Pistoleras y trúhanes

España evoluciona hacia una segunda Edad Media, y en Madrid han decidido hacer un alto en su retroceso y se han parado un poco en la época de la conquista del Oeste americano. Sobre todo en el PP, donde Granados, González, Aguirre y Cifuentes son pistoleros, trúhanes, asaltadores de diligencias y sheriff comprados por los ladrones de ganado. Me da igual en qué rol cada uno. Granados ha reconocido que “me gusta mucho una frase. ‘Si buscas venganza, cava dos fosas’”, para hablar de Cifuentes.

¿Qué echas de menos, Rivera?

Si Albert Rivera llega a nacer diez años antes y en Euskadi o alrededores, hubiera sido otro de esos a los que la lucha contra ETA elevó de categoría. Mientras los concejales de pueblos y los trabajadores (desde jueces a militares, me da igual) eran asesinados, algunos políticos muy limitados subían como la espuma con cuatro voces. Rivera no pudo ser uno de esos pero le reconocemos las formas: “Rivera dice que en Catalunya hay ‘familias asediadas’ por ‘comandos separatistas’” (El Nacional).

¡Ay, la realidad!

Respeto y comprendo el sufrimiento de los líderes políticos y sociales catalanes en prisión preventiva (y vergonzante). Y reconozco que no soy tan respetuoso ni comprensivo con el de algunos exiliados, empezando por Puigdemont y siguiendo por Anna Gabriel. La de la CUP pide ahora más apoyo económico porque no ha sido capaz de encontrar trabajo ni sustento en Suiza, donde decidió refugiarse de la justicia (últimamente, más bien, injusticia) española. Allá a quien le cuele que esto es lucha de clases.

Un “gran” momento para la Guardia Civil

Un guardia civil acaba de ser condenado por abusos sexuales en una sentencia a todas luces escasa; otros dos no tienen ningún problema en que, por una trifulca en un bar de Altsasu, haya chavales comiéndose cárcel y terrorismo; y ahora leemos en La Vanguardia que un guardia civil que ejercía además de árbitro robaba en los vestuarios el dinero de los jugadores. Hasta dos veces fue pillado en pleno hurto, ya ha sido inhabilitado como árbitro y en la Guardia Civil aún no han tomado medidas.

¡Oh, sorpresa!

Ya lo sabíamos: Felipe VI no necesitaba ser el más brillante de los militares para alcanzar las más altas cotas castrenses en un tiempo récord. Le bastaba con ser el heredero de su padre. Ahora, con la impresora del título del máster de Cifuentes aún caliente, Público ha decidido agitar el asunto, y me parece bien. La meteórica carrera de Felipe VI es el ejemplo perfecto de cómo en España algunos logran lo que quieren del resto de la ciudadanía, que bastante tiene con tirar para delante.

En octubre, en la calle

Mientras los recursos avanzan y si las instituciones penitenciarias hacen una lectura tan laxa como los jueces de los hechos y sus consecuencias, en octubre de este mismo año los integrantes de “la manada” podrían estar en la calle, disfrutando de los primeros permisos penitenciarios. Así que esos nueve años por abusos sexuales (¿alguien me puede explicar cómo puede haber un abuso sexual sin violación?) se quedan en nada con el tiempo que llevan en prisión preventiva.

Y de momento, con sueldo

Entre los integrantes de “la manada” había un militar y un guardia civil. Ambos llevan cobrando el 75% de su sueldo desde que entraron en prisión, según la cuenta en Twitter de la “benemérita”, cumpliendo estrictamente la normativa. Y solo serán suspendidos de empleo y sueldo, defintivamente, cuando la sentencia sea firme. No tengo claro si este es un asunto menor o, para colmo del despropósito, que hayamos estado pagando sus sueldos resulta repugnante.

Tantos haciendo tanto el bobo

Las movilizaciones en la calle y dejar claro en redes sociales que esa sentencia nos parece injusta, son los primeros pasos. Parar los pies a los “machotes” que vemos venir con sus chistes y actitudes machistas, es el siguiente nivel para detener lo que tres jueces indignantes no han querido parar. Lo que no sirve para nada es firmar una petición on-line, como bien tuiteaban con sarcasmo: “Una petición en Change para inhabilitar a los jueces. La generación más preparada de la historia”.

Harta de “los listos”. Y hace bien

La periodista Belén Carreño escribió un hilo en Twitter muy interesante después de la sentencia a “la manada”. No contra la misma, sino contra “los listos” que la justifican. Asegura Carreño que son los mismos que justificaron la crisis, defienden la inmutabilidad de la Constitución y, al mismo tiempo, reformas legislativas restrictivas. Vamos, que establece un patrón conservador que, efectivamente, ya cansa, pero que se ve reforzado en decisiones judiciales recientes.

¿Y fuera?

Fuera de España alucinamos. No solo vascos y catalanes, cada vez más despegados de un país no nos ofrece nada bueno. En El Nacional han hecho un breve resumen de cómo medios europeos muestran entre sorpresa y estupefacción por la deriva de la justicia española. Primero, con el modo en que se sofocó el 1 de Octubre catalán, después, con las decisiones sobre los líderes políticos e independentistas catalanes, y ahora, con el machismo evidente de la judicatura.

«No» es «no»

Reconozco que escribo esta columna con un nivel de indignación que con el paso de las horas no ha ido a menos: la sentencia que han escuchado los integrantes de “la manada” y la víctima no puede generarme más desasosiego, estupefacción y, si me lo permiten, mala hostia. La periodista Dori Toribio expresaba perfectamente en Twitter lo que yo también quiero decir: “Entonces, ¿no basta con decir ‘no’? El precedente legal que puede sentar esta sentencia es aterrador”.

Y “violación” no es “cadena perpetua”

La profesora de Filosofía Política y Filosofía del Derecho, María Eugenia Palop, también tuiteaba con mucho tino: “No queremos populismo punitivo, ni venganzas carcelarias, ni prisión permanente revisable. Gritamos que la sentencia de ‘La Manada’ es injusta e irresponsable, incentiva la cultura de la violación y nos pone en peligro a todas”. Yo también enmiendo la plana a los que nos recomiendan prudencia para que no nos cuelen la permanente revisable.

Es violencia y es machista

Que dos hombres agarren a una chica mientras otros tres tipos se bajan los pantalones me parece violencia. No se me ocurre otra manera de definirlo, pero yo no soy abogado ni juez. Así que les dejo con la opinión de alguien que sí lo es: Joaquim Bosch es magistrado, y en Twitter mostraba su desacuerdo con la sentencia y destacaba: “Los hechos muestran en los acusados un desprecio hacia la dignidad de las mujeres incompatible con principios básicos de igualdad”.

No es vuestro momento, machotes

Valtonyc por lo menos da la cara, cosa que no hace el tuitero Bansky, una referencia de la España rancia para sus casi 10.000 seguidores. Ambos, desde polos opuestos, buscaban lo mismo: utilizar la doble victimización de la violada por “la manada” para atraer la atención sobre sí. El rapero hablaba de su sentencia, y el conservador escondido de la jueza alemana que no consideró “violenta” la independencia de Catalunya. No era su momento, no es esa la guerra de ahora.

Un tipo despreciable

Hace bien Xabier Lapitz en poner en el titular el nombre del juez que, aumentando el despropósito y el atropello de la sentencia, emite un voto discrepante, pide la absolución de “la manada” y habla de “actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo”. Quiero dejarlo tan claro como Lapitz: “Lo mejor es decir quién es el tipejo que lo ha redactado. Se llama Ricardo Javier González. Para que conste en acta por si nuestras hijas se topan con él. Me parece un tipo peligroso y anda suelto por los juzgados”.

Es el turno de los catalanes

Si el PNV no evita el bloqueo a los Presupuestos Generales del Estado podríamos haber ido al peor escenario político en España pero también en Catalunya: a unas elecciones con una pugna por ser quién es más duro con el nacionalismo, que podrían haber acabado con Rivera en Moncloa, que cortaba el débil hilo de comunicación entre Barcelona y Madrid y que iban a derivar en otras elecciones catalanas, algo a evitar según la a secretaria general del PDeCat, Marta Pascal.

Parece que cogen el testigo

El portavoz del PDeCat en el Congreso, Ferrán Bel, fue hábil con las palabras: “Ha denunciado que hubieran sido los nacionalistas vascos los que ‘han presentado la enmienda a la totalidad’ de las cuentas del Ejecutivo, ya que estos habían conseguido que las pensiones suban el 1,6 % en el 2018 y según el IPC en el 2019, así como retrasar el Factor de Sostenibilidad”, leemos en El Nacional. Si consiguen formar gobierno en Catalunya y Rajoy levanta el 155, es posible materializarlo.

¡Lo pedía hasta ERC!

Horas antes de que se anunciara que el PP había accedido a las condiciones básicas del PNV, Gabriel Rufián, de ERC, declaraba: “Estos presupuestos suben las pensiones un 0,25% y el presupuesto de defensa un 6,9%. Estaría muy bien que invirtieran un poquito más en nuestros mayores y un poquito menos en tanques”. Pues bien, eso ya no va a pasar. Y el logro del PNV ha descolocado sobre todo a los que se llaman de izquierdas. Pero los pensionistas no van a dejarse manipular.

¡Anda que Ciudadanos!

Si la izquierda está desubicada (¿dónde está el PSOE? ¿Por qué Podemos no empieza a preocuparse por otros problemas además de los internos? ¿Bildu va a prestar atención por fin a algo que no sea ETA?), a la derecha se le ha quedado cara de pasmo cuando ha visto que el PNV ha logrado lo que ellos no con las pensiones, y que ha logrado también alejarles de Moncloa y del Govern evitando, de un plumazo, tal vez hasta dos adelantos electorales que les beneficiaban.

Ortuzar habla… Y responde

Arnaldo Otegi se apresuró a marcar posición vía Twitter, sabedor de que el logro del PNV le desubicaba, mejorando sustancialmente la vida de los pensionistas (Bildu también podía haber negociado) y haciendo más por la gobernabilidad de Catalunya que poner un hashtag. Andoni Ortuzar, unas horas después, le respondía: el PNV estuvo presente en Moncloa como va a estarlo en Kanbo, superando incompatibilidades y bloqueos, que es de lo que va, precisamente, la política.

Por una p… crema

El tipo de persona que roba dos cremas por valor de 40 € cuando estaría ganando, tranquilamente, más de 3.000, es el mismo tipo de persona que no se conforma con mentir en el currículum y prefiere pringar a profesores y directores de máster para tener un título que no se ha ganado. Ese tipo de persona está inhabilitada sin ninguna duda para representar a la ciudadanía, y por eso la dimisión de Cifuentes no puede ir seguida de una reubicación en Bruselas o un cargo interno.

¿Llarena contra Montoro?

Suena a despropósito, a desorden monumental en la casa española, pero la guerra de Cristóbal Montoro contra Pablo Llarena pone de manifiesto, sobre todo, un profundo desencuentro entre un ministro latiguero y un juez justiciero, que no es lo mismo. Montoro tenía intervenidas las cuentas de la Generalitat antes del 1 de octubre (y mucho antes del 155), así que la tesis de Llarena y la UCO de que hubo dinero público para el referéndum señalaría directamente al ministro.

Lo dicen y lo escriben

Desde la cuenta en Twitter de Jueces y Juezas para la Democracia quisieron dejarlo cristalino poniéndolo por escrito: “Declaraciones de la portavoz de JJPD en Catalunya en los informativos de TV3 del domingo 22 de abril: el uso de camisetas amarillas en la final de la Copa del Rey por algunos asistentes está amparado por el derecho a la libertad de expresión”. Más claro y más alto (por quién lo dice) imposible. Y ahora, ¿quién se hace cargo del abuso de autoridad en el Wanda Metropolitano?

Nosotras los machotes

Parece que en Podemos han reculado y han quitado el cartel en el que podía leerse “nosotras” delante del que posaron, entre otros machotes, Íñigo Errejón, Pablo Iglesias y Ramón Espinar. ¿Por qué cometen una y otra vez el error de escribir con “a” y posar con “o”? Porque la realidad es que Podemos es un partido de machos que luchan por el poder como carneros y en el que el gran jefe asciende a sus novias y desciende a sus exnovias. Puro postureo. Y la gente no traga.

No entiendo esta nueva política

Aunque sea un carcamal, Trump representa la nueva política del populismo tuitero. Aunque venga de la política tradicional, Macron representa la nueva política de los partidos disruptivos, de las nuevas marcas. El encuentro entre ambos líderes, abanderados de que esto se mueve (si no se ha movido antes, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?) solo podía ser de una manera: friki. Sobeteos varios, excesos de afecto en público… Y mensajes contradictorios a los medios de sus países.