¿Qué se creen que es una pandemia?

Quienes se manifestaron el jueves y volverán a hacerlo hoy, según parece, contra el toque de queda y las normas que solo buscan frenar la pandemia son los más tontos de Bilbao. Pueden excusarse en el negacionismo, las teorías de la conspiración, lo que ellos consideran mala gestión o el hartazgo, que da igual: en esencia son tontos del bote. Y lo demuestran cuando dicen que se manifiestan por la libertad. ¿Libertad? ¿De quién? ¿La de las amamas y aitites que están confinados en las residencias? ¿La de quienes no saldrán de casa hasta que bajen los contagios? ¿La de quienes decidimos sí cumplir las medidas?

Y peor si es la autoridad

Especialmente perjudicial para la salud de todos es quien se manifiesta abiertamente en contra de estas medidas y tiene una responsabilidad e incluso autoridad públicas. Y más peligroso resulta si, además, participa activamente en un partido político. Este tipo perjudicial del que hablan en Eldiario.es lo tiene todo: “Félix Rodríguez, vicepresidente del Comité Ejecutivo Vox en Valladolid y policía municipal en la ciudad, ha llamado a la ‘rebelión social’ en su cuenta de Twitter contra el estado de alarma”. ¿Y qué va a hacer Rodríguez si se enfrenta uniformado a altercados como los que han sucedido en Bilbao? ¿Intervendrá o les animará? Si hay que llamar a alguna rebelión es contra los idiotas.

¿Y cuando se cierre el grifo europeo?

No seré yo quien agüe la fiesta parlamentaria. Al contrario, soy plenamente consciente de que es mejor tener un presupuesto, aunque sea circunstancial como serán los Generales del Estado, que no tenerlo. Pero no por eso hay que dejar de criticar las debilidades de este plan, sobre todo sabiendo que a Pablo Iglesias le gustan tanto los DAFO (y aún así los hace mal): como indica la economista María Cadaval, el presupuesto está basado únicamente en el chorro de millones europeos y condiciona a futuro partidas muy importantes a la existencia de ese recurso… O de una subida de impuestos brutal para todos.

El ritmo no para… En Podemos

Con lo difícil que tiene que ser llegar al gobierno español y hacerse con las riendas, y más en estas circunstancias, no deja de sorprenderme la capacidad que tienen en Podemos por mantener el ritmo de su Juego de Tronos particular. Después de las maniobras contra Garzón (ministro y líder de IU al que quieren obligar que disuelva su partido en el morado) y del lío con el abogado al que despidieron acusándole de un abuso sexual inexistente, llega ahora la expulsión de Teresa Rodríguez y otros siete parlamentarios de su grupo en Andalucía después de que los ochos abandonaran la disciplina de Podemos.

Se es o no se es

La noticia de que la selección de Euskadi va a volver al terreno de juego siempre es buena. El partido de la tricolor ante Panamá supone tanto riesgo sanitario como cualquiera de los otros encuentros de selecciones o cualquier partido de Champions o Europa League de los que se han disputado esta semana. Pero lo que más me ha gustado del anuncio, además de la noticia en sí, es cómo se la han tomado en Eibar, donde Euskadi jugará este año: “Gure selekzioa Ipuruan izango da azaroaren 16an. Nuestra selección jugará en Ipurua el 16 de noviembre”, tuiteaba la SD Eibar. ¡Bien por los que son y lo demuestran!

Una buena noticia para empezar la semana

La nota de Europa Press es de hace unos días, pero entre la moción de censura y la pandemia, se ha ido quedando en la lista de candidatas a entrar en esta columna. No se me ocurre mejor momento para rescatarla que este lunes: “El apoyo a la independencia de Escocia se dispara a niveles históricos. (…) Un 58 por ciento de los encuestados ha asegurado que respaldaría la independencia escocesa, un apoyo que, tal y como indican sondeos anteriores, se encontraba en torno al 55 por ciento. (…) El Partido Nacional de Escocia se encuentra además a la cabeza en intención de voto de cara a las elecciones previstas para mayo”.

La derrota total de Vox

La derrota de Vox después de la moción de censura que este mismo partido impulsó es absoluta: no solo por lo que pudimos ver la semana pasada a un incapaz Santiago Abascal y a un hábil Pablo Casado para hacer sangre. Esta semana seguirán las consecuencias negativas para Vox (y por extensión, positivas para los demás) de su error: el gobierno español parte en mejor situación que hace solo 7 días para negociar los PGE después de que todos los partidos hayan votado ya juntos y todo el mundo haya visto que enfrente hay una banda de chalados de extrema derecha sin dotes para el gobierno.

Se acabó lo de Inda, ¿no?

Roberto García atinaba con su tuit sobre Eduardo Inda: “A un tío con esta capacidad de análisis le llaman de las teles para (supuestamente, ya sabemos que no) analizar la realidad política y social”, después de que el director de OK Diario dejara otra muestra de esa capacidad, al relacionar sin pudor al PP con Podemos, ERC y Bildu, por no apoyar la moción de censura de Vox. Inda no puede ser tomado en serio y su voz no puede seguir estando presente en los platós o los estudios de radio como si fuera la representante de una forma legítima de pensar. La broma de esta estupidez, genuina o forzada, tiene que finalizar.

La bandera de Díaz Ayuso contra el covid-19

No la he visto porque no he mirado, porque la bandera española que Isabel Díaz Ayuso ha desplegado para hacer frente al covid-19 debe de ser enorme: 25 metros de mástil, 75 metros cuadrados y 11 kg. de peso, apuntaba Luis Ángel Sanz en Twitter. Una medida que no parece especialmente útil para parar una pandemia pero sí para salir en una foto y disputar a Vox el voto populista y nacionalista español. Eso, en el primer lunes desde que Casado le dijera a Abascal: “Hasta aquí hemos llegado”. Si iba en serio, ya saben lo que tienen que hacer todos los del PP. Si iba de farol… Veremos más banderas trumpistas.

El curioso atractivo del bitcoin

Sigo sin entender el fenómeno de los bitcoins, esas monedas virtuales que se generan (en el argot, “se minan”) tras procesos matemáticos que requieren tanta energía como “un hogar de dos personas durante tres meses”. Shine McShine ha tuiteado otros datos importantes sobre el invento: “Casi el 15% de todos los bitcoins en existencia ha sido robados en algún momento”. Y lo más grave de lo que rescata seguramente sea que el mecanismo informático que los genera, conocido como “blockchain”, “se ha usado para esconder en los bloques pornografía infantil y ‘revenge porn’”.

Garriga y sus cosas de fachas

Ignacio Garriga, que puede ser el candidato de Vox a las elecciones catalanas, casualmente, fue el que presentó la moción de censura con la típica colección de fascistadas que se podía esperar: el virus chino, la inmigración ilegal, la inseguridad y la oposición a la lucha feminista marcaron su texto como si hubiera traducido alguna intervención de Trump. No fue interesante ni carismático y cayó en algún truco, como el de la repetición, para cuando no tienes más recursos, pero fue mejor que Abascal. Y sobre todo fue de extrema derecha. Lo que Vox se ha empeñado en demostrar que es desde que las cámaras le enfocan.

Dejad que Abascal se acerque a los micrófonos

El apagón mediático a la extrema derecha debería de ser indiscutible… Salvo cuando habla Abascal: hay que dejar la cámara en plano fijo y abrir bien los micros, porque en un discurso largo como el de ayer, el de Vox muestra su incapacidad no solo discursiva. Abascal hizo el ridículo y, al mismo tiempo, lo más difícil: aliviar a Casado, que tuvo fácil centrarse ante la colección de despropósitos, chapuzas y etiquetas que pronunció el de la extrema derecha. Un discurso lesivo pero sobre todo para Vox y Abascal que, me temo, ha escrito uno de sus capítulos finales. Espinosa de los Monteros ya calienta en la banda.

Y Sánchez hizo de Sánchez

El volumen de tuits cayó mucho cuando Sánchez tomó la palabra. Hablo de tuits reales, de personas que tienen su propia opinión y la expresan libremente, no hablo de la acción coordinada de Vox en Twitter. Lo cierto es que Sánchez no sorprendió a nadie: sabía que tenía todo que ganar si no arriesgaba… Y no arriesgó. Se enfrentó a Vox después de que Abascal lo dejara fácil, fácil, y enumeró un montón de iniciativas de su gobierno. La moción para Sánchez fue un regalo y el presidente español no lo despreció. Hizo lo que le tocaba y lo hizo para su parroquia pero sin brillantez. Ahora, que haga lo importante.

Visto desde aquí

El debate de ayer, visto desde aquí, fue totalmente innecesario. Y no solo el de ayer: la mayoría de rifi-rafes en Madrid a los que asistimos vía televisión nos resultan intrascendentes por graves que se pongan, como el que provocó la senadora del PP, María Adelaida Pedrosa, involucrando a Irene Montero, a la que preguntaba: “¿Siente usted vergüenza por compartir su vida con un machista o va a seguir callada? ¿Es usted una mujer sumisa a un macho alfa?”. Itxaso Atutxa zanjaba en Twitter: “La degradación de la política desde la política. O de cómo una mujer puede agredir a otra de la forma más machista y degradante”.

Innovación, al fin y al cabo

En un plano más práctico y cercano, es bastante relevante el anuncio del Gobierno Vasco de que explorará el voto electrónico. Personalmente, sigo teniendo recelos y me sigue gustando el sistema tradicional, básicamente, porque cualquiera que ha formado parte de él sabe que es enormemente garantista. Pero como el propio Gobierno apunta en su proyecto piloto, el voto exterior necesita una vuelta: se quedan miles de vascos sin poder ejercer su derecho a votar por culpa de procedimientos engorrosos y, por lo visto, mucho menos garantistas. En cualquier caso, las innovaciones siempre merecen una oportunidad.

El miedo a Bárcenas

Solo hacen falta unas líneas de la pieza en El Plural para hacerse una idea del miedo que deben de estar pasando en el PP a que Luis Bárcenas tire definitivamente de la manta: “La autora de ‘Bárcenas. La caja fuerte’ (Ana Pardo de Vera) recordaba lo mucho que enfada a Bárcenas que haya gente que fuera a su despacho a pedirle dinero y ahora diga que no lo conoce de nada. ‘¿Un ejemplo? Pablo Casado. Casado ha estado en mi despacho pidiéndome dinero para la campaña de Manuel Pizarro, en 2008, como amigo personal que éste era de Lapuerta’ (…) Y ahora, Casado dice que no lo conoce de nada”.

¿No tiene miedo?

No sé si en la coalición Podemos-IU hay miedo, temor, recelo o, simplemente, desconfianza. Pero no puede ser una balsa de aceite si es cierto esto que leemos en El Independiente: “Iglesias y el PCE buscan sustituir a Garzón por Amanda Meyer al frente de IU”. Es decir, Pablo Iglesias es capaz de sentarse en el consejo de ministros con Alberto Garzón por la mañana… Y por la tarde maniobrar para desplazarlo al frente de IU. Este interminable juego de tronos, que no sé si es atávico de Podemos o de Pablo Iglesias, me resulta agotador, pero más me resulta sorprendente porque no cesa ni en el repunte de una pandemia.

En efecto

Durante mucho tiempo, las entradas en Wikipedia en castellano estaban controladas por españoles de izquierdas que ejercían sin pudor para controlar la presencia de ambos elementos en las entradas: lo español y lo que ellos entendían como progre. Comparado con lo que está pasando ahora, aquel pasado me parece mejor (aunque lo sufrí): la derecha rancia empieza a controlar las entradas y en base a textos de Pío Moa o Julio Merino, por ejemplo, “corrigen” textos relacionados con la Guerra Civil española y el golpe de Estado, como denuncia Noelia Adánez en Twitter y puede comprobarse con Google.

La extrema derecha tiene un nuevo medio

Aunque intento variar las fuentes hay digitales que nunca traigo a la columna como El Español, OK Diario o Mediterráneo Digital. Unos por colaboracionistas y otros por publicar contenidos abiertamente favorables a la extrema derecha o a la agenda que interesa a los fascistas, aunque sean noticias falsas. A esa lista sumo uno más del que solo hablaré hoy: Gaceta.es, renovado para mayor gloria de la fascistada. En la portada, ni una noticia de Vox y viarias internacionales, pero todas a favor de Trump e incluso Polonia, o en contra de los gobiernos latinoamericanos, conveniente (para ellos) mezclados.

La historia americana

Durante el fin de semana he disfrutado en El Confidencial de una pieza estupenda sobre lo que Nancy Isenberg ha definido en su libro como “white trash” o “escoria blanca”. Un montón de ciudadanos abocados a vivir en caravanas o cabañas y a los que hemos conocido a veces como “rednecks”, trabajadores poco cualificados, subsidiados… La clase más baja entre los blancos estadounidenses (el matiz del color de su piel es importante) que han visto en Trump, por fin, a un candidato, presidente y, ahora, candidato a la reelección que les hace caso. Una bolsa de votantes muy importante y a los que el populista sabe impactar prometiendo sin tapujos utopías de reparto de riqueza… Entre blancos.

¿Quién le hace los recados a la extrema derecha?

El ayuntamiento de Madrid ha retirado a golpe de martillo una placa en memoria de Francisco Largo Caballero. Lo hace después de aprobar una petición de Vox en contra de la existencia de recuerdos de la figura de este político y de Indalecio Prieto en Madrid. De este modo, PP y Ciudadanos entran en el juego de la extrema derecha de utilizar la ley de memoria histórica para manipular y laminar del recuerdo a quien sí hizo política y sí sufrió el fascismo. En resumen: Martínez-Almeida se ha convertido en el chico de los recados de Vox a cambio de sus votos, y permitirlo es peligrosísimo.

Mal empiezan

En el otro extremo, Alberto Garzón ha dado un primer paso un tanto dudoso en cuanto a la recaudación y su relación con las clases desfavorecidas: subir el IVA a las bebidas azucaradas es el más injusto de los impuestos porque lo abona de igual modo quien tiene menos recursos y quien tiene más. Y el efecto, evidentemente, no es el mismo en quien tiene una renta baja que en quien la tiene más alta. Sn entrar en el fondo del asunto, como carta de presentación del ministro y secretario general de IU la veo floja. Y si entro, ¿se trata de fomentar hábitos saludables o de recaudar más con los insanos?

Madrid no es España

El del “madridcentrismo” español es un fenómeno que me fascina. Para empezar, no existe prensa madrileña porque la española actúa a la vez como nacional y “local”. Y los políticos, sobre todo los madrileños, están igualmente contaminados: no niego que el repaso de Íñigo Errejón a la política de Isabel Díaz Ayuso sea necesario o justo. Pero que haya elegido el Congreso en vez de la Asamblea de Madrid es, evidentemente, un error. Su partido político es profundamente centralista con todo lo que eso conlleva, y Errejón no lo oculta, no sé si porque no quiere o porque no puede. Veremos cuánto da de sí.

Un mensaje universal… Y certero

Sin salir de Madrid, un empresario hostelero de la capital, César Martín, lanzaba este mensaje que es tan universal como directo y certero: “A los empresarios de hostelería que celebráis fiestecitas multitudinarias nocturnas en vuestros locales a puerta cerrada. Dejad de hacer el gilipollas que nos vais a joder a todos. Gentuza que solo quiere enriquecerse, ATPC de esta maravillosa profesión. No os queremos aquí”. Ese “ATPC” es un acrónimo de a dónde mandar a los indeseables, por cierto. Y del mismo modo que señalamos a hosteleros podemos hacerlo con fiestas privadas como la reciente rave en Catalunya.

Nueva web de Ikuspegi

El investigador que hay en mí (hace años dediqué varios cursos de mi vida a la Academia) no ha podido evitar curiosear en la nueva web de Ikuspegi. El Observatorio Vasco de Inmigración ha hecho un esfuerzo para ofrecer de una manera diáfana su mayor valor: el resultado de sus investigaciones. La disposición es muy clara, el fondo blanco ayuda (tan sencillo como acertado… Y no tan frecuente como nos gustaría a los usuarios) y hasta la tipografía resulta amable. A eso, además, han añadido una nueva estrategia en redes que tendrán que desarrollar… Y eso, para uno observatorio como Ikuspegi, no va a ser fácil.