Pierde la memoria

Gana la ultraderecha en Alemania y pierde la memoria colectiva: el fascismo, por mucho que se disfrace, sigue siendo fascismo y, lo más importante, sigue justificando al fascismo. Allí y aquí. Y la simple idea de que ese fascismo puede ser una opción es una idea equivocada: lo vemos claramente lejos, ¿por qué no somos capaces de verlo cerca? Lo siento, pero nadie va a encontrarme haciendo lavados de imagen ni blanqueando al que solo oculta lo que es sin cambiarlo. En Alemania sube el fascismo y en Euskadi sube el fascismo, envuelto en marketing y posibilismo, y con ayuda de templados colaboracionistas.

Pero sigue dependiendo de Vox

El nuevo curso político en Madrid empieza como terminó el curso pasado: con el PP sobre el PSOE en las encuestas pero dependiendo de Vox. Y esta dependencia que en los medios se presenta como una suma de derechas, como si la extrema fuera una opción democrática y legítima, otra vez, es la que cierra la puerta de Moncloa a Núñez Feijóo. El gobierno español ya gobierna pendiente de varios hilos. ¿Por qué no iba a seguir haciéndolo? Mal hacemos desde la prensa si damos por hecha una abominación, pero peor lo hace el PP si sigue mostrándose cómodo en ese relato que le sitúa abrazado a Vox.

¿Y qué?

Hoy Brasil no es un lugar peor que ayer. Tal vez lo sea incluso mejor: se ha librado del ruido de X, la red social de Elon Musk, que se ha negado, primero, a responder a unos requerimientos judiciales y, después, ha decidido cerrar las oficinas volatilizando la representación legal en el país (y el trabajo a unas cuantas personas), lo que ha llevado a esta situación de apagón. No hay X en Brasil. ¿Y qué? Nadie pierde nada salvo Neymar y quienes monetizan cada uno de sus tuits. Y estoy con el presidente Lula da Silva: Musk puede tener todo el dinero del mundo pero no está por encima del reglamento de ningún país soberano.

La tragedia diaria que tiene que acabar

Soy pesimista: no creo que la huelga general en Israel sirva para detener a Netanyahu y su gobierno ultra (esto es lo que traen los ultras, más claro, imposible) que no se ha detenido ante nada hasta ahora. Lo que cuenta Olga Rodríguez en X es terrible: el ejército atacó “un convoy humanitario en Gaza” y “mata a varias personas empleadas por la empresa de transportes con la que la ONG trabaja”. El convoy, de una ONG estadounidense “llevaba combustible y medicinas al hospital de Rafah y había coordinado su ruta con las fuerzas israelíes”. Este gobierno de Israel es claramente criminal y como tal tiene que ser tratado.

Vuelve el Girondins… en la cuarta división francesa

Nahuel Lanzón hace una crónica sucinta y suficiente del regreso del Girondins de Bordeaux después de que el club fuera liquidado: “El Girondins de Bourdeaux debutó en la cuarta categoría del fútbol francés tras su desafiliación profesional. Y le costó. ¡Empataron 1-1 sobre la hora ante el Poitiers con gol del arquero!”. La ausencia de un club de fútbol referente en Iparralde convertía al equipo aquitano en el faro del fútbol vasco en el norte, pues captaba talento desde Bordeaux hasta Hendaia: Lizarazu, Louis-Jean (actualmente en el Athletic) o Deschamps, que lanzó su carrera en el Girondins, son motivos de sobra para celebrar su vuelta.

¿Se cree el «Patriota» de ‘The Boys’?

Ojo a este tuit y su respuesta: “La compra de Twitter por parte de Elon Musk se convierte en el peor negocio para la banca desde la gran crisis de 2008. Las pérdidas potenciales de la red social ya superan los 2.000 millones de dólares”, según Al Descubierto. Pero Miguel García Álvarez respondía con otra clave: “La compra de Twitter no fue una compra para logar beneficios directos, fue una compra para influir y controlar la narrativa y la conversación en Internet. Fue una forma de intervenir para imponer una visión del mundo. Un coste del 1% del patrimonio de Musk es una ganga”. ¿Acaso Elon Musk se cree el “Patriota” de ‘The Boys’?

No lo hizo solo

En Wired hemos leído esto otro sobre X, también, interesantísimo: “Un tribunal californiano ordenó la publicación de la lista de inversionistas que apoyaron la adquisición de Twitter”. “Entre los nombres más conocidos está el de Jack Dorsey, cofundador y ex CEO de Twitter, quien anteriormente había criticado duramente las acciones de Musk. También figuran en la lista el príncipe Alwaleed bin Talal al Saud, de la familia real saudí, e importantes empresas de inversión como Baron Opportunity Fund y Andreessen Horowitz. También hay exponentes del star system como el rapero Sean ‘Diddy’ Combs”.

Son responsables

¿Sabían Dorsey, el príncipe saudí, los inversores y el rapero que el plan de Musk no era ganar dinero sino favorecer una ideología ultraconservadora y friki? Ahora que todas y todos lo sabemos y que el negocio parece ruinoso, ¿van a desinvertir o reclamar algún tipo de compensación a Musk? Si no lo hacen seguirán siendo responsables de noticias como la que tuiteaba John O’Brennan en una respuesta, precisamente, a Elon Musk: El 83% de las reclamaciones de gobiernos autoritarios para censurar cuentas en X han sido admitidas. Yo lo que veo son motivos de sobra para abandonar esta red social.

El gran negocio de Musk

El gran negocio de Elon Musk, el que le reporta beneficios millonarios con los que sufragar sus cruzadas ideológicas, no es X, evidentemente, tampoco Tesla, sino Space X. Su empresa de cohetes va como eso, un cohete: “La decisión está tomada: Space X rescatará a los astronautas de la NASA y la nave de Boeing volverá vacía” (Xataka). La empresa aeroespacial es ya un proveedor habitual de la NASA y, además, posee una tecnología única que le permite recuperar y reutilizar las diferentes partes de las naves varias veces. En la NASA, que es pública, también saben a quién enriquecen, ¿debería de importarles?

Qué inteligencia artificial buscamos

Resulta muy interesante observar el ranking que hace Andreessen Horowitz con las 50 inteligencias artificiales más usadas, y que recogen en Microsiervos. Parece que buscamos “herramientas creativas para fines específicos, como la generación y edición de contenido: imagen, video, música, etc.”. A las otras IA, esas con las que podemos conversar, empezamos a darles un uso significativo “reemplazando con sus consultas a la tradicional pregunta a Google”. Esta es la tercera vez que Horowitz publica este ranking, en el que se ha mantenido al frente todo el tiempo ChatGPT. Por detrás se sitúan Perplexity y Claude, y sube Copilot, de Bing.

Hasta que solo quede Elon

Por supuesto que creo que es una buena noticia el descenso del número de personas usuarias en la red social X, por lo menos, en Europa: de 111,4 millones a 105,9, según Euronews. Esta cifra supone una quinta parte de su negocio mundial: 550 millones de personas en el planeta nos conectamos a la plataforma de Elon Musk, el que decidió volver a dar de alta cuentas baneadas por los anteriores propietarios (es decir, infló esos números recuperando a lo peor de su red). Cuantas más personas se mantengan alejadas o abandonen de ese pozo de guano, mejor. Y no va a pasar nada: también pensábamos que nada podía reemplazar a Facebook.

Esto no es Gaza

Lo único bueno que le veo a X es que me hace la vida más fácil. Por ejemplo, puedo coger un tuit del Telediario para ilustrar este párrafo: “Un centenar de colonos israelíes irrumpió anoche, arrasando con todo, en la aldea de Jit, en la Cisjordania ocupada. Quemaron coches y casas y abrieron fuego contra la población”. No hablamos de Gaza ni de una noticia excepcional, por desgracia. Y si no nos enteramos de más ataques de colonos es porque son tan recurrentes que dejan de ser hechos noticiosos, pero son graves y, como tal, deben ser frenados en seco. Y si no lo hace Israel, que lo haga la comunidad internacional.

Lo veremos en otra plataforma

También es verdad que en X sigo a personas muy interesantes que me ponen sobra la pista de temas jugosos y que, en algunas ocasiones, los comentan con cierto salero. Pero no pasa nada si la red de Musk colapsa: nos encontraremos en otras plataformas. Niporwifi es uno de esos a los que seguiré en la próxima web que se ponga de moda porque a noticias como esta en El Confidencial: “Dos bisnietos de Franco venden 7 pisos de lujo en Madrid por 57,7 millones de euros”, apostilla así: “Su bisabuelo tomó un vuelo de Canarias a Marruecos, y ahí empezó su empresa. Esta familia se hizo a sí misma con dinero robado al Estado español”.

No reconocen una dictadura

Precisamente en X y gracias a que Elon Musk permitió hacer tuits largos, Zigor Aldama explica que le “sorprende ver a tanta gente de países democráticos apoyar regímenes como el ruso, el cubano, el norcoreano o el chino”, y describe cómo estos regímenes, a los que también añade el de Venezuela, controlan a la prensa, los parlamentos y las elecciones. El periodista vasco termina con un dardo certero: “Equiparar a Rusia con Polonia, o a China con Estados Unidos, es una fantasía de gente cegada por su ideología”. Yo soy mucho menos sutil: no puede dar lecciones de democracia quien no reconoce una dictadura cuando la tiene delante.

La realidad de la recarga de los eléctricos

Salgo por fin de X para volver a algo tan clásico como un blog, en concreto, al de Gonzalo Casado, que ha expuesto con total claridad a qué se enfrenta el dueño de un Tesla. Lo hace desde el optimismo y la convicción de que ha tomado una buena decisión, pero también con un realismo necesario sobre lo que sucede con los puntos de recarga: no siempre disponibles, alejados y, en las ciudades, con solo una plaza para el que coche que está recargando, sin que nadie pueda esperar después. Una realidad que ayuda a que la mayoría mantengamos nuestros recelos hacia unos vehículos que, además, son caros.

Aprovechemos el descanso

Escribo esta columna sin saber el resultado de anoche y sin saber, evidentemente, si Pedro Sánchez ha convocado una rueda de prensa de urgencia para anunciar unas nuevas elecciones generales después de valorar los resultados. Así que aprovecho esta ventanita de ignorancia para escribir de otros temas: no me parece un escándalo, ni siquiera me parece caro que el gobierno de la comunidad de Madrid se haya gastado 650.000 € desde 2019 en publicidad on-line por medio de influencers (El Plural). De hecho, creo que el experimento es muy valioso para otros territorios y que estos melones los tiene que abrir quien puede. Y Madrid puede.

Como si no costara

Uno que sabe de política española mucho más que yo y mucho más que casi nadie me dijo la semana pasada, cuando todavía estábamos de campaña, que podíamos vivir tranquilos hasta otoño porque Pedro Sánchez no iba a convocar elecciones antes. Que podíamos contaminar lo que no debíamos y gastarnos lo que no teníamos sin pensar. Y no exageraba: “Hoteles y restaurantes anticipan un verano de récord: el 25% de españoles aumentará su gasto en viajes” (Vozpópuli). Por supuesto que gastamos y consumismos recursos por encima de nuestras posibilidades, porque somos una banda de hipócritas. Y Pedro Sánchez lo sabe.

Cuba, Rusia y lo que caiga en el vaso

Como ya no estamos de campaña y ya no parece que tengo un objetivo electoral puedo decir con total libertad que ya hay que ser hipócrita para mostrar repulsa hacia Netanyahu (algo que cualquier ciudadana y ciudadano de bien debe hacer) y no hacerlo hacia Putin (algo que cualquier ciudadana y ciudadano de bien debe hacer). Y de la misma manera: ya hay que ser hipócrita y colaboracionista para empatizar con la población de Gaza y no hacerlo con la de Cuba. El gobierno caribeño “confirma la llegada en una semana de tres barcos y un submarino nuclear rusos” (Infobae). Sin armamento, se apresuran a aclarar. Y sin vergüenza, también.

Fachas y ultrarricos

Llevo años diciendo que el mayor problema que tenemos como civilización son los ultrarricos (hombres, en su mayor parte) y que nuestras posibilidades de sobrevivir aumentarán en la medida en la que seamos capaces de librarnos de ellos. Y lo siento, pero el tiempo solo me da la razón: el modo en el que Elon Musk (que nunca ha escondido su simpatía hacia Trump) se está acercando a gobiernos de ultras, como el de Milei, para acceder con más facilidad a recursos naturales, solo es la confirmación de que esos ultrarricos son un peligro real al que debemos enfrentarnos y ante el que solo podemos vencer. Nos va la supervivencia en ello.

Escribir como Boyero

Ha pasado la campaña y llega el momento de las confesiones: soy un cronista frustrado y un editor insatisfecho. En ambos casos lo que yo quería haber hecho es escribir como Carlos Boyero: lo que me diese la gana, fiel a mi criterio y, sobre todo, escribirlo de puta madre. El personaje que se nos está revelando ahora por medio de sus memorias que comentan varios digitales, como Público, desconocido para quienes solo leíamos al crítico desacomplejado, no resulta tan atractivo. Y Boyero abre así nuevos dilemas: ¿tiene que gustarte el autor? ¿Es preciso tener “una vida de placeres, baches y excesos” para atesorar criterio, estilo y arte?

Yo voy a votar teniendo en cuenta esto

Yo hoy voy a votar teniendo en cuenta quién me ha dicho la verdad y quién no lo ha hecho. Teniendo en cuenta quién ha sido coherente y quién está pegando volantazos. Teniendo en cuenta quién es capaz de tener una visión global y de largo recorrido y quién ve solo lo que le dicen sin explicarnos quién se lo dice. La alta velocidad ferroviaria que en Europa se utiliza y, además, se fomenta, es uno de los ejemplos más valiosos que tenemos de pragmatismo vasco, de interés español en función de necesidades políticas, de prácticas electoralistas sin vergüenza, y lo será de cambio de opinión histórico en la izquierda abertzale.

Esto, también

Hace unos días Alberto Elías tuiteaba esto: “Me niego a que haya que resignarse y aceptar que sea legal colar anuncios así en campaña y que no pase nada. En serio, ¿se nos está yendo la puta cabeza?”. Lo hacía sobre un pantallazo pegado a un anuncio de Vox: “Más muros y menos moros. Lo que Vox quiere para Europa”. El mensaje es absolutamente cavernícola, y con él conseguirán votos, que es lo más alucinante. Pero solo es un poco menos sorprendente que, como bien denuncia el usuario de X, alguna plataforma digital haya admitido que puede ganar dinero difundiendo semejante montón de mierda racista.

Y esto

Las y los que han estado en contra de la alta velocidad ferroviaria en Euskadi tampoco han estado nunca a favor del proyecto europeo (si van a Bruselas es por el dinero y los contactos, no a trabajar por su país), como la extrema derecha. Sin embargo, como recuerda Enrico Letta, hoy nadie habla de “exit” y todos se arriman al proyecto europeo. Creo que el expolítico italiano es muy optimista en su reflexión. Yo, por si acaso, hoy voy a votar convencido de que el fascismo de allí, como el de aquí, está escondiendo su naturaleza antieuropeísta y está siendo puramente pragmático para pillar pasta y cacho. Lo que hace Alvise Pérez, vamos.

Cómo no, esto lo tengo en cuenta

Curiosamente, unas elecciones europeas que tan poco importan a la mayoría han sido las primeras en las que la inteligencia artificial ha podido intervenir. Una inteligencia artificial que, como muestra Uxioferreeiro en X, sirve para poner en boca de Pedro Piqueras y las candidatas y candidatos de los partidos españoles, palabras que nunca pronunciaron. El vídeo tiene su gracia porque cae en los tópicos de cada partido, pero es aterrador: tenemos que aprender a recelar de todo, a no creernos nada. Y la culpa la tiene el periodismo que empezó aceptando contenidos de baja calidad que ahora la inteligencia artificial replica con facilidad.

No puedo olvidar esto

Hoy votaré, sobre todo, en contra de las y los ultrarricos. De ese colectivo que, como bien exhibe Elon Musk, abraza además las ideas más ultras (salvo honrosas excepciones como Bill Gates), y que definen bastante bien en El Confidencial: esa gente que “puede desaparecer en un avión privado” y “puede permitirse una vida al margen” de la inflación o el cambio climático y que “observa la política, pero como un zoólogo”. Un colectivo al que, como bien expresan, solo podemos hacer frente de un modo colectivo (y las y los políticos tienen que hacer frente sin ambages), y para eso la redistribución de la riqueza es clave.