El trabajo de construcción del líder que están haciendo con Pedro Sánchez está siendo sobresaliente. Un planteamiento sencillo (notoriedad, ideas y emoción) ejecutado con acierto, hasta el punto de que hoy en el PSOE hay percepción de que hay alguien al timón, para bien o para mal. La alternativa en España, guste o no, se está construyendo, y a nadie ha extrañado que ni Susana Díaz ni Carmen Chacón, u otro socialista insigne o anónimo, haya reunido los avales suficientes para batirse en primarias con Sánchez (‘El Confidencial’).
Y eso lo hacen los asesores
Manuela Carmena empieza su andadura en el ayuntamiento de Madrid haciendo recortes. En concreto, ha decidido prescindir del asesor de prensa (‘PRNoticias’). Se ve que ella se basta y se sobra para concertar entrevistas, prepararlas, llevar la relación con los medios de comunicación, decidir en qué redes sociales va a estar y cómo, etc., es decir, todo lo que hacemos los asesores en comunicación (sí, escribo estas líneas como tal). En resumen, Carmena empieza denostando a un colectivo al que necesita.
Tampoco hay que pasarse
Hay un trecho muy largo entre despreciar la labor de un consultor de prensa, la de los asesores en general, y la de los periodistas como colectivo, y mover los hilos desde el poder para crear lo que sería un “mega grupo” mediático. Esto es de lo que acusan al PP en ‘El Confidencial Digital’: “El Gobierno prepara un grupo mediático amigo integrado por Vocento, Unidad Editorial, COPE y 13TV”, maniobra que definen como “operación de alto calado político y mediático”, y que serviría para crear un elemento “amigo” del PP con un montón de soportes.
La cúpula se defiende
Con absoluta humildad, creo que el titular de ‘Público’ no es acertado: “UPyD se defiende de Lozano y asegura que difundió sus correos para proteger al partido”, porque Irene Lozano también es UPyD y la dirección de este partido (Rosa Díez, Martínez Gorriarán, Gorka Maneiro) no son “el partido” en sí mismo. Pero lo importante es el poso: dicen los jefes que han espiado a Irene Lozano para defenderse de ella, cuya intención no es otra que regenerar UPyD desde dentro. Parece que hace falta.
Oigan, son mis fotos
Al principio, estaba Flickr: podíamos subir las fotos que queríamos, compartirlas en público o privado, y crear una especie de “repositorio on-line” de nuestras mejores capturas. Luego vino Instagram, más eficaz para difundir rápidamente imágenes, pero que no sirve para guardarlas. Y a cubrir el hueco han venido Google y Facebook, que se ofrecen para guardar automática y discretamente en una nube las fotos que sacas con el móvil, solo bajando la aplicación correspondiente (‘What’s New’). ¿Y mis fotos, dónde van? ¿Cómo se gestiona el material? ¿Y pueden garantizarme que nadie las copia o utiliza?