Una rácana Real puntúa en San Mamés

Ya dije la semana pasada que este partido iba a ser de celebración, pasase lo que pasase sobre el campo.

Afición bufandas al viento (Foto: Deia)
Afición bufandas al viento (Foto: Deia)

La alegría desbordada del público desde mucho antes de empezar el partido, y demostrada en la salida de los jugadores al campo, en donde las bufandas hechas con la lana de ovejas que pastaban en la antigua Catedral (un acierto de anuncio, cuyo vídeo introduzco, y de reparto de bufandas), han dejado una estampa, casi tan bonita como la del partido contra el Sevilla con el mosaico. 

Si paso a hablar del partido en sí, el título del comentario es debido a que con la Real me ha pasado lo mismo que contra el Sevilla. Ellos eran los que debían haber venido a San Mamés a ganar, y en ambos casos la propuesta ha sido enormemente rácana. Los dos a guardarse las espaldas para salir a la contra, práctica que ambos dominan a la perfección pero… Ya sé que cada uno utiliza sus mejores armas pero para el espectador igual resulta aburrido. Se pueden llevar el partido sí, y a nosotros se nos hubiese quedado cara de tontos. Claro, de todas formas lo que quiero decir es que no me ha gustado, ni su planteamiento ni su juego. Para empezar el entrenador deja en el banquillo a Griezmann, Agirretxe y Pardo. Toda una declaración de intenciones. De hecho, han conseguido el punto porque al árbitro le ha dado por ver falta en la jugada del gol de Laporte. ¡Qué jeta! Ellos han tenido alguna oportunidad pero menos que nuestro equipo, aunque la de Griezmann casi nos amarga. Menos mal que ha rematado al muñeco. Para acabar decir que eran ellos los que necesitaban los 3 puntos y que tenían que haber propuesto más cosas. Ellos sabrán.

Quizá, de todo el partido, lo que más pena me ha dado ha sido que Gaizka no haya metido esa ocasión que ha tenido en el primer tiempo. Era una jugada preciosa del equipo que al intentar cruzar demasiado se le ha escapado. Pena porque se lo merecía, y eso mismo ha pensado la afición zurigorri ya que la cantidad de aplausos que se ha llevado tras el fallo, no era normal. Pena porque lleva dos años sin marcar. Pena porque las malas lenguas dicen que igual es su último año en el Athletic y qué mejor forma de irse que metiéndole un gol a la Real. Dicen que si traen a Viguera igual hay que aligerar la plantilla… si por mi fuese no la aligeraba mirando a Toquero, porque si goles no aporta sí que aporta otras cosas que otros compañeros no hacen. Ser revulsivo no es fácil y él lo es, por muy tarde que entre en los partidos. Poner el balón en carrera con la calidad que lo hace Gaizka y con las dos piernas tampoco. Además si lleva dos años sin marcar es también porque ha jugado muy poco. Conclusión, que espero que siga un año más, porque la temporada que viene va a ser larga y se van a necesitar delanteros.

Desde la perspectiva del Athletic el empate no empaña para nada la temporada que ha realizado en casa. Trece victorias, dos derotas y cuatro empates. La friolera de 43 puntos (suficiente para salvarse). Además ha conseguido marcar en todos los partidos disputados. Pena esta última victoria que se ha escapado, aunque… tampoco está bien abusar…

Ahora a por el último partido contra los almerienses, que todavía necesitan un punto para salvarse matemáticamente. Es un equipo que me cae bien y que no me gustaría que bajase pero como suelo acabar así los comentarios esta vez también voy a decir (aunque sea con la boca pequeña): ¡Leones, a por el Almería!

¡Tres puntos contra el Geta que van por usted, Sr. Azkuna!

Lo primero que quiso decir Valverde al llegar a la sala de prensa después de obtener los tres puntos, fue que aunque seguramente era poco para lo que se merecía, los puntos eran para Iñaki Azkuna. Por supuesto me uno a esa dedicatoria de parte del Club. Hubiese sido una pena que no se hubiese podido hacer. Azkuna, bilbaino de pro (a pesar de no ser de Bilbao, ya se sabe que el de Bilbao nace donde quiere…), se merecía eso y mucho más.

¡Va por ti, Iñaki! (Foto: El Correo)
¡Va por ti, Iñaki! (Foto: El Correo)

Los que no se merecen ni eso, ni nada, salvo el mayor de mis desprecios son los … que silbaron durante el minuto de silencio que se guardó antes del partido. Hay que decir que fueron pocos, muy pocos, ¿cinco, seis, siete… o diez? De todas formas los suficientes para agarrarme un cabreo de los sordos. Bueno sordo no, y mudo menos, porque cuando acabó el minuto y tras los respetuosos aplausos ofrecidos a nuestro alcalde, me levanté a chillar a los 4 ó 10 impresentables. Y me alegré infinito cuando comprobé que no me quedé sola, ya que el concierto de viento hacia ellos era generalizado. Hoy al leer la prensa, de todas formas, he sabido algo que ayer desconocía al estar en San Mamés, y era que uno de los grupos de la grada de animación había recomendado respetar el minuto de silencio. También que otros (no sé si los mismos, no lo especificaba el periódico) habían decidido no estar presentes y entrar en la grada una vez acabado el mismo. En ese periódico decían también que cuando entraron, el público les dedicó una sonora pitada. Como tengo posibilidad de explicarlo aquí, yo que quede claro que a ellos no les silbaba. Silbaba o chillaba contra los irrespetuosos que no son capaces de mantener el silencio, durante dicho minuto. Ni idea de sus motivos, de hecho me dan igual (a pesar de la curiosidad), pero me demuestran que son de lo peor. Por otro lado, los que no quieren escucharlo y entran después, me parece que son muy libres de hacerlo, esa es una opción, pero no es irrespetuosa. No quieren verlo y no lo hacen. Perfecto. Aunque no lo comparta, ellos sabrán. Yo a ellos no les chillo. Yo critico a los que en contra del sentimiento de 35.000 personas no son capaces de entender su dolor o simplemente su respeto hacia un hombre importante para la ciudad, y al que tras irse se le quiere hacer un pequeño homenaje. De hecho, pequeño para lo que se hubiese merecido. Se les debería caer la cara de vergüenza, aunque supongo que eso, la vergüenza, no saben ni lo que es. Ni vergüenza, ni educación. Vuelvo a decir, ellos sabrán, pero que se enteren que La Catedral les demostró el mayor de sus desagrados. No son ni queridos, ni bienvenidos si su comportamiento es el demostrado el sábado.

Sobre el partido en sí decir que el Athletic va firme y brillante (coincido con Txingurri) hacia su objetivo. El resultado es engañoso. Los rojiblancos tuvieron oportunidades a mansalva, incluso en ese primer tiempo que fue muy trabado y farragoso porque así lo planteó el Getafe. Muralla, autobús ante la puerta y si suena la flauta de la contra (que precisamente eso era lo que quería Contra, su entrenador), mejor que mejor. También en esa situación se podía haber metido algún gol más además de la maravilla que obtuvo Markel Susaeta. En el segundo tiempo, otras y mejores oportunidades, pero… o el último pase o la definición, eran defectuosas, lo que hizo que el Getafe estuviese vivo todo el partido a pesar de su propia inoperancia. Incapacidad sobre todo motivada por el trabajo de nuestros jugadores que presionan muchísimo y siguen yendo a por el gol con insistencia y trabajo espartanos. Eso sí, si llega a meter el gol en el minuto 87 Ciprián, en su oportunidad desde el borde del área, se nos hubiese quedado cara de tontos. Se puede, pero… no se debe fallar tanto. Y si tengo que elegir el mejor o los mejores de ayer, decir que me pareció un muy buen partido de Rico, desde el minuto uno al último. Así como de Iturraspe. Ambos más terrenales en los últimos partidos, en los que se les vio menos (bajaron prestaciones), volvieron ayer a un nivel sobresaliente. Laporte también muy bien, y Herrera y Susaeta, a los que critico bastante (porque espero mucho de ellos), también estuvieron bien.

Sobre los equipos tras nuestra estela, el Sevilla, a falta de lo que haga la Real en Almería, es el más cercano, está a 8 puntos. El Villarreal ha vuelto a perder, por lo que se retrasa a 10 puntos. Ya veremos la Real.

Y ya, mañana mismo, a jugárnosla con el Elche allí. ¡A por ellos, Athletic! Y así el buen resultado se lo volvemos a dedicar a Azkuna, que como ya dijo Valverde, se merece eso y mucho más. ¡Va por ti, Iñaki!