Desde luego el título no es el más original que he puesto, ni el más imaginativo. Simplemente es el mejor. El mejor por el significado. ¡Por fin! Treinta y un años persiguiéndolo y POR FIN, se ha conseguido.

Cuando Aduriz ha conseguido el gol he empezado a llorar y no podía parar. Llanto incontrolable por saber que ya estaba, que se había conseguido, que tras tantos años sin nada que echarse a las manos, la Copa era nuestra. Una Copa. Otra Copa. Algo tan normal antes, pero tan raro o imposible en la actualidad. Lágrimas de tranquilidad, de alegría. Lágrimas por todos los jugadores a los que les hubiese gustado levantarla (habiendo jugado alguna final) y no habiéndolo conseguido. Por los jugadores que aún mereciéndolo por calidad, ni siquiera tuvieron la posibilidad de disputar una final. Por Iraola o por Toquero que ya no están en el equipo (aunque estén). Por Gurpegi que ha logrado levantar un trofeo que tanto deseaba y merecía. Por mi padre que estará encantado en el cielo con todos sus amigos zurigorris (Zarra, Eneko Arieta, Lezama, Jose Iragorri, Txema Landa…) Por todos esos niños, mis hijos incluidos, que me han preguntado estos días que cuándo sacan la gabarra. Por todas las personas mayores que pensaban que se iban a ir sin volver a ver al Athletic campeón. Por todos los que necesitaban un título para seguir creyendo. Por los que piden extranjeros para que tarden un poco más en volver a solicitarlos. Lágrimas, ¡qué demontre!, por mi también, que tuve la suerte de vivir los anteriores títulos de Ligas y Copas, pero que quiero dejar de contárselo a nuestros pequeños, porque ellos también habrán vivido una como protagonistas, y ya no pensarán que casi les mentimos, que eso es imposible que ocurriese. Lágrimas también por todos los athleticzales que lo han pasado tan mal o peor que yo. E incluso por los que nos tiene que aguantar con nuestra locura, que son aficionados más tranquilos, o más racionales, o que ni siquiera son aficionados.
Y para acabar lágrimas por el milagro que es el Athletic con su filosofía. Un equipo que se asemeja a una isla minúscula que por momentos parece poder acabar devorada por este mar o este fútbol actual. Parece, digo, sólo parece, porque es imposible que suceda por la afición que tiene detrás. Afición que sin un triste título que llevarse a la boca ahí ha estado a las duras y a las maduras durante 31 años. Así que esta Supercopa va para todos ellos, va para todos nosotros, va para las generaciones anteriores y para las futuras que ya tienen algo más que contar. Así nuestros hijos podrán contar a sus hijos, vivida en primera persona, la Supercopa ganada, al Campeón de todo de ese año, al Barça, al que se le ha privado de su sexto título en un solo año… al campeón de la Champion, al campeón de la Liga, al campeón de la Copa, al campeón de la Supercopa europea,… a ese mismo Barcelona. ¿Y quién lo ha conseguido? El ATHLETIC Y SU AFICIÓN ¡¡Enhorabuena a todos!!
ATHLETIC TXAPELDUN!