Lo que vemos todos

En el PP pueden intentar vendernos la burra que quieran y como quieran, pero todos vemos que si la tienen es porque la han trincado de un modo u otro. Me da igual lo digno que se ponga Rajoy, que Casado insista en el nuevo PP o Iturgaiz quiera que parezca que él nunca estuvo ahí. El titular de Eldiario.es gana para abrir esta columna por descriptivo: “El Tribunal Supremo confirma la existencia de una financiación irregular en el PP durante dos décadas”. La ratificación de la sentencia, además, es solo el primer peldaño de la escalera judicial que les queda por subir a los del PP, que ya no dan lecciones a nadie de nada.

No, la politización no empieza ahora

Las críticas a la propuesta de PSOE y Podemos de rebajar a mayoría absoluta la suma necesaria para elegir a los jueces del más alto tribunal son legítimas… Y lógicas. Como tuiteaba Jorge Bustos: ver a Lastra y a Echenique haciendo una propuesta así hace que rechinen los dientes de cualquiera. Pero no se puede culpabilizar a estos partidos de politizar la justicia porque lo está de antes: PSOE y PP ya se repartían el pastel poniéndose de acuerdo excepcionalmente para lograrlo y los jueces, lo vemos casi a diario, ya vienen politizados de casa. La mayoría, además, de portales de la acera derecha… O más allá.

¿Motivos para la huelga?

Quien lea esta columna habitualmente ya sabe que me he posicionado a favor de casi todos los gobiernos desde que se desató la pandemia. Bastante difícil es la gestión de todo esto como para intentar hacer electoralismo. Precisamente por eso los gobiernos que hacen electoralismo son los peores actores en esta tragedia, como el de la Comunidad de Madrid. Por desgracia, el del Estado entra cada vez más a ese juego irresponsable, como el de Andalucía, que es el que menos pruebas hace porque, según el consejero, es donde menos incidencia hay. Pero ahí, UGT y CC.OO. no hacen huelga. Ni seguidismo.

Patinazo de Trump

Al principio, pensaba que se trataba de un “fake” o una cuenta falsa en Twitter, de esas que parece que hacen gracia pero no. Pero rápidamente comprobé que se trataba de la cuenta real, la del presidente de EE.UU. y su equipo. Trump tuiteaba un montaje cutre en el que se ve un supuesto geriátrico con los residentes en silla de ruedas y, en el centro de la foto, la cara de Joe Biden mal pegada, junto al lema: “Biden for resident”. Lo que sería un error de la campaña, de cualquier campaña, con Trump y con los votantes estadounidenses nunca se sabe. Pero sí sabemos de qué madera está hecho Trump a sus 74 años.

¡Qué cara más dura!

Podría entender que Apple apuesta por los cargadores inalámbricos y por eso saca de la caja de su nuevo iPhone el cargador tradicional. Pero la excusa del “cuidado del medio ambiente” para justificar que un teléfono de 850 € se venda sin cargador ni auriculares no hay por dónde cogerla. Porque no, no se pueden reutilizar los de los modelos viejos (salvo los del inmediatamente más antiguo), así que el impacto de producción y envío del complemento desde el otro lado del mundo es el mismo. Lo malo, como tuiteaba Urtzi Jauregibeitia, es que el resto de marcas copiarán este “ahorro”.

Teletrabajo… Y desconexión

La ley de Teletrabajo ha llegado después de que suene la bocina y como suelen hacerlo la mayoría de las leyes: abierta a interpretaciones. Las descripciones en los medios han incidido mucho en qué parte le toca a la empresa y qué parte al trabajador. Pero he echado de menos más referencias expresas, insistentes y firmes al derecho a la desconexión. Porque ningún jefe debería de entender que el teletrabajo significa tener a su disposición a su equipo en cualquier momento. La cantidad de horas presenciales que regalamos ya es intolerable como para que nuestra casa sea nuestra cárcel. De ninguna manera.

Autónomos… De verdad

Soy autónomo. Sé perfectamente qué es el teletrabajo, las llamadas a horas intempestivas, las exigencias de los que están al otro lado, bajarse el sueldo cuando vienen mal dadas, pagar mi propio teléfono y mi propio ordenador, el coche, la gasolina y el menú del día. Como cualquier autónomo tengo también dos superpoderes: no coger la baja nunca y oler a kilómetros a un falso autónomo… Y también a quien no lo es pero se acomoda en esa victimización. Pero el negocio/jetada de Glovo, Deliveroo o Uber estaba clarísimo: “Se ahorran 72 millones al año por no dar de alta a los ‘riders’” (El Independiente).

Con la verdad medimos mejor

Sigo hablando de cuestiones y, sobre todo, discusiones laborales: en Maldita.es han publicado una información necesaria sobre los políticos a los que elegimos libremente. “Sueldos vitalicios: ni diputados, ni ministros ni vicepresidentes tienen derecho a ellos”, es el título de una pieza que, como todas las de esa web, merece el tiempo que le hemos dedicado. Porque solo con la verdad medimos mejor las críticas que podemos hacer. Y sin ella las críticas se convierten en desmedidas, y benefician a populistas de un extremo y de otro. Por eso todos tenemos y debemos aportar algo a calibrar debidamente.

El cuñado del año

Todos somos “cuñados” y “cuñadas”, y caemos a veces en críticas desmedidas. Es inevitable. Pero estoy convencido de que estar atento para que no nos la cuelen es nuestra responsabilidad individual. Y para recordarlo nada mejor que no perder de vista al que seguramente sea el cuñado del año todos los años: Javier Ortega Smith. El hombretón ha dicho recientemente: “Defenderemos la Monarquía hasta la última gota de sangre” (El Plural). Qué tío. Qué capacidad de convencerse a sí mismo de que ha dicho algo cuando no ha dicho nada. Porque la frase es un cagarro del diez para gente como él.

¿Es por todos… O es por ellos?

Cuando asistimos el primer pulso entre Fortnite y Apple o Android ya avisamos en esta columna de que no se trataba de una cuestión puntual sino de una apuesta por un cambio de paradigma. La empresa del videojuego quería saltarse la plataforma de aplicaciones de los dueños del sistema operativo (y la mordida, claro). Ahora se han sumado Tinder, Spotify y unas cuantas más con cierto peso. Y el resultado puede ser desastroso: los desarrolladores de aplicaciones más pequeños podrían quedar en desventaja, pasando por el peaje de Android y Apple mientras el poderoso, como siempre, contaría con buenos descuentos.

El «otro» espíritu navideño

Aunque fui a un colegio “de curas” se me suele olvidar sentido espiritual de la Navidad. Aun así, hay noticias que me dejan asombrado, como la del árbol de Navidad de Estepona, el más caro del mundo, valorado en 12 millones de euros. Un usuario de Twitter ironizaba con acierto: “Es lo que Jesús habría querido”, para dejar claro que si nos paramos a pensar en dé qué va la Navidad realmente, ese árbol no tiene ningún sentido. Y si pasamos de la Navidad católica pero tenemos dos dedos de frente también nos damos cuenta de que ese árbol con piedras preciosas de Cartier y Bulgari no tiene ningún sentido.

Son personas peligrosas

Las y los antivacunas son personas peligrosas, así que la decisión de detener al principal instigador de este movimiento en Samoa, donde un brote de sarampión ha dejado 63 personas fallecidas, de las que 52 eran niñas y niños, parece una decisión correcta. En La Voz de Galicia hacen un relato completo de cómo un error médico dio pie en el archipiélago a la difusión de esa teoría absurda sobre que las vacunas son peligrosas y ha acabado con más de 4.200 infectadas e infectados. Si la ausencia de pandemias es lo que ha permitido la proliferación de antivacunas, la existencia de estas plagas acabará con ellos… Y con muchos otros.

Mas, ¿contra Puigdemont?

Alguien tiene que parar la deriva de una parte del catalanismo. Esta verdad incómoda, por suerte, empieza a ser cada vez más extendida y aceptada. De hecho, en ERC lo tienen bastante claro y es el PDeCat el que sigue secuestrado por un líder al que casi nadie se atreve a hacer frente por miedo a que parta por la mitad una estructura ya muy maltrecha. Todo depende de que aparezca un nuevo líder… O reaparezca uno viejo: según El Independiente, Artur Mas podría ser la persona adecuada para desactivar a Puigemont y a todos los suyos, y terminar con el secuestro de un partido, una ideología y hasta casi un país.

Son solo empresas

Ya llevamos unos cuantos años de siglo XXI, de Internet y de revolución digital como para darnos cuenta de que muchos de los mensajes de cambio de paradigma se han quedado en oportunidades de negocio con más o menos fortuna. Así que, como hacen en Xataka, creo que ya podemos dejar de hablar del futuro de Apple, Google o Facebook como bancos porque, por mucha liquidez que atesoren, por mucho que tengan nuestros números de tarjeta y por mucho que conozcan nuestros hábitos… Siguen careciendo de la mecánica. Al final, son solo empresas, enormes y de mucho éxito, pero empresas.

La importancia de tomarse en serio a uno mismo

La música electrónica es un género curioso: muchas y muchos de los que la han escuchado durante un período de su vida se van haciendo mayores y en torno a ella, una vez eliminado de la ecuación el tipo de ocio con el que se le relaciona (como pasa con otros estilos musicales), van apareciendo publicaciones y textos cada vez más interesantes. Relatos de una época o de la transformación de un sonido que, como escribe Javier Blánquez en Beatburger, está hoy presente en muchos otros tipos de música. Por cierto, su texto es además una maravilla del periodismo especializado on-line y por eso lo traigo a la columna.

Hoy tienen una segunda oportunidad

La semana pasada Vox anunció su intención de proponer en serio la construcción de un muro suficientemente alto y suficientemente grueso en las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos para evitar el paso de los inmigrantes. Si ha leído este párrafo mientras desayuna espero que no se haya atragantado con el café. La desgracia es que van en serio: son la extrema derecha alocada, tipo Trump o Salvini, y colocaron la noticia como carta de presentación antes de la ronda de Felipe VI con los partidos. Si Sánchez no nos sorprende, puede que hoy mismo sepamos que va a dar una segunda oportunidad a Vox.

Solo hay que escuchar al pueblo (y ser del pueblo)

A Pablo Iglesias se le llena la boca hablando de “la gente” y a Pedro Sánchez cuando dice “España”. Me parece bien, pero si fueran de verdad de la gente y vivieran en la España en la que vive la mayoría, no nos mandarían a elecciones. La ciudadanía habla y hay que escucharle, y no solo en los sondeos o el día de votación. Lo hace constantemente: la alcaldesa de Móstoles, del PSOE, ha acabado por destituir a su hermana por los abucheos recibidos durante el pregón de las fiestas. Noelia Posse había contratado a Laura como community manager (puesto de confianza) por 52.000 € al año en el ayuntamiento.

La soberbia sirve para contratar

Noelia Posse no supo ser del pueblo (si lo eres te das cuenta de que no puedes contratar a tu hermana de ese modo siendo alcaldesa) pero sí supo escuchar. Los que ni lo son, ni les importa no serlo, ni escucharán a la ciudadanía son los del PP en Madrid: 75.000 € al año para el torero Miguel Abellán, director del Centro de Asuntos Taurinos; y 93.000 para Ángeles Pedraza, nueva gerente del 112. Lo más significativo del segundo nombramiento es que la ex presidenta de la AVT ha pasado ya por tres puestos de designación en dos semanas, hasta encontrar acomodo. La política así no es política, es negocio privado con dinero público.

Impuestos, ¿para esto?

Twitter es cada día peor. Sí, siguen actualizando sus cuentas a diario algunos usuarios de esos que comparten links interesantes e ideas que te dejan pensando, pero también se está llenando de intransigentes, vapuleadores por diversión y niñatos de todas las edades que creen tener las cosas claras. Así que aplaudo la respuesta de un clásico (para bien), Yeyo de Bote: “No entender que bajar los impuestos es igual a tener peores servicios y peor calidad de vida es de ser bastante más gilipollas”. Tiene razón. Lo malo es que esos impuestos también van a Abellán, Pedraza y Posse.

Un iPhone, un sueldo

Clausman también supo poner el acento donde importa cuando tuiteó: “¿Qué iPhone es tu nómina?”, junto a la foto en la que Apple mostraba sus nuevos (o renovados) modelos de iPhone junto a sus precios. Desde 500 a 1.1000 dólares. Sí, yo también tengo un teléfono que ronda los 1.000 euros, pero es mi principal herramienta de trabajo (hoy, más incluso que el ordenador), y porque lo manejo constantemente sé que es una barbaridad lo que pagamos y que si lo hacemos solo es por un motivo: porque los fabricantes y los desarrolladores de aplicaciones van a lo suyo en vez de a responder a las necesidades del usuario.

Sí, nos estamos atontando

Cada vez tengo más claro que, por culpa de la tecnología, ya somos como los gordos en los asientos reclinables de la película de Wall-e: obesos mentales. Por suerte, de vez en cuando viene alguien y me refuerza ese pensamiento: Alberto Olmos cuenta en El Confidencial cómo en la película “El Gran Hackeo” ridiculizan la imagen del integrado digital al que Cambridge Analytica le ha robado los datos y le ha obligado a votar a Trump. Personas con alto nivel de gasto en tecnología (alguna absolutamente innecesaria) que culpan al manipulador mientras sigue cediendo información que, al final, no es tan importante.

Apple dice que ya no nos escucha

Y donde pone Apple podemos poner Microsoft, Google, Samsung, Facebook, Huawei, Amazon o cualquiera de esas marcas que suenan a superempresa tecnológica. Por si acaso, yo siempre actúo como si todas ellas me estuvieran espiando: con total naturalidad porque mi día a día no tiene nada especial. El caso es que la empresa de la manzana mordida ha emitido un comunicado anunciando que ya no van a escuchar las conversaciones que los usuarios tenían con Siri (el asistente de voz) y que grababan para controlar la calidad de ese producto. Ya. Seguro que era por eso y seguro no van a hacerlo más…

Esto es lo grave

Quien tenga la tecnología suficiente (empresas, pero también estados y, por supuesto, mafias) nos escucha y puede trazar cualquier camino que hayamos hecho por medio del GPS de nuestro móvil, la tarjeta de crédito o viendo nuestro Instagram. Así que no entiendo que nadie pueda prevenir las matanzas. Al contrario: por culpa de la tecnología (chats y tutoriales para utilizar un arma) estamos en un mundo cada vez más peligroso, radicalizado, informado para causar el máximo dolor posible y empoderado: 175 asesinatos en ocho años a manos de la extrema derecha, según The Guardian, no son ninguna broma.

Y esto, lo chusco

Les hablo ahora de una noticia en El Plural que se ha movido mucho esta semana y que me he resistido a traer a la columna porque parece que se basa en una única filtración interesada de una serie de hechos chuscos: la presidencia de la Junta de Andalucía ha corrido con muchos más gastos de desayunos, comidas y cenas desde el cambio de gobierno, que con Susana Díaz al frente. Son muchos más los asesores que ahora gastan de la cocina propia de San Telmo que, además, ha cesado el contrato con Mercadona y lo tiene ahora con el proveedor de Master Chef. ¿Es grave? No. Pero indica una forma de actuar “cortijesca”.

Navarra, un territorio vasco del sur

Navarra es uno de los territorios al sur de los Pirineos que componen Euskadi. Esta evidencia, negada por muchos y enterrada en la historia por quienes pueden, como toda realidad, es tozuda. La presencia del euskera, de la cultura propia e incluso de personajes vinculados al PNV, por mucho que le fastidie a Marhuenda y sus seguidores, son innegables: esta misma semana un hilo en Twitter recuperaba la figura de Fortunato Aguirre, profesor, miembro del NBB, alcalde de Lizarra, uno de los fundadores de Osasuna (además de la ikastola de su pueblo) y fusilado en el 36 por los golpistas y fascistas.