Pídeselo a Putin

Quienes se manifiestan en contra de la OTAN estos días deberían de hacerlo delante de la embajada rusa y con claros mensajes a Vladímir Putin, la persona que más ha justificado la existencia del tratado en la historia moderna. La escritora Margaryta Yakovenko lo tuiteaba así de bien: “Putin dice: ‘Europa será reducida a cenizas en una guerra nuclear con Rusia’ y manda misiles de corto alcance con capacidad nuclear a Bielorrusia, pero ahora mismo hay una ‘mani’ en Madrid con personas portando la bandera comunista y gritando ‘OTAN, no’”. La bandera comunista como detector de incautos sigue funcionando.

¿Qué va a decir el Vaticano?

Espero que esta semana dejemos de leer, por fin, esos argumentos de progresistas encantados con el Papa Francisco que, de acrobáticos que son, rozan lo inverosímil y el ridículo. Por muy bueno que sea Bergoglio comunicando, el Vaticano no ha dejado de ser lo que siempre ha sido, por desgracia. ¿Que si puedo ser más concreto? Sí, hombre (porque es el país más machista del mundo), sí: “El Vaticano dice que el fallo del aborto en EEUU ‘interpela al mundo entero’ y se debe ‘reabrir un debate no ideológico’ de la defensa de la vida”. Se refiere el país papal a la retrógrada decisión sobre el aborto, y si me interpelan respondo.

“Un margen de más del 500% en menos de un mes”

Del hilo que ha publicado El Confidencial me quedo con el dato del titular, pero todo es igual de sorprendente e indignante que lo que sucedió en Madrid: “Roger Parellada, el conseguidor de mascarillas, logró en apenas tres semanas ganancias de 24 millones de euros en una operación de 35 millones con la Administración pública catalana. Ocurrió en marzo de 2020, aprovechando la escasez de material médico. Parellada y sus socios multiplicaron por seis lo invertido. Un margen de más del 500% en menos de un mes. Y cobrando por adelantado, ya que la Generalitat abonó los 35 millones de euros antes de que se entregase la mercancía”.

Como otras de su generación. O casi

Saltamos de caradura a caradura, porque hay que tener una capacidad extraordinaria para no sonrojarse diciendo esto: “Estoy harta de pagar alquiler y tengo ilusión por comprarme una casa, pero en Madrid se ha disparado la vivienda”. ¿Que esto lo dice cualquiera? Ya, pero es que lo ha dicho la presidenta de la Comunidad de Madrid a El Mundo como si tomar medidas para frenar la escalada de precios no fuera con su gobierno, como si el precio de la vivienda tuviese que ver con el clima y no con las prioridades de los ejecutivos, como si todos menos ella fuéramos tontos y tontas. Así lo ha dicho, alto y claro, además.

Todos lo hacemos, Pablo

Como Pablo Iglesias, yo también vivo de mi trabajo. Y a menos que Hugo Martínez tenga una herencia que le permita dedicarse a descansar, doy por hecho que él también lo hace. Y pese a lograrlo podemos ser tres perfectos gilipollas. O ninguno. Vamos, que vivir de mi trabajo no es garantía de nada. Pero soltarlo constantemente, como hace el de Podemos sí es un poco sospechoso: y lo ha vuelto a hacer para defenderse ante Martínez, al que acusa de vivir de la política (¿no era eso acaso un trabajo cuando lo ejercía Iglesias? ¿No lo es para Montero?) después de que este criticara, junto a Antonio Maestre, la última defensa de Iglesias a Roures.

Sí, es mierda

El suicidio de Verónica Forqué, después de haber sido una de las sonrisas y voces más reconocibles del cine español, después de participar en un reality show de La1 y después de haber sido atacada en redes sin piedad por sus intervenciones en ese programa, tiene que servir para sacudirnos un poco porque, sin duda, lo necesitamos. Antonio Maestre lo ha tuiteado muy bien: “No todo el mundo puede soportar la cantidad de mierda que se le vierte por redes. Para quien no esté acostumbrado y tenga una enfermedad mental puede ser insuperable. Nadie de los que hayan participado hará autocrítica”.

Y más decentes

Ana Millán, que es una tuitera estupenda además de actriz, también acertaba con su mensaje: “En España hay más de 10 suicidios diarios. Hay que hablar de salud mental, hay que invertir, poder hablar de qué te sucede cuando duele el alma. Y también hay que empezar a ser más amables, más bondadosos, darle un giro a esta sociedad que claramente no funciona”. Con toda la humildad, creo que también tenemos que ser más decentes, porque Internet y Twitter, especialmente, nos muestra cada día lo peor de nosotros mismos: a los chulos, a los prepotentes, a los acosadores y a los cobardes.

¡Toma Product Placement!

Que somos una sociedad infantilizada, sin vergüenza y empoderada para exigir sin asumir responsabilidades lo demuestran tuits como este de Mikel López Iturriaga, de El Comidista, que ha aprovechado el fallecimiento de Forqué y su paso previo por Master Cheff para promocionar, por lo menos, su página web, si no el espacio de Amazon del que también habla. Sí, hombre, sí que Mikel es muy majo con la cámara delante (norma general en su equipo), pero esto es lo que le sale después de una desgracia, y lo mantiene, y no se arruga, y no pide perdón porque, para qué, si esto es Twitter y, como dice Maestre, está lleno de mierda.

Más carroña

Fenómenos como el de Isabel Díaz Ayuso no serían posibles si no estuviéramos acostumbrados a las aves carroñeras y adormecidos ante los ataques gratuitos que en Twitter perpetran hasta políticos, especialmente los fascistas y especialmente contra periodistas (fascistas de allí y de aquí, como siempre). Esta vez, lo de la presidenta de la Comunidad de Madrid no ha sido un ataque, sino un ejemplo de lo que es arrancar el hueso de la carne a una presa al ofrecer los colegios públicos de Madrid a la familia catalana que se ha visto atacada (y esto tampoco es defendible) por obligar vía judicial a que haya más castellano en Canet de Mar.

Si lo sabes, ¿por qué lo tuiteas?

Iván Espinosa de los Monteros no debería de ser diputado porque no tenía que haber obtenido los votos necesarios para lograrlo. Pero lo ha hecho. Que ahora haya sido condenado en firme por no pagar las obras de su propio chalé, solo unos días después de presentar a su partido como el defensor de la clase trabajadora española, es solo un ejemplo más de qué es y de dónde no debería de estar. Pero la sentencia no conlleva inhabilitación, así que las comparaciones con el caso de Alberto Rodríguez, al que Batet expulsó del Congreso, son capciosas. Todas ellas. Por muy listos que parezcan quienes las hacen.

Pero, ¿qué pensabais que era una pandemia?

Este titular de Público ilustra perfectamente el momento en el que vivimos: “Bruselas plantea prohibir los vuelos desde el sur de África para impedir la llegada de una nueva variante de la covid”. Es decir: estamos en una situación tan delicada que instancias supranacionales planean limitar el movimiento de personas por el Planeta para que no se agrave la pandemia que nos asola. Que nos asola. Lo repito esperando que los más tontos del pueblo dejen de decir que esto ya ha pasado y de comportarse como auténticos descerebrados. Esto es una pandemia mundial, y de esto llevamos hablando desde marzo de 2020.

Hablando del más tonto del pueblo…

Puede que a Israel Díaz López le fallara el subconsciente, pero soy de los que cree que el portavoz de Vox en el ayuntamiento de Móstoles dijo exactamente lo que quería decir y que en su cabeza suena de lo más lógico pronunciar y opinar que hay mujeres que valen casi tanto como un hombre. Y por eso hasta las dejan participar en política. Así de “generosos” son los varones que lideran la ultraderecha española. Lo peor, en cualquier caso, no es lo que dijo Israel Díaz, sino cómo lo justificarán (y se autojustificarán) Macarena Olona, Rocío Monasterio o Amaia Martínez, que tienen que convivir con eso y con ellos.

“Llamar fascista a Vox es libertad de expresión”

Antonio Maestre me cae bien desde que en Twitter nos conocíamos casi todos, y creo, simplemente, que lo controvertido que resulta y lo contradictorio que en ocasiones parece, es fruto de lo mucho que escribe, tuitea y dice en las tertulias. Pero todo eso queda en un segundo plano después de lo que su acción nos ha regalado: “¡Se acabó! Perdieron los fascistas. Tras 2 años y 9 meses de recursos han archivado la querella por la que Vox me pedía 4 años de cárcel. La justicia ha confirmado que llamar fascista a Vox es libertad de expresión”. Gracias a Maestre sabemos que llamar a las cosas por su nombre no es delito.

Lo que “preocupa muchísimo” a Díaz Ayuso

Parece que a Isabel Díaz Ayuso no le preocupa qué va a pasar en Madrid en pleno repunte de la pandemia después de haber encabezado la revolución de la “libertad” frente a las medidas de precaución. Lo que a la presidenta de la comunidad le “preocupa muchísimo” es que en Nafarroa pueda verse el canal infantil de ETB, que emite en euskera, lo que liga a, atención, “que unas personas tengan más derechos a acceder a la función pública que otras”. Toma ya, Pablo Casado. Qué requiebro, qué manera de cazar ideas con el lazo y unirlas entre sí, qué forma de tomar posición en la política nacional. Qué cara más dura.

Marca de la casa

El PP está haciendo de la jeta de adamantium un rasgo distintivo. Hace tiempo ya que han generado una superpiel que les impide sonrojarse, pero lo que estamos viendo últimamente es abrumador: los casos de corrupción son de otro PP, Díaz Ayuso ha convertido el derecho a la cañita en la mejor cortina de humo para sus políticas neoliberales, Casado asiste a una misa franquista y deja a la ciudadanía que piense si es facha o medio lelo, y el PP “asegura a toda la Eurocámara que ‘Casado no participó en una misa en honor a Franco’” (Eldiario.es). Si falta hormigón armado en las obras de Euskadi y España no será por la crisis de suministros, es porque lo guardan todo en Génova 13 para tratamientos faciales.

Lo confirma él

Estaba dispuesto a creer que Santiago Abascal seguía un manual de trumpismo para dummies, que unos días antes de la jornada electoral empezaba a arrojar dudas torpemente sobre el proceso y que, para provocar el caos, se le había ocurrido sugerir que quien ha votado por correo podía personarse en el colegio electoral para ejercer su voto presencialmente y anular el enviado previamente. Pero me equivoqué: el propio Abascal envió un tuit en el que aclaraba que desconocía lo más básico del proceso… Pese a llevar toda la vida viviendo de la política y ser el jefe de campaña de Vox en Madrid.

Ignorantes, pero muy organizados

Esta semana en Twitter hemos visto varios ejemplos de cómo “alguien” utiliza cuentas falsas en Twitter para colocar exactamente el mismo mensaje. Entre los mensajes que replicaban, uno precisamente era de un supuesto trabajador de Correos y votante del PSOE que alertaba de las irregularidades que advertía en el voto por correo. Un mensaje que coincide con la intención de Vox de arrojar todas las dudas que pueda sobre el proceso electoral… El mismo que Abascal ha reconocido desconocer. Así funciona esto ahora: desinformación por un tubo e ignorantes a paladas. La esencia de la extrema derecha.

Y arropados

Durante las crisis sanitaria y económica hemos perdido, por momentos, ese respeto excesivo a los jueces. Luis Ángel Garrido ya es uno de los conocidos en Euskadi por su decisión de mantener abiertos los bares, que debemos tener siempre en cuenta para explicar los números de la pandemia en la CAV. Sobre las elecciones madrileñas deberemos recordar el juzgado de instrucción número 53 de Madrid que ha considerado que el cartel de Vox que señalaba a un menor no acompañado no constituye delito de odio. “Ahora ya sabéis con quién no vamos a poder contar para la contención del nazismo”, comentaba en Twitter Pedro Vallín.

También, acompañados

Abascal es un responsable de campaña que no sabe cómo funciona el voto por correo, al que beneficia un grupo numeroso de falsos tuiteros y algunos jueces con sus decisiones. Menos mal que tienen esa ayuda externa porque la cabeza de lista de Vox, Rocío Monasterio, llega muy desgastada al final, como una caricatura de sí misma que se ha desdibujado durante los momentos en los que necesitaba marcar el trazo. Algunos tuits suenan como sentencias: “Monasterio diciendo que no se cree lo de las cartas con balas mientras un primo de su marido ha enviado una navaja a una ministra. Si es que te tienes que reír…”.

¿Qué hay enfrente?

A ver quién se salva cuando la historia haga un análisis sobre quién estuvo al lado y quién estuvo frente a la extrema derecha en este resurgir. Xavier Colás tuiteaba: “Antifascista es una persona que lucha frente al fascismo. No una persona que llama fascista a todo el que tiene en frente”, y acertaba. Muchos cantan el Bella Ciao pero pocos son dignos de hacerlo porque la mayoría de esos antifascistas de ocasión tiene en su debe el apoyo o la justificación de algún tipo de fascismo. Algunos son conscientes de su cinismo, otros son incapaces de distinguir un fascista aunque lo tengan delante soltándoles un mitin.

Siempre son los mismos

La oportunidad de tener un espacio en el que hacerlo y tiempo hace que muchos no repriman sus ganas de tuitear gilipolleces. Con todas las letras. Pero de vez en cuando aparecen expresiones genuinas como esta: “Lo de los muertos. A mí todo el que utiliza los muertos para llevarse el agua a su molino y más si son periodistas o políticos me parecen una panda de miserables. Y siempre son los mismos…”. En efecto, siempre son los mismos los que han contado muertos, los que han hablado del sufrimiento como si fuera suyo hasta la náusea, los que han querido apropiarse de los dramas… Y lo siguen haciendo.

No, no es posible

Para variar, estoy de acuerdo con Elisa Beni que aplaude “al magistrado Antonio Seoane, que ha dictado hoy un pedazo de auto desestimando una petición sindical de exigencia inmediata de equipos de protección”. El juez considera la petición irreal y “para que determinados sindicatos den satisfacción a su electorado real o posible, para utilizarlos como arma propagandística”. Si fuera posible hacerlo, los gobiernos los proporcionarían, pero estamos en una crisis sanitaria mundial que, por desgracia, consiste en eso, en la falta global de recursos. Pese a la desgracia que eso supone, algunos siguen mintiendo.

La miseria de algunos…

Hay dos maneras de buscar un beneficio electoral de este drama: la de esos sindicatos y partidos que mienten cuando dicen que ha faltado previsión o formación (si son capaces de expresarlo sin sonrojarse es que tienen la cara durísima), que los recursos para mascarillas se han desviado al TAV (esto se lo he leído a un representante público, se lo juro) o que aseguran que hay que elegir entre salud pública y empleo. Y luego está el estilo Vox, capaz de acusar, como Alvise Pérez (cebado por Ciudadanos), a Manuela Carmena de tener un respirador en su casa. La propia Carmena lo ha desmentido pero el bulo ya ha sido lanzado.

…Solo está al alcance de unos pocos

Al respecto, el periodista Javier Negre también se ha posicionado: el Adjunto a la Dirección Audiovisual de Unidad Editorial (El Mundo o Marca) y contertulio de Telecinco o Telemadrid dice que él cree a su “amigo” Alvise Pérez. Estos días también hemos visto a Negre en tertulias con otros elementos del entorno de Vox y Bea Fanjul. La caverna del 2020: más jóvenes, más guapos pero más casposos y reaccionarios, incluso, que aquella de la primera década del 2000. Suelo decir de los errores en mi periódico que la cabecera nos cubre a todos para bien y para mal. Pues lo mismo en El Mundo. Ellos sabrán.

Por suerte, Vox se está retratando

Por suerte, como bien tuitea Antonio Maestre, “a Vox la crisis sanitaria le está pasando por encima. No tienen capacidad para meter sus mensajes y sus líderes están desaparecidos. Por eso han aumentado la agresividad en redes y buscan relevancia. Ni caso a Abascal. Están perdidos”. Ni caso a Abascal, ni a Alvise Pérez, ni a los periodistas que buscan su hueco entre la derecha y la pared. Están perdidos. En esta crisis ha quedado claro lo que es inútil, como la extrema derecha, el reiki, los antivacunas, la mayoría de youtubers, el sueldo de muchos jugadores de fútbol o la mermelada de ciruela.