Sí, el problema son las armas

No soy un mojigato, ni un equidistante, ni un cándido que tuitea desde una terraza o el sofá de su casa “no a la guerra” mientras no quiere mirar de frente las fotos y noticias que mandan las y los periodistas desde Ucrania. Pero eso no significa que me gusten las armas, que justifique la violencia (como muchos han hecho y hacen todavía hoy a nuestro alrededor) o que piense que un modelo que las permite es mejor que uno, como el vasco, que las censura: en EE.UU. las armas de fuego ya son la principal causa de muerte entre niños y niñas, y jóvenes. Y por lo tanto, de sufrimiento en millones de familias cada año.

Volvemos a la política

Después de la triste evidencia norteamericana, volvemos a la política española, donde la realidad también es triste porque se está llevando por delante a un partido político completamente, pero no las vidas de menores de edad: “Ni uno de los gobiernos de coalición entre PP y Ciudadanos (Madrid, Murcia, Castilla y León y ahora Andalucía) ha durado lo suficientemente como para agotar la legislatura”, tuiteaba Marta Monforte con tino. La desaparición de Ciudadanos es inevitable. Solo queda saber cómo bajará Inés Arrimadas la persiana de un partido que sirvió solo para cebar al monstruo ultra.

Que hable el PP. Pero que hable claro

Con la desaparición de Ciudadanos, evidentemente, el panorama en la derecha española se simplifica, y la carta neoliberal la recoge el PP sin disimulo (el programa económico de Vox se mueve entre la broma y el drama). El partido naranja también ha servido para cebar ese discurso, por cierto, que Núñez Feijóo, en sus primeros pasos como líder electo, ha expuesto con aplomo. Julen Bollain, al respecto, tuiteaba algo tan sencillo como certero: “No vale de nada que alguien diga que quiere bajar los impuestos si no dice: (1) qué impuesto quiere bajar. (2) A quién quiere bajárselo. (3) Cuánto dejará de recaudar. (4) De dónde recortará”.

¿Había que intentarlo?

Mordidas como las de Alberto Luceño y Luis Medina al ayuntamiento de Madrid son injustificables. Pero tampoco podemos olvidar la presión sobre quienes tenían que gobernar de sindicatos y personal sanitario para que trajera, como fuera y de dónde fuera, material médico en escasez. En los primeros meses de la pandemia el gasto preventivo estaba asumido (y fue el caladero de los más jetas), pero también hubo inversiones que desde el primer segundo parecían prescindibles: “Adiós a Radar Covid en España: la fracasada app de Indra que costó 4,2 millones de euros y registró un 1% de todos los positivos” (Genbeta).

¿Si nos vamos de Twitter?

No tengo ninguna expectativa sobre Twitter después del anuncio de que lo va a comprar a Elon Musk. Espero que siga todo igual o peor, es decir, que pierda cierto interés porque los cambios no sean los esperados, por el desgaste de la propia plataforma y porque, como le sucede a Tesla, la competencia vaya mejorando prestaciones: en Trecebits ya dan hasta nueve alternativas a Twitter. La más conocida y parecida es Mastodon. Para mi sorpresa, Plurk sigue funcionando. Y las otras soluciones son menos directas: Reddit, Tumblr, grupos en Telegram o, la más sorprendente y a la vez, más sencilla, que es volver a Facebook.

El milagro de la transformación de Ciudadanos

Hoy celebramos la inmaculada concepción, que viene a ser el primer milagro en la vida de Jesús. Personalmente, me quedo con aquellos profesores de religión en el colegio de los Menesianos de Portugalete que nos explicaban parábolas y milagros en clave prosaica y solidaria, y no mágica. Pero me parece que Arrimadas tendrá que tirar de la lectura más literal de lo que es un milagro para explicar cómo su partido se subsumirá en el PP para seguir existiendo: “Arrimadas pide al PP andaluz un pacto electoral para evitar la desaparición de Cs en toda España”, leemos en República.com.

La selección natural

El fallecimiento de Johann Biasics con coronavirus es una desgracia de la que muchos somos responsables en parte. La que a mí me toca es la de mi gremio: ¡qué mal lo hemos hecho para que unos descerebrados e interesados hayan podido difundir relatos tan dañinos! Me refiero a las y los antivacunas, entre los que se encontraba Biasics, con quien empezaba el párrafo, que está considerado “el líder de los antivacunas de Austria” y que ha perdido la vida “tras intentar curarse con enemas de lejía” (Los Replicantes) después de contagiarse de COVID. A veces pienso que no podemos hacer nada, que es la naturaleza la que decide.

Milagreros

Otro que se la ha colado (y todavía lo hace) a muchos es Elon Musk: a ver cómo me explican quienes le defienden como un gran ecologista el gasto de recursos de su proyecto espacial, la Starship, que no logra arrancar. Aunque parece que la NASA puede contar con la empresa como proveedora, Musk está preocupado: reconoce que su proyecto “francamente es un desastre” y que se aproxima a “la bancarrota” (Xataka), en una carta que ha enviado a sus trabajadores para aumentar más la presión sobre ellas y ellos para que ejecuten sus visiones poco realistas. Al final, hasta Tesla quebrará, pero él ya es tremendamente rico.

Para milagro, el de la música

“Para que un intérprete gane un dólar, su perfil tiene que recibir 229 escuchas. Otras plataformas como Napster son más generosas, mientras que YouTube se encuentra a la cola en lo que a precarización se refiere”. Esa es la realidad de muchos músicos que suben su trabajo a Spotify u otras webs similares. La de otros, es aún peor: “Todos aquellos músicos que trabajen con un sello discográfico. (…) Todos los beneficios se reparten al 50% entre artista y discográfica”. En Magnet han recopilado con acierto varios artículos y posts de músicos que explican la realidad de esta industria.

Uno de nuestro tiempo

El mismo canal que sirve para difundir ideas peligrosas como las de los antivacunas, que idolatra a caraduras y que exprime la creatividad de las y los artistas, nos permite ver, a tiempo real, rincones del mundo realmente interesantes. Este también es un milagro de nuestro tiempo (y que posibilita el desarrollo tecnológico, claro): en Genbeta han recopilado varias cámaras que emiten a tiempo real a todo el mundo, desde un pozo en el desierto de Namibia a una playa en Hawaii, pasando por el volcán de La Palma, Times Square, Venezia y hasta la Estación Espacial Internacional. Y esta es solo una muestra.

Buena persona

De todos los obituarios, mensajes y tuits que hemos leído esta semana sobre los periodistas vascos David Beriain y Roberto Fraile, este de David Jiménez fue el que más me impactó: “Hace 10 años, en Fukushima, recibí la llamada de un tipo al que no conocía. Le habían contado que me había quedado tirado y estaba en dificultades: ‘Vamos por ti’. Era David Beriain”. Rápidamente me acordé de la cita que atribuyen a Ryszard Kapuściński: “Para ser un buen periodista es fundamental ser una buena persona”. El propio Jiménez remataba su tuit: “Esta profesión tiene la mala hostia de llevarse a los mejores, como David y Roberto”.

Agrandaron la profesión

Roberto Fraile y David Beriain eran periodistas que agrandan esta profesión y, por lo tanto, nos empequeñecen a los demás: su manera de buscar los temas, las fuentes y los enfoques es la buena, es la que admiramos y envidiamos, es la que halagamos incluso sin conocerles en persona. Esta profesión es muy jodida y el momento, el peor: no hemos estado a la altura durante la pandemia, la crisis nos afecta, los compañeros faltos de ética aumentan y las dificultades (económicas, políticas, violentas) nos golpean. Lo mejor que podemos hacer, por David y Roberto, es poner en valor su trabajo, como hizo en Twitter Brais Cedeira.

No soportaban la hipocresía

No conocía a los protagonistas de esta columna pero estoy seguro de que no soportaban la hipocresía. Es imposible que tragasen con ella haciendo lo que hacían y de la manera que lo hacían. Por desgracia, muchos medios de los que glosaron y glosan sus hazañas, una vez muertos, están llenos de hipócritas que alaban el buen periodismo pero no se plantean pagarlo, que hablan de reporterismo pero no cogen las llamadas de los reporteros, que ofrecen precios inaceptables a los periodistas desplazados a las zonas calientes y les da igual que haya foto. Esta profesión languidece, y lo hace porque nadie da de comer.

También a nivel de usuario

De hipocresía vamos bien servidos como periodistas, gestores o lectores: ¿cuántos de los que aplaudían las críticas a esos medios que publican semblanzas de David Beriain y Roberto Fraile y pagan mal a sus periodistas están suscritos a la versión digital de un solo periódico por lo menos? ¿Cuántos se quejan de la publicidad que aparece cuando leen una noticia? ¿Cuántos hacen trampas para leer sin “molestos” muros o pop-ups? Solo un día antes de la triste noticia, en Genbeta hablaban de la eficacia de los bloquedores de anuncios. ¿Acaso ellos no tienen módulos de publicidad? ¿Acaso no es mejor formar en que para leer o ver hay que pagar?

Una propina en Twitter como modelo de negocio

La crisis del periodismo es inabarcable y la necesidad de más periodistas como Roberto Fraile y David Beriain, valientes a todos los niveles, aguda. A cambio, ¿qué tenemos? Tenemos a Twitter (una red tomada por periodistas y políticos) impulsando un modelo de negocio basado en propinas o suscripciones a muy bajo precio. ¿Este es el futuro? Ahí está Twitch, lleno de comunicadores desde sus casas. Ahí ha estado todo este tiempo YouTube, lleno de “creadores” que no habían visto en su vida nada fuera del propio YouTube. Y aquí estamos los periodistas: señalados hasta por nosotros mismos a cambio de seguir un mes más.

Qué puto morro

Nunca suelo hablar de las noticias en las webs de otros periódicos porque aprendí hace ya muchos años y de la peor manera lo mal que sabe la carne de perro. Pero lo hago hoy porque en Abc han sabido retratar a Javier Maroto en una entrevista: un vendepeines que no se arruga, capaz de justificar de la manera más acrobática su presencia en Sotosalbos, un pueblo de Segovia de 130 habitantes, según la página web del ayuntamiento, en el que se empadronó para ser Senador después de no haber logrado ser diputado por Araba. Es Maroto quien exhibe su rostro de adamantium reforzado, no quien lo describe. Allá él.

Correcto

Más allá de la retórica, el gobierno de Podemos tiene que demostrar que el cielo se asalta a golpe de políticas, de medidas concretas. Por ejemplo, la desaparición de los números de tarificación especial para que la ciudadanía contacte con las empresas. “El ministerio de Consumo prohibirá los 902”, leemos en Vozpópuli, y lo celebramos. “En su lugar, los consumidores dispondrán de un número geográfico de tarifa básica para sus relaciones con las empresas”. De este modo se pone freno a uno de esos atracos legales, permitidos por los gobiernos y las mayorías parlamentarias en el Congreso.

Y sin elecciones

En Cantabria confinan Santoña y en Baleares prohíben las reuniones de más de 5 personas y salir por la noche. En septiembre, claro. Y eso que no han tenido elecciones, que es lo que muchos siguen argumentando no sé muy bien de qué manera. Yo creo que no lo saben ni ellos pero como otro tiene que tener la culpa, sacan el tema electoral. La cosa es que en España el coronavirus avanza desbocado… Ahora que el número de PCR aumenta y se toman también medidas que generan cierta alarma. Solo vascos y catalanes lo han hecho durante el verano, recibiendo todo tipo de palos políticos (también desde dentro).

¿Un millón en un día? ¿En serio?

Bella Thorne podría haber ganado un millón de dólares en su primer día en la plataforma OnlyFans y hasta dos en su primera semana, según Genbeta. La actriz y cantante habría batido de esta manera el récord de ingresos pidiendo a sus seguidores 20 dólares al mes. En eso consiste la nueva red social de moda: en pagar por ser “follower”. Ni lo critico ni me río de quien lo haga. Al contrario: es una evolución lógica. Ya habíamos oído hablar de esta red sobre todo como plataforma de contenidos pornográficos. La noticia ahora es que ha virado su modelo de negocio… A lo que parece que es su idea fundacional.

Todo bien… Pero con problemas de ansiedad

Pongo en valor, por supuesto, lo que aporta Ibai Llanos hablando a calzón quitado sobre la ansiedad entre la juventud (más exigida que nunca por culpa de la presión constante que ejerce el entorno ahora también en Internet) y recomendando acudir al médico a quien la sufre. Igual que siempre he puesto en valor la creatividad y el sentido del espectáculo del “caster”. Pero creo que es importante entrar en el fondo del asunto, cosa que Llanos no hace: su modo de vida, siempre expuesto a una cámara, compartiendo chalet que hacen lo mismo (grabar y emitirlo todo) igual tiene algo que ver con esa ansiedad.

«Cuidemos los unos a los otros»

Pedro de Alzaga demostró sagacidad cuando entresacó este tuit de la OMS que él mismo traduce al castellano: “Preparen sus hospitales, protejan a sus profesionales sanitarios y cuidemos los unos de los otros”. Esta es la receta básica para todo el mundo. Porque el del Coronavirus, como bien lo definió Iñigo Urkullu, es un problema mundial sobre el que actuamos a escala local. El cierre de los colegios desde el viernes y que hoy no podamos salir a comernos unas rabitas, no es culpa de nadie, ni mucho menos de las instituciones. Más bien, al contrario. Y esta, aunque básica, parece hoy una opinión impopular.

Y librémonos de los más tontos

No es el coronavirus el que tiene que librarnos de los más tontos, sino nosotros. Tenemos que dejar de prestar atención a quien usa un peligro potencial para los más débiles para sus propias obsesiones, ya sean electorales o políticas. Javier Fontan se quejaba en Twitter de que la radio gallega anunciara en gallego la suspensión de las clases. Un mensaje perfectamente entendible. Otra usuaria gallega le ofrecía, no obstante, una traducción: “Dice que lamas todos los pomos que puedas”. Una traducción un pelín libre pero sin duda necesaria. Pero dejar de hacer caso a personas como Fontan depende solo de nosotros.

A ver si queda claro…

Otros que ya no van a poder esconder las orejas de burro son los que llevan años defendiendo modelos sanitarios similares al estadounidense, con la medicina privada como la dominante, seguros obligatorios… Y una indefensión absoluta ante el coronavirus. Si en Europa, con una sanidad pública asentada, vamos a pasarlo mal, peor van a pasarlo en EE.UU., donde hasta cobran por hacerse la prueba y el mayor problema es que nadie sabe cuántos infectados hay. Aquello sí que va a ser una catástrofe, por mucho que cancelen los vuelos desde Europa y Trump ceda su sueldo de tres meses.

Historias del coronavirus

Los domingos suelo proponer algún post en blog o algún reportaje en alguna web de información para leer con tranquilidad, sobre todo si llueve. Porque en Internet, entre todo lo malo, que es mucho, hay algunas cosas buenas. Hoy, cómo no, rescato un post de esta semana en Xataka sobre el coronavirus: cómo ha afrontado Corea del Sur la crisis sanitaria. El relato es apasionante porque en el país asiático han seguido los casos uno a uno, y tienen detectado cómo eclosionó con el paciente número 31 y su asistencia a un evento religioso. Claro que su éxito se basa en una sociedad disciplinada.

Tenemos Internet

Esta pandemia sin Internet ni WhatsApp habría sido más fácil de controlar (imagínense a la ciudadanía dependiendo solo de los mensajes de la radio y la televisión, y no de cualquier malintencionado que aproveche el miedo de la gente), pero también menos divertida (me mandaron un chiste de Sergio Ramos y los partidos a puerta cerrada que me hace reír cada vez que lo recuerdo). Y esta cuarentena forzosa va a ser más llevadera gracias a Internet, sin duda. No solo gracias a la tele conectada, también a las 22 webs como las que recomiendan en Genbeta para pasar el rato. Algunas son fascinantes.