Desde luego el título no es el más original que he puesto, ni el más imaginativo. Simplemente es el mejor. El mejor por el significado. ¡Por fin! Treinta y un años persiguiéndolo y POR FIN, se ha conseguido. El sábado decía, en mi anterior comentario, que el Athletic merecía un título y lo necesitaba. Por eso mismo, y por la cercanía de la meta, después del partido del viernes, estos tres días han sido muy largos, muy muy largos, por la incertidumbre de si nuestros leones iban a ser capaces de aguantar el asedio del mejor equipo de la historia. El Barcelona es mucho equipo y aunque en La Catedral el Athletic les barrió del campo, no nos podíamos fiar en absoluto. El miedo es libre y yo tenía mucho. No es falta de confianza en los rojiblancos, es la misma realidad la que decía que si alguien podía remontar ese resultado tan abultado, eran ellos. Los mismos que nos han dado para el pelo tantas veces y en tantas finales. ¡Por fin, se la devolvemos! Me da igual que estemos al principio de temporada y su poco rodaje. También nosotros estamos poco rodados. Nuestros chicos han sido capaces de ir al Camp Nou y empatar allí a uno, consiguiendo no sólo la Supercopa, sino que encima el resultado global ha sido nada más y nada menos que un 5 – 1. Palabras mayores. David ha derrotado a Goliat. La juventud, la inexperiencia,… han sido sustituidas por el coraje, la fuerza, y el hambre… de unos jugadores mayoritariamente inferiores en lo deportivo a los culés, pero que han dado todo lo que tenían, consiguiendo lo máximo a lo que podían aspirar. Un título. Han obrado el milagro. Un milagro que muchos, todos hemos perseguido desde hace 31 años, y repito, POR FIN, estos jugadores lo han logrado.
Cuando Aduriz ha conseguido el gol he empezado a llorar y no podía parar. Llanto incontrolable por saber que ya estaba, que se había conseguido, que tras tantos años sin nada que echarse a las manos, la Copa era nuestra. Una Copa. Otra Copa. Algo tan normal antes, pero tan raro o imposible en la actualidad. Lágrimas de tranquilidad, de alegría. Lágrimas por todos los jugadores a los que les hubiese gustado levantarla (habiendo jugado alguna final) y no habiéndolo conseguido. Por los jugadores que aún mereciéndolo por calidad, ni siquiera tuvieron la posibilidad de disputar una final. Por Iraola o por Toquero que ya no están en el equipo (aunque estén). Por Gurpegi que ha logrado levantar un trofeo que tanto deseaba y merecía. Por mi padre que estará encantado en el cielo con todos sus amigos zurigorris (Zarra, Eneko Arieta, Lezama, Jose Iragorri, Txema Landa…) Por todos esos niños, mis hijos incluidos, que me han preguntado estos días que cuándo sacan la gabarra. Por todas las personas mayores que pensaban que se iban a ir sin volver a ver al Athletic campeón. Por todos los que necesitaban un título para seguir creyendo. Por los que piden extranjeros para que tarden un poco más en volver a solicitarlos. Lágrimas, ¡qué demontre!, por mi también, que tuve la suerte de vivir los anteriores títulos de Ligas y Copas, pero que quiero dejar de contárselo a nuestros pequeños, porque ellos también habrán vivido una como protagonistas, y ya no pensarán que casi les mentimos, que eso es imposible que ocurriese. Lágrimas también por todos los athleticzales que lo han pasado tan mal o peor que yo. E incluso por los que nos tiene que aguantar con nuestra locura, que son aficionados más tranquilos, o más racionales, o que ni siquiera son aficionados.
Y para acabar lágrimas por el milagro que es el Athletic con su filosofía. Un equipo que se asemeja a una isla minúscula que por momentos parece poder acabar devorada por este mar o este fútbol actual. Parece, digo, sólo parece, porque es imposible que suceda por la afición que tiene detrás. Afición que sin un triste título que llevarse a la boca ahí ha estado a las duras y a las maduras durante 31 años. Así que esta Supercopa va para todos ellos, va para todos nosotros, va para las generaciones anteriores y para las futuras que ya tienen algo más que contar. Así nuestros hijos podrán contar a sus hijos, vivida en primera persona, la Supercopa ganada, al Campeón de todo de ese año, al Barça, al que se le ha privado de su sexto título en un solo año… al campeón de la Champion, al campeón de la Liga, al campeón de la Copa, al campeón de la Supercopa europea,… a ese mismo Barcelona. ¿Y quién lo ha conseguido? El ATHLETIC Y SU AFICIÓN ¡¡Enhorabuena a todos!!
ATHLETIC TXAPELDUN!
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La Copa de todos
Hace seis años escribí una contraportada en el Mundo Deportivo con este mismo título. Por supuesto fue la semana anterior a jugar la Final de Copa del 2009, en la época de Caparrós. Mucha gente me dijo que les había gustado el comentario. Estoy segura que era similar a muchas de mis otras opiniones, que lo que llamó la atención fue el tema o más que el tema, los sentimientos que este tema provoca. No sé vosotros pero yo mentiría si dijese que no estoy nerviosa. Y no porque piense que vamos a ganar. De hecho si alguien pretende leer en estas líneas un comentario optimista, positivo, en el que vaya a asegurar que vamos a traernos la Copa, que deje de leer ya porque no lo voy a hacer. Ya me gustaría que así fuese pero… el Barcelona me parece diría que casi casi inalcanzable, de ciencia ficción. Así que voy a hablar de otras cosas. Seguramente de sentimientos.
Las redes nos están invadiendo con vídeos motivadores, yo los veo y rara es la vez que no se me caen las lágrimas. La gente tiene mucha imaginación y a cada cual es más bonito. Aquí podría poner 20 ó 30 ejemplos pero sólo voy a elegir el siguiente. Los protagonistas son los residentes de la residencia Rodríguez Andoin V de Portugalete. Para mí verlo es ver a mis abuelos o a mis padres animando al Athletic. Nuestros mayores son, en la mayoría de los casos, los que nos han ido inculcando el amor a los colores, así que me parecen unas imágenes perfectas para ver de dónde parte el sentimiento y lo qué supone.
Por otro lado conozco otro vídeo que hace años corrió como la pólvora por las rees sociales, whatshapp. etc… en el que se ve a una cría muy muy pequeña dando unos besos enormes y con muchísimo sentimiento a un escudo del Athletic de un pantalón. Supongo que se reprodujo tanto porque era una pocholada de cría y por lo que representaba. Escuché que los padres pedían que por favor no se difundiera más, por lo que no lo voy a colgar, pero reconozco que lo veo de vez en cuando. Esa niña en su inocencia representa un poco la inconsciencia del sentimiento Athletic. Igual somos todos un poco niños en ese amor ciego a algo que no podemos ni describir. Es así, sin más. Y es así en muchos casos desde la cuna. En otros casos no. Por ejemplo… el camarero al que compro de vez en cuando algún kebaph, ayer me dijo (como pudo porque no habla bien español) que quería que ganara el Athletic y me señaló un banderón enorme que había colgado dentro del local. Me aclaró que la bandera era suya, que no era de su jefe. Que la había comprado él con su dinero, ¡20 euros!, me dijo (por la forma de decirlo, sé que era muchísimo para él), pero ahí estaba él más contento que unas castañuelas, con su bandera y suspirando por un triunfo de su equipo… ¿Desde cuándo es del Athletic? Ni idea, pero… ¡Qué más da! Y así hay doscientos mil casos, por arre o por so, cada uno quiere al Athletic a su manera. Ese sentimiento nos une, y en muchos casos ese sentimiento nos lleva hasta Barcelona (vaya tomadura de pelo que tengamos que ir allí, pero ese es otro tema). En mi caso a Barcelona con mi familia. Con mis hijos para los que va a ser su primera final, con más o menos los mismos años (13 y 12 años), con los que viví yo la mía (la del Betis). Aquel año también perdimos, fue una pena, pero eso fue lo único malo… los recuerdos que tengo de aquellos días son excepcionales. Mi familia, Madrid rojiblanco, los béticos, el buen ambiente entre las aficiones, y todo, todo el mundo contento, con ganas de fiesta y pasándoselo bien. Esto mismo es lo que pido a la final de este año (salvo el resultado, jeje): que el ambiente sea una fiesta en Bilbao, en Cádiz, en Barcelona, en Donostia, en Jaén… una fiesta en cualquier sitio en el que haya un aficionado del Athletic, que no haya ni medio problema, que lo pasemos bien, que mis hijos vuelvan de allí siendo más del Athletic de lo que ya son (difícil pero…). Y saber, que esto sí que lo sé, que por mucho que nos ninguneen, no nos tomen en cuenta, seamos una rara avis para todos los que vean la final,… y hagan lo que hagan en ella nuestros leones, repito saber positivamente que seguiremos siendo fieles a estos colores, a este sentimiento. Igual que lo es Mikel Rico al que ayer le oí decir en una entrevista que él vivió la final mencionada de Mestalla, en las gradas, allí mismo, campo al que fue con un amigo, y del que tuvo que salir al acabar el partido, casi corriendo y de madrugada, hacia creo que dijo El Ejido (no estoy segura), porque allí tenía entrenamiento al día siguiente. Él sabe lo que es sentir eso, y sabe cómo lo vivimos todos los demás, porque él lo vive igual. Así que él, como todos sus compañeros se van a dejar la piel en el campo, porque todos tienen a sus familiares detrás, a sus vecinos, a sus amigos, a los que han nacido en el mismo lugar que ellos, a sus compañeros que no pueden estar en el campo, por lesión o porque otros lo han hecho mejor según el entrenador y no han encontrado sitio, a todos detrás… para animarlos a tope para que intenten traerse la Copa. Una Copa que es de todos los que he dicho aquí arriba y de los que no he dicho. De los que no están, de mi padre, que como dice una amiga, con lo salsero que era, seguro que, con la ayuda de San Mamés, ha liado a San Pedro y a San Juan, para que le dejen organizar un campeonato de viejas glorias. Campeonato que habrá interrumpido, porque con permiso de Dios, se va a llevar a todo el cielo a ver la Final (primera fila de palco para su padre Valentín , mi abuelo, para Telmo, para Lezama, para Angel, para Txomín, para Piru, para Arieta,…). Y desde allí, seguro que ha convencido hasta el mismísimo Kubala, para que anime al Athletic, ¡pues bueno es él!
Conclusión: Muchos ánimos van a ser. Bueno, muchos no, muchísimos tampoco, muchisísimos (que dicen algunos niños).
Y ya continuando con el sueño, sólo pensar lo que podría ser si se ganase, lo que supondría, hace que…. Buf… ¡Impensable!
Os deseo… ¡Feliz Final!
Y…
¡Aúpa Athletic!
Agur a otro hincha del Athletic
Seguramente éste es el comentario más difícil que he escrito porque es sobre mi padre, Valentin Iriarte Gómez, fallecido la semana pasada. Alguna vez he confesado que la culpa de mi locura por el Athletic es suya y que le estoy muy agradecida, porque ¡bendita locura! Mi padre siempre ha estado relacionado con el deporte. Desde crió jugaba al futbol y lo hizo en varios equipos (muchas veces acompañado de su hermano Iñaki): el Lagun Beti, el Acero, el Juventus, el Indautxu, el Moraza, el Trueba de Espinosa de los Monteros,… seguro que me dejo algunos. Pudo haber jugado en el Athletic pero su padre no le dejó porque eran tiempos duros y tenía que trabajar para ayudar a la familia. Lo que son las cosas… ahora si jugases en el Athletic ayudarías a tu familia y a las siguientes generaciones. Antes… no te daba ni para que viviera tu propia familia. Lo que sí que jugó fue en el Athletic veteranos durante seis o siete años porque había jugado con los jugadores rojiblancos en otros equipos. Así que yo me crié viendo partidos y fotos suyas con Zarra, Iriondo, Eneko Arieta, Orue, Artetxe, Maguregui, Panizo, Piru Gainza, Garai, Etura, Koldo Aguirre, Gorostiza, Rentería, … y muchos otros que se me olvidan. Con los que jugaba y de los que era amigo. Y si algo era mi padre era amigo de sus amigos. De hecho mis padrinos eran Eneko Arieta, Arieta I, y su mujer Begoña, muy amigos de mis padres en aquella época. Así, era francamente difícil que no me gustase el fútbol o que no fuese del Athletic. Mi padre hizo que yo creciese entre Garellano, Mallona, Olaveaga, San Mamés, Artxanda,… ¡La de fútbol que podíamos ver! Además no sólo fue jugador, era de los que se implicaba y acababa en directivas. Llegó a ser presidente del Moraza, varios años, donde se dio la curiosidad de que era jugador y presidente a la vez. Así mismo, era presidente de honor del Indautxu, nombramiento que le hicieron después de ser presidente del club durante la época dorada de este equipo, cuando estaba en Segunda División. Y como historia que siempre le gustaba contarnos estaba, que la iluminación que aún hoy en día se conserva en la estación de Garellano, la consiguió él, no sin esfuerzo, cuando era presidente. Dicha iluminación para la época era una de las mejores del país, dentro de los campos de fútbol. Pues bueno era él, de Bilbao centro centro, consiguiendo lo mejor de lo mejor para su Indautxu. Así que siempre que paso por ahí y veo las torretas de focos me acuerdo de él.
Su curriculum deportivo se completa con su presencia en las directivas del Casco Viejo de Bilbao de Hockey sobre hielo, y su presidencia en el Vizcaya Hockey Club (cambia el nombre pero era el mismo equipo), con el que se consiguieron muchos títulos de Liga y de Copa. Por cierto, una de estos títulos de Copa el equipo lo logró en Barcelona, precisamente “robándosela” al anfitrión, el Barça, que era uno de los mejores y por supuesto, el favorito para hacerse con el título, por jugar en su casa. A ver si es premonitorio, y este año logramos lo mismo en el Camp Nou.
Mi padre, más de Bilbao que las baldosas, nos pidió que echásemos sus cenizas en el Pagasarri. ¡Cómo no! Así que para acabar con una nota de humor, como a él le gustaba, ya que siempre estaba contando chistes, os diré que si alguna vez vais al Pagasarri y oís: “¡Cuidado, que me estás pisando!”, pensad que seguramente será Valentín Iriarte que estará ahí arriba, descansando, con sus amigos, y contándoles chistes, mientras ven a su Indautxu, a su Begoña, a su Acero, y por supuesto a su Athletic, jugar y convertirse de nuevo este año, en campeón de Copa. ¡Qué así sea!
Goian bego!