De manifestantes y cagapoquitos

Intento ser un buen ciudadano y resignarme cuando una huelga o una protesta me perjudica o señala. Pero también entiendo a los ciudadanos que en Londres han arrastrado a los que han intentado boicotear un tren eléctrico para manifestarse por la sostenibilidad del planeta. Y no, no creo que esa gente cabreada haya sido abducida por la patronal, los que mandan, las oligarquías, los poderes o como quieran llamarlo. Al revés: hoy ejercen como concentradores del poder quienes se empeñan en llamar a la movilización, la protesta y la huelga como si estas no tuvieran también límites. Pues miren, sí, los tienen.

Para esto sirven las bitcoin

Desde el principio avisamos que las bitcoin podían ser un refugio de esas grandes cantidades de dinero negro que vienen del tráfico de gran volumen de armas o drogas. Nadie logró desmentirlo. Al contrario, hasta leímos ciertas justificaciones como un mal menor hacia un nuevo modelo. Hoy, con la moda pasada y la rentabilidad por los suelos (¿dónde ha ido el dinero transferido de los inversores que ahora no se puede recuperar por la devaluación de estos activos?), leemos noticias como que estas monedas virtuales eran usadas para comprar pornografía infantil en el mayor portal del mundo, ahora desactivado.

Hablando de dinero…

Lo importante de la mecánica que ha elegido Vox para el control del dinero no es la propia mecánica (aunque es bastante significativa) sino si es legal y si la han copiado a algún otro partido. Según leemos en Eldiario.es, las subvenciones que recibe Vox en los municipios son transferidas directamente a una cuenta central que manejan Javier Ortega Smith, como secretario general de la organización; el gerente, Enrique Cabanas; el tesorero, Andrés Porta; y el vicesecretario jurídico, Pedro Fernández. Una operativa que muestra una forma de actuar, de pensar y de confiar en la sociedad.

El dinero virtual, más lejos de ser realidad

Me extrañó mucho que con los malos resultados del bitcoin y de las cuentas de Facebook, el monedero virtual que quería impulsar la marca de Zuckerberg fuera a tener tanto éxito, sobre todo, reclutando a grandes empresas del negocio financiero. Hoy leemos en Xataka que Visa, MasterCard, eBay, y otras menos conocidas como Stripe y Mercado Pago, se han sumado a PayPal bajándose del barco de Libra. Como con las bitcoin, vuelvo a preguntarme con ironía: ¿qué puede salir mal en un plan que empieza con un dinero virtual que no está sujeto a ningún banco central y solo está controlado por empresas privadas?

Se acaba el dinero para el fútbol

Más que el dinero, lo que se ha acabado es la gente capaz de pagar por ver fútbol. El mercado no da más de sí: Movistar, Orange y Mediaset no logran rentabilizar su inversión y ahora va la Federación y pide 45 millones por la emisión de la Copa del Rey. Una oferta que de momento nadie ha agarrado al vuelo (ni siquiera RTVE). Tampoco sabemos si, finalmente, se está viendo la liga española en Inglaterra después de que le distribuidora revocara el contrato, ni a qué precio han logrado vender el paquete. El fútbol sigue siendo un deporte maravilloso que enriquece hasta a los intermediarios más torpes, pero ya no da para más.

No es su imagen de campaña, pero sí es campaña

Yo mismo estuve a punto de cometer el error y contarles que el PSOE había copiado una imagen de campaña que ya usaban fuera de España, y que la había extendido hasta a los ministerios del Gobierno, pero algo tan burdo no podía ser, así que busqué una explicación y en un par de minutos la encontré: todos los socialistas mostraban su adhesión a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU con aros multicolor. No era su imagen de campaña… Pero sí formaba parte de la precampaña. Ahora vemos que la mismísima ONU “prohíbe el uso del logo de la agenda 2030 que hacen el PSOE y el Gobierno” (Vozpópuli).

Medio millón son muchos votantes

Casi medio millón de personas ha pasado el proceso para solicitar que los partidos no le envíen propaganda electoral a su casa. Aunque defienda este tipo de informaciones, porque son muchos los que siguen comparando folletos y llevando el sobre de casa al colegio electoral, también defiendo a quienes creen estar informados en las webs de los partidos… O en los medios y las redes sociales. Lo más significativo, no obstante, es la cifra: medio millón de personas ha expresado su hastío ante una situación política española incalificable por culpa de unos partidos y unos líderes que hacen más telegenia que democracia.

Echenique, el señalado

Desde sus primeras intervenciones radiofónicas y escritos tuve la sensación de que estábamos ante un suflé. Pero muchos medios (sobre todo de izquierdas), académicos (que se creían de izquierdas) y sus compañeros (mientras estuvieron en Podemos) nos lo vendieron como un gran político. Entonces empecé a pensar que estaba sobrevalorado. Hoy, según El Independiente, Pablo Echenique es el señalado en Podemos, e incluso Pablo Iglesias reconoce que pudo ser un error enviarle a negociar en vez de sentarse él con Sánchez. La aparición de Errejón (contra el que Echenique actuó) puede acabar con su carrera política.

El fracaso energético alemán

Permítanme que no solo les hable de la política española, repetitiva y cansina, y que les traiga otros contenidos, además, más interesantes. Por ejemplo, en Xataka hemos encontrado un breve reportaje sobre el modelo energético alemán: su intención de apostar por fuentes renovables de energía se ha mostrado poco realistas, y el suyo es el camino de los posibles problemas graves que cualquier estado que quiera abordar un cambio de modelo puede encontrarse como el transporte de esa energía. Y con un debate de fondo muy interesante: ¿y si la nuclear es una energía más limpia de lo que creíamos?

Un “máster” sobre felicidad de 3.400 €

Aprender a ser feliz por 3.400 € me parece barato. Pero que no lo llamen “máster”, por favor. También me permitiré poner en duda qué va a explicar por ese dinero el yotuber Jpelirrojo además de contar cómo consiguió ser feliz él (entre otras cosas, consiguiendo que unos cuantos paguen esa suma por oír su historia). Jpelirrojo forma parte de esa clase media de youtubers que no llegaron a triunfar a lo grande pero se lo han pasado bien aprovechando una oportunidad con la que no contaban. Tras él viene lo peligroso: modelos de negocio cuestionables y muchos fans adolescentes sin capacidad crítica.

La medalla de oro de la falta de vergüenza

Todo lo que están diciendo todos los del PSOE me suena hueco. No solo eso: aprecio que se les escapa una sonrisilla de satisfacción cada vez que intentan colocarnos los logros de Pedro Sánchez, como si estuvieran pensando que al final nos llevaron a su huerto electoral. Pero lo de José Luis Ábalos ya es de campeonato nacional de hormigón armado para el rostro: “Aquí hubo unas elecciones, las ganó un partido y otros, sin tener ninguna alternativa, decidieron que no gobernara ese partido. Siento que mi votante, que mi propio voto, no es que esté humillado, es que nos lo han robado (…) Me han usurpado esa victoria electoral”.

Pero ha estado disputada

Pero dirimir quién ha sido el campeón del caradurismo, deporte olímpico en la política española, ha estado difícil esta semana en la que nos hemos enterado de que Twitter ha cancelado 259 perfiles falsos dedicados a mover contenidos favorables al PP. Primero, plantar esta batalla en Twitter es una chorrada porque en esa red social estamos solo los que estamos ya en la pomada política y no nos van a convencer de nada a base de retuits. Segundo, ya hay que estar necesitado para comprar este tipo de paquetes para hacer ruido. Tercero. Dudo de que quien pique en eso no solo pique en eso.

Actualización a día de la fecha: a esas 259 cuentas en Twitter hay que sumar otras 100 en Facebook.

Sí, es una pena

Ante este panorama, hago mías las palabras de Ícaro Moyano en Twitter: “Es una pena que no podamos ir a votar este mismo domingo y así nos ahorramos dos meses de sainete, relato y piruetas”. Ojalá estuviéramos votando hoy, sobre todo, para habernos ahorrado la sensación de que nos toman por tontos, especialmente Pedro Sánchez, que es el único que quería una nueva campaña. Y a ver si, de paso, nos queda claro que esto no es una segunda vuelta porque vuelven a participar todos los partidos, que esto no va de dar más poder al ganador de las elecciones, que esto va de tomarse en serio los recuentos y no las encuestas.

Nos estamos atontando

Hace unos años (más de los que me gustaría), me tocó ser Mel B., la Spyce Girl negra, en un show con el que intentábamos rascar unas pelas (yo creo que todavía se pagaba en pesetas) para unas fiestas veraniegas. Lo peor no es que lo hiciera ni lo mal que bailaría, sino que hay fotos de aquello. Así que no podré ser presidente de Canadá: Justin Trudeau ha tenido que pedir disculpas porque alguien considera un acto racista aparecer en una foto de una fiesta en 2001 disfrazado de Aladdin con la cara pintada de negro. A mí me la pintó aquella noche la chica que me gustaba. Perder Canadá me mereció la pena.

¡Ojalá!

¿Qué sucedería si cuando colgamos una foto en Instagram no pasara nada? Imagínenselo: subes una foto y tus seguidores (tampoco sabrías cuántos son) no pueden darte “likes”. Igual sí hacer un comentario pero tampoco veríamos cuántos comentarios lleva acumulada nuestra imagen. ¿Qué perdemos? ¿Qué ganamos? En Xataka se han hecho eco de un experimento al respecto y han concluido que la navegación se relaja y te fijas en lo que te interesa a ti y no en lo que les ha interesado a otros antes. Pero esto para las empresas no es tan bueno: los likes funcionan en nuestra cabeza como puntos que alcanzamos.

Lo de la extrema derecha va en serio

Hace años que lo tengo claro: si mi hija o mi hijo deciden dedicarse a la política tendrán enfrente a la extrema derecha europea. Y desde que empecé a vislumbrarlo no he encontrado ningún indicio que me lleve a pensar lo contrario. En España, Vox ya es una realidad y los discursos de sus socios cada vez se parecen más a los de Abascal, y no al revés. En Euskadi, los fascistas de siempre no van a menos. Y en Europa la amenaza es muy seria en Hungría, Polonia… O Alemania, donde ya han dejado de hablar de casos aislados para referirse a la violencia directa de los neonazis, según El Confidencial.

Una reina de su tiempo

Ya no vemos a Ana Obregón metiendo tripa en la orilla de alguna playa delante de los fotógrafos, ni a Marc Ostarcevic de blanco para resaltar su moreno, ni programan en Telecinco alguna gala desde Murcia, pero lo que no falla cada agosto es la foto de la familia real española, que se vestirán con la modernidad que quiera, pero se lleva toda la caspa que tenían los Obregón, Ostarcevic o Vasile. Mandanga veraniega de la buena es la que nos quieren colar los medios cortesanos, incluso cuando describen como si estuviera bien del look de 3.500 € que lucía Letizia Ortiz (Vozpópuli).

Harto de “lo colaborativo”

Desde el principio me pareció una milonga lo de “lo colaborativo” y, al final, ni AirBnb, ni Uber, ni ninguna plataforma que nacía con la excusa de usar la tecnología entre todos ha generado ningún beneficio a nadie salvo (1) a los empresarios y sus grandes accionistas, o (2) a quienes se han ahorrado alguna migaja mirando por otro lado ante el fraude fiscal o laboral. Glovo, que nacía para que pequeños emprendedores pudieran enriquecerse haciendo de “riders” (más bonito así que hablar de esclavismo en el siglo XXI) ya va recibiendo lo suyo: un juzgado de Asturias reconoce la existencia de una relación laboral.

Sí, estas son las cifras

Esta temporada empezaré a hablarles de algo que viene: los eSports o los videojuegos emitidos en directo y narrados, donde hay auténticas estrellas. Estrellas que ganan más de 3 millones de dólares por un campeonato de Fortnite con 16 años, como Kyle Giesdorf, alias “Bugha”, o como Tyler “Ninja” Blevins, que habría fichado por la plataforma de Microsoft, Mixer, por 80 millones de dólares. No son cifras de juguete, los “streamers” no son simples “matamarcianos” ni tampoco cualquier jugador es de esta élite igual que no todos los chavales que pegan patadas a un balón son futbolistas.

Y China, al acecho

La dictadura China ha sido muy hábil: ha sabido blanquear su imagen en el mundo cuando era proveedor de tecnología a grandes empresas del planeta, y ahora se aprovecha de ese lavado de cara para vendernos su tecnología. Tecnología que es más de lo que aparenta: Huawei o Xiaomi no son solo alternativas a Apple o Samsung, como sugieren en Xataka, son terminales que permiten a una potencia ubicarse para desarrollar preferentemente el 4G y a una dictadura controlarlo todo en un mundo en el que, convénzanse, todo lo que imaginemos es ya posible por medio de satélites, cables y smartphones.

Las puertas que abre Libra

Libra es algo más que la moneda de Facebook. En Xataka explican muy bien de qué se trata: un consorcio sin ánimo de lucro (eso dicen desde él) que forman el propio Facebook, Uber, Mastercard, Visa, Paypal, eBay o Spotify, entre otros, ha creado una cibermoneda que permitirá pasarnos dinero entre usuarios y hacer compras en diferentes plataformas digitales o con el móvil. Con nuestros euros adquiriremos esas libras digitales (que no tengo claro que sean criptomonedas como Bitcoin) y operaremos con ellas desde nuestros dispositivos. Así, estas empresas empezarán a captar capitales y más datos a nivel mundial.

Esos chiringuitos…

Juanma del Olmo es un tipo controvertido. Como responsable de Comunicación de Podemos tuvo mucha visibilidad (demasiada) pero no consiguió ganar su escaño por Valladolid, donde su partido fue quinta fuerza, por detrás de Vox. Pero no se quedó en el paro, precisamente: el grupo parlamentario le contrató como asistente (Irene Montero es una de sus principales valedoras) y 9 días después abandona el puesto porque quiere dar el salto a Podemos Madrid –según El Independiente–, que sigue en manos de una gestora. Todo esto me parece bien, pero ni Del Olmo ni Podemos podrán hablar ya de “chiringuitos” sin referirse al suyo.

Y estos otros

En Podemos igual alguien mantiene la capacidad de sonrojarse y darse cuenta que a Del Olmo le están favoreciendo y, sobre todo, de que él está saciando su ambición política sin demasiadas dificultades. Pero estoy bastante seguro de que en Vox nadie duda de que estarán bien gastados los 100.000 euros arrancados por los de Abascal de los presupuestos andaluces contra la inmersión lingüística de las personas de esta autonomía fuera de ella. La existencia de esa partida legitima una parte importante del discurso de Vox contra la “imposición” del catalán o el euskera, por ejemplo, y supone, por cierto, montarles un “chiringuito”.

Y grandes privilegios

En El Confidencial Digital enumeran los pilares de Urdangarín en su primer año en la cárcel: “Mini-huerto, espaldera y mucha lectura”, y añaden las visitas de su madre y hermanos, y de la Infanta Cristina. A lo largo de toda la noticia sobrevuela lo más importante de este primer año de condena, pero no lo mencionan: los privilegios. Como el de contar con un módulo solo para él o acabar teniendo acceso a esa espaldera, una cinta de correr y unas pesas para que no tuviera que esperar a que todas las presas abandonaran el polideportivo. Nada de esto me parece especialmente mal, pero la justicia no es igual para todos.

La cultura hay que pagarla

Es un debate recurrente en Twitter, donde se agolpan los adolescentes que creen que tienen algo que aportar, pero pocas veces se ha plasmado con tanta nitidez. La usuaria Lucía tuiteaba: “Sinceramente la mayor duda que tengo a día de hoy es: ¿por qué pagáis plataformas como Netflix? Es un dinero innecesario, hay mil páginas para ver pelis sin pagar y es que además las de pago no tienen mitad de las cosas. O sea, no lo entiendo”. El profesional de efectos especiales digitales Edu León respondía tajante y certero: “Simple: Porque si no pagas por las cosas que te gusta ver, nosotros dejamos de hacerlas”.