Un mono con dos pistolas

Donald Trump nunca quiso ser presidente, no tiene ideas, es irritable, cuando entró en la Casa Blanca se tiró dos días encerrado en su habitación viendo la tele y devorando Big Macs, su hijo se reunió con emisarios rusos traicionando a la patria y bajo la sospecha del lavado de dinero y sus colaboradores le abandonan con facilidad porque creen que es un incapaz y solo se rodea de imbéciles. Así es Trump según el libro de Michael Wolff que salió ayer a la venta. Empieza la fiesta.

Sus mayores pecados

El corresponsal José Ángel Abad ha lanzado una serie de tuits muy interesantes sobre el libro de Wolff marcando tres claves: la primera, la traición. La de Steve Bannon, que fue su mano derecha, y sobre todo la que éste apunta: que el hijo de Trump se reunió durante la campaña con varias personas relacionadas con el Kremlin en un claro acto contra EE.UU.. La segunda, que quiso ser candidato por la popularidad pero nunca quiso ser presidente. Y la tercera, su incapacidad.

Bannon es la clave

La política es apasionante, sobre todo desde las bambalinas. Y esos personajes detrás de los focos son, sin duda, los más interesantes, como Steve Bannon, que lanzó a Trump desde su medio on-line conservador y acabó siendo jefe de campaña y de estrategia de la Casa Blanca. Un enfrentamiento con el yerno de Trump le costó el despido, y ha acabado contando a Michael Wolff unos hechos que pueden ser las partes más jugosas del libro que todos queremos leer ya.

¡Ya le gustaría!

Trump ha cometido muchos errores como presidente. Los políticos son los más graves y los comunicativos, los más relevantes. Y el que posiblemente sea su error más importante tiene una parte de cada: despreciar a la prensa desde el primer minuto y señalarla constantemente como generadora de noticias falsas ha desactivado la (poca) validez de ese discurso cuando más lo necesita. Sus quejas ante el libro de Wolff y sus gritos de que es todo mentira por propia su culpa suenan a música de fondo.

Los hechos lo confirman

Sin embargo, Donald Trump todavía tiene la sartén por el mango: puede demostrar que Wolff es un exagerado y Bannon un alarmista, con una legislatura cuidada en fondos (política) y formas (comunicación). Sin embargo, quien da verosimilitud a los excesos que Wolff narra es el propio Trump: ¡cómo se le ocurre enfrentarse al líder de Corea del Norte tuiteando que su botón nuclear es más grande! Así solo ratifica su imagen de iracundo incapaz que no sabe qué hacer y huye hacia delante.

Un indicador

Es evidente que es una cuestión menor la “apasionadísima” discusión entre actualizadores de Wikipedia sobre si Catalunya ha sido independiente o no durante ocho segundos, y si así tiene que aparecer en esta enciclopedia on-line que, para muchos, es la primera fuente (ojo, tomársela demasiado en serio es un error). Una cuestión menor… Pero también un indicador de que la batalla del relato no la está ganando Catalunya ni en los espacios serios ni en los más ligeros.

Lo saben hasta en la BBC

Me temo que ni aunque la BBC lo explique en castellano muchos españoles querrán saber un poco de su propia historia. El relato de este medio es bueno para conocer el tecnicismo del término “nacionalidad histórica”, con la que en el 78 se diferenciaron Euskadi, Catalunya y Galiza porque antes de la dictadura tuvieron su propio Estatuto (no entran en la historia de cada pueblo). Luego, ya lo sabemos, esto se disolvió con el café para todos de las autonomías.

La otra Guardia Civil

En Catalunya y en España los cuerpos y fuerzas de seguridad viven un momento estupendo: su popularidad está por los aires y no creo que muchos agentes hayan percibido tanto cariño y arrope de la ciudadanía como estos días: mossos, policías nacionales y guardias civiles están siendo abrazados y vitoreados. Pero algunos miembros (y de este riesgo no se libra nadie) siguen abusando de su autoridad: “Detienen a dos guardias civiles con 38 kilos de hachís en su coche”, en Málaga.

Más abusos

Linkedin tiene un problema: que va a cerrar. Una red social solo es rentable si es de masas… Y ni eso, y si no, que se lo pregunten a Twitter, que sigue perdiendo una millonada cada año. Si a esto sumas que ya se han establecido tipos de usuarios que hacen poco atractiva tu red, tienes un problema mayor. En El Confidencial los han recopilado: el baboso, el que se cree un gurú, el que piensa que los desempleados son unos vagos, o el que se queja de los que se quejan, entre otros.

¿Solo de los deportistas?

Voy a dar por bueno que hablemos de los deportistas de élite en este caso, como ejemplo representativo de personas que, por su éxito, colocan publicidad en sus redes sociales digitales sin avisar de que lo están haciendo. Pero este mal va mucho más allá de los futbolistas, baloncestistas o tenistas. Incluso las estrellas propias de las redes, esas que fuera no conoce nadie, cometen el mismo fraude. Porque, sí, es obligatorio avisar de que se trata de publicidad.

Llegó el gran día

Desconozco que estará pasando en Catalunya en el momento que está usted leyendo estas líneas. Todo es posible: que la ciudadanía esté votando pacíficamente como es su voluntad, que se lo estén impidiendo como es la voluntad de los poderes ejecutivo y judicial españoles, o que se lo estén impidiendo por la fuerza, que es el peor escenario posible. Pase lo que pase, hoy tampoco hablaremos del mal endémico de España y el partido que gobierna. Lo dice hasta la BBC.

¡El que faltaba!

No ha estado presente en ningún momento y, sin embargo, algunos siguen esperándole, como a Godot. Según El Independiente, el rey de España podría pronunciarse hoy o mañana “como hizo su padre el 23-F”. Lo que no sé es a qué nación va a dirigirse, la verdad, si a la España con la que se acostó ayer o a una nueva con Catalunya en la pista de salida y Euskadi en la cola para despegar. Lo que es evidente es que el modelo de estado español hace aguas hasta en las formas.

Pues es verdad

Un país como Catalunya, que se ha caracterizado siempre por un marketing estupendo, se encuentra sin héroes en un momento tan crucial. Romeva se ha deshinchado, Junqueras guarda demasiada ropa mientras nada, y a Puigdemont no lo eligió nadie para liderar este procés. Solo Trapero ha emergido como figura. Y personajes que, como Mainat o Piqué, están lastrados pero le han echado valor, como reconoce Quique Peinado. Al César lo que es del César.

¡Anda!

Tengo este enlace guardado desde hace días para sacarlo hoy: si por parte del nacionalismo catalán lo han intentado todo para votar en paz pese a su ausencia de líderes, no es menos cierto que por el bando nacional lo han intentado todo para boicotear el referéndum de hoy. Como Jordi Evolé, alzado como el periodista catalán de referencia, que usó su sesgo en preguntas y edición… Como siempre. Su trampa sobre la votación del Kurdistán quedará como paradigmática.

El epílogo

Como Miguel Ángel Puente, yo también pensaba que en un referéndum planteado con limpieza no hubiera ganado el “sí” en Catalunya. Y como mi amigo y compañero, creo que el problema no se termina hoy, sino que empieza el verdadero quebradero de cabeza para España: una generación frustrada y enrabietada va a coger las riendas de su futuro. El tiempo solo juega a favor de Catalunya y en contra de una España que habrá provocado su propio fin.

«Día del desarme»

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Cuidado con lo que nos dejamos enredar: a veces pienso que los “artesanos de la paz” que piden a la ciudadanía que participe en el “día del desarme” de ETA temen que alguien les esté tomando el pelo y, por si acaso, quieren que todos los demás nos lo dejemos tomar también. Pero la entrega de armas de ETA (que me temo que será decepcionante) es un paso muy serio y como tal tenemos que tomárnoslo, porque con esas armas se ha matado y amenazado a personas.

La capucha, no: lo de dentro

No sé por qué hablamos de “encapuchados” cuando es más interesante lo que tienen en la cabeza que con lo que se la cubren. Así, más me preocupa la materia gris de quienes se uniformizan (sudadera negra con capucha y pasamontañas negro) y se dedican a romper mobiliario urbano y de la universidad para protestar… contra todo. Porque en la manifestación de ayer reivindicaban tantas cosas que, en realidad, ninguna era el objetivo salvo el propio conflicto.

Por supuesto, Westminster

Evidentemente, en esta columna también tenemos que hablar de lo que sucedió en Londres y de cómo las redes sociales lo han recogido. A la parte buena como los Facebook Live de la BBC para ver qué estaba sucediendo, y lo rápido que reaccionaron los medios (los tradicionales) ofreciendo información contrastada, hay que sumar la mala: la cantidad de mensajes islamófobos que nos han intentado colar los que están de campaña permanente por su propia xenofobia.

No se lo contéis al ministro

Esto que acabo de describir de que en Facebook podíamos ver en directo lo que emitían las cámaras de los alrededores de Westminster, y de que en Twitter se distribuyeron fotografías del momento inmediatamente que luego fueron usadas para los propósitos de los peor intencionados, no se lo cuenten de sopetón a Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación y portavoz del Gobierno, que delante de un foro profesional tuvo el valor de decir que “el futuro pasa por hacer páginas web”. ¡Y olé!

No será el último

Tiene razón Javi Sánchez, uno de los periodistas más sagaces que he conocido gracias a Internet, en que el titular que han puesto, con toda la (buena) intención en El Diario es valiosísimo: “La gestora del PSOE prohíbe por burofax a Pedro Sánchez continuar con su ‘crowdfunding’”. Dibuja la confrontación de dos mundos, el del burofax, pegado a la normativa y a mecánicas tradicionales, contra el del crowdfunding, pegado a Internet y la participación.

Excusas, no: responsabilidad

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La nota de prensa de LAB sobre lo sucedido en el campus de Leioa de la UPV/EHU es un show de equilibrismo para evitar ponerse en el único lado bueno: el de los agredidos por los que van con la cara tapada. Todo lo demás, sobra, y más cuando luego, en Gasteiz, los mismos de las capuchas repiten. Alguno de los del nuevo tiempo, el relato respetuoso y el reconocimiento de todo el dolor padecido tiene que hacerse responsable de lo injustificable, y no poner más excusas.

Menos ejemplos de fuera y más trabajo interno

Ahora para la izquierda abertzale el ejemplo es Catalunya, es decir: un territorio que no ha logrado el autogobierno económico del vasco pero que, sin violencia, parece que ha avanzado más hacia la independencia. ¡Ojalá se hubieran fijado antes! Pero, no, entonces el modelo era el norirlandés, ¡ah, claro! ¿Y ahora, por qué no hablamos de ellos? Básicamente porque siguen disparándose: un antiguo miembro de un grupo paramilitar ha fallecido en Belfast a causa de disparos en el cuello. Ya hay dos arrestados.

Cuidado con quién te solidarizas

Ninguna agresión es justificable. Ninguna. Tampoco cuando la agredida es una agresora habitual como Lucía García de la Calzada, conocida como “La Intocable”, y que ayer fue detenida en Madrid dentro de una operación contra bandas neonazis junto a otros dos compañeros de ideología y prácticas, con los que convivía. García de la Calzada fue también la agredida por otro puñado de “valientes”, esta vez de izquierdas, según ellos, que la atacaron en grupo en Murcia.

Sí, hay que intervenir

Google, Facebook y Twitter tienen un problema: lo que permiten en sus webs empieza a no permitirse fuera de ellas, y el primero en alzar la mano y la voz ha sido el parlamento británico después de un reportaje en la BBC. En este programa se veía que en Facebook (empezaron por esta red social pero solo es la primera) se permitía la existencia de grupos de pederastas. No es el único riesgo: incitación al odio, violencia explícita, manuales para robar o poner bombas… Internet tiene que tener límites, y la responsabilidad también es de las principales empresas.

Tampoco podemos seguir haciéndonos trampas

Pero no es posible pedir responsabilidad sin asumirla. Y en que Internet sea aprovechable, como pedía Chema Alonso en las páginas de DEIA, tenemos todos responsabilidad, especialmente los que nos ganamos la vida observándolo e interviniendo en esta gran red. Y no podemos seguir haciéndonos trampas al solitario. Por ejemplo, Urtzi Jauregibeitia tuiteaba una de las grandes realidades: las Apps se desinstalan rápidamente, ¿por qué entonces nos intentan colocar el número de descargas si lo que importa es la retención?