Arranca una nueva semana, y en el PP es un nuevo comienzo. Tienen que luchar para no caer en la irrelevancia entre la derecha extrema de Ciudadanos y la izquierda del PSOE que le quiere ocupar el centro. Irrelevancia que ya tiene en la CAV o en Catalunya, por ejemplo. Pese a ser poco más que un grupo residual, el PP quiere dar guerra en Bilbao y Bizkaia con temas como las pantallas gigantes para ver a “La Roja”. Pues bien, Carmena tampoco va a colocarlas en Madrid, que se ocupen de aquello.
No defiendo a ninguno
Mariano Rajoy se fue por la corrupción en el PP. Un motivo más que suficiente. Pero una cosa es señalar el motivo y asumir las consecuencias, y otra atacar el sistema democrático porque cuanto peor, mejor (para Podemos y para Ciudadanos): webs como Casos Aislados son absolutamente capciosas porque cuentan como delito casos que se están juzgando, no tienen en cuenta las sentencias absolutorias y suman como “robado” el total de la obra pública y no el quebranto.
Esto es importante
Voy a hablarles de un videojuego, pero voy a hablarles de algo importante, sobre todo si saben que un hijo o una hija suya juegan al famosísimo simulador de fútbol “FIFA” de EA. Yo también lo hice, pero cuando era joven no tenía instalada esta funcionalidad tan peligrosa: hoy en “el FIFA” se pueden comprar sobres virtuales con tarjetas de jugadores, en una especie de “tragaperras”, como explican en Xataka, que va con dinero real y crea bastante adicción, según denuncian exjugadores.
La “modernidad”
Me acuerdo de aquel profesor de Literatura que tuve al que le gustaba bromear con que, si nos considerábamos modernos, pertenecíamos a un movimiento con más de cien años. Pero para antiguos y antiguas quienes consideran “moderno” o “actual” vivir como nuestros antepasados: sin vacunas, con partos en casa o renunciando a condiciones de salubridad que nos han traído hasta aquí. En Internet hay muchas webs que invitan a ese retroceso y, por suerte, muchos que lo denuncian.
No es para tanto… O sí
En satírico El Mundo Today titulaban recientemente: “Una directora de marketing se pregunta por qué el hashtag #lechepascualtulecheladetodos no es viral si costó un millón de euros pensarlo”. Y la broma me hizo reflexionar. Ningún hashtag cuesta un millón de euros, aunque algunos pasan unas facturas tremendas por hacer marketing on-line. Facturas que no lo valen porque crear un hashtag o, simplemente, saltar a Twitter, está pasado de moda. Y eso, se lo aseguro, es una suerte.