Cortesanos hasta la náusea

“‘El mejor Alcalde, el Rey’. El Rey Felipe VI recibe la llave de oro del municipalismo, en el 40º aniversario de las primeras elecciones municipales democráticas. Gracias por su apoyo siempre al municipalismo”. Este tuit de Cuca Gamarra, del PP, sobre el reconocimiento de la Federación Española de Municipios y Provincias, resume a la perfección lo que quiero decir en el titular de la columna. Y puedo admitir que haya monárquicos en España, pero me parece inexplicable este reconocimiento de los representantes de la democracia más próxima a un tío que ha sido elegido por los espermatozoides de su padre.

Podemos se rila

Soy muy malo haciendo predicciones políticas, pero creo que esta vez no va a haber repetición de elecciones porque quien provocó el anterior ha comprobado que solo puede ir a peor: en Podemos se han resignado y han admitido que los sondeos son ciertos y tras otra campaña solo seguirían perdiendo diputados. Así que los principales interesados de que Sánchez forme gobierno son ellos, con Iglesias de ministro o en la bancada. Al contrario, esta vez al PSOE no le importa que Podemos se inmole porque las encuestas anuncian que vencería y que el PP se recuperaría, retornando poco a poco al bipartidismo.

Estamos generando jetas

El chef Samuel G. Galdón denuncia en Twitter que ha recibido una oferta del influencer Raúl Vidal para que el primero invite el segundo a comer o cenar a cambio de 3 stories en su Instagram y el de su compañero. El restaurante está en una casa rural de lujo de Ibiza y la cara de algunos está en un grado de dureza que roza ya el adamantium. Galdón lo ha denunciado y ha hecho bien, pero, ¿cuántos callarán ante semejantes propuestas y cuántos tragarán porque nadie les explica que una inversión en Comunicación tiene que estar bien pensada? ¿Así financian algunos sus vacaciones? ¡Qué morro!

Tesla es un agujero

Elon Musk siempre me ha parecido más un charlatán de feria que un visionario y una persona con verdadera vocación por mejorar el mundo. Y Tesla, por mucho que me la vendan Musk, sus inversores y los flipados por la tecnología, siempre me ha parecido una marca con más carencias empresariales que éxitos. Y seguimos sumando noticias: no producen lo suficiente y los coches se amontonan fuera de la única fábrica del mundo, en EE.UU. (hasta que por fin abran las de China y Europa) porque no tienen capacidad para enviar los vehículos fabricados. Y lo más importante: con una deuda de 9.300 millones de euros, según El Confidencial.

El futuro era el gasto energético inmenso

No digo que no lo estemos haciendo ya, consumiendo recursos naturales como los combustibles fósiles muy por encima de nuestras necesidades y posibilidades como humanidad. Pero también tengo claro que el futuro pasa por más gasto de electricidad, básicamente: si todos los coches de hoy fueran eléctricos como los Tesla, ¿cuántas centrales nucleares necesitaríamos? Y con el bitcoin pasa lo mismo: para generar esa riqueza virtual hace falta que ordenadores de todo el mundo trabajen sin descanso y requieran de esa misma luz. De la difícil sostenibilidad de estas “novedades” pocos hablan como en Magnet.

¿Queremos esto?

Confieso que soy un ciudadano con tendencia a confiar en el sistema y quienes lo sustentan. Si no, no podría dedicarme a observar a los políticos. Pero los anuncios sobreproteccionistas y ultragarantistas me dan un poco de miedo. ¿Qué oculta tanta seguridad forzada a cambio de que un organismo público (no necesariamente el poder judicial) limite libertades? ¿No gana con ambos elementos el sistema y sus peores representantes? Esto es lo que sucede en la dictadura China, de partido único: 17,5 millones de ciudadanos tienen prohibido viajar en avión por haber perdido su “crédito social” (The Independent).

Esto otro, seguro que no

El avance de la extrema derecha en el mundo puede explicarse con un argumento similar al del éxito del Bréxit: la ciudadanía no sabe que lo que elige conlleva una involución, una pérdida de parte de su modo de vida porque no se lo han explicado (o le han mentido, directamente) y porque cree sus derechos están garantizados. Y lo están, pero justo por esos a quienes algunos quieren cambiar. El usuario Jota lo resume en Twitter: “El que piense que los derechos conquistados no tienen vuelta atrás que mire lo que está pasando con el aborto en Italia. Todo lo que no se defiende se puede perder”.

Otro “héroe”

Un experto en contar las cosas de la manera que más le interesa es Elon Musk. Un gurú para muchos, un vendedor de coches muy caros para la mayoría, ha sido acusado por la Comisión de la Bolsa y el Mercado de Valores estadounidense de incumplir el contrato de confidencialidad por el cual no puede airear información que generé ciertas reacciones que siempre acaban, casualmente, generando un beneficio económico para él y/o su marca. De hecho, la Comisión piden es que le detengan ante la reiteración de este hecho. Otro ídolo, este, más que ningún otro, esculpido en oro.

Pero, ¿por qué lo hacen?

Cuando leí, en su cuenta de Twitter, la explicación de Kepa Arrizabalaga tras su feo gesto Maurizio Sarri y Willy Caballero, me sorprendí de lo mal desarrollada que estaba su identidad digital. Unos días después, Marquinhos comentaba un tuit de Arturo Vidal en el que el futbolista mencionaba a tres compañeros… Y colocaba mal las tres referencias. ¿Cómo pueden los futbolistas, con el dinero que ganan y sabedores de que unas buenas redes sociales les pueden reportar más beneficios económicos, hacerlo tan mal? ¿Por qué no se lo toman más en serio cuando son también modelos de actuación en esto?

¿Y los árbitros?

Hoy es lunes, día de fútbol. Por lo menos hasta la temporada que viene, por lo que parece después del anuncio de Luis Rubiales, vía Twitter, de que los partidos se limitarán a sábado y domingo (y puede que viernes, ya empezamos). Día, por lo tanto, de polémicas arbitrales que con el VAR son todavía más agrias: “En Europa y en el Mundial hemos visto que el VAR es un invento que funciona: lo que no funcionan son los árbitros españoles, cobardes y corporativistas, que jamás corrigen al de campo para que no les corrijan a ellos mañana. Es mejor jugar sin ellos como en el colegio”, sentencia Iñako Díaz-Guerra.

No somos de piedra

Siempre actué en Facebook (y sigo haciéndolo, claro) como si todo lo que publicase fuera absolutamente público y como si toda la información que yo iba proporcionando, incluso en forma de inocentes juegos, fuese a ser vendida por los de Zuckerberg a cualquier otra empresa para colocarme publicidad. Así que ahora no me sorprenden noticias como la exclusiva del Times que confirma que lo han hecho. Pero sí me llama la atención que estas informaciones estén acabando con la red social, muy enferma por lo que ha permitido y puede que terminal por lo que ha hecho.

¿Qué permite?

¿Qué es lo que permite Facebook que nos ha hecho recelar de la red social digital que ha cambiado el modo de relacionarnos? Básicamente, que nos tomen por tontos. La sociedad estadounidense reaccionó contra Facebook cuando supo que las noticias falsas para moviliza el voto hacia Trump no habían sido cortadas. Y ahora sabemos que en Andalucia Vox ha basado su activismo en Facebook en fomentar enfrentamientos entre defensores de la izquierda buenista y los de la derecha organizados que, con un discurso de desmontaje bien preparado, iban ganando las batallas.

Más madera

Pablo Iglesias tiene todo el derecho a cogerse su permiso de paternidad, pero abandona el Congreso hasta marzo cuando el gobierno se juega los presupuestos y con unas condiciones que la mayoría nos disfrutamos. ¿Se atreverá a volver a hablar de “la casta”? Mientras anunciaba que va a cuidar de sus hijos, el proceso interno en Podemos de elección de su candidatura concluía: él era el único candidato a ser el cabeza de lista para el Congreso y para ser presidente del Gobierno en las próximas generales, dando lugar a un pantallazo temerario por lo ridículo.

El rosario de la aurora

A parecer, el rosario de la aurora terminó en un pueblo de Cádiz a farolazos y con un cura muerto cuando dos hermandades rivales coincidieron durante sus procesiones de madrugada en un callejón estrecho. Lo he buscado en Google antes de resumírselo en la columna. Y no se me ocurre mejor imagen para expresar cómo será el fin de Trump: trágico y, al mismo tiempo, dantesco. Con el tiempo, como el suceso gaditano, incluso resultará grotesco, cómico y fuera de toda lógica. La renuncia de James Mattis por el anuncio de la Casa Blanca de que da por derrotado el ISIS es solo un capítulo más.

Los inventos de Elon Musk

Creo que en Magnet lo resumen muy bien: “Elon Musk inventa el metro (con menos vagones, para menos pasajeros, mucho menos eficiente)”. El de Tesla, harto del tráfico en la ciuad, tuvo una idea brillante, y como tiene mucho dinero y nadie quiere contradecirle, la llevó a cabo: un túnel con raíles en los que colocar sus coches (por supuesto, que así se hace mucho dinero), llenarlos de gente y enviarlos unos kilómetros más allá. Dicho y hecho (de un modo bastante precario como se ve en los vídeos). ¿Qué pensará Musk el día que alguien le lleve a una estación de metro?

La vida no es Internet

Roberto Enríquez, más conocido como Bob Pop, fue el protagonista de un vídeo que corrió ayer por Twitter, precisamente, criticando el modo de vida al que Internet nos ha llevado: queremos silenciar, bloquear y, sobre todo, quejarnos en voz alta de nuestras miserias. Pero solo son eso: “Mierdas”, según Bob Pop. Y tiene toda la razón. También advierte en su espacio de Late Motiv, el espacio de Buenafuente en Movistar, de que estamos reclamando a políticos y jueces que arreglen nuestras miserias, en vez de los grandes temas, y que algunos responden haciendo populismo.

Redescubriendo a Elon Musk

Precisamente a Internet debe su buena fama Elon Musk. Un tipo que fabrica sin rentabilidad vehículos de lujo, que hace campañas de publicidad carísimas como poner un coche en órbita y que, por haber elegido el nombre de Nicola Tesla para su marca, se ha convertido en el modelo a seguir y defender entre los enterados de izquierdas y derechas. Pero esta semana se le ha caído la careta y ha pedido más implicación en forma de semanas laborales de 80 horas para quien quiera triunfar. Así, muchos se han tirado del guindo al descubrir un neoliberal donde siempre lo hubo.

Aplicable a todo

“Gente joven aparentemente moderna y avanzada que ha asumido un discurso carca, retrógrado, prejuicioso y puritano que hacen pasar por moderno y avanzado. No siento más que tristeza”, tuitea Mr. Insustancial, uno de los perfiles más interesantes de esta red social. Desconozco el motivo concreto de su lamento, pero solo puedo darle la razón después del monólogo de Bob Pop y del modo en el que se han rasgado las vestiduras quienes creían conocer a Elon Musk, y sobre todo después de ver tantos ejemplos de cómo los listos de Internet no distinguen el pasado del futuro.

Juan Carlos I: el primer juancarlista

Otros que tienen que estar un poco desorientados actualmente son los juancarlistas: después de varias décadas defendiendo su apoyo a la monarquía y su defensa del heredero de Franco, que siempre hizo lo que quiso, ahora se encuentran con el velo rasgado y el rey, desnudo pero enjoyado hasta los dientes. El último capítulo en este serial sin fin del pitorreo es la presencia de Juan Carlos I en Abu Dabi, junto a la familia real de los Emiratos Árabes, disfrutando de una carrera de Fórmula 1. Con estos mimbres y un Felipe VI falto de carisma y firmeza en la base, justificar la monarquía se les pone difícil.

La cabecera nos cubre para bien y para mal

Me gustan los columnistas que escriben bien. Y si piensan lo contrario que yo, disfruto sus columnas incluso más. Mi motivo para leer varios periódicos al día, de hecho, son los columnistas. Entre mis favoritos siempre estuvo Jorge Bustos, estupendo cronista también. Pero como jefe de Opinión de El Mundo es una decepción: el viraje a estribor es lamentable, por desgracia para todos, lectores y periodistas del medio. Columnas injustificables como la de Carmen Rigalt de ayer, comparando el centro de Madrid con el gueto de Varsovia, lo manchan todo.

El regreso de Aznar

“Por donde pisa Aznar, no vuelve a crecer la decencia”. El de Javier Durán fue uno de los tuits que más me gustaron mientras Aznar se mostraba en el Congreso encantado de conocerse. Hubo más: “Aznar negando que se participara en la guerra de Irak. Impresionante de verdad”, expresaba Clara Jiménez. Jesús Maraña se fijaba en: “Sostiene Aznar que ‘no hay ni una prueba de la caja B del PP’. Es falso. Para acreditar la ‘apropiación indebida’ de Bárcenas se acreditó que el dinero salía de esa caja B. Está en la sentencia de Gürtel”, y Jorge Bustos atinaba: “Podemos olvidarnos de un Aznar a la defensiva. Ha venido a jugar”.

Un proyecto para ricos

Si Elon Musk es uno de los muchos que se dedican al sector del lujo en el mundo, no pasa nada. Pero que me lo vendan como un visionario o, peor, un revolucionario y una especie de Robin Hood no tiene ni medio pase, por mucho acumulador de energía que reinvente. Sus coches eléctricos son caros, su banalidad de lanzar un vehículo con un muñeco y la radio puesta al espacio fue una campaña de publicidad costosísima, y su proyecto de vuelos orbitales privados solo estará al alcance de millonarios como Yusaku Maezawa, que será el primer turista espacial del mundo.

Prescindir de esclavos también sale caro

La actualidad me ha impedido compartir este tuit de Elías Gómez hasta hoy: este profesor de Literatura mostraba su perplejidad ante el modo en el que Nestlé, el gigante la comida, se quejaba de que las medidas que tomaban en Australia para que las empresas que venden sus productos en el país lo hagan con garantías de no usar esclavos (ni en las modalidades más modernas), medidas que iban a afectar encareciendo sus productos. En el artículo del diario australiano que hace la denuncia, recuerdan que las vinculaciones de Nestlé con la esclavitud no son nuevas.

Un consejo

Quienes se quejaban a Nestlé vía Twitter de esta noticia, evidentemente, no obtenían ninguna respuesta. Es lo que pasa con la mayoría de grandes marcas, que omiten las críticas e interactúan con respuestas de manual (también del manual del community manager divertido) ante tuits más sencillos. Lo mismo pasa con los políticos: “Los que replicáis a los tuits de los políticos me recordáis a Celia, mi tía-abuela, que le respondía a la televisión”, tuitea Paco Mariño con acierto. Solo estaban convencidos del diálogo quienes se dedicaban a venderlo. Convencidos de la venta, quiero decir.

Twitter vuelve a ser (casi) Twitter

Manuel Moreno nos da una buena noticia: en Twitter podremos volver a elegir que nuestro “timeline” (las actualizaciones de las personas a las que seguimos y sus retuits) aparezca en estricto orden cronológico. Espero que la función también incluya dejar de ver los “me gusta” que hacen otros que, igual que los tuits antiguos, subían al principio del “feed” por obra y gracia del famoso algoritmo. Por fin Twitter vuelve al camino que le diferencia de Facebook… Ahora que Facebook cae o precisamente por eso. Un avance que en realidad es un retroceso adecuado.