«No» es «no»

Reconozco que escribo esta columna con un nivel de indignación que con el paso de las horas no ha ido a menos: la sentencia que han escuchado los integrantes de “la manada” y la víctima no puede generarme más desasosiego, estupefacción y, si me lo permiten, mala hostia. La periodista Dori Toribio expresaba perfectamente en Twitter lo que yo también quiero decir: “Entonces, ¿no basta con decir ‘no’? El precedente legal que puede sentar esta sentencia es aterrador”.

Y “violación” no es “cadena perpetua”

La profesora de Filosofía Política y Filosofía del Derecho, María Eugenia Palop, también tuiteaba con mucho tino: “No queremos populismo punitivo, ni venganzas carcelarias, ni prisión permanente revisable. Gritamos que la sentencia de ‘La Manada’ es injusta e irresponsable, incentiva la cultura de la violación y nos pone en peligro a todas”. Yo también enmiendo la plana a los que nos recomiendan prudencia para que no nos cuelen la permanente revisable.

Es violencia y es machista

Que dos hombres agarren a una chica mientras otros tres tipos se bajan los pantalones me parece violencia. No se me ocurre otra manera de definirlo, pero yo no soy abogado ni juez. Así que les dejo con la opinión de alguien que sí lo es: Joaquim Bosch es magistrado, y en Twitter mostraba su desacuerdo con la sentencia y destacaba: “Los hechos muestran en los acusados un desprecio hacia la dignidad de las mujeres incompatible con principios básicos de igualdad”.

No es vuestro momento, machotes

Valtonyc por lo menos da la cara, cosa que no hace el tuitero Bansky, una referencia de la España rancia para sus casi 10.000 seguidores. Ambos, desde polos opuestos, buscaban lo mismo: utilizar la doble victimización de la violada por “la manada” para atraer la atención sobre sí. El rapero hablaba de su sentencia, y el conservador escondido de la jueza alemana que no consideró “violenta” la independencia de Catalunya. No era su momento, no es esa la guerra de ahora.

Un tipo despreciable

Hace bien Xabier Lapitz en poner en el titular el nombre del juez que, aumentando el despropósito y el atropello de la sentencia, emite un voto discrepante, pide la absolución de “la manada” y habla de “actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo”. Quiero dejarlo tan claro como Lapitz: “Lo mejor es decir quién es el tipejo que lo ha redactado. Se llama Ricardo Javier González. Para que conste en acta por si nuestras hijas se topan con él. Me parece un tipo peligroso y anda suelto por los juzgados”.

Una condena desmesurada

La justicia en España no parece justa: no entiendo por desmesurada la condena al rapero Valtonyc, incluso aceptando que el derecho a la libertad de expresión no ampara la incitación al odio o la violencia. Visto fríamente, España es un país con una justicia politizada en la que algunos casos prescriben sin explicación, que en otros es como si mirase para otro lado o que, aparentemente, concede medidas arbitrarias (lo de Urdangarín en la calle con condena y Junqueras en prisión provisional es escandaloso).

No es solo por la Casa Real

Parto de la base de que la justicia española parece que se ensañe con unos, exhibiendo sentencias ejemplarizantes que carecen de lógica fuera de ese empeño. Pero no voy a hacer el juego a los que aseguran que Valtonyc entrará en la cárcel por llamar “ladrones” a la familia real española. No. El rapero tiene una canción que se titula “Yo reventé el culo de Eduardo Puelles” y en otras dice cosas como que “ETA es una gran nación” y otras loas. Se nota que no tuvo que aguantar ni a los terroristas ni a quienes les apoyaban.

¿Y de esto qué opinamos?

El tema de la libertad de expresión es muy complejo, por eso me sorprendo con la cantidad de usuarios de Twitter, por ejemplo, que tienen tan claro cuáles son los límites y cuándo la ley tiene que aplicarse con máxima dureza. Recientemente, un juez ha decretado “prisión para un tuitero que celebró los asesinatos de mujeres”. Y me parece bien a la vez que me genera dudas: ¿confiamos en la justicia? ¿Valoramos las sentencias en función de la víctima? ¿Tienen derecho los demás a hacer lo mismo?

Pero el problema es evidente

Pero con todas mis dudas y las de todas las personas que, por suerte, veo que tienen incertidumbres ante la clarividencia de algunos, es evidente que en España tienen un problema con la libertad de expresión. No solo por la desmedida condena a Valtonyc: una jueza ha decretado el secuestro de Fariña porque así se lo ha pedido un alcalde cuya relación con el narcotráfico es algo más que una sospecha y así aparece en el libro de Nacho Carretero que ya he encargado en mi librería.

Las obsesiones son muy perjudiciales

España, además de una justicia que parece desequilibrada y desmedida, tiene una serie de obsesiones recurrentes que la retratan. Por ejemplo, la obsesión con el nacionalismo que no sea español. Yo entiendo que perder las colonias americanas les dolió pero, por favor, que pasen página, que dejen de seguir haciendo el ridículo a nivel internacional y de generar sufrimiento innecesario: “ARCO retira la obra de Sierra que trataba a Junqueras y los Jordis de ‘presos políticos’”.

¡Facebook baja!

Por primera vez, Facebook baja. Lo hace en EE.UU. y Canadá y en número de usuarios activos (un millón). Supongo que no se trata tanto de las personas que se dan de baja siguiendo su complejo protocolo como de las que dejan de usarlo. De momento y hasta que se repita el descenso, es una excepción. Lo que no bajan, sin embargo, son los ingresos de la web: 40.600 millones en ventas y un beneficio de casi 16.000 millones de dólares, un 56% mayor que el de 2016.

“Violación grupal en un cuartel”

En Público, lejos de su tono habitual, han intentado hacer un relato aséptico de los hechos, y lo entiendo: una soldado del cuartel aéreo de Boadilla, Málaga, denunció ante la Policía Nacional y a su superior, que ha trasladado también el caso a la Justicia Militar, que había sido violada por sus propios compañeros de cuartel después de haber sido drogada contra su voluntad mientras celebraba con otros soldados el día de la Patrona del Ejército del Aire en un bar del pueblo.

Los que se buscan problemas

Mientras les trasladamos relatos tremendos con violencia (en el caso anterior, machista) de verdad, lejos de cualquier riesgo un puñado de provocadores tuitea o canta alabando la violencia. Ante ellos, suscribo lo que escribe Mr. Insustancial en Twitter: “Valtonyc y Pablo Hasel me parecen unos analfabetos funcionales a los que la contingencia histórica va a llevar a la cárcel. Lo que no sé es si han cometido algún delito más allá de tener unas opiniones bochornosas sobre ciertos temas”.

Oh, sorpresa

Si Monedero quiere ser consultor político o económico, o lanzar sus propios proyectos empresariales audiovisuales, tiene que dejar su puesto en la universidad pública, según el TSJM. Siempre puede pasarse a la privada pero, claro, es un lío. Y eso que él está acostumbrado a meterse en embrollos neoliberales, compaginando su docencia (¿y la investigación?) con sus trabajos fuera de la uni que, por lo que hemos sabido estos años, no estaban nada mal pagados.

Como cualquier otro español

Me parece muy acertada la noticia satírica de El Mundo Today: “¿A qué edad debes regalarle a tu bebé su primer Toisón de Oro?”, a modo de titular de revista para amas y aitas primerizos. Porque después de enseñarnos unas fotos chungas y un vídeo cutre para que nos creamos que, en el fondo, la real es casi como cualquier familia española, Felipe VI impone un collaraco de oro a su hija (a la heredera del trono). Lo que hace cualquier padre cuando cumple los 50, ¿verdad?