A tope con el gas ruso

El primer gobierno español de coalición ha funcionado objetivamente mal. Ha logrado cosas, es indiscutible: la subida del SMI y algunas leyes que nos afectan positivamente como consumidores. Pero también es innegable que ha negociado mal entre los partidos que lo forman, los que lo sustentan y otros gobiernos de dentro y de fuera: “España eleva la compra de gas a Rusia y ve recortado el suministro desde Argelia”, leo atónito en La Información. Atónito porque es difícil hacer peor las cosas que Pedro Sánchez con Argelia, Marruecos y el pueblo saharaui, por mucho que Putin ande enredando por detrás.

Otro

Lo que está haciendo Podemos como parte del gobierno español tiene mérito: es muy difícil estar gobernando, con toda tu fuerza humana ocupada en sacar un país adelante, y abrir a la vez tantos frentes internos tan graves. Después del esperpento en Andalucía llega la tragedia en Canarias: “Alberto Rodríguez busca matar a Podemos en Canarias. El exsecretario de organización morado quiere liderar la integración con Yolanda Díaz de la izquierda en las siete islas”. En la pieza de Vozpópuli plantean que la traición del tinerfeño se gestaba desde antes incluso de que tuviera que abandonar su escaño.

La Andalucía de Macarena Olona

Sin Vox, Macarena Olona no habría tenido ninguna oportunidad de dedicarse a la política. Ni mucho menos, de ser cabeza de cartel. Olona es una persona siniestra que ha demostrado nula empatía y demasiada desvergüenza. Está dispuesta a todo, desde bailar a decir barbaridades, con tal de que las cámaras le enfoquen. Porque le gusta que lo hagan. Y ella se deja con frases y con poses que, en la campaña andaluza, transmiten lo que bien describe Isabel Serrano: “La exotización de nuestras tradiciones como si fuésemos pueblo de charanga y pandereta. Es, simplemente, la visión extranjera y estereotipada de nuestra identidad”.

Una emergencia nacional

Tiene razón Manuel Oliver, cuyo hijo de 17 años fue una de las víctimas mortales del tiroteo masivo en un instituto de Parkland, Florida, en 2018, cuando exclama que: “Si matan a 19 niños en una escuela y les desfiguran el rostro, sería una emergencia en cualquier país” (BBC). Esta víctima de las armas de fuego en EE.UU. se refiere, evidentemente, al tiroteo reciente en Uvalde, Texas. La entrevista es estremecedora: habla de lo que sucedió a su familia y de lo que sucede en el país con una frialdad heladora, y eso que ha hecho del activismo contra las armas, por medio del arte, su causa en la vida: “Es mi obligación como padre”.

Lo peor de Internet

Desde que lo descubrí, durante el confinamiento, como muchas y muchos, he definido a Tiktok como una especie de “lo peor de YouTube, pero concentrado”. Kike García de la Riva va más allá: “Lo que está ocurriendo con TikTok en los últimos meses es lo mismo que está ocurriendo con las redes sociales en los últimos 10 años… solo que muchísimo peor”. Para el consumidor, es una trampa que devora su tiempo. Para el creador, una lotería que no asegura que un contenido exitoso vaya a abrir las puertas a más. Y lo más peligroso: “Ninguna red social había influido tanto creativamente en lo que se generaba fuera de la misma”.

«La defensora de las armas»

Todavía no se nos ha desatado el nudo en el estómago que nos ha producido el último asesinato múltiple de niñas y niños (y sus dos profesoras) en EE.UU., y ya empieza a revolvérsenos con titulares como este en El Plural: “La ‘Asociación del Rifle’ española apoya la candidatura de Olona en Andalucía: ‘Es defensora de las armas’. La Asociación Nacional del Arma, el lobby armamentístico más influyente de España, apoya a Vox en las próximas elecciones autonómicas”. La ANARMA no es un lobby comparable a su homólogo estadounidense, pero solo que Olona haya dado pie a lo leído la define.

Y los de Putin

Es perfectamente compatible estar en contra de las armas y a favor de facilitar que las y los ucranianos se defiendan de la invasión rusa. De la misma manera, es perfectamente posible señalar con la izquierda a Olona y con la derecha a Miguel Urban por sus actos: “Podemos pide en Europa dejar de armar a Ucrania e investigar sus crímenes de guerra. Los europarlamentarios de Podemos apoyan las enmiendas de Miguel Urbán, de Anticapitalistas” (Vozpópuli). ¿Habrá que investigar la actuación de Ucrania? Por supuesto. Pero pedir que sea ahora y neutralizando su capacidad de defensa es situarse en el bando equivocado.

Para eso están los partidos

La democracia es cara. Pero cualquier alternativa es mucho más onerosa para toda la ciudadanía, y no solo económicamente. La democracia conlleva la existencia de parlamentos, de partidos y de políticas y políticos que tienen que estar bien pagados para no ser presa fácil de lobbies. Y situarse fuera del sistema por la foto solo duplica el gasto: es lo que hace Yolanda Díaz, que “lanzará un crowdfunding para financiar su ‘roadshow’ por España” (La Información). Pero no es la única: el PSOE andaluz ha lanzado microcréditos para financiar su campaña y ha dejado claro que ha entendido fatal lo de la innovación en política.

También para parar esto

Espero de los partidos, precisamente, por lo menos de una parte de ellos, que hagan su papel y paren los pies con palabras pero también con actos a caraduras como Gerardo Cuerva, el presidente de Cepyme, que tenía el valor de sugerir que “pagar más es una solución ‘simplista’ y ‘demagógica’ contra la falta de mano obra”. El titular es de El País y ha llegado a Menéame. Si esto es así, que las empresas no repartan dividendos entre los accionistas cuando ganan dinero porque hacerlo también es simplista. ¿O no? En cualquier caso, ¿por qué no prueban? ¿Por qué no mejoren las condiciones laborales en las ofertas, a ver qué sucede?

Un sistema profundamente injusto

Los partidos populistas triunfan porque la ciudadanía se siente profundamente agraviada. Y la ciudadanía se siente profundamente agraviada porque tiene motivos para ello: “Los ‘milmillonarios’ españoles aumentaron su riqueza más de 6,8 millones de euros al día durante la pandemia” (InfoLibre). Ya no se trata de sinvergüenzas como Medina y Luceño: mientras el resto lo pasábamos mal, asustados por lo que sucedía y preocupados por nuestros puestos de trabajo, unos pocos que ya tenían mucho ganaban más y más dinero gracias al sistema que hemos construido, del que se benefician, y que urge modificar rápida y profundamente.

Tenemos un problema

Aprovechando que Juan Carlos I ha pasado el fin de semana en Sanxenxo, entre sus amigos los ricos, y vuelve ya a Abu Dabi, entre sus amigos los delincuentes (no lo digo yo, lo dice hasta la Interpol), rescato este titular en Público de la semana pasada: “Los hogares soportan una presión fiscal ochenta veces más intensa que las fortunas”. ¿Por qué lo hago? Porque, realmente, el rey emérito de España podría repatriar su fortuna, ahora que sabemos que su origen no puede ser juzgado por cuestiones de forma (y porque nadie entrar en un fondo tan maloliente): apenas notaría que paga a Hacienda. No como el resto.

Bueno, dos

“La deuda pública alcanzó en marzo la cifra más elevada de su historia: 1,45 billones de euros”, leemos en El Independiente. La cifra es tan alta que es inabarcable, por lo menos, para una mente mediana como la mía. ¿Qué supone tanto dinero? ¿Qué se puede hacer con él? ¿Quién lo va a pagar? Bueno, esta sí me la sé: nosotras, nosotros y quienes nos sustituyan. Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos se han endeudado para hacer frente a la crisis, primero, a la pandemia, después, y ahora a una nueva crisis. Y no, no sale gratis: los que volverán a salir serán los famosos hombres de negro a pasear sus libretas de contabilidad.

Tenemos tres problemas

Tenemos un grave problema con las apuestas en Euskadi y en España: “Las casas de apuestas rompen su techo pese al veto del Gobierno y facturan 11.000 millones en 2021” (2 Playbook). “Se jugaron 11.065 millones de euros en España en 2021 (…) La facturación no solo se ha disparado un 57,3% interanual y alcanza su récord histórico, sino que, además, supera por primera vez la barrera de los 10.000 millones después de tres años estancada en 7.000 millones”. Es decir: toda la labor de concienciación y las medidas contra la publicidad de las casas de apuestas no están valiendo para nada. Y eso es terrorífico.

Podemos tener otro

“Sánchez ata el gas de Qatar a cambio de inversiones en empresas regadas con fondos europeos”, leo en Vozpópuli como corolario a la edulcorada visita del Emir a España, y me pregunto: ¿qué puede salir mal? Pues todo. Pero a Sánchez le va el riesgo y por eso se ha abierto a un cambalache: “El Ejecutivo ofrece a cambio la entrada del fondo soberano de Qatar en inversiones en empresas españolas regadas con los fondos europeos Next Generation”. Intentan evitar a Argelia para seguir sin depender de Rusia y acaban en brazos del jeque Tamim bin Hamad Al Thani. Que no es un trabalenguas, pero sí otro dictador.

Y Musk, los suyos

La persona con más dinero del mundo también puede tener problemas: su paso atrás en la compra de Twitter puede suponerle algún quebradero de cabeza y una multa millonaria que, bueno, ni notará. Lo que sí deja Musk es la impresión de que ha dudado, de que no sabe lo que hace por primera vez. Marcelino Madrigal intuye muy bien lo que le puede suceder: “Elon Musk no sabe cómo funciona Twitter. Es más, no creo que conozca esta red social. Comete el error más común de cualquier usuario en una red social: Pensar que su experiencia, lo que le sucede a él, es lo que le ocurre a todo el mundo. Nada más lejos de la realidad”.

Sí, estamos en campaña

Sí, ya ha empezado el ciclo electoral que completaremos en junio de 2024, cuando elegiremos a la o el próximo lehendakari. Antes de eso habrá elecciones europeas; antes, Generales; y en mayo de 2023, municipales y forales. Pero en Bizkaia este ciclo ya está abierto: elegimos al presidente del Athletic. Y sí, esta semana ha habido “meneo” electoral aunque todavía nos aferremos en lo deportivo a nuestra última oportunidad para volver a Europa. Iker Fernández tuiteaba muy bien lo que quiero decir: “Los mismos que pedíais el adelanto electoral ahora decís que no se hable de elecciones para no desestabilizar al equipo. ¡Idos al peo!”.

EE.UU. es el modelo

En esta carrera por llegar a Ibaigane oiremos a los candidatos hablar más que nunca del equipo femenino. No es una moda: es una realidad. Y para confirmarlo hemos buscado y hemos encontrado un modelo inesperado a seguir en equiparación: el estadounidense. “EEUU aprueba el convenio colectivo para igualar salarios y premios entre mujeres y hombres. Se trata de dos convenios que estarán en vigor hasta 2028 y es la primera federación en aprobar medidas similares. Además, se ha creado una nueva estructura comercial que reparte ingresos por televisión y patrocinio al 50% con ambas selecciones” (2 Playbook).

Rubiales y Piqué no lo son

Hay una pareja de moda en el fútbol español, pero no son dos centrales, un doble pivote, o una conexión letal de mediapunta y delantero centro: Luis Rubiales y Gerard Piqué son el binomio del que más estamos hablando en este final de temporada. Y lo estamos haciendo porque, básicamente, son dos jetas que han manejado las competiciones (y los millones) como les ha dado la gana, por lo que parece en los audios que estamos oyendo todas y todos. Ahora, “Anticorrupción abre investigación a Rubiales y Piqué por el contrato de la Supercopa en Arabia Saudí” (Huffington Post). Esperemos que la fiscalía no dispare al palo.

¡Cómo no iba a entrar el deporte de élite!

Gracias al fútbol y otros deportes de masas, personas con pocos escrúpulos y pocas luces, aparentemente, han ganado mucho dinero. ¿Cómo? Moviéndolo continuamente: el flujo de millones no puede detenerse para que así se les quede entre las uñas la mayor cantidad posible. Por eso a nadie le extrañó la entrada del mundo “cripto” en el deporte profesional estadounidense con millones de inversión para patrocinar estadios y camisetas. Roger Senserrich en Vozpópuli ha escrito una buena reflexión al respecto. ¿De dónde salía todo ese dinero? ¿Y dónde está ahora? Porque las “cripto” pagan en criptomonedas.

Una sociedad fallida

Me importa entre poco y nada el dinero que hayan perdido los creadores de criptomonedas con la caída de este producto. Me importa un poco más que hayan perdido sus ahorros las y los pobres incautos que fueron embaucados por comerciales venidos arriba. Pero lo que más me sorprende, me indigna y me desasosiega es cómo los primeros han amasado fortunas tan enormes. En La República, un periódico colombiano, han publicado una relación de capitales desorbitados y claramente injustos. La contemporánea es una sociedad fallida que permite enriquecimientos injustificables y grietas socioeconómicas cada día más insalvables.

Ideas que se vacían

A veces se me olvida que lo mío es el análisis de discurso. Y suelo recordarlo sobre la marcha, cuando leo algún tuit con el que no estoy de acuerdo. Rubén Sánchez Medero tiene su teoría sobre el nombre de la asociación que ha elegido Yolanda Díaz, Sumar: “Vincular el ‘naming’ a un verbo es convertir la marca en lo ‘que se hace’”. Yo no estoy tan de acuerdo: en España, ideas como “Podemos”, “Ciudadanos”, “Más País”, “Vox” e incluso “Partido Popular” han acabado representando lo contrario a lo que dice su nombre. Yo soy más de nombres clásicos, de siglas que dicen lo que son aunque solo sea para no olvidarlo.

Lo aprendió de Iglesias y Errejón

El 25 de mayo, precisamente, de 2014, Pablo Iglesias fue elegido eurodiputado y arrancó una carrera política fulgurante marcada por una premisa básica: ser siempre el niño en el bautizo. Pero volvamos a aquel mayo de 2014, cuando Íñigo Errejón, entonces muy próximo al líder de Podemos, decidió que en la papeleta electoral apareciese la cara del televisivo Iglesias (hasta ese momento, tertuliano muy activo). Aquella maniobra fue un acierto y, precisamente por eso, en 2022, “Adelante Andalucía pondrá una foto de Teresa Rodríguez en la papeleta del 19-J”, según leemos en Público. La idea sigue siendo válida, pero esta vez contra Podemos.

Todas y todos nos equivocamos

Cada vez que sale mal alguna tarea doméstica, me quejo airadamente (una tradición muy arraigada entre los de Ezkerraldea, esta de ciscarse en algo alto por una pequeñez) y mi hija me recuerda: “Tranquilo, aita: todos nos equivocamos”, pienso que algo estamos haciendo bien. No hay que tener miedo al error ni podemos pasar por la plancha a quien lo cometa. Pero lo de Podemos en Andalucía no ha sido solo un mal cálculo, y el papel de Lilith Verstrynge como secretaria de Organización está siendo cuestionado por ello, según Vozpópuli. No menos que el de las mismísimas Ione Belarra e Irene Montero.

Elon Musk, también

Con cada noticia que leo tengo más claro que a Elon Musk le ha bastado solo con ser el más hábil para beneficiarse del sistema económico virtual que hoy nos golpea. Ya no es capitalismo, es otra cosa. Es una cacería para caníbales. Y en esta competición en la que gana el que menos escrúpulos tiene, Musk ha acabado siendo la persona más rica del mundo. Además de eso, anuncia la compra de Twitter (ahora en suspenso) y, esta misma semana, que no volverá a votar a los demócratas. Su papeleta será para los republicanos. Teniendo en cuenta el sistema estadounidense, podemos suponer que también parte de su fortuna.

En Internet sigue vigente el carné de gilipollas

Estoy bastante seguro de que no viviremos en el “metaverso” igual que no lo hicimos en Second Life. Lo más cerca que hemos estado de algo así ha ido Fortnite. Pero incluso aunque Zuckerberg acabe convenciéndonos en el futuro de que al llegar a casa tenemos que quitarnos los zapatos y ponernos unas gafas de realidad virtual, seguiremos teniendo vigente nuestro carné de gilipollas en los dos planos. En EPE tenemos la primera prueba: “Vete a fregar, estás gorda, vaya tetas… El acoso que sufren las ‘streamers’ en Twitch. ‘Gamers’, ‘streamers’ y comentaristas femeninas denuncian el machismo en el mundo de los videojuegos en directo”.