lo mezcla (una crisis de componentes mundial, una subida de la luz que solo puede contener el gobierno español y que la CAV no depende del empleo estacional en agosto) para seguir dando argumentos que justifiquen el vandalismo etílico juvenil en esta semana en la que tantos nos hemos preguntado qué es ser miserable.

Cuando crees que todo es un servicio

El que fuera vicepresidente de la comunidad de Madrid se preguntaba y respondía esta semana en Twitter: “Los padres volvemos al trabajo y nuestros hijos siguen de vacaciones. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Con quién les dejamos? Los coles deberían terminar el 30 de junio y empezar el 1 de septiembre”. Qué suerte tiene Ignacio Aguado, que cuenta con dos meses de vacaciones, y qué manera de vivir, en la que para él todo es un servicio, también la educación de sus hijos. Lo que no muestra Aguado es empatía: ¿acaso las y los docentes no tienen hijas e hijos? ¿Acaso no están en su puesto de trabajo tras su mes de vacaciones?

Nos toman el pelo

Quiero creer que si yo me he enterado por diversas vías de que Isabel Díaz Ayuso ha intentado apuntarse un tanto con una eliminación de impuestos que no es para tanto, casi todas las personas habrán podido saberlo por, al menos, una fuente de las muchas con las que contamos: del periódico a Twitter pasando por WhatsApp y el Teleberri. Lo cierto es que pasada por tamiz que separa las noticias del populismo, el anuncio cambia un chorro: el paraíso neoliberal de Díaz Ayuso no es más que un microcosmos capcioso en el que si no estás atento quien debe preservar tus intereses te la mete doblada por los suyos propios.

¿La oficina del español o de “lo español”?

No salgo de Madrid pero me lleno de dudas: ¿seguro que a Toni Cantó le han explicado claramente que su oficina del Español es sobre el idioma y no la situación de “lo español”? Porque después de echar un ojo a su cuenta en Twitter, en la que se presenta como “director de la Oficina del Español en la Comunidad de Madrid”, queda claro que opina como un contertulio de derechas sobre los temas de actualidad política pero poco o nada hay sobre su labor o sobre la situación del idioma por el que le pagan. Y da igual que sea agosto que septiembre, ni varía el ritmo, ni el tono, ni los temas.

Descansa en paz, Olatz

Olatz Vázquez tenía más de 50.000 seguidores en Twitter. Su cuenta se disparó cuando hizo público que padecía cáncer y cómo el coronavirus retrasó su diagnóstico y tratamiento. Después de eso, esta fotógrafa decidió hacer un ejercicio valiente: retratarse mientras la enfermedad avanzaba y ella iba sometiéndose a los tratamientos. Su deterioro progresivo, a la vista de todos, resultaba muy duro (yo no fui capaz de seguirlo día a día, pero sí me asomaba de vez en cuando, a la espera de buenas noticias). Ayer conocimos su fallecimiento con solo 27 años: nos deja muy tristes y una obra fotográfica de arte difícil de igualar.

Lección 1. La prensa

Al final, Mbappé no ha fichado por el Real Madrid. ¿Cómo ha podido suceder? Haremos nuestras cábalas y desarrollaremos teorías propias porque de la prensa especializada en el Real Madrid poco se puede esperar, desgraciadamente (y esto es un borrón en la cuenta de todos los periodistas, sin excepción): han sido portavoces de Florentino Pérez (ya ni siquiera de la institución), al que han alabado empalagosamente, han creado villanos (el emir y Al-Khelaïfi), y han glosado la figura del jugador acentuando su supuesto madridismo. Después de un fracaso semejante toca hacer autocrítica o, por lo menos, crítica.

Lección 2. Los negocios

Entre los muchos piropos que ha recibido esta semana Florentino Pérez se repite el de gran negociador. Un negociador tan bueno que empezó ofreciendo 160 millones de euros y una fecha límite y ha acabado poniendo 200, según esos mismos periodistas, a última hora del mercado de fichajes. ¿En serio eso es negociar bien? ¿En serio nadie va a reconocer que se equivocó o, cuando menos, que exageró sin darse cuenta? Pero esto no ha acabado: si el año que viene Mbappé llega libre al Real Madrid lo hará con una prima de fichaje y un sueldo anual escandalosos porque, como todo el mundo sabe, Pérez negocia muy bien.

Lección 3. La humildad

Para el Real Madrid y para el FC Barcelona este mercado de fichajes ha sido un baño de humildad: han sido la otra parte en su propio juego, han visto cómo otros se llevan a los futbolistas y han sentido el desprecio durante las negociaciones cuando el de enfrente te considera más pequeño. Esto ha dolido a directivos, aficionados y a periodistas que se dan cuenta de que ya no defienden al pez más grande, perdiendo los papeles: “En Gol acaban de decir que deberían de prohibir a un club al que le sobra la pasta como el PSG decir que no a una oferta tan elevada como la del Madrid”, tuiteaba Mikel Recalde.

Lección 4. La geopolítica

¿Por qué el PSG rechazó una oferta de hasta 200 millones por un jugador que acaba contrato al final de esta temporada? Porque el club no necesita el dinero y su propietario, el emirato catarí, prefiere tener el mejor equipo posible. Y también porque se lo permiten: parece que las reglas del famoso “fair play financiero” no son aplicables en su caso. Todo lo sucedido ha compuesto un mensaje que no podemos dejar pasar: Catar, que es una dictadura, va a hacer lo que quiera en cualquier lugar del mundo porque tiene dinero para ello, no se sujetará a normas que con aplicables al resto, y poseerá lo que le dé la gana.

Lección 5. La vergüenza torera

No debemos olvidar que este sainete de 200 millones de euros (más la ficha anual del jugador) lo ha protagonizado el mismo “héroe” que hace solo unos meses anunció en “El Chiringuito” que destrozaba las competiciones tradicionales porque una superliga era lo único que podía salvar de la ruina al suyo y al resto de clubes “ricos”. Ese es el nivel de falta de vergüenza, ese es el personaje que lo maneja todo y ahora se ha encontrado, por fin, con un antagonista más fuerte. Pero esta historia no termina: “Madrid, Barça y Juve fichan a un ‘lobby’ para ‘vender’ la Superliga a políticos, periodistas y funcionarios de la UE”, según InfoLibre.

No es momento de juegos de palabras

Pablo Echenique, sin duda, ha elegido un mal momento para tuitear este juego de palabras: “Cuando no intervienes el mercado, el mercado te interviene a ti”. Ha elegido un mal momento, principalmente, porque Podemos forma parte del gobierno español y porque ninguno estamos para virtuosismos cuando la factura de la luz de este agosto supondrá un récord en nuestro gasto. El primer récord de los que vendrán, por cierto. Echenique y Podemos en su conjunto tienen que empezar a entender que sus discursos suenan casi insultantes para la mayoría, que sus quejas no nos valen porque nosotros tenemos más motivos.

Cuanto más insistan, peor

Cuanto más hablen en Podemos de la división del consejo de ministros, peor para el gobierno de coalición. El tuit de Ignacio Escolar es una buena muestra de lo que quiero decir: “Unidas Podemos pide a la ciudadanía que ‘presione’ con ‘movilizaciones’ por la subida de la luz”. ¿A quién presionaríamos con esas movilizaciones si no es al gobierno en el que está Unidas Podemos? No es posible estar en la institución y la pancarta (Martín Garitano lo intentó en Gipuzkoa y salió escaldado), y cada vez que insisten en ello lo que todos vemos es que su papel en la gestión y con poder es irrelevante.

Los relatos y los extremos

Ayer mismo escribía sobre Javier Villamor y su hilo en Twitter romantizando en exceso la década de los 80: su “ahora estamos peor que nunca” se alinea con la estrategia de la extrema derecha con a la que el propio Villamor se arrima. Horas después justifica su burdo intento de colárnosla: “Como cada uno recuerda la historia de una manera, una ley de memoria histórica está completamente fuera de lugar”. Cuando lo leí recordé unas palabras muy parecidas que había escuchado solo unas horas antes, las de Otegi justificando los “ongi etorris” y la existencia de más de un relato porque cada uno había sufrido de una manera.

También

Pero el discurso de Otegi y el de la derecha española no solo coincidieron ayer con los relatos: Margaret Castor recuperaba con acierto un tuit del PP en enero en el que Pablo Casado (como hacían los portavoces de Bildu por esas fechas en la CAV) alertaba de un fracaso absoluto del proceso de vacunación por cómo había arrancado. Pues bien, hoy el 70% de la población está completamente vacunada (el porcentaje es ligeramente más alto en la CAV que en el conjunto de España) y quienes entonces criticaban el ritmo y, en el caso vasco, que se reservasen vacunas para las segundas dosis, ¿qué tienen que decir?

La desvergüenza sin fin

Termino con el tema con el que empezaba la columna: el del precio de la luz. Si es mucho lo que pagamos a estas empresas por nuestro consumo, más será lo que les abonaremos vía Estado, que “deberá devolver más de 1.400 millones a las eléctricas por un decreto del PP anulado por el Supremo” (Eldiario.es). El entonces ministro Soria implantó un canon por el uso del agua para producir electricidad que la justicia europea avaló… Pero la española ha tumbado argumentando que una concesión una parte no puede cambiar las condiciones unilateralmente. Una vez más, el bien común no prevalece.

Otegi, tan lejos

La de estos días no es la primera muestra que ha dado Arnaldo Otegi de estar encerrado en una burbuja política, extremadamente aislado del resto de Euskadi. Que te hagan sentir el Mandela vasco puede estar bien, que te des cuenta de que es ridículo es incómodo, lo sé, pero necesario para alguien que se dedica a representarnos: primero fue su artículo de opinión sobre la violencia juvenil no política, y ahora su disposición a hablar con quien se sienta humillado por los “ongi etorris”. Ya hemos hablado (otra cosa es que se haya enterado) y por eso nos quedamos perplejos antes de indignarnos por esos actos.

El riesgo de romantizar el pasado

El fenómeno editorial de Ana Iris Simón ha empujado a su autora a pisar todos los charcos en los que ve algo de romantización de la España de su madre y su padre. El debate que se enciende después del tuit de turno de Simón parece que ha resultado atractivo a otros usuarios de la red como Javier Villamor, que en un breve hilo habla de una España de los 80 en paz (con muertos de ETA a diario), seguridad (con jeringuillas en los suelos de los parques) y futuro (vivimos crisis gravísimas y la mía fue la primera generación azotada por la inestabilidad, como bien recuerda Simón). Un hilo muy contestado en Twitter.

¿Por qué lo ha hecho?

¿Por qué Otegi sugiere una justificación (vía singularidad) de la violencia callejera política del pasado? ¿Por qué Simón descontextualiza ese pasado que idealiza? ¿Por qué Villamor se mete en ese berenjenal tuitero? Margaret Castor concluía que el último “es un nazi de mierda” por su clara vinculación a Hazte Oír. La extrema derecha “olvida” el terrorismo, a los yonkis y las crisis económicas que lapidaron la industria para que parezca que ahora estamos peor que nunca (las declaraciones del lunes de Abascal iban en ese sentido, precisamente), y demuestra que no les importan nada las víctimas de todo aquello.

Más peguntas que respuestas

Es bueno tener siempre más preguntas que respuestas, pero oír alguna explicación da satisfacción, la verdad. La salida de EE.UU. de Afganistán, por ejemplo nos genera muchas dudas: ¿por qué Biden siguió adelante con el plan y la fecha de Trump? ¿Por qué lo decidieron si sabían que el gobierno afgano que dejaban (junto a unas fuerzas supuestamente formadas y armadas) duraría como mucho tres meses frente a los talibanes? Y ahora, las más difíciles: ¿qué preferimos como ciudadanía: la ocupación estadounidense o la autogestión talibán? ¿Aprobaríamos dedicar recursos a un ejército europeo para no depender del americano?

Por tontos, no

Había decidido pasar de los estudios en un internado de Gales de una de las hijas de los reyes de España. Sinceramente, hasta que he leído la pieza de Patricia Pereda no sabía ni cuál de las dos era porque me daba igual, pero que la prensa cortesana me tome por idiota (a mí y a cualquiera) me importa: “Una ‘compañera’ de la princesa: ‘Va a recibir la misma educación que yo, una niña de un pueblo gallego y de clase trabajadora’”, leo con asombro en Nuis Diario, donde Pereda ha entrevistado a Sara Parcero, una gallega que recibió una beca para estudiar donde Leonor. Pues muy bien por Sara, pero muy mal por quien quiere tomarme el pelo.

Que se vayan

Agosto, como quienes vandalizan y saquean las ciudades vascas, puede irse con el viento fresco que nos ha regalado todo el verano. También pueden escurrirse con la fina lluvia quienes hacen oposición carroñera, aprovechando el cansancio por el coronavirus de ciudadanía y gobiernos (cuyos integrantes están muy desgastados en lo político y en lo personal). Y no puedo olvidarme de desear que se disipen, como las nubes sobre nuestras cabezas, los irresponsables, los quejicas y quienes señalan, con evidente intención política casi siempre, a quienes intentan minimizar riesgos.

El cuñado

Hablando de “aprobetxategis” que solo van al río con la caña cuando se revuelve, Joseba Permach se ha lucido como “cuñado del verano”: primero fueron su viaje a Dinamarca (él no hace turismo, hace observación participante) y sus lecciones para compaginar coronavirus y botellón. Después, su defensa del payaso Porrotx porque, hay que ver, qué sensibilidad. Y ahora, cómo señala a Urkullu por la crisis mundial de componentes tecnológicos en todos los sectores que, evidentemente, afecta a la Mercedes de Gasteiz. Solo le falta hablar de “plandemia”. Si cree que da votos, lo hará.

De la mano

La izquierda abertzale lleva toda la vida ofreciendo cursos políticos de alta tensión, otoños calientes y veranos movidos. En España, sus homólogos como principal partido de la oposición y heredero del fascismo, anuncian que aplicarán también esa estrategia: “Casado abre un curso político de alta tensión para ‘reformar’ España” (La Información). Aquí, como allí, hay que mirar a los compañeros de viaje, porque esa “alta tensión” y esa “reforma” Casado solo puede hacerla de la mano de Vox, con todo lo que ello supone y vemos a diario en Madrid (donde acaban de poner una calle a Millán-Astray) o Andalucía.

Hasta la ruina final

Ayer el megavatio-hora batió un nuevo récord en España y, con esta subida, “el precio se multiplica por tres en comparación con el 31 de agosto de 2020” (InfoLibre). Una vez más, nadie nos explica los motivos, así que solo nos quedan las comparativas: “Supone una subida del 24,76% respecto al registrado hace una semana, el lunes 23 de agosto”. Y los recordatorios: “Pulveriza así los 122,76 euros/MWh del jueves 26 de agosto, que lideraba la serie histórico hasta ahora”. Seguimos pagando, seguimos indignándonos y seguimos asistiendo a las peleas sin resultado entre PSOE y Podemos.

Esto no ha acabado

“El gas se dispara y anticipa un inverno de tensión energética para millones de hogares”, anunciaban a primera hora de ayer en el Twitter y la portada de El Confidencial, y avisaban de que lo peor está por llegar: el sistema eléctrico se aprovecha del precio más caro para obtener un margen de beneficio sangrante y a nuestra costa, pero lo que ese escándalo oculta es realmente angustioso porque, efectivamente, se encarecen las materias primas con las que producen la energía como el gas, lo que afecta directa y nuevamente a todas las familias. Urge que alguien haga algo. Y cada día será más urgente.