Ellos ganaron la guerra

Franco y los suyos ganaron la guerra. Pero nunca perdieron, ni en la Transición (que ya ha quedado claro que modélica solo la consideran los vencedores) ni en Democracia. Por eso hemos llegado hasta este punto, en el que un partido con neonazis y tardofranquistas ronda el 13% de intención de voto empatado con Podemos, y en el que la cuenta oficial en Twitter de la Hospedería del Valle de los Caídos no tiene ningún problema cuando habla de “paz” al referirse al templo del Caudillo, ni cuando llama “paniaguados” a las asociaciones por la Memoria Histórica. Igual es hora ya de que pierdan.

“Humildemente, he hecho historia”

El autor de esos vídeomontajes tan célebres en El Intermedio (el programa que sirve a LaSexta para seguir pareciendo una tele progre mientras hacen el caldo gordo a Vox), Alberto González, ha compartido en Twitter 18 segundos de una intervención de Aznar en la que, como ven en el titular, asegura: “Humildemente, he hecho historia”. Ese es Aznar, el que revive hoy en pleno retroceso hacia la caverna de España, el hombre que cree que ha dirigido mejor que nadie su país y, sin embargo, cuenta con casi todos sus ministros imputados por algún tipo de corruptela. El que nos dijo que estábamos enfermos.

Cayo Lara dice casi toda la verdad

No creo que el independentismo sea un movimiento egoísta. Egoísta, si acaso, es no dejar que se vaya quien quiere irse y, además, te ayuda a pagar las facturas. Tampoco creo que los andaluces quieran vivir subsidiados, de hecho, estoy seguro de que si pudieran, a casi todos les gustaría formar parte de una sociedad más industrializada. Pero Cayo Lara dice la verdad, le fastidie a quien le fastidie, cuando asegura que España no puede permitirse la salida de Catalunya y Euskadi porque, ¿quién quedaría como motor económico? ¿Cantabria y Valencia? ¿La Comunidad de Madrid dejaría de ser la gran insolidaria, como es hoy?

El vídeo más importante

Ni el de Aznar haciendo de Aznar, ni el de Cayo Lara diciendo lo que todo el mundo sabe pero nadie quiere reconocer en voz alta. El vídeo más importante del día de ayer fue el que mostró Manuel García para confrontar, al menos en Twitter, la declaración de un Policía Nacional durante el juicio a los presos políticos del Procés, que aseguraba que fue su cuerpo policial el que salvó la vida de la persona que sufrió un paro cardiaco en Lleida. En el vídeo puede verse cómo un agente incluso empujaba a un manifestante contra quienes reanimaban a la víctima, y cómo la ciudadanía se mantuvo pacífica incluso ante semejante provocación.

A Roig se le acaba el chollo

Si el Celta se salva el Villarreal será el que caiga al pozo de Segunda, salvo sorpresa. Así que Fernando Roig estará bastante nervioso, para empezar, porque se le va a acabar el chollo. Para el empresario ceramista, el club que maneja formaba parte de su modelo de negocio. Es legítimo, es legal y por el camino ha dado alegrías y generado riqueza en la sociedad castellonense. Pero ahora no puede culpar al Athletic de tantear a jugadores vascos de su cantera. ¿Cómo han llegado a ella? ¿Cómo les retendrá si los amarillos bajan a Segunda? Solo acierta en que el Athletic es un grande de Primera.

Sí, son nazis

A los nazis se les combate. Ni se juega a no decir su nombre ni se muestra uno equidistante como si pudieran formar un partido político legítimo. Y en Vox lo que hay son nazis. Esta pieza en La Marea sobre un miembro de Vox en Toledo es meridianamente clara: José Ignacio Vega Peinado fue condenado por una paliza a un profesor de universidad al que dejaron con una minusvalía parcial. Era de esos neonazis que salían “de caza” violenta, aunque hoy se disfrace de empresario con un modelo de negocio ecologista. Perteneció a España 2000 y actualmente es un afiliado activo del partido de Abascal. Sin tapujos.

Marketing vacío

Si tienes un buen producto, con un buen marketing te forras. Pero por muy buen marketing que contrates, si tu producto es malo, no vas a vender mucho. Ayer, dos tuits del PP mostraban su humo: “Los populares somos una garantía para España siempre. Más allá de eslóganes, Pablo Casado propone soluciones a los problemas de los españoles”. Pero colocan el eslogan lo primero sin mencionar ni una sola solución. Y para presentar la candidatura de Dolores Montserrat a Bruselas, tuiteaban: “Hay que invertir el relato y la propaganda de las fake-news independentistas”. Ese es todo su programa.

España vaciada… Y sin representación

El de ayer fue un buen día para poner ejemplos gráficos: con el PP, de cómo a falta de ideas, bandera. Con Ciudadanos, de cómo puedes hacer una campaña con oportunismo. Albert Rivera se acercó a la manifestación de la “España vaciada”, esa España rural que se reivindica, que pide ser oída y atendida. Por supuesto, Rivera se suma. Lo malo para él es que no pocos se acordarán de que es el mismo Rivera que pide un cambio en la ley electoral que, casualmente, le beneficia, dando más peso a los núcleos importantes de población, las ciudades. Si lo logran, ¿quién escucharía a las provincias fuera de la precampaña?

Espero que no

En unos días veremos si lo que anunciaban recientemente en El Independiente se cumple o no: según este digital, la dirección de Podemos habría dado orden a sus “barones” de no hacer declaraciones y de fiarlo todo a una campaña on-line de dos millones de euros para segmentar a la población en redes sociales y abordarla con mensajes perfilados. Espero que la nueva política no se convierta en la antipolítica. Y espero que se den cuenta antes de que sea demasiado tarde de que esa metodología solo funciona cuando lanzas mensajes catastróficos o, simplemente, falsos. Esa es la única forma de impactar.

Cacicada futbolera

Miren, las cartas boca arriba: lo que ha hecho Zinedine Zidane con su hijo (ponerle de titular en un partido de Liga contra el colista) es una cacicada. Justificarlo, además, con que el portero que podía haber jugado (Navas) necesitaba descansar tras dos partidos con su selección es tomarnos el pelo. Y si lo traigo a esta columna es porque nos importa, porque desde estos clubes nos vienen dando lecciones no solo de “señorío”, también de cómo hay que competir hasta lograr una superliga europea que les llene de millones y, al resto de aficionados, de miércoles a San Mamés. Ellos, sin nosotros, los demás, sí que no son nada.

«Rápido y fácil»

Supongo que a mi profesor en Belfast, Dominic Bryan, no le importará verse en el periódico hoy, pero creo que con su habitual sagacidad ha sabido resaltar en su Facebook la campaña en el Reino Unido que consiste en recuperar aquellos tuits que antes del Brexit lanzaban con absoluta irresponsabilidad los partidarios de la salida: el conservador John Redwood en julio de 2016 aseguraba que la salida de la Unión sería rápida y fácil porque los ingleses tenían todas las cartas en la mano. Hoy sabemos, hoy saben en Gran Bretaña e Irlanda, y hoy sabe Redwood que, o bien mintió, o bien no tenía ni idea.

Necesitamos (y pedimos) información

La política “líquida” de la que hoy hablan muchos, en realidad, se puede redefinir como política de los irresponsables que, aun sabiendo que los mensajes falsos que lancen en Twitter pueden provocar una reacción irreversible, los lanzan. Ante esto, la mayoría (estoy seguro) necesitamos y reclamamos más información veraz, por eso según la última encuesta de Loveo, crece el interés en las televisiones autonómicas hasta situarse en un 73% quienes las consideran necesarias. Es ese periodismo, el público sometido a controles tan férreos que la mayoría ni sospecha (y aun así confía), el que ayuda a subir el nivel.

Abascal solo responderá ante Bertín Osborne

Santiago Abascal no concede ninguna entrevista porque no le interesa resolvernos la duda de si resistirá ante un periodista que sepa lo que supone el auge de la extrema derecha en España. A Vox le vale con filtrar alguna barbaridad y que los medios, a cambio de unos minutos de atención y publicidad, o unos clics, hablen de ella como si fuera una propuesta que pudiera legitimarse. Pero Abascal sí saldrá en la tele antes de las elecciones, lo hará en Telecinco, en el programa de Bertín Osborne, que no es precisamente un periodista crítico con la extrema derecha, como lo debería de ser cualquier ciudadano.

Pero contará con periodistas

No me creo mucho los mensajes tremendistas de Pablo Iglesias, Irene Montero y el resto de miembros de Podemos con cierto nivel de responsabilidad, que señalan a los mismos medios que les encumbraron, como los culpables de sus males. Pero no puedo evitar preguntarme por qué el líder de la extrema derecha española confía únicamente en dos televisiones privadas: a Telecinco le concede una entrevista y en Intereconomía pesca para incorporar periodistas a sus listas y sus equipos. No puede ser casualidad, simplemente porque, por definición, los ultras nunca hacen nada por casualidad. Tampoco ganar.

Un problema muy grave

Sigo hablando de los medios: la decisión de no contar con las inversiones publicitarias millonarias de las casas de apuesta on-line es una decisión valiente que encabezarán los entes públicos. Al respecto, además de los reportajes emitidos en EITB (difícilmente los verán en otros canales), les recomiendo el extenso post que han publicado en Xataka, en el que creo que destaca un gráfico sobre todos los demás: el sector del juego, excluidas la ONCE y las loterías y apuestas del Estado, es el segundo que más factura en toda España, solo superado por el de la telefonía móvil. 21.700 millones de euros en 2017.

El daño que está haciendo Puigdemont

El daño que está haciendo Carles Puigdemont al nacionalismo, en su conjunto, es incalculable. No solo él, también su equipo (lo de Elsa Artadi hablando de curarse la “vasquitis” es incalificable). Y no solo ahora, también de cara al futuro. De saque, según la proyección de la Eurocámara, ni PNV (por poco) ni PDeCat (por bastante más) obtendrían por separado los escaños que, sin duda, sacarían juntos. Pero la continuidad la interrumpió Puigdemont cuando obligó a los suyos a decidir: con él y a su manera o contra él y que el partido se vaya a la mierda. Igual ha llegado ya la hora de ver que quien resta y divide ni suma ni multiplica.

El daño que están haciendo a los catalanes

Con los mismos ojos y la misma sensibilidad que permiten observar los hechos de Puigdemont y sus colaboradores, podemos comprobar que la denuncia de Luis Gonzalo Segura en Twitter es completamente cierta: “Repasando los vídeos sobre el 1-O siento impotencia al pensar en cómo en el juicio se califica de violentos a los catalanes cuando tuvieron un comportamiento abrumadoramente pacífico aun cuando fueron brutalmente apaleados. Es absolutamente repugnante”. La ciudadanía catalana dio una lección, especialmente a los vascos, especialmente a esos vascos que siempre defendieron el uso de la violencia.

El daño que están haciendo a los españoles

Más grave que lo que está haciendo Puigdemont es lo que están haciendo quienes se apoyan, entre otros, en sus actos para relanzar el nacionalismo español mientras atacan el vasco o el catalán. Nadie se responsabilizará de los sentimientos ni las acciones de decenas de personas que son inducidas, cada día, a odiar lo que no comprenden. Pero algunos inductores tienen nombre y apellido: puede ser una casualidad, o no, que Carina Mejías, de Ciudadanos en el ayuntamiento de Barcelona, criticase la colocación de una placa en memoria de los torturados en el franquismo, y que esta haya aparecida destrozada unos días después.

Abascal, cada día más freak

Después de reclamar el derecho a poseer armas para defender la propiedad privada y anunciar que, si es presidente, construirá un muro en la frontera de Ceuta y Melilla con Marruecos que, además, pagará ese reino, Santiago Abascal está a una encuesta de asegurar que los principales problemas de España son la inmigración de los guatemaltecos al sur y la legislación canadiense al norte. La copia a la mecánica de Trump es tan descarada como lo peligrosa que resulta su filosofía compartida: el rubio despierta al Ku Klux Klan allí, y el moreno, a los franquistas en España… Y en Euskadi, que nadie dé a este territorio por vacunado.

Eskerrik asko, Facebook

En este contexto tan desagradable, es Facebook el que pone como ejemplo, en una nota oficial sobre el tratamiento de las noticias falsas y l odio, al nacionalismo vasco como una opción política legítima que, como tal, no baneará de su red social. Es decir: lo normal nos parece excepcional, pero es que en este contexto de crecimiento de los ultras (también de los que se supone que son amigos, pero no) empezamos a hacer exótico hasta lo nuestro. Lo que es denunciable es la participación activa de periodistas que han mentido, han ignorado y, sobre todo, han aprovechado para hablar de ETA. No, todo no es ETA. Solo ETA es ETA.

Ridiculizar es ridiculizar

Andreu Buenafuente y su equipo de guionistas y producción están a otro nivel muy superior a cualquiera que dirija, escriba o presente. Su reciente monólogo, al estilo Hamlet, sobre si hay que hablar o no de Vox (y la extrema derecha en general) es digno de guardarlo para siempre. El genial presentador y actor viene a concluir algo muy sencillo: no hay debate sobre la necesidad de votar ni sobre que ridiculizar las ocurrencias de Vox es eso, ridiculizar, y también es necesario hacerlo. Así que ni el postureo del “yo no les menciono”, ni legitimarles hablando de ellos con normalidad: contra los ultras hay que actuar.

Así que, al lío

No necesitábamos que lo dijera Buenafuente porque es obvio, pero es innegable que su respaldo ayuda a acortar algunos debates estériles e ir al grano: “El problema no son los antecedentes. El problema es que son nazis. Y ya no lo pueden ocultar”, tuiteaba Jorge Matías sobre cómo vamos conociendo la incorporación de ultraderechistas a las filas de Vox y el posterior rebote de Ortega Smith. De Vox y sus ramificaciones (como la que hemos visto en Bilbao) no hay que hablar como de un partido más, sino señalar constantemente lo que son y el peligro que nos vuelven a traer.

¿Qué quiero decir?

El auge de la extrema derecha no puede traer nada positivo. Absolutamente nada. Y si pese a las evidencias históricas alguien necesita comprobarlo en persona, se lo preguntamos en unos meses a cualquier andaluz. Pero sí tendremos que aprovechar su presencia para tomar notas y decisiones. Pepe Colubi, por ejemplo, tuiteaba esto hace unos pocos días: “Ayer puse La Sexta en tres momentos distintos del día y en los tres difundían ampliamente las declaraciones homófobas y negacionistas del Holocausto del candidato regional de un pequeño partido ultraderechista. Eso no es información, eso es promoción”.

Ni centro-derecha, ni pamplinas

Con la extrema derecha reaparece otro término, el de colaboracionista. Lo son los medios que blanquean esta opción y lo son los políticos que hablan de “centro-derecha” e incluyen a Vox. Lo es, por supuesto, Pablo Casado, el único de los líderes de la derecha española ultra que se atreve a hablar claramente de la relación entre los tres partidos. Casado presenta a su PP como bisagra, como pegamento para que los rancios y los que añoran el franquismo se sientan representados por un espacio político que, si no aglutina, se conforma con liderar. Ojalá el PP se estrelle con esta estrategia y a Casado le devoren los suyos.

“Derechita cobarde”

A José María Aznar podemos echarle en cara muchas cosas pero no que se esconda: él es de derechas. Y si tiene que escoger, no escoge precisamente el centro-derecha porque eso era un invento de Rajoy. Es más: si tiene que partirse la cara con Abascal para defender la posición conservadora hasta lo casposo de su formación, se la partirá. Aznar, por supuesto, se siente cómodo con el discurso de Casado, que para algo es su delfín (hay quien asegura que hasta su marioneta), y le ayuda a ubicarse con el músculo que al expresidente nunca le ha faltado porque él va de frente, va de cara, va de cara al sol.